viernes, marzo 24, 2006

De políticos y controles

Cada vez que comento algo sobre una posible reforma institucional (desde el Senado a estatutos de autonomía varios) siempre acabo discutiendo amigablemente sobre posibles reformas electorales, y la inevitable referencia a listas abiertas y el fin de la partitocracia en España. Como estoy un poco harto de hablar de terrorismo y discutir sobre la primera guerra mundial (hay gente que tiene que estar en contra del detalle más estúpido), me voy a centrar un poco en los problemas que los sistemas de listas abiertas y parientes próximos tienen.

La relación entre políticos y votantes tiene algunas particularidades curiosas. El electorado es de algún modo el "jefe" de los políticos; tienen una serie de preferencias (crecimiento económico, paz, honestidad, lo que sea) y escogen un tipo como presidente para que las cumpla. Los políticos son gestores de una empresa que es propiedad del electorado, y trabajan para cumplir los objetivos que este electorado les marca. Si se portan mal, los votantes le preguntarán por qué no ha cumplido, y decidirán si sus excusas son buenas ("es que el petroleo está caro") o si deciden que el tipo no vale y escogen a otro.

En Ciencias Sociales, esta relación entre un actor que da órdenes y otro que debe llevarlas a cabo se les llama relaciones de principal agente, y en el mundo real las encontramos a patadas. Multitud de situaciones siguen este patrón, desde la interacción entre accionistas y ejecutivos a la de políticos y funcionarios, pasando por la caída de Florentino Pérez al frente del Real Madrid. El modelo tiene infinitas variaciones, dando lugar a variados problemas y estrategias para solucionarlas. Desde problemas de información asimétrica, en la que los agentes saben mucho más que el principal sobre el problema a tratar, a problemas de preferencias distintas (el agente tiene objetivos opuestos a su jefe), varios principales (con órdenes contradictorias), varios agentes, y así hasta el infinito.

Para hablar del electorado y su relación con los políticos, vamos a imaginar una hipotética empresa que está construyendo una línea de tren. Supongamos que somos el propietario, y debemos asegurar que la obra se hace rápido y bien, y que cada uno de los 5000 obreros cumplen con su trabajo. Para ello, nos montamos en un todo terreno y vamos dando vueltas de arriba a abajo en la obra para asegurar que nadie haga el vago, todo el mundo curre y nadie se esté llevando traviesas o hilo de cobre a casa.

El problema evidente es que por mucho todo terreno y muchos paseos que demos, un sólo par de ojos no dan para vigilar toda la obra. Cuando estamos en Salvacañete echando la bronca y despidiendo a dos vagos, tenemos gente en Cuenca llevándose railes para venderlos al chatarrero. A la que volvemos corriendo a Cuenca, ya tenemos media plantilla en Alicante durmiendo a pierna suelta. Al poco nos daremos cuenta que vigilar a 5000 tipos sin ganas de trabajar y con posibles tendéncias cleptómanas no es la tarea más fácil del mundo. La solución pasa por dividir el trabajo, evidentemente. Toca contratar capataces.

Un capataz es un tipo que tiene asignada una área más o menos controlable, y que tiene que conseguir que la obra en esa zona funcione, se haga según calendario y no se pase de presupuesto. Nosotros vigilamos los resultados que nuestro guardián obtiene, y el se asegura de mantener a los obreros trabajando. Si los obreros no trabajan, el capataz los despide; si el capataz no logra que la obra se complete, nosotros despedimos al capataz. Al ser mucho más fácil vigilar a cuatro guardianes que a 5000 curritos, nuestro trabajo es mucho más fácil, y la obra es más eficiente.

Translademos esto a un sistema político. El electorado básicamente tiene el mismo trabajo que el empresario en nuestra hipotética empresa; vigila a los políticos para que hagan su trabajo, no pierdan el tiempo y pierdan el cargo si se llevan el dinero a casa. El problema que tienen los votantes, como en el ejemplo anterior, es que su capacidad de recabar información es limitada. Debido a falta de tiempo, ganas o capacidad de lectura de diarios de sesiones del Congreso, muchos ciudadanos tienen problemas bastante serios para atribuir responsabilidades a los políticos.

Una democracia representativa vive en el equilibrio de dos factores. Por un lado, la capacidad de los electores para premiar a los buenos políticos y castigar a los malos; por el otro, la posibilidad de votar a un determinado número de cargos políticos y candidatos. Como mayor es el el segundo elemento (más instituciones se votan, más políticos individuales), más difícil resulta para el votante hacer lo primero.

En un sistema como el americano, por ejemplo (una constitución que me encanta), a uno le tiene que gustar mucho la política y estar muy interesado sobre una determinada materia para saber exactamente qué depende de quien. El sistema de comités, subcomités, agencias y ejecutivos a nivel federal, estatal y local hace bastante difícil entender de quién depende cada cosa. El otro día intentaba averiguar por qué un puente de la I-95 en Bridgeport lleva más de diez años en obras, y tras media hora de Google furibundo fui incapaz de echarle la culpa a nadie, más que nada porque no sé quién narices está pagando por ello. Aún si lo descubriese, mi segundo problema sería cómo echar el incompetente al cargo. ¿Debo tratar de alterar el comité de transporte del congreso? ¿al comité que nomina al responsable de transporte del estado? ¿al presidente?. Problemas oscuros.

Un sistema político necesita ser representativo, pero también requiere ser mínimamente claro. En un sistema bipartidista con un gobierno centralizado, el legislador ha apostado por la claridad por encima de cualquier otra cosa: uno tiene partido A y partido B, y si no es mérito de uno es culpa del otro. Un sistema de listas abiertas añade representación, haciendo más factible votar a alguien que nos gusta, pero también hace más costosos saber si esa ley absurda que tanto nos irrita es culpa o mérito de alguien que podemos castigar o premiar. Si un político no teme perder el cargo, sus incentivos para tratar de cumplir con las preferencias de los votantes disminuyen, y el sistema se hace menos efectivo en este aspecto.

En resumen, las listas abiertas no son un sistema sin costes. En política, como en todas partes, nada sale gratis, y escoger un sistema que exige más de ciudadanos que tienden al mínimo esfuerzo tiene sus contrapartidas. Como siempre, encontrar un equilibrio entre lo deseable y lo razonable es necesario.

Antes de acabar, una nota al margen. El barroco sistema de gobierno americano (mucho más complejo que cualquier sistema europeo) tiene su razón de ser, y sus misteriosas maneras de ser eficiente. Parte del truco es que confía más en políticos vigilando a otros políticos que en los votantes para asegurar que las cosas funcionen. Es confuso a matar, pero me parece fascinante en su bizantinismo imperial. Vamos, que es muy divertido.

21 comentarios:

Anónimo dijo...

de que partido eres, lo digo para que la gente no te vote o al menos que sepa lo que vota, por lo que parece tus ideas neo-cony van hacia al PSC.
Solo tienes que ver el grafico de los ultimos 10 años parece que PSC/CIU va para abajo, el 11m es excepcional...

crees que con estos postulados puedes hacer algo ???? quizas como tandem con vice2 alomejor pero piensa que la generacion de mi abuela vota oreja, la mia (30x) tenemos una mejor formacion, (en mi caso erc) pero tu te crees que con la basura de hace 10 años servira para los que hacen 18 en el 2007???

asi de claro te lo digo los que tienen 40 o mas (con expeciones) cuando la diñenen, y quede la generacion 72/73/74/75 como abuelos podreis conseguir votos con las mentiras/puño/rosa, como ahora??? no crees que seria deseable que la gente no fuera a escuela para aborregar???

yo alucino, hasta los 16 o mas en la escuela sirve para algo mas que sumar, como aprender historia y saber discernir mentidas en literatura...


yo alucino el mismo discurso para un nacido en el 1920 y el 2000 las cuentas no cuadrasn por mucho talante que quieras meter, por suerte el sistema de provincias beneficia el mas votado, pero i si canvia??? y el 3 mas votado es el psoe??????????????

las generaciones canvian y el voto con ellas.................

Anónimo dijo...

yo alucino, consegui que mi abuela 10 años en el 36 no fuera a votar sin perdirselo directamente, (a ella mayor oreja le parecia una buena persona)

tu crees que si hablando un poco consigues esto con un/una analfabeta consigues esto con uno de 16/eso que saldra ????? social-democrata ??? juasjuas si le das un vanquish si pero creo que la campanya electoral no da para tanto........... y los tiempos de aborregamiento se terminan.........esta web e inet son un ejemplo......

R. Senserrich dijo...

O dejas de redactar como un mandril de dos años, o chico, borro los comentarios. Mi post es bastante razonado, y doy ventajas e inconvenientes de cada sistema, diciendo que me gustan ambos aunque los dos tienen problemas.

Si quieres hacer el troll, vete a otra parte.

Anónimo dijo...

Unos apuntes a vuela pluma (siempre me gustó esta frase...).

- La prensa podría ser el capataz de los votantes

- Dices que los votantes no están informados de las acciones de sus políticos. Pero no te preocupes, que en la campaña electoral ya se ocuparán sus rivales de airear sus errores y trapos sucios.

- Finalmente creo que las listas abiertas deberían tener un diputado por circunscripción. Tal como dices, la mayoría de la gente no se informa (pereza, hastío, etc.) y si tiene que elegir varios, lo hará por orden alfabético. Además con un sólo representante sí sabes a quien hay que echar la culpa y a quien te tienes que dirigir para protestarle.

- El sistema americano debe ser tan complicado porque (teorizo, no tengo certeza) no ha evolucionado sustancialmente desde la época de los caballos y carretas. Es un país enorme, con grandísimas distancias que salvar. Y de aquella no había aviones.
Baste señalar que las elecciones presidenciales son el primer martes de noviembre, para que a los votantes del campo les diera tiempo a llegar desde sus hogares a la mesa de votación (a lo mejor a 200 km de casa) después de asistir a la misa del domingo. ¿Qué sentido tiene esto hoy en día?

Claro que no será perfecta, pero las listas abiertas me parecen una opción infinitamente mejor que la situación actual en España.

Anónimo dijo...

Los partidos hace mucho que dejaron de ser independientes. Tienen obligaciones y favores pendientes con bancos, cajas, empresitas, periódicos, televisiones...

Esos grupos de poder son los que nunca van a permitir listas abiertas, ni quitar el sistema de ponderación de votos. Sigo pensando que lo apropiado sería una circunscripción única para el Congreso (competencias de todos los españoles) y el Senado como cámara territorial (asuntos más de territorios, nacionalidades, naciones y demás), elegidos de los parlamentos regionales (modelo alemán) o directamente por el pueblo (modelo actual).

Esas reformas me temo que no llegarán nunca, es más fácil controlar un partido y que ellos se controlen entre sí que controlar personas sueltas.

Me encantaría que la estúpida disciplina de partido se acabase de una vez (eso sólo existe en Italia y España). He conocido eurodiputados y alucinan con que sus compis españoles reciban llamadas de lo que tienen que votar.

Pero supongo, que si tenemos esos políticos es porque nos los merecemos.

zarevitz dijo...

egocrata: no he entendido esta distinción que haces entre electorado y votantes: «El electorado es de algún modo el "jefe" de los votantes».

Sobre el tema general, listas abiertas, creo que la clave está en saber/decidir qué papel queremos dar a los partidos políticos en nuestra sociedad y, más concretamente, en la configuración del Estado.

No estoy de acuerdo con el último anónimo: mientras los ciudadanos tengan que elegir entre (listas de) partidos y no a candidatos sueltos, los electos deben cumplir el mandato del partido por el que han salido elegido; realmente, uno no es diputado por Cuenta sino diputado por el PSOE. Lo contrario es pura traición al elector (que votó a ese electo porque iba dentro de una lista, sin posibilidad de singularizarlo); transfuguismo.

Si la elección fuese de la persona, ya sea porque la circunscripción es unipersonal o porque, con una circunscripción pluripersonal, la lista es abierta, sí me parecería justa esa libertad del electo respecto de su partido político.

Siguiendo con lo de las listas abiertas, la hipótesis de que la circunscripción es pluripersonal (si fuese unipersonal, no habría lista) y, en ese caso, si el sistema sirve para algo, un candidato no sólo competiría contra candidatos de partidos adversarios sino también contra candidatos de su propio partido. Ello llevaría a luchas dentro de los partidos, su fracción y, en definitiva, un debilitamiento general del sistema de partidos.

Quizá esta consecuencia sea buena, no lo sé. Pero sería, desde luego, un cambio importante en el entendimiento común de que la actividad pública debe encauzarse primordialmente a través de los partidos políticos, y así subyace en la posición preferente de los partidos políticos en la Constitución y el recelo de ésta al referéndum y a la iniciativa legislativa popular.

El argumento habitual es que, en 1978, era necesario reforzar a los partidos. Pero quizá ese refuerzo, sin otros contrapesos efectivos (como una verdadera democracia interna de los partidos), sea en sí o haya llevado en nuestro país a resultados indesables.

Citoyen dijo...

Estoy bastante de acuerdo con todo lo que dices en el post, aunque no entiendo, igual que zarevitz la afirmación de que el elecrotado es el jefe de los votantes.

A mi me gusta mucho el sistema que hay en bélgica de listas semi-cerradas, donde hay posibilidad, dentro de una lista, dar un voto de prioridad a un determinado candidato y entonces es posible corregir el lugar que ocupa en la lista. Esto permite compensar el déficit de funcionamiento democrático que tienen la mayoría de los partidos, haciendo que sea su electorado el que decida el lugar que ocupan en la lista.

R. Senserrich dijo...

Perdon, quise decir que "El electorado es el jefe de los politicos".

Ups.


Los sistemas de lista preferencial (el Belga) son una receta perfecta para hacer de un partido un manicomio. Era el sistema usado en Italia hasta principios de los 90; no funciona bien.

Por cierto, la disciplina de partido en los legislativos es algo general en Europa; Reino Unido es una rareza.

tusitala dijo...

Estoy de acuerdo con Zarevitz en que el sistema de listas abiertas (tambien el voto preferencial, que es el que hay aqui en Peru) debilita el sistema de partidos. En el caso peruano, que tiene un sistema de partidos bien pobre, el voto preferencial hace que el congresista se sienta poderoso: “yo represento a 400.000 votantes” y voy a hacer lo que me dicte la “conciencia” en cada caso. Requiere de demasiada informacion sobre el candidato en cuestion o al final votar a ciegas, esperando que en todos los temas piense mas o menos como tu, porque el programa del partido no necesariamente se ajusta a todas sus ideas.

Creo que la disciplina partidaria tiene algo de bueno: regularidad. Sabes que el partido va a votar x porque piensa x y que siempre va a votar x porque siempre va a pensar x. Y ninguno del partido se va a ir por su cuenta. Salvo que se vaya del partido, pero eso es otro tema.

Sin embargo no concuerdo con Zarevitz en lo de que las listas abiertas son las que llevan a “fricciones dentro del partido”: las fricciones se van a dar antes o despues. En el caso de lista cerrada, las fricciones se dan por estar primero en la lista. En el caso de listas abiertas, por la competencia en el momento electoral.

Pululante: no creo que la prensa “podria” ser el capataz de los votantes, sino que efectivamente lo es. Se supone que esa es una de las principales funciones de la prensa: proponer los temas de agenda y vigilar a los politicos. El otro problema es como controlas a la prensa (tema arduamente interesante que daria para una larga discusion...), sobre todo si la prensa es principalmente de mala calidad (vease Peru, por ejemplo).

Citoyen dijo...

La disciplina de partido está bien cuando hay una docena de partidos, una pluralidad de opciones para elegir.

Pero en lo que estamos es en un sistema bipartidista donde, además, los partidos son tremendamente opacos y carecen de democracia interna, entonces tal vez haya estabilidad y regularidad, pero supone caer en un espectro político dialéctico, donde solo hay dos opciones, totalmente blancas o totalmente negras.

No sé, os invito a que os deis una vuelta por cualquier agrupación del PSOE (imagino que el pp funcionará por el estilo), es algo muy frustrante ver como funciona por dentro. El sistema de partidos tiene sentido cuando hay democracia interna, cuando existe un compromiso de la gente, de otra forma el espectro político se torna oligárquico, como ocurre en la actualidad, donde los votantes (¿es que nadie se acuerda de ellos?) no votan a quien realmente quieren, no hay verdadera democracia porque solo pueden elegir entre dos opciones.

Por eso, el sistema de lista semicerrada me agrada, porque permite que sea el electorado y no los militantes los que decidan el puesto en la lista, es una forma de devolverle al pueblo el poder: en el partido de cada lado (izquierda o derecha) se agrupan distintas sensibilidades, distintas formas de ver las cosas, cada una de las tendencias, y el electorado elige cuál de ellas le gusta más.

Es posible que eso favorezca el cainismo intrepartido, así a la francesa, pero es la única forma de salvar la democracia. Si nos apetece seguir con la lógica del "nazacota o muerte" (en mi caso elegir entre la españa neofeudal o aznar midiéndose la polla), está bien. Pero no es un sistema democrático, elegir supone elegir lo que uno quiere, no ente dos opciones, sino no elegimos libremente. Y no, montar un partido aparte noe suna opción: no hay medios materiales ni reales para ellos.

zarevitz dijo...

En el caso de lista cerrada, las fricciones se dan por estar primero en la lista.

Como yo lo veo, imaginando que el sistema de partidos con democracia interna funcionara bien, habría un primer debate (llámalo primarias o como quieras) dentro del partido, del cual sale una lista triunfadora. Hasta entonces, las "facciones" del partido han luchado entre sí, pero una vez celebrada esa elección interna, la lista es del partido y todos trabajan para que sea la vencedora en las elecciones.

Desbloquear las listas no garantiza que las corrientes minoritarias de un partido aparezcan en la lista de ese partido: probablemente serán excluidas igualmente. Con lo que poco aporta este sistema en la práctica.

Además, en el caso de que no haya una "facción" mayoritaria dentro del partido, el sistema de listas desbloqueadas impide la formación de consenso en torno a la elaboración de la lista: las "facciones" no podrán pactar una lista de consenso (repartiéndose los puestos por orden de probable elección) porque los electores pueden hacer saltar cualquier orden por los aires.

No sé, no me parece la panacea: o no sirve para nada o altera seriamente la democracia interna de los partidos al obstaculizar que la construcción de consensos dentro de dicho proceso democrático; y todo ello para lograr un objetivo en el proceso electoral general que creo que se alcanza igual o mejor con un sistema de listas abiertas, puras y duras.

Citoyen dijo...

Zarevitz, la democracia interna como pensamos lograrla?

Para que existe democracia interna de verdad creo que harían falta dos cosas. Primero, que las sedes de los partidos estuvieran formadas por algo más que por frikis, es decir, que la militancia sea análoga al electorado (así, el electorado vería representadas las sensibilidades de forma correcta). En segundo lugar, destrozar la maquinaria burocrática que hace que ahora la democracia interna sea más una frase retórica que otra cosa.

En definitiva, iuspublicitar los partidos políticos, someterlos a una regulación muy fuerte y eliminar las barreras de entrada y salida, lograr una mayor transparencia...

tusitala dijo...

En realidad no digo que lista cerrada sea maravilloso. Pero ahora que veo un sistema electoral con voto preferencial me doy cuenta de los inconvenientes que tiene la lista abierta. Al final, el electorado elije al que tiene mas dinero para gastar en publicidad o al que ya tenia antes una fama grangeada por algun medio (ya tenemos tres ex-voleibolistas de candidatas al congreso, y una ya tuvo su escaño). Sin contar las vedettes que por mostrar su nalga se hacen famosas y reciben votos de una gran cantidad de electores. El otro problema es que cada uno de los que postula al congreso hace esfuerzos por poner su cartel anunciador con su numero en todas las esquinas, con lo que el espacio publico se ve invadido de carteles de candidatos al congreso (menos mal que solo hay una camara, que si no...) Se la lleva, generalmente, el que tiene dinero para hacer mayor despliegue mediatico.

¿Arregla el problema de las facciones? solo hasta cierto punto. La gente vota por partido y a su costado pone el numero que mas le gusta. Y hay numeros que por su sencillez la gente prefiere: los que se encuentran entre el 1 y el 10, los numeros acabados en 5 o 0 etc. Y el que mas paga, o mas seguidores tiene, o pertenece a una determinada faccion, obtiene mejor numero. Tambien agrega el problema de formar un partido con gente que tiene rostro conocido, venga de donde venga, para darle mas votos a tu partido. Y que todos quieran salir en la foto.

Que un partido sea "analogo" al electorado te da un Congreso formado por gente de todo tipo, que de politica no sabe nada. Yo la verdad es que estoy mas de acuerdo con que haya gente especializada en politica: ¿llamarias a un politico para que te arreglara en casa una cañeria rota? ¿entonces por que llamar a un fontanero para que arregle los problemas del pais? ¿estar mas cerca del "pueblo" hace que pueda votar mejor lo que al pueblo le conviene? Yo lo dudo.

Si estoy de acuerdo con la transparencia, las elecciones internas democraticas, etc. Pero seamos sinceros: en ninguna parte funciona ese "ideal".

Anónimo dijo...

Buenas.

Me gusta el nuevo diseño de Las Ideas.

No creo que las listas abiertas añadan más confusión, y si eres el candidato ganador, no tienes más posibilidades de agarrarte al sillón aunque lo hagas peor: yo creo que es todo lo contrario, si te pueden depurar sin poder encubrirte en una lista cerrada, eres más vulnerable al electorado.

El problema de Estados Unidos yo creo que es otro, y tiene que ver con los intereses creados, que subyacen a la estructura.

Ahora bien, el problema es otro, es un problema económico.

Con un sistema de listas abiertas, cada candidato del mismo partido, normalmente, se tiene que pagar su propia campaña, solo los candidatos millonarios pueden tener buenas campañas.

Una solución sería limitar los gastos posibles y que cada partido financie por igual las campañas de cada uno.

Eso le pasó a Borrell en las primarias del PSOE, que se quejaba de que a Almunia le habían dado despachos y teléfonos, y a él casi nada.

Esos favoritismos, ya sean por acción de alguien que organiza, o por ti mismo, deben ser regulados pero para igualar de base, y luego que cada uno se trabaje su discurso con las mismas posibilidades materiales.

Existe una propuesta mixta: las listas desbloqueadas.

A diferencia de las listas abiertas, las listas desbloqueadas no te permiten seleccionar candidatos de otros partidos, pero sí marcar distintas preferencias dentro de la misma lista.

Esto permite equilibrar las "promesas de partido" con las "promesas personales".

Anónimo dijo...

el sistema de x numero de firmas provocan un referendum me parece excelente. En usa creo que es lo unica bueno, en muchos estados sale refrendos de legalize hierba o matrimonio gay, o algunos de bajada de impuestos esto me parece una buena via, sobretodo pq quizas quien este en el poder quiera aplicarlo pero no se atreve, la silla es mas importante que las convicciones.

En cuanto al sistema electoral creo que lo mejor es españa provincia unica, catalunya tb, creo que es lo que quiere el psc, pq suma mas (claro que sumando los ultimos votos no se dan quenta que el declibe es total y quizas no le salga bien)

Ok, provincia unica (favorece a las minorias), democracia directa, 50.000 firmas y referno por el canabis o bajada de impuestos........

con esto estoy de acuerdo, aunque no estoy seguro que sea lo que tu piensas....... o la finalidad de estas leyes..

R. Senserrich dijo...

Listas desbloqueadas es el sistema de voto preferencial que hablábamos antes. Es lo que normalmente se entiende por "abiertas".

Limitar el gasto de las campañas... se ha intentado en todas partes, nunca acaba de funcionar. Los políticos acaban por subirse el límite a la que les molesta.

Sobre referendums automáticos, estamos en las mismas. Quien tiene dinero y recursos para financiar una campaña de firmas controla la agenda. Estaríamos en campañas financiadas por empresarios para bajar los impuestos cada dos por tres.

Y sobre la circunscripción única, ya he explicado porque perjudica a las minorías, y no al revés. Si se quiere aumentar la representación de IU hay otras maneras más elegantes, como poder añadir diputados a las listas infrarrepresentadas un determinado porcentaje.

zarevitz dijo...

«Estaríamos en campañas financiadas por empresarios para bajar los impuestos cada dos por tres.»

No has explicado por qué esto es indeseable.

Iniciar campañas públicas es un medio legítimo para impulsar una propuesta política. Otras fórmulas de impulso, ejerciendo presión a través de los órganos de los partidos políticos, pueden ser también válidas pero no deberían ser las únicas.

Como principio además, si los empresarios quieren defender una idea, prefiero que lo hagan abiertamente en la plaza pública, y no tanto en la sede de un partido.

Todo eso, aunque pidan varias bajadas de impuestos o algún otro "vicio" peor. :-P

R. Senserrich dijo...

Es indeseable porque el acceso a recursos no es simétrico. El colectivo de becarios precarios exiliados no tiene ni tiempo, ni dinero, para montar una campaña proreferendum que nos duplique las becas, por ejemplo :-).

Y quien dice becarios dice gente con pocos recursos con enfermedades crónicas (que necesitan que los impuestos paguen su supervivencia), gente atropellada por camiones, pensionistas y un largo etcétera.

zarevitz dijo...

Entonces, pide duplicar el valor de las firmas de los pobres y las minorías, para que lleguen antes al umbral, lo mismo que sugieres que continúe ocurriendo (desigualdad de voto) con los sorianos y turolenses. :-)

No creo que el sistema de partidos resuelva este problema. De todas formas, ya que hablas de dinero, imagino que con la actualidad del momento abrirás un post sobre la financiación de los partidos, lo que de nuevo está ligado al modelo de sociedad democrática que queremos.

Anónimo dijo...

Poco que añadir por mi parte, pues mi opinión está contenida en los comentarios anteriores y lo que ya se habló en su día en esta misma bitácora.

Sinceramente prefiero las listas abiertas; con la llegada de Internet y una circunscripción pequeña no me parece descabellado que un candidato sea capaz de llegar a los votantes aunque disponga de poco dinero.

R. Senserrich dijo...

No es sólo problema de dinero, es problema también del nivel de atención de los votantes...