Nos hemos pasado una semana, como de costumbre, o hablando de vascos o leyendo críticas a las maldades de ciertos grupos mediáticos, que son tenidos por el mal encarnado en algunos círculos. Se les acusa de conspiración contra la derecha y lo decente, habitualmente, de poder fáctico; una cosa muy mala. A veces, se señala también a otros medios conservadores y se les tacha de blandos, fofos y vendidos al poder.... vamos, que nadie ama a la prensa.
Por partes. Para empezar, yo vengo del lado contrario (Ciencia Política) así que la prensa tampoco es que me cause entusiasmo. Pero me parece necesario señalar algunas cosas, porque las teorías de la conspiración son complicadas, retorcidas... y están esencialmente equivocadas.
Para empezar, es necesario tener en mente qué es lo que venden los medios de comunicación, y cuales son sus clientes. Los clientes de los medios de comunicación no somos nosotros, el público que lee noticias y se solivianta viendo como atizan/no atizan un torta a Bono. El público, la audiencia es el producto... porque los clientes son los anunciantes. Los medios de comunicación (incluso los periódicos) viven de la publicidad, y su objetivo es "producir" el máximo número de audiencia/lectores para poder vender caro el espacio de publicidad a sus clientes. Suena surrealista, pero el dinero los medios lo hacen así.
¿Qué tienen que hacer para funcionar bien? Atraer audiencia. Eso no se hace necesariamente dando noticias importantes (¿Alcàsser?) ni a veces dándolas bien. Eso equivale a dar las noticias que el público quiere escuchar (en caso del imperio del mal, centro-izquierda; estan sólos en ese lado, y por eso son tan grandes) y no meterse en berenjenales absurdos, ni ir demasiado contra el consenso. Si un periódico se va al monte demasiado, se quedará sólo rápido. Primero, porque a ningún anunciante le gusta que lo asocien con demasiadas controversias (más de uno está mosca con Gas Natural y La Mañana de la Cope, por no hablar de la Iglesia), y segundo porque la gente lee cosas con las que está de acuerdo, y público lector ultra-lo-que-sea hay poquito como para anunciarse.
En otras palabras, si para seguir vendiendo periódicos PRISA tiene que bombardear el gobierno o a su santísima madre, lo harán. O sus anunciantes los dejaran sólos. Por eso los medios de comunicación tienden a concentrarse en el centro, y por eso los "cruzados de la causa" de uno y otro extremo duran relativamente poco. No hay conspiración, sólo gente haciendo dinero.
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