- Es en fondo de saco. Esto reduce bastante su capacidad, ya que complica las maniobras de entrada y salida. Renfe cada vez tiene más trenes automotores (sin locomotora, vamos), lo cual reduce el problema, pero no demasiado.
- Es en curva, y pronunciada. Por este motivo, sus 14 vías no son de hecho tantas, si hay trenes largos. Solo 4 de ellas pueden servir trenes de 400 metros de longitud (los trenhoteles, por ejemplo), y aún así, con un andén estrecho de narices. Esto reduce de nuevo la capacidad.
- Al ser en curva, los cambios de la entrada y en los andenes son menos flexibles. No se pueden maniobrar trenes y locomotoras tan facilmente como en una estación en recta para dejar andenes libres o pasar trenes de uno a otro.
- El enlace que tiene con otras líneas es relativamente malo. Para meterse en uno de los túneles que cruzan Barcelona, o salir por el norte, un tren que sale de la estación tiene que recorrer un par de kilómetros a 45, y meterse en el nudo ferroviario subterraneo que hay a la altura de calle Marina. Vaya donde vaya, tiene que cruzar las vías al mismo nivel (cizallar, en jerga), ya que no hay pasos inferiores (saltos de carnero), con unas agujas limitadas a 30. Contando que por allá pasan las cuatro líneas de cercanías de Barcelona (trenes cada 2 minutos), os podéis imaginar el horror que resulta meter un tren por allí pidiendo paso.
Por cierto, ¿Imaginais lo complicado que es gestionar toda una red, teniendo en cuenta limitaciones como estas (y sus interacciones), durante su operación normal? Lo de los trenes en de hecho uno de esos milagros cotidianos....
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