Bueno, a estas alturas ya sabreis que el melón que tienen por aquí de presidente ya ha jurado de nuevo el cargo. A estas horas, el tío estará de parranda por ahí (más o menos), celebrando que es de nuevo el jefe. No hace falta que diga nada de la apología del imperialismo estilo "la carga del hombre blanco" que ha sido su discurso, supongo. Las hordas de comentaristas de izquierdas en Europa deben estar lo bastante frenéticos.
Lo que es digno de comentar es todo el montaje y ceremonia que viene con una coronación presidencial, que es más o menos lo que acaba pareciendo. A pesar que todo el montaje tiene mucho de homenaje a ellos mismos, los americanos lo entienden como una celebración de los valores y la tradición del País, como otra de sus fiestas nacionales. Y es, por encima de todo, una fiesta en la que se recuerda la historia de la propia democracia. Las retranmisiones (todas las televisiones, NBC, CBS, ABC, CNN, Fox News, todas lo daban en directo) recordaban constantemente que el el cuadragesimo tercer presidente. Se hacían referencias constantes a los presidentes y discursos del pasado, al origen de cada tradición. Y se pasaban los discursos de Kennedy ("qué puedes hacer tú por tu país") y Franklin Delano Roosvelt ("lo único que debemos temer es el miedo") una y otra vez, como las voces del pasado.
No os engañeis, la ceremonia es un autentico tostón (no la he visto entera), pero el simbolismo de toda ella es muy importante. Y da algo de envidia, la verdad. ¿220 años ya de democracia (y una sola guerra civil)? Tela. Ya nos gustaría poder celebrar y honrar 42 presidentes del pasado, en muchos lugares.
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