Las subidas constantes de los precios de los alimentos son una mala noticia, pero puede que acaben teniendo consecuencias positivas en alguna parte. Parece que en Bruselas (que anda diciendo que esto los tomó por sorpresa) acaban de descubrir que esto de tener cuotas para limitar la producción y mantener los precios artificialmente elevados es una soberana estupidez si los precios a nivel internacional ya son altos de por sí. En otras palabras, el programa más estúpido nunca creado por políticos europeos, ese engendro llamado "política agraria común" puede que esté camino de desaparecer vía muerte natural.
No nos excitemos demasiado, esto es la Unión Europea. Los agricultores franceses seguramente cortarán autopistas en cuanto tengan excusa, sea por el precio del gasoil o por el hecho que ahora les ponen a producir. La comisaria del ramo seguía diciendo que los precios altos son malos para "consumidores y agricultores" (¿!), al fin y al cabo. Pero vamos, puede que el hecho que cultivar tomates ahora sea muy rentable acabe por crear una política agrícola racional, esto es, básicamente invisible.
viernes, mayo 30, 2008
jueves, mayo 29, 2008
La estupidez de preguntar obviedades
Esto es, en pocas palabras, lo que está haciendo Ibarretxe. Veamos.
- Primera pregunta: ¿está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre?
Si ETA deja las armas del todo, ya no son un grupo terrorista. Si no son un grupo terrorista, se puede hablar con ellos normalmente; son un partido político con un pasado oscuro.
- Segunda pregunta: ¿está usted de acuerdo en que los partidos vascos, sin exclusiones, inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco, y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?
El derecho a decidir de los vascos viene a ser una excusa permanente a estas alturas que utiliza el nacionalismo vasco para justificarse. Es también un derecho ligeramente redundante. España es una democracia; si el Euskadi el 60% de los votantes escogieran partidos abiertamente secesionistas, el estado no tendría más remedio que sentarse y hablar de referéndums. En las encuestas menos de un tercio de los vascos apoyarían la independencia. Es "derecho a decidir" es el equivalente político al derecho a tener un unicornio: estupendo, pero no creo que lo utilices nunca.
Eso no quita, sin embargo, que no sea de la opinión que el País Vasco debería poder votar por la secesión si quiere hacerlo; es cuestión de democracia. Evidentemente impondría una serie de condiciones draconianas obvias y muy necesarias para hacer que la secesión cumpla criterios de justicia aceptables, pero eso es otro tema.
Lo de Ibarretxe es básicamente un acto de propaganda política como cualquier otro, simple y llanamente. Otra maniobra de los de siempre para ponerse en plan víctima y acusar a los malvados españoles que siempre dicen que no a todo, a pesar que las preguntas son obvias maniobras de troleo político reciclado. Es molestar por molestar, sin aportar absolutamente nada.
- Primera pregunta: ¿está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre?
Si ETA deja las armas del todo, ya no son un grupo terrorista. Si no son un grupo terrorista, se puede hablar con ellos normalmente; son un partido político con un pasado oscuro.
- Segunda pregunta: ¿está usted de acuerdo en que los partidos vascos, sin exclusiones, inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco, y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?
El derecho a decidir de los vascos viene a ser una excusa permanente a estas alturas que utiliza el nacionalismo vasco para justificarse. Es también un derecho ligeramente redundante. España es una democracia; si el Euskadi el 60% de los votantes escogieran partidos abiertamente secesionistas, el estado no tendría más remedio que sentarse y hablar de referéndums. En las encuestas menos de un tercio de los vascos apoyarían la independencia. Es "derecho a decidir" es el equivalente político al derecho a tener un unicornio: estupendo, pero no creo que lo utilices nunca.
Eso no quita, sin embargo, que no sea de la opinión que el País Vasco debería poder votar por la secesión si quiere hacerlo; es cuestión de democracia. Evidentemente impondría una serie de condiciones draconianas obvias y muy necesarias para hacer que la secesión cumpla criterios de justicia aceptables, pero eso es otro tema.
Lo de Ibarretxe es básicamente un acto de propaganda política como cualquier otro, simple y llanamente. Otra maniobra de los de siempre para ponerse en plan víctima y acusar a los malvados españoles que siempre dicen que no a todo, a pesar que las preguntas son obvias maniobras de troleo político reciclado. Es molestar por molestar, sin aportar absolutamente nada.
miércoles, mayo 28, 2008
Otra de presidenciales (II)...
Para quien le pueda interesar, algunos comentarios más escritos por un servidor aquí.
Seguir leyendo.
Una de las cosas más desesperantes a las que se enfrenta John McCain en estas elecciones es su lucha para que los votantes olviden una sola letra. Más concretamente, esa pequeña “R” que aparece siempre entre paréntesis detrás de su nombre en los medios, señalando que es republicano.
Seguir leyendo.
martes, mayo 27, 2008
Hora de (no) ajustar el modelo
Parece que la estupidez fiscal al hablar sobre hidrocarburos es contagiosa. Eso, o Sarkozy no es más que un populista de derechas como cualquier otro, algo que por otro lado no debería sorprender a nadie. Con los pescadores y transportistas franceses hablando de ejercer esa tradición tan gala de colapsar el país con saña y gusto para protestar por el precio del gasóleo, el presidente Bling-Bling ha sugerido bajar el IVA europeo sobre este combustible.
Cuando Hillary y McCain propusieron una medida similar en Estados Unidos ya dije que era una estupidez. Lo sigue siendo cuando se traslada esta idea a Europa. Sí, los carburantes están cargados de impuestos en el viejo continente, pero eso es de hecho una buena idea, ya que evita subvencionar actividades poco eficientes.
Evidentemente, Sarkozy es lo suficiente cínico para echar la piedra y esconder la mano. Al hablar de IVA europeo, cualquier "fracaso" de su idea de reducción fiscal es culpa de Bruselas, no suya. Después algunos se preguntan por qué los franceses no aguantan a sus políticos.
A todo esto, el agravio comparativo que mencionan los pescadores y transportistas no lo es tanto. Sí, los autobuses acaban recuperando muchos de estos impuestos. Sin embargo, ya que hablamos de consumo y eficiencia energética, los autobuses son muy eficientes en comparación a otras alternativas prácticas (básicamente, el coche privado); es natural que se intente primar fiscalmente su uso. Los camiones son mucho menos eficientes que otras alternativas (ferrocarriles), así que tratar de penalizar su uso es una buena idea. Es todo cuestión de hacer que los costes reales del uso de combustible se paguen como deben.
Cuando Hillary y McCain propusieron una medida similar en Estados Unidos ya dije que era una estupidez. Lo sigue siendo cuando se traslada esta idea a Europa. Sí, los carburantes están cargados de impuestos en el viejo continente, pero eso es de hecho una buena idea, ya que evita subvencionar actividades poco eficientes.
Evidentemente, Sarkozy es lo suficiente cínico para echar la piedra y esconder la mano. Al hablar de IVA europeo, cualquier "fracaso" de su idea de reducción fiscal es culpa de Bruselas, no suya. Después algunos se preguntan por qué los franceses no aguantan a sus políticos.
A todo esto, el agravio comparativo que mencionan los pescadores y transportistas no lo es tanto. Sí, los autobuses acaban recuperando muchos de estos impuestos. Sin embargo, ya que hablamos de consumo y eficiencia energética, los autobuses son muy eficientes en comparación a otras alternativas prácticas (básicamente, el coche privado); es natural que se intente primar fiscalmente su uso. Los camiones son mucho menos eficientes que otras alternativas (ferrocarriles), así que tratar de penalizar su uso es una buena idea. Es todo cuestión de hacer que los costes reales del uso de combustible se paguen como deben.
lunes, mayo 26, 2008
Hablando de elecciones presidenciales (I)...
Aviso a los viandantes, peatones y transeuntes que un servidor ha parido un nuevo artículo por aquí.
Una sombra planea sobre el candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos. Parece bastante claro a estas alturas que Barack Obama es un candidato fuera de lo común: es joven, atractivo, carismático, un orador extraordinario y -sí, claro- negro. Es la clase de político en que todos los soñadores impenitentes que aún creen que la política puede ser algo distinto e inspirador les gusta ver reflejados; cuando hace un discurso Obama es la viva imagen de todo a lo que los Estados Unidos (o al menos, una parte de Estados Unidos) dicen aspirar. Es el heredero de Camelot y Martin Luther King Jr. en una sóla persona.
Leer más...
Las aventuras de Rajoy, guerrero de la carretera
El PP anda ya en modo pre-Mad Max. Con Pedrojota hablando de armas nucleares, supongo que sería buena idea hablar ya de tácticas de asesinato político para empezar a aclararnos. La situación no ha cambiado; ahora es hora de hablar del arte del golpe de estado. A continuación, las reglas del asesinato partidista, sacadas de una larga lista de mamporrazos observados en otros partidos europeos.
1. Roma no paga a los traidores. Los partidos políticos aman la disciplina de partido. Es un acto reflejo; es un arreglo que funciona, es un mecanismo racional para gestionar una organización, y es una regla simple que los notables de un partido aplican cuando andan perdidos. A efectos prácticos, eso quiere decir que un partido es poco propenso a darle la corona al tipo que haya despeñado al jefe, por muy impopular que este fuera. Es cuestión de enviar un aguerrido voluntario kamikaze para que te abra la puerta.
2. No hace falta ganar en votos para derrotar al jefe. Si en un congreso se presenta un piltrafilla de cuarta categoría (llamémosle Costa) como alternativa al jefe, el líder no debe ganar ese congreso; debe machacar a su oponente sin piedad. Si no lo hace y un grupo significativo del partido decide no apoyar al jefe, especialmente cuando su rival es un mandril, el presi quedará con un idiota. En política quedarte con cara de tonto es casi tan malo ser un perdedor. El jefe puede acabar dimitiendo igual.
3. Nunca juegues en campo contrario. Si esto se va a solucionar a tortas o votos en público, nunca te pelees en un estadio donde el jefe escoge los jueces. Si el congreso ha sido montado por el aparato del partido, y este aparato fue lo suficiente listo como para moverse rato y cerrar las votaciones de los delegados antes que pudieras hacer nada, actua con cuidado. Asegúrate de emboscar al presi en un sitio oscuro con tus amigotes mediáticos para que llegue bien tocado.
4. Exagera todo lo que puedas. Cada tipo que te apoya vale por 500. Tus flechas bloquearan la luz del sol. Tienes más de 1000 elefantes, necromancia a nivel 21 y Cthullu te ama. ¡Temed a Shub-Nigurath!
5. Usa el gámbito Scattegories. Si no aceptan "X" como lideresa o gran pope del partido, me largo con mis fieles a otro grupo parlamentario. El problema "ligero" es que a veces te contestan "pues vale" y te vas a morir cual Colom, Rahola, Jenkins o Chevenement en un rincón, olvidado por todoss.
6. Pide que tu jefe baile. No hay nada mejor para un líder con problemas que tener que hablar en público y hacer cosas. Sea un discurso, sea un debate sobre el estado de la nación, sea bailar claqué en la tele, seguro que algo hará mal. No hay nada más placentero que magnificar cualquier error ajeno, por estúpido que sea.
7. El sepukku mola. No hay nada mejor que convencer al jefe que se salga del medio él solito, clavándose la espada él solo sin molestar a nadie. Siempre le puedes dar un reconocimiento enviándolo al cielo con un homenaje. Si tienes sentido del humor, el cielo está en Estrasburgo.
Hay más; id añadiendo. Todo sea para dar ideas al PP y que sigan con el espectáculo. Por cierto, ¿alguien saben cómo la economía y qué hace el gobierno? No he leído nada de ello en los periódicos desde hace tiempo. Zapatero tiene, desde luego, una potra que no se aguanta.
1. Roma no paga a los traidores. Los partidos políticos aman la disciplina de partido. Es un acto reflejo; es un arreglo que funciona, es un mecanismo racional para gestionar una organización, y es una regla simple que los notables de un partido aplican cuando andan perdidos. A efectos prácticos, eso quiere decir que un partido es poco propenso a darle la corona al tipo que haya despeñado al jefe, por muy impopular que este fuera. Es cuestión de enviar un aguerrido voluntario kamikaze para que te abra la puerta.
2. No hace falta ganar en votos para derrotar al jefe. Si en un congreso se presenta un piltrafilla de cuarta categoría (llamémosle Costa) como alternativa al jefe, el líder no debe ganar ese congreso; debe machacar a su oponente sin piedad. Si no lo hace y un grupo significativo del partido decide no apoyar al jefe, especialmente cuando su rival es un mandril, el presi quedará con un idiota. En política quedarte con cara de tonto es casi tan malo ser un perdedor. El jefe puede acabar dimitiendo igual.
3. Nunca juegues en campo contrario. Si esto se va a solucionar a tortas o votos en público, nunca te pelees en un estadio donde el jefe escoge los jueces. Si el congreso ha sido montado por el aparato del partido, y este aparato fue lo suficiente listo como para moverse rato y cerrar las votaciones de los delegados antes que pudieras hacer nada, actua con cuidado. Asegúrate de emboscar al presi en un sitio oscuro con tus amigotes mediáticos para que llegue bien tocado.
4. Exagera todo lo que puedas. Cada tipo que te apoya vale por 500. Tus flechas bloquearan la luz del sol. Tienes más de 1000 elefantes, necromancia a nivel 21 y Cthullu te ama. ¡Temed a Shub-Nigurath!
5. Usa el gámbito Scattegories. Si no aceptan "X" como lideresa o gran pope del partido, me largo con mis fieles a otro grupo parlamentario. El problema "ligero" es que a veces te contestan "pues vale" y te vas a morir cual Colom, Rahola, Jenkins o Chevenement en un rincón, olvidado por todoss.
6. Pide que tu jefe baile. No hay nada mejor para un líder con problemas que tener que hablar en público y hacer cosas. Sea un discurso, sea un debate sobre el estado de la nación, sea bailar claqué en la tele, seguro que algo hará mal. No hay nada más placentero que magnificar cualquier error ajeno, por estúpido que sea.
7. El sepukku mola. No hay nada mejor que convencer al jefe que se salga del medio él solito, clavándose la espada él solo sin molestar a nadie. Siempre le puedes dar un reconocimiento enviándolo al cielo con un homenaje. Si tienes sentido del humor, el cielo está en Estrasburgo.
Hay más; id añadiendo. Todo sea para dar ideas al PP y que sigan con el espectáculo. Por cierto, ¿alguien saben cómo la economía y qué hace el gobierno? No he leído nada de ello en los periódicos desde hace tiempo. Zapatero tiene, desde luego, una potra que no se aguanta.
viernes, mayo 23, 2008
A todo esto... nueva bitácora
Una nota rápida sobre un nuevo proyecto en que ando metido. La gente del Club Loren Ipsum me han pedido a ver si estaría interesado en escribir una bitácora por ahí sobre las elecciones generales americanas, supongo que haciendo algo parecido a la eterna serie sobre las primarias que he parido por aquí.
La bitácora, que fruto de mi escasa imaginación se llamará Barras y Estrellas, la podéis seguir aquí. De momento sólo me he presentado al respetable, pero irán apareciendo artículos según pasen cosas y tenga algo de tiempo. Ya iré avisando cuando saque algo por esos lares. Eso supone que probablemente tenga que bajar el ritmo en esta bitácora un poquito, según el tiempo que tenga. Haré lo que pueda.
La bitácora, que fruto de mi escasa imaginación se llamará Barras y Estrellas, la podéis seguir aquí. De momento sólo me he presentado al respetable, pero irán apareciendo artículos según pasen cosas y tenga algo de tiempo. Ya iré avisando cuando saque algo por esos lares. Eso supone que probablemente tenga que bajar el ritmo en esta bitácora un poquito, según el tiempo que tenga. Haré lo que pueda.
Las aventuras de Rajoy, héroe de Numancia
Pobre de mí. Citoyen me pregunta por aquí que trate de explicar qué narices está sucediendo en el PP, quién es aliado de quién, y cuál es el sentido profundo de la existencia de Mariano Rajoy. ¿Aspira realmente este tipo el fabuloso hombre piñata? Veamos.
Sinceramente, ando casi tan perdido como todo el mundo. Tengo una teoría ligeramente rebuscada y espero que razonablemente lógica sobre qué explica esta merienda canibal en que se ha convertido el partido gaviotil (pronto buitre) de la derecha española. Vayamos por partes.
Primero, Rajoy es de hecho un moderado. Es un tipo pragmático, que aspira ante todo a ganar elecciones. Quiere ser presidente del gobierno, y para ello se aplica la cita Marxista (rama Groucho) de "estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros". No es que sea capaz de abrazar el comunismo por unos votos, pero digamos que no tiene demasiados reparos en ser menos arribaespañista si eso le da la presidencia del gobierno. Es una criatura de partido, nacida durante la larga travesía hacia el centro del aznarismo pre-imperial; conservador, sí, pero tampoco nada demasiado integrista.
Durante la pasada legislatura, tras perder las elecciones de forma sorprendente, Rajoy se encuentra que manda en el partido, pero nadie sabe exactamente por qué. Sí, Aznar lo nombró heredero, etcétera, pero ¿quién ama al bueno de Mariano realmente?. Nadie realmente sabe qué apoyos tiene.
Al mismo tiempo un sector del partido bastante ruidoso decide seguir con los dictados de los años finales del aznarato, el rollo "liberal" versión FJL. Con la "protección" de la derecha mediática vociferante y aprovechando de la debilidad relativa de Rajoy, que no tiene una base clara, esta gente pueden controlar con relativa facilidad el discurso del partido. El bueno de Mariano seguramente cree que todas esas declaraciones apocalípticas no dan votos, pero también sabe que liarse a guantazos con medio partido, con el trauma que llevan, haría imposible su objetivo de llegar a la Moncloa. No le queda más que resignarse, seguirles la corriente, y a ver si gana a base de mantener el partido tranquilo y centrado en tratar de morder a los socialistas.
El pequeño problema, claro está, es que llegan las elecciones y el partido vuelve a morder el polvo. Con la derrota, el bueno de Mariano mira las encuestas, ve que si en vez de perseguir nacionalistas imaginarios hubieran hablado de economía quizás hubieran ganado, y decide que ya vale de tanta tontería, es hora de moderarse. La derecha mediática montañesa y sus amiguetes ven esto, deciden que esto de centrarse es cosa de traidores, gallardones y gente de mal vivir, y deciden liarse a tortas con el jefe.
El problema para el PP, ahora mismo, es que no hay manera humana de saber cómo es el partido realmente. ¿Es la mayoría del partido un grupo de gente pragmática, que creen que centrarse y moderarse es lo que te da las elecciones? ¿O son los que creen que sólo se ganan elecciones con ideas (y si se pierden, tanto da) mayoría? Ambos bandos, ahora mismo, andan metidos en una compleja danza ritual de berridos, mostrar plumaje y parecer fiero y fuerte que viene a ser básicamente un juego de señal.
Esto parece muy bonito, claro está, pero esta danza antropófaga de la derecha montañesa tiene otros alicientes. Del mismo modo que nadie sabe realmente cuánto apoyo tiene Rajoy, lo mismo sucede con el nutrido grupo de aspirantes a la poltrona que andan revoloteando y soltando puñaladas. Todos ellos estan estos días dando mandobles y echando guiños a FJL y Pedrojota a ver si caen en gracia, con la lideresa, por descontado, en el centro de la pista. La cuestión es salir al ruedo, tratar de darle el mayor tortazo a Rajoy -con elegancia- que uno pueda, y quedar como fuerte y valerosa y Mariano como tonto y debilucho. No es ya cuestión de ganar el favor de la mayoría; ahora se trata de dejar al presidente del partido tan malherido que no le dejen entrar ni en los bares de su pueblo.
De hecho, no ha cambiado nada desde marzo: no es que acertara cuando decía que habrían tortas, es que era bastante evidente. Lo que parece bastante claro es que con la que está cayendo en el plano económico, tener al PP todo distraido en estas alegres festividades no les debe estar haciendo favores en las encuestas. Ah, la división de los partidos. Que bonito espectáculo.
Sinceramente, ando casi tan perdido como todo el mundo. Tengo una teoría ligeramente rebuscada y espero que razonablemente lógica sobre qué explica esta merienda canibal en que se ha convertido el partido gaviotil (pronto buitre) de la derecha española. Vayamos por partes.
Primero, Rajoy es de hecho un moderado. Es un tipo pragmático, que aspira ante todo a ganar elecciones. Quiere ser presidente del gobierno, y para ello se aplica la cita Marxista (rama Groucho) de "estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros". No es que sea capaz de abrazar el comunismo por unos votos, pero digamos que no tiene demasiados reparos en ser menos arribaespañista si eso le da la presidencia del gobierno. Es una criatura de partido, nacida durante la larga travesía hacia el centro del aznarismo pre-imperial; conservador, sí, pero tampoco nada demasiado integrista.
Durante la pasada legislatura, tras perder las elecciones de forma sorprendente, Rajoy se encuentra que manda en el partido, pero nadie sabe exactamente por qué. Sí, Aznar lo nombró heredero, etcétera, pero ¿quién ama al bueno de Mariano realmente?. Nadie realmente sabe qué apoyos tiene.
Al mismo tiempo un sector del partido bastante ruidoso decide seguir con los dictados de los años finales del aznarato, el rollo "liberal" versión FJL. Con la "protección" de la derecha mediática vociferante y aprovechando de la debilidad relativa de Rajoy, que no tiene una base clara, esta gente pueden controlar con relativa facilidad el discurso del partido. El bueno de Mariano seguramente cree que todas esas declaraciones apocalípticas no dan votos, pero también sabe que liarse a guantazos con medio partido, con el trauma que llevan, haría imposible su objetivo de llegar a la Moncloa. No le queda más que resignarse, seguirles la corriente, y a ver si gana a base de mantener el partido tranquilo y centrado en tratar de morder a los socialistas.
El pequeño problema, claro está, es que llegan las elecciones y el partido vuelve a morder el polvo. Con la derrota, el bueno de Mariano mira las encuestas, ve que si en vez de perseguir nacionalistas imaginarios hubieran hablado de economía quizás hubieran ganado, y decide que ya vale de tanta tontería, es hora de moderarse. La derecha mediática montañesa y sus amiguetes ven esto, deciden que esto de centrarse es cosa de traidores, gallardones y gente de mal vivir, y deciden liarse a tortas con el jefe.
El problema para el PP, ahora mismo, es que no hay manera humana de saber cómo es el partido realmente. ¿Es la mayoría del partido un grupo de gente pragmática, que creen que centrarse y moderarse es lo que te da las elecciones? ¿O son los que creen que sólo se ganan elecciones con ideas (y si se pierden, tanto da) mayoría? Ambos bandos, ahora mismo, andan metidos en una compleja danza ritual de berridos, mostrar plumaje y parecer fiero y fuerte que viene a ser básicamente un juego de señal.
Esto parece muy bonito, claro está, pero esta danza antropófaga de la derecha montañesa tiene otros alicientes. Del mismo modo que nadie sabe realmente cuánto apoyo tiene Rajoy, lo mismo sucede con el nutrido grupo de aspirantes a la poltrona que andan revoloteando y soltando puñaladas. Todos ellos estan estos días dando mandobles y echando guiños a FJL y Pedrojota a ver si caen en gracia, con la lideresa, por descontado, en el centro de la pista. La cuestión es salir al ruedo, tratar de darle el mayor tortazo a Rajoy -con elegancia- que uno pueda, y quedar como fuerte y valerosa y Mariano como tonto y debilucho. No es ya cuestión de ganar el favor de la mayoría; ahora se trata de dejar al presidente del partido tan malherido que no le dejen entrar ni en los bares de su pueblo.
De hecho, no ha cambiado nada desde marzo: no es que acertara cuando decía que habrían tortas, es que era bastante evidente. Lo que parece bastante claro es que con la que está cayendo en el plano económico, tener al PP todo distraido en estas alegres festividades no les debe estar haciendo favores en las encuestas. Ah, la división de los partidos. Que bonito espectáculo.
jueves, mayo 22, 2008
Elogio de la universidad española
Al hablar de educación superior, una palabra que se oye demasiado a menudo es productividad. Sí, ese indicador económico que nos dice cuánto produce un currela en una determinada cantidad de tiempo. En el mundo académico la producción se cifra a menudo en cantidad de artículos y libros que un determinado profesor publica al año; si alguien está descubriendo muchas cosas y aportando mucha teoría nueva, es un buen profesor.
En esto, la universidad española tiende a ser entre cutre y patética. Sí, hay un determinado porcentaje de profesores frikis que publican cosas incluso cuando duermen. Algunos incluso publican cosas que son dignas de leer, en revistas dónde uno tiene que esforzarse por publicar y todo. La mayoría, sin embargo, se sientan bien cómodos en su despacho, disfrutando de la vida del funcionario ocioso, dándo clases de vez en cuándo y considerando escribir en un periódico una vez por semana un esfuerzo ingente.
¿Triste? Sí, un poco. Así va la producción científica en España. Sin embargo, casi sin quererlo, los profesores de universidad son muy productivos; mucho más que sus colegas de Harvard, Yale o Oxford. La razón es simple: la masificación.
Una de las (agradables) sorpresas cuando un españolito se va a estudiar a una universidad "seria" es lo pequeñas que son las clases. Tienes un catedrático, que puede ser un tipo de prestigio internacional, y 15-20 estudiantes discutiendo sobre los libros que tenían que leerse durante la semana. Así de cómodo e instructivo. Uno aprende muchísimo, pero la productividad del profesor, en "cerebros instruidos por hora" es patéticamente baja. Sí, los estudiantes aprenden muchísimo, pero está enseñando cosas a pocos de ellos. Es una fábrica artesanal, un cadena de montaje en que se crean artículos de lujo para unos pocos.
En una universidad española, cuando uno se sienta con otros 80-100 pobres estudiantes en una clase que parece un hangar, es probable que no aprenda demasiado si no pone un poco de voluntad y lee por su cuenta. El profesor, sin embargo, está produciendo muchísimos cerebros. Sí, son cerebros póbremente esculpidos, y quizás está poniendo un número excesivo de abogados en el mercado (así nos van los salarios), pero su productividad por hora es enorme, y el coste final del producto (la licenciatura) es menor.
La próxima vez que critiquéis la universidad y sus gigantescas, enormes clases, vale la pena tener en cuenta sus costes. Una universidad pública decente en EUA, con sus clases pequeñitas, puede costar a un estudiantes 15.000 ó 20.000 dólares al año (incluyendo alojamiento), y eso que están parcialmente subvencionada. En España, pagamos quizás 900 dólares al año, para un coste total por alumno muchísimo menor. Sí, la calidad de la educación es mayor, pero el acceso está abierto a unos pocos.
La universidad española tiene muchísimos problemas, pero es bastante probable que la masificación no sea el más grave de ellos. Deberíamos empezar por la investigación, su autismo y oligofrenia, y no necesariamente por la gente que metemos en clase.
En esto, la universidad española tiende a ser entre cutre y patética. Sí, hay un determinado porcentaje de profesores frikis que publican cosas incluso cuando duermen. Algunos incluso publican cosas que son dignas de leer, en revistas dónde uno tiene que esforzarse por publicar y todo. La mayoría, sin embargo, se sientan bien cómodos en su despacho, disfrutando de la vida del funcionario ocioso, dándo clases de vez en cuándo y considerando escribir en un periódico una vez por semana un esfuerzo ingente.
¿Triste? Sí, un poco. Así va la producción científica en España. Sin embargo, casi sin quererlo, los profesores de universidad son muy productivos; mucho más que sus colegas de Harvard, Yale o Oxford. La razón es simple: la masificación.
Una de las (agradables) sorpresas cuando un españolito se va a estudiar a una universidad "seria" es lo pequeñas que son las clases. Tienes un catedrático, que puede ser un tipo de prestigio internacional, y 15-20 estudiantes discutiendo sobre los libros que tenían que leerse durante la semana. Así de cómodo e instructivo. Uno aprende muchísimo, pero la productividad del profesor, en "cerebros instruidos por hora" es patéticamente baja. Sí, los estudiantes aprenden muchísimo, pero está enseñando cosas a pocos de ellos. Es una fábrica artesanal, un cadena de montaje en que se crean artículos de lujo para unos pocos.
En una universidad española, cuando uno se sienta con otros 80-100 pobres estudiantes en una clase que parece un hangar, es probable que no aprenda demasiado si no pone un poco de voluntad y lee por su cuenta. El profesor, sin embargo, está produciendo muchísimos cerebros. Sí, son cerebros póbremente esculpidos, y quizás está poniendo un número excesivo de abogados en el mercado (así nos van los salarios), pero su productividad por hora es enorme, y el coste final del producto (la licenciatura) es menor.
La próxima vez que critiquéis la universidad y sus gigantescas, enormes clases, vale la pena tener en cuenta sus costes. Una universidad pública decente en EUA, con sus clases pequeñitas, puede costar a un estudiantes 15.000 ó 20.000 dólares al año (incluyendo alojamiento), y eso que están parcialmente subvencionada. En España, pagamos quizás 900 dólares al año, para un coste total por alumno muchísimo menor. Sí, la calidad de la educación es mayor, pero el acceso está abierto a unos pocos.
La universidad española tiene muchísimos problemas, pero es bastante probable que la masificación no sea el más grave de ellos. Deberíamos empezar por la investigación, su autismo y oligofrenia, y no necesariamente por la gente que metemos en clase.
miércoles, mayo 21, 2008
Más sobre la máquina alucinante
El increíble motor de la campaña de Obama de la que hablaba el otro día, internet, tiene dos vertientes: movilización, y recaudar pasta a espuertas. Joshua Green escribió este artículo no hace mucho con más detalles sobre el invento, para todos los frikis de la política futurista y las interwebs 2.0.
Muy 2.0. Uno de los diseñadores de la página de Obama es uno de los fundadores de Facebook, que se metió en política en su año sabático. Muy interesante.
Actualización: enlace corregido. Perdón...
Muy 2.0. Uno de los diseñadores de la página de Obama es uno de los fundadores de Facebook, que se metió en política en su año sabático. Muy interesante.
Actualización: enlace corregido. Perdón...
Adios al primer gran aeropuerto
Se llama Tempelhof, y fue el primero de los grandes aeropuertos del mundo. El edificio actual, finalizado en 1941, fue en su día el mayor edificio de Europa. Es uno de los raros casos en que los nazis construyeron algo que aparte de megalítico, era útil y ciertamente bonito. Tras varios años de agonía, el ahora pequeño aeródromo cerrará definitivamente sus puertas en noviembre.
El New York Times le dedica hoy un triste, fascinante artículo a este edificio emblemático, que como todo en la capital alemana ha tenido una historia accidentada. Fue la terminal del puente aéreo de Berlín cuando los soviéticos bloquearon la ciudad en 1948, escenario de la guerra, y probablemente uno de los edificios menos conocidos y más influyentes de los últimos 70 años.
Para todos los frikis del transporte, un pequeño icono del siglo pasado se apaga.
El New York Times le dedica hoy un triste, fascinante artículo a este edificio emblemático, que como todo en la capital alemana ha tenido una historia accidentada. Fue la terminal del puente aéreo de Berlín cuando los soviéticos bloquearon la ciudad en 1948, escenario de la guerra, y probablemente uno de los edificios menos conocidos y más influyentes de los últimos 70 años.
Para todos los frikis del transporte, un pequeño icono del siglo pasado se apaga.
martes, mayo 20, 2008
Primary Colors (LIII): los minutos basura
Cuando un partido se está acabando y uno de los equipos gana por una diferencia imposible de superar, muchos entrenadores tienen por costumbre poner a todos los novatos que tiene en el banquillo en la cancha, para que jueguen un ratito cuando ya no sirven de nada. Las primarias de hoy en Oregón y Kentucky son parecidas. Obama necesita sacar unos pocos votos para tener una mayoría matemática de delegados de elección directa, dejando bien claro (otra vez) que Obama será el candidato.
Evidentemente, Clinton anda protestando diciendo que aún puede ganar y que esto no se ha acabado, usando el equivalente político de chillar que mañana quizás no salga el sol, así que necesito comprar un rifle. No puede ganar sin dar un golpe de estado dentro del partido. Parece que están en esto básicamente sólo para salir en la foto, hacer ruido, y dejar bien claro a todo el mundo que no hay nada más importante para los Clinton que los mismos Clinton.
Sí, dicen que va ganando en el "voto popular". Para ello cuentan los votos en Michigan, un estado que fue sancionado por adelantar sus primarias sin autorización haciendo que sus elecciones sean nulas. Todos los candidatos prometieron no hacer campaña, y prácticamente todos (excepto Clinton) decidieron que su nombre no estuviera en la papeletas; Hillary participaba solita. En Florida sucedía lo mismo, aunque al menos Obama estaba en la papeleta. Nadie hizo campaña ahí oficialmente.
En fin, para qué insistir. Obama es el candidato. Hoy ganará en Oregón, perderá Kentucky (estado muy parecido a West Virginia) y la cosa seguirá igual... totalmente decidida.
A todo esto, ayer un superdelegado significativo decidió apoyar a Obama: Robert Byrd, senador nonagenario de West Virginia y antiguo miembro del Ku Klux Klan en sus años mozos. Y eso que Hillary ganó en su estado por goleada. La gente parece que puede cambiar.
Evidentemente, Clinton anda protestando diciendo que aún puede ganar y que esto no se ha acabado, usando el equivalente político de chillar que mañana quizás no salga el sol, así que necesito comprar un rifle. No puede ganar sin dar un golpe de estado dentro del partido. Parece que están en esto básicamente sólo para salir en la foto, hacer ruido, y dejar bien claro a todo el mundo que no hay nada más importante para los Clinton que los mismos Clinton.
Sí, dicen que va ganando en el "voto popular". Para ello cuentan los votos en Michigan, un estado que fue sancionado por adelantar sus primarias sin autorización haciendo que sus elecciones sean nulas. Todos los candidatos prometieron no hacer campaña, y prácticamente todos (excepto Clinton) decidieron que su nombre no estuviera en la papeletas; Hillary participaba solita. En Florida sucedía lo mismo, aunque al menos Obama estaba en la papeleta. Nadie hizo campaña ahí oficialmente.
En fin, para qué insistir. Obama es el candidato. Hoy ganará en Oregón, perderá Kentucky (estado muy parecido a West Virginia) y la cosa seguirá igual... totalmente decidida.
A todo esto, ayer un superdelegado significativo decidió apoyar a Obama: Robert Byrd, senador nonagenario de West Virginia y antiguo miembro del Ku Klux Klan en sus años mozos. Y eso que Hillary ganó en su estado por goleada. La gente parece que puede cambiar.
lunes, mayo 19, 2008
Esto no es normal...
Lo de Obama es definitivamente algo bastante extraordinario. Gane o pierda las generales (es el candidato en todo menos el nombre ya), un tipo que es capaz de reunir 75.000 personas cuando da un discurso en Oregón es algo sencillamente brutal. La capacidad de movilización de este hombre, y la tremenda, innovadora, única máquina política que ha creado, son realmente extraordinarias.
Cuando decía que todos los candidatos utilizaban internet más o menos igual estaba muy, muy equivocado. Acabadas las primarias me basta repasar todos los mensajes que ha enviado cada campaña por correo electrónico para verlo. Todos los candidatos han coincidido en hacer unas cuantas cosas: decir lo maravillosos que son, enlazar con sus bonitos (o no tan bonitos) anuncios, y pedirte dinero para que esos anuncios salgan en la tele en el siguiente estado con primarias. Algunos (caso de Hillary) han pedido mucho, mucho dinero, muchas, muchas veces, y han dedicado muchos correos a explicar con pelos y señales por qué su candidatura es aún viable, digan lo que digan las matemáticas.
La campaña de Obama, sin embargo, ha ido más lejos. Para empezar, según se acercaban las primarias aquí en Connecticut los correos no me llegaban sólamente de sus oficinas en Chicago; la gente de la campaña dentro del estado empezaron a llevar la voz cantante. En contra de lo que hacían el resto (pedir dinero), los correos de la campaña de Obama preguntan si puedes atender una reunión en tu barrio (y es literalmente en tu barrio: dí varias direcciones, y todas tenían gente cerca), e ir a hablar con otros interesados. La iniciativa venía probablemente de organizadores de campaña profesionales, pero quien estaba dando la cara y enviando correos (y eso es literal; cada uno era distinto) eran voluntarios, cientos de ellos. Todos organizando eventos, llamando por teléfono, generando ruido mediático, hablando con gente, llevando a gente a Hartford cuando Obama paró por aquí, y sí, recaudando fondos cuando era necesario.
Aún más significativo: pasado el supermartes, esta organización y voluntarios no se desvanecieron. La campaña de Hillary básicamente paró de organizar eventos en Connecticut; la gente de Obama no. Esta gente siguieron organizando fiestas, bancos telefónicos llamando a votantes de estados que iban a votar pronto, y básicamente manteniendo a quien quisiera ocupado.
Toda esta actividad tiene dos grandes ventajas: primero, hace que la campaña sobre el terreno sea muchísimo más barata. Hillary se ha hecho un hartón de pagar a los consultores, maquinaria de partido y organizadores profesionales de siempre en todos los estados. Obama ha disfrutado siempre de un equipo de profesionales más pequeño y especializado, y un pequeño gran ejército de voluntarios haciendo el trabajo sobre el terreno. Esto ha sido una ventaja importante en muchos estados con primarias, y una arma demoledora en los caucus, donde el puerta a puerta y el dar la murga en todas partes es crucial.
Segundo, pedir dinero es muchísimo más fácil cuando formas parte de un club. La campaña de Obama hace todo lo posible para que voluntarios y donantes se sientan útiles, y trata de atraer el máximo número posible de estos. Como más gente te ayuda, más veces la gente escucha tu mensaje, y mayor es la probabilidad de atraer más voluntarios. La maquinaria se alimenta a si misma.
La campaña de Obama ha sido una demostración de cómo utilizar tecnología, bases de datos y redes sociales de forma eficiente. Saben dónde vives, saben quién eres, y te van a poner en contacto de gente como tú para que trabajes para ellos. Las mismas materias primas de los viejos movimientos sociales, adaptados y ampliados al nuevo mundo. No sólo es un político distinto; están haciendo campaña mejor que nadie.
Cuando decía que todos los candidatos utilizaban internet más o menos igual estaba muy, muy equivocado. Acabadas las primarias me basta repasar todos los mensajes que ha enviado cada campaña por correo electrónico para verlo. Todos los candidatos han coincidido en hacer unas cuantas cosas: decir lo maravillosos que son, enlazar con sus bonitos (o no tan bonitos) anuncios, y pedirte dinero para que esos anuncios salgan en la tele en el siguiente estado con primarias. Algunos (caso de Hillary) han pedido mucho, mucho dinero, muchas, muchas veces, y han dedicado muchos correos a explicar con pelos y señales por qué su candidatura es aún viable, digan lo que digan las matemáticas.
La campaña de Obama, sin embargo, ha ido más lejos. Para empezar, según se acercaban las primarias aquí en Connecticut los correos no me llegaban sólamente de sus oficinas en Chicago; la gente de la campaña dentro del estado empezaron a llevar la voz cantante. En contra de lo que hacían el resto (pedir dinero), los correos de la campaña de Obama preguntan si puedes atender una reunión en tu barrio (y es literalmente en tu barrio: dí varias direcciones, y todas tenían gente cerca), e ir a hablar con otros interesados. La iniciativa venía probablemente de organizadores de campaña profesionales, pero quien estaba dando la cara y enviando correos (y eso es literal; cada uno era distinto) eran voluntarios, cientos de ellos. Todos organizando eventos, llamando por teléfono, generando ruido mediático, hablando con gente, llevando a gente a Hartford cuando Obama paró por aquí, y sí, recaudando fondos cuando era necesario.
Aún más significativo: pasado el supermartes, esta organización y voluntarios no se desvanecieron. La campaña de Hillary básicamente paró de organizar eventos en Connecticut; la gente de Obama no. Esta gente siguieron organizando fiestas, bancos telefónicos llamando a votantes de estados que iban a votar pronto, y básicamente manteniendo a quien quisiera ocupado.
Toda esta actividad tiene dos grandes ventajas: primero, hace que la campaña sobre el terreno sea muchísimo más barata. Hillary se ha hecho un hartón de pagar a los consultores, maquinaria de partido y organizadores profesionales de siempre en todos los estados. Obama ha disfrutado siempre de un equipo de profesionales más pequeño y especializado, y un pequeño gran ejército de voluntarios haciendo el trabajo sobre el terreno. Esto ha sido una ventaja importante en muchos estados con primarias, y una arma demoledora en los caucus, donde el puerta a puerta y el dar la murga en todas partes es crucial.
Segundo, pedir dinero es muchísimo más fácil cuando formas parte de un club. La campaña de Obama hace todo lo posible para que voluntarios y donantes se sientan útiles, y trata de atraer el máximo número posible de estos. Como más gente te ayuda, más veces la gente escucha tu mensaje, y mayor es la probabilidad de atraer más voluntarios. La maquinaria se alimenta a si misma.
La campaña de Obama ha sido una demostración de cómo utilizar tecnología, bases de datos y redes sociales de forma eficiente. Saben dónde vives, saben quién eres, y te van a poner en contacto de gente como tú para que trabajes para ellos. Las mismas materias primas de los viejos movimientos sociales, adaptados y ampliados al nuevo mundo. No sólo es un político distinto; están haciendo campaña mejor que nadie.
jueves, mayo 15, 2008
Y hay gente que cobra para esto
Los republicanos en la cámara de representantes tienen problemillas graves. En el último mes han perdido tres elecciones, las tres en circunscripciones ocupadas anteriormente por republicanos, y las tres en escaños considerados como "seguros" por cualquier analista vágamente razonable hace sólo unos meses. El último en Mississippi, en un distrito que ganó Bush el 2004 con un 62%, fue arrebatado anteayer a los conservadores con una facilidad apabullante, con el demócrata ganando por ocho puntos.
Los republicanos lo tienen muy, muy difícil en noviembre, y lo saben. No me extraña demasiado que Hillary siga en estas primarias contra cualquier lógica terrenal, divina o matemática; en noviembre los demócratas podrían presentar a un lunático en pijama rapeando como chikilicuatre y aún tendrían números de ganar de calle.
En vista del desastre, los republicanos en la cámara de representantes han tenido una idea brillante, que es buscar un nuevo lema electoral, más acorde con los tiempos: "The change you deserve" (el cambio que te mereces). Brillante, la leche, espectacular... y que es el mismo lema, tristemente, que un medicamento antidepresivo. Joder, es que uno ya no tiene ni que hacer el chiste.
En fin, cuándo alguien se pregunte por qué McCain realmente lo tiene muy, muy, muy difícil, que recuerde tres cosas: los republicanos no se comerían un rosco ni en un burdel, son incapaces de distinguir entre sus expectativas políticas y la botica del doctor House, y el presidente precedente que tanto, tanto abrazaba hace unos añitos dice que dejó de jugar a golf por solidaridad a las tropas. Buena suerte.
Los republicanos lo tienen muy, muy difícil en noviembre, y lo saben. No me extraña demasiado que Hillary siga en estas primarias contra cualquier lógica terrenal, divina o matemática; en noviembre los demócratas podrían presentar a un lunático en pijama rapeando como chikilicuatre y aún tendrían números de ganar de calle.
En vista del desastre, los republicanos en la cámara de representantes han tenido una idea brillante, que es buscar un nuevo lema electoral, más acorde con los tiempos: "The change you deserve" (el cambio que te mereces). Brillante, la leche, espectacular... y que es el mismo lema, tristemente, que un medicamento antidepresivo. Joder, es que uno ya no tiene ni que hacer el chiste.
En fin, cuándo alguien se pregunte por qué McCain realmente lo tiene muy, muy, muy difícil, que recuerde tres cosas: los republicanos no se comerían un rosco ni en un burdel, son incapaces de distinguir entre sus expectativas políticas y la botica del doctor House, y el presidente precedente que tanto, tanto abrazaba hace unos añitos dice que dejó de jugar a golf por solidaridad a las tropas. Buena suerte.
miércoles, mayo 14, 2008
Esas diferenciales sutiles...
Se ha hablado bastante del presunto desmarque de McCain respecto a Bush al hablar de medio ambiente y cambio climático. Cierto, McCain cree que es algo real y que es necesario hacer algo sobre el tema, una postura infinitamente mejor que la del presidente y que le está creando problemas graves en medios conservadores, pero cuando se habla de soluciones concretas, no sería mala idea leer la letra pequeña.
Es cuestión de comparar planes, las ideas de McCain con las de Obama. Ambos defienden una reducción de emisiones; un 60% para el conservador, 80% para el demócrata. Ambos defienden la creación de un mercado de compraventa de emisiones de CO2, un mecanismo razonable basado en el mercado. La diferencia, sin embargo, es el mecanismo de reparto de emisiones entre ambos, que es lo que realmente importa. Y aquí, como señala Kevin Drum, es dónde el plan de McCain es básicamente atroz.
Obama tiene intención de subastar los permisos de emisión en mercado abierto, y que después quien quiera emitir que se lo busque. McCain pretende repartir los permisos de emisión a las empresas contaminantes, y dejar que estas asignen precios y compran y vendan entre ellas. El resultado en ambos casos, si se hace bien, es una reducción de emisiones comparable, ya que depende del número de permisos en el mercado. Quién carga con el coste de esta reducción, sin embargo, es radicalmente distinto.
En ambos casos los costes finales van a subir; es lo que pasa cuando uno empieza a pagar las externalidades que no andaba pagando hasta ahora. La diferencia está en los detalles. En el plan McCain, las empresas no han pagado nada por tener derecho a utilizar esas externalidades; tienen unos permisos que tienen un determinado valor de mercado, que han conseguido gratis. Si uno tiene una central eléctrica, echará cuentas: tengo estos vales que valen X, así que lo añado como costes en mi cálculo (de hecho, son costes de oportunidad; es un dinero que no ingreso para poder contaminar). Miro, y subo los precios a los consumidores en igual medida, y hala, me quedo tan ancho. Iré reduciendo mis emisiones según se reduce el "techo" permitidos. Es lo que ha sucedido en Europa con un plan similar, y así nos va.
El plan de Obama, sin embargo, funciona de forma distinta: la subasta funciona básicamente como un impuesto sobre emisiones. La racionalidad económica es la misma, pagar los costes externos del acto de echar mierda a la atmósfera. Los precios de la energía subirán igual en la factura de los consumidores. La diferencia es que este sobrecoste no va a las cuentas de beneficios de las empresas, sino a las arcas del estado, que puede utilizarlo para compensar los efectos de la subida de precios, ya sea recortando otros impuestos, ya sea construyendo ferrocarriles y transporte público a espuertas para hacer la economía más eficiente. Lo que más rabia le dé.
Este último detalle es crucial, porque un impuesto sobre las emisiones de CO2 (ambos planes lo son, aunque uno no lo recaude el estado) es de hecho regresivo. Una persona rica y una pobre emiten de hecho cantidades equivalentes de contaminación, hasta cierto punto (dejando de lado a los locos con aviones privados). Sí, el rico tiene un coche y casa más grande y viajará más, pero su gasto total no es muchísimo mayor. El hecho que el estado pueda tener recursos para compensar a quienes menos tienen de algún modo al establecer este impuesto (aunque sea dándoles un cheque; ya digo que el método no es lo importante) es de hecho netamente superior.
Detalles, gente, detalles. No basta ser verde; es importante hacer las cosas bien.
Nota al margen: ignorad los resultados de West Virginia, por cierto. Es el equivalente demográfico de unas elecciones en El Ejido, con Jose María Aznar compitiendo contra un Ecuatoriano. No son significativas, y es un estado bastante minúsculo; Obama tiene la nominación ya.
Es cuestión de comparar planes, las ideas de McCain con las de Obama. Ambos defienden una reducción de emisiones; un 60% para el conservador, 80% para el demócrata. Ambos defienden la creación de un mercado de compraventa de emisiones de CO2, un mecanismo razonable basado en el mercado. La diferencia, sin embargo, es el mecanismo de reparto de emisiones entre ambos, que es lo que realmente importa. Y aquí, como señala Kevin Drum, es dónde el plan de McCain es básicamente atroz.
Obama tiene intención de subastar los permisos de emisión en mercado abierto, y que después quien quiera emitir que se lo busque. McCain pretende repartir los permisos de emisión a las empresas contaminantes, y dejar que estas asignen precios y compran y vendan entre ellas. El resultado en ambos casos, si se hace bien, es una reducción de emisiones comparable, ya que depende del número de permisos en el mercado. Quién carga con el coste de esta reducción, sin embargo, es radicalmente distinto.
En ambos casos los costes finales van a subir; es lo que pasa cuando uno empieza a pagar las externalidades que no andaba pagando hasta ahora. La diferencia está en los detalles. En el plan McCain, las empresas no han pagado nada por tener derecho a utilizar esas externalidades; tienen unos permisos que tienen un determinado valor de mercado, que han conseguido gratis. Si uno tiene una central eléctrica, echará cuentas: tengo estos vales que valen X, así que lo añado como costes en mi cálculo (de hecho, son costes de oportunidad; es un dinero que no ingreso para poder contaminar). Miro, y subo los precios a los consumidores en igual medida, y hala, me quedo tan ancho. Iré reduciendo mis emisiones según se reduce el "techo" permitidos. Es lo que ha sucedido en Europa con un plan similar, y así nos va.
El plan de Obama, sin embargo, funciona de forma distinta: la subasta funciona básicamente como un impuesto sobre emisiones. La racionalidad económica es la misma, pagar los costes externos del acto de echar mierda a la atmósfera. Los precios de la energía subirán igual en la factura de los consumidores. La diferencia es que este sobrecoste no va a las cuentas de beneficios de las empresas, sino a las arcas del estado, que puede utilizarlo para compensar los efectos de la subida de precios, ya sea recortando otros impuestos, ya sea construyendo ferrocarriles y transporte público a espuertas para hacer la economía más eficiente. Lo que más rabia le dé.
Este último detalle es crucial, porque un impuesto sobre las emisiones de CO2 (ambos planes lo son, aunque uno no lo recaude el estado) es de hecho regresivo. Una persona rica y una pobre emiten de hecho cantidades equivalentes de contaminación, hasta cierto punto (dejando de lado a los locos con aviones privados). Sí, el rico tiene un coche y casa más grande y viajará más, pero su gasto total no es muchísimo mayor. El hecho que el estado pueda tener recursos para compensar a quienes menos tienen de algún modo al establecer este impuesto (aunque sea dándoles un cheque; ya digo que el método no es lo importante) es de hecho netamente superior.
Detalles, gente, detalles. No basta ser verde; es importante hacer las cosas bien.
Nota al margen: ignorad los resultados de West Virginia, por cierto. Es el equivalente demográfico de unas elecciones en El Ejido, con Jose María Aznar compitiendo contra un Ecuatoriano. No son significativas, y es un estado bastante minúsculo; Obama tiene la nominación ya.
lunes, mayo 12, 2008
Las aventuras de Rajoy, misterioso hidalgo a la fuga
Mariano Rajoy debe tener el cogote más apetitoso del país, en vista del número de collejas que le están cayendo. Medio partido parece obsesionado en demostrar al mundo todas las formas posibles de hacer que tu jefe quede en ridículo, con una especial predilección por el suicidio político creativo en todas sus formas.
El de ayer, sin embargo, es de los que realmente duelen. Nada de políticos pasados de rosca diciendo adiós para el alivio de -casi- todos (Acebes y Zaplana), esta vez es una de las niñas bonitas de los guardianes de la fe de la derecha verdadera, María San Gil. La mismísima Esperanza no ha tardado en echar auténticos camiones de sal a la herida, con el colegio papel radiofónico clamando traición a España desde las azoteas.
Con todo este espectáculo de ruido y furia de estos días, la verdad me extraña que Rajoy no haya enviado a todo el mundo a la mierda, puesto a otro moderado en su poltrona, y emigrado a Galicia a escribir sus memorias. A este paso, de hecho, no me extrañaría que hiciera eso, estilo González-Almunia en el 96.
El problema, claro está, es que eso no es cerrar una crisis; es alargarla... y eso es lo que Aguirre quiere a estas alturas. El sector liberal-españolazo del PP cree (con razón) que una guerra de desgaste le favorece, y que el congreso no es necesariamente su última oportunidad. Cada vez que meten el dedo en el ojo a Mariano, su valoración en las encuestas de resiente. No tienen que ganar ahora mismo; les basta hacer que su líder sea un juguete roto. Mientras Aguirre tenga barones regionales y notables de partido dispuestos a sacrificarse por la causa (y con el PP fuera del gobierno, hay mucho famosillo sin nada que perder), a Rajoy le van a dar de tortas.
La verdad, empiezo a creer que lo único que puede salvar a Rajoy y los moderados a estas alturas es pedir abiertamente un congreso competitivo. Pedir que Aguirre y los suyos salgan de la cueva y se la jueguen, y que sea lo que Dios quiera. Una guerra de desgaste es insostenible para el partido en general, y Rajoy en particular. En un partido tan opaco como el PP, es más fácil hacer ruido como opositor que demostrar fortaleza como líder, así que como antes deje las cosas claras sobre la fuerza real de cada uno, mejor.
El de ayer, sin embargo, es de los que realmente duelen. Nada de políticos pasados de rosca diciendo adiós para el alivio de -casi- todos (Acebes y Zaplana), esta vez es una de las niñas bonitas de los guardianes de la fe de la derecha verdadera, María San Gil. La mismísima Esperanza no ha tardado en echar auténticos camiones de sal a la herida, con el colegio papel radiofónico clamando traición a España desde las azoteas.
Con todo este espectáculo de ruido y furia de estos días, la verdad me extraña que Rajoy no haya enviado a todo el mundo a la mierda, puesto a otro moderado en su poltrona, y emigrado a Galicia a escribir sus memorias. A este paso, de hecho, no me extrañaría que hiciera eso, estilo González-Almunia en el 96.
El problema, claro está, es que eso no es cerrar una crisis; es alargarla... y eso es lo que Aguirre quiere a estas alturas. El sector liberal-españolazo del PP cree (con razón) que una guerra de desgaste le favorece, y que el congreso no es necesariamente su última oportunidad. Cada vez que meten el dedo en el ojo a Mariano, su valoración en las encuestas de resiente. No tienen que ganar ahora mismo; les basta hacer que su líder sea un juguete roto. Mientras Aguirre tenga barones regionales y notables de partido dispuestos a sacrificarse por la causa (y con el PP fuera del gobierno, hay mucho famosillo sin nada que perder), a Rajoy le van a dar de tortas.
La verdad, empiezo a creer que lo único que puede salvar a Rajoy y los moderados a estas alturas es pedir abiertamente un congreso competitivo. Pedir que Aguirre y los suyos salgan de la cueva y se la jueguen, y que sea lo que Dios quiera. Una guerra de desgaste es insostenible para el partido en general, y Rajoy en particular. En un partido tan opaco como el PP, es más fácil hacer ruido como opositor que demostrar fortaleza como líder, así que como antes deje las cosas claras sobre la fuerza real de cada uno, mejor.
domingo, mayo 11, 2008
Disfrutando de vuestra subvención
Hace un par de semanas que vivo de subvenciones a costa de otros. Tras un (más bien poco) ardúo analisis económico, he descubierto varios trucos fácilmente accesibles que me permiten vivir a costa de otros. Mis esquemas son todos perfectamente legales, así que no corro ningún riesgo. Aún así, soy capaz de hurtar cientos de dólares al día a multitud de terceros, sin que nadie pueda hacer nada para impedirlo.
Hola, me llamo Egócrata y conduzco en mi Mazda3 125 Km cada día para ir y volver del trabajo.
La verdad, es un esquema estupendo. Para empezar, pago un precio ridículo por el carburante que utilizo. Gracias a la estupidez / generosidad del gobierno americano, apenas pago 18 céntimos por galón en impuestos al llenar el depósito (Connecticut casca unos céntimos más; nada excesivo). Este dinero es utilizado integramente para pagar por la construcción de carreteras, y lo cierto es que no alcanza para todo; el resto de contribuyentes cubren el gasto sin problema. De corazón, os lo agradezco.
Evidentemente, ese no es el único coste; mi coche emite una cantidad modesta, aunque nada trivial, de pura mierda asesina a la atmósfera. Esos días asquerosos con una neblina opresiva debido a la contaminación podéis ver mi trabajo. Los efectos secundarios de toda esa basura son amplios y notorios; estoy cambiando el clima, matando viejecitos con asma y haciendo que los niños tosan. Me tendrían que multar para pagar por limpiar toda esa mugre, pero nadie lo hace. Joderos bien.
Y no se vayan todavía, aún hay más. El coche lo aparco en la calle. No pago un duro por ella, así que todos esos pringados contribuyentes que están cubriendo con ese gasto: gracias. En Hartford el coche está en un garaje que ocupa un espacio maravillosamente improductivo en el centro de la ciudad. Imaginad todo lo que ese solar podría hacer y no hace, porque un grupo de chupópteros estamos pagando cuatro perras para dejar nuestro emisor personal de mugre.
Por descontado, mi mera presencia en la autopista es un coste para todo el resto de conductores. El hecho que ande con mi cochecito en una infraestructura saturada, incrementando el colapso, hace que todo el mundo gaste un segundo o dos más para llegar al trabajo. Pongamos 300 ó 400 tipos, cada día destruyo 10 o 15 minutos de sueño al mundo. Soy así de molesto.
Además de todas estas subvenciones, el coche y su uso me permiten tomar una serie de decisiones profundamente ineficientes, que no estoy pagando gracias a la colaboración de todos. La primera, y más obvia, el vivir absurdamente lejos de mi lugar de trabajo. ¿Ese modelo urbanístico horrendo, todo disperso? Entre todos nos lo estaís pagando. No hay ni gota de densidad que hagan el transporte público razonable, y la verdad, no quiero gastar una hora o más adicional cada día para ahorraros a vosotros algo de energía. Sería absurdo, ya que todos andáis pagando. Y la verdad, tampoco es que haya alternativa en este aspecto. Obviamente, con todo subvencionando los coches, no queda dinero ni demanda para el transporte colectivo.
Aquí va el más profundo de mis agradecimientos a todos. En Europa ya pagáis para otros no tengamos que hacerlo.

¿Suena ridículo, verdad? Esto es lo que sucede cuando uno no paga el coste real de sus acciones. Mi decisión de conducir es perfectamente racional (básicamente porque no hay otra forma de hacer el trayecto en transporte público con un horario razonable) por la sencilla razón que no estoy pagando el coste real de mis acciones: las externalidades no las pago yo. Esto crea un mercado de transporte profundamente ineficiente, ya que los precios pagados no equivalen a los precios reales, así que la demanda de automóviles está muy por encima de lo que debería ser.
Un sistema de transporte razonable debería tener en cuenta estas cosas, añadiendo precios reales a todos los costes. Eso se traduce en algo tan simple como cobrar los brutales impuestos de hidrocarburos que se cobran en Europa (que deberían ser aún más altos), pero también en cosas menos extendidas como peajes para entrar en ciudades, precios variables según demanda para aparcar, los costes reales al edificar con densidades bajas, y cualquier otra tarifa eficaz y realista que se os ocurra. Cuando los precios cambian, la gente responde; no es nada misterioso.
Subvencionamos parte de los costes de los transportes públicos por buenos motivos: sus externalidades son positivas, no negativas. Usan menos energía, crean distribuciones de población más eficientes, tienen un precio por plaza menor y reducen la congestión al vaciar carreteras. Deberíamos asegurar que el privilegio de disfrutar de la comodidad de un cacharro metálico sucio y egoista de 1.500 Kg cubra sus costes reales, y sea realmente caro.
Hola, me llamo Egócrata y conduzco en mi Mazda3 125 Km cada día para ir y volver del trabajo.
La verdad, es un esquema estupendo. Para empezar, pago un precio ridículo por el carburante que utilizo. Gracias a la estupidez / generosidad del gobierno americano, apenas pago 18 céntimos por galón en impuestos al llenar el depósito (Connecticut casca unos céntimos más; nada excesivo). Este dinero es utilizado integramente para pagar por la construcción de carreteras, y lo cierto es que no alcanza para todo; el resto de contribuyentes cubren el gasto sin problema. De corazón, os lo agradezco.
Evidentemente, ese no es el único coste; mi coche emite una cantidad modesta, aunque nada trivial, de pura mierda asesina a la atmósfera. Esos días asquerosos con una neblina opresiva debido a la contaminación podéis ver mi trabajo. Los efectos secundarios de toda esa basura son amplios y notorios; estoy cambiando el clima, matando viejecitos con asma y haciendo que los niños tosan. Me tendrían que multar para pagar por limpiar toda esa mugre, pero nadie lo hace. Joderos bien.
Y no se vayan todavía, aún hay más. El coche lo aparco en la calle. No pago un duro por ella, así que todos esos pringados contribuyentes que están cubriendo con ese gasto: gracias. En Hartford el coche está en un garaje que ocupa un espacio maravillosamente improductivo en el centro de la ciudad. Imaginad todo lo que ese solar podría hacer y no hace, porque un grupo de chupópteros estamos pagando cuatro perras para dejar nuestro emisor personal de mugre.
Por descontado, mi mera presencia en la autopista es un coste para todo el resto de conductores. El hecho que ande con mi cochecito en una infraestructura saturada, incrementando el colapso, hace que todo el mundo gaste un segundo o dos más para llegar al trabajo. Pongamos 300 ó 400 tipos, cada día destruyo 10 o 15 minutos de sueño al mundo. Soy así de molesto.
Además de todas estas subvenciones, el coche y su uso me permiten tomar una serie de decisiones profundamente ineficientes, que no estoy pagando gracias a la colaboración de todos. La primera, y más obvia, el vivir absurdamente lejos de mi lugar de trabajo. ¿Ese modelo urbanístico horrendo, todo disperso? Entre todos nos lo estaís pagando. No hay ni gota de densidad que hagan el transporte público razonable, y la verdad, no quiero gastar una hora o más adicional cada día para ahorraros a vosotros algo de energía. Sería absurdo, ya que todos andáis pagando. Y la verdad, tampoco es que haya alternativa en este aspecto. Obviamente, con todo subvencionando los coches, no queda dinero ni demanda para el transporte colectivo.
Aquí va el más profundo de mis agradecimientos a todos. En Europa ya pagáis para otros no tengamos que hacerlo.

¿Suena ridículo, verdad? Esto es lo que sucede cuando uno no paga el coste real de sus acciones. Mi decisión de conducir es perfectamente racional (básicamente porque no hay otra forma de hacer el trayecto en transporte público con un horario razonable) por la sencilla razón que no estoy pagando el coste real de mis acciones: las externalidades no las pago yo. Esto crea un mercado de transporte profundamente ineficiente, ya que los precios pagados no equivalen a los precios reales, así que la demanda de automóviles está muy por encima de lo que debería ser.
Un sistema de transporte razonable debería tener en cuenta estas cosas, añadiendo precios reales a todos los costes. Eso se traduce en algo tan simple como cobrar los brutales impuestos de hidrocarburos que se cobran en Europa (que deberían ser aún más altos), pero también en cosas menos extendidas como peajes para entrar en ciudades, precios variables según demanda para aparcar, los costes reales al edificar con densidades bajas, y cualquier otra tarifa eficaz y realista que se os ocurra. Cuando los precios cambian, la gente responde; no es nada misterioso.
Subvencionamos parte de los costes de los transportes públicos por buenos motivos: sus externalidades son positivas, no negativas. Usan menos energía, crean distribuciones de población más eficientes, tienen un precio por plaza menor y reducen la congestión al vaciar carreteras. Deberíamos asegurar que el privilegio de disfrutar de la comodidad de un cacharro metálico sucio y egoista de 1.500 Kg cubra sus costes reales, y sea realmente caro.
jueves, mayo 08, 2008
Primary Colors (LII): cerrando la partida
Las cosas se van aclarando, poco a poco, inexorablemente, para la campaña presidencial de Hillary Clinton. Cuando las noticias de las 6:30 de la tarde en CBS (lo más pánfilo y cauto que uno puede encontrarse en el periodismo americano) te ponen en antena algo como esto, estás básicamente frito.
Las matemáticas no es que hayan cambiado demasiado desde finales de marzo; sólo han pasado de ser absurdamente irrealistas a básicamente imposibles. La diferencia es que con los resultados de ayer, la percepción de los medios y los capitostes del partido demócrata es muchísimo más clara: Obama ha tenido básicamente la peor cobertura mediática que un candidato puede imaginar durante 6-8 semanas, y no sólo no ha perdido terreno, sino que ha mejorado respecto lo que sucedió en Pennsylvania. Todas la racionalidad, todo el argumentario de Clinton diciendo que Obama era un candidato irreparablemente dañado por las polémicas recientes se ha venido abajo. Hillary solo podía ganar si era capaz de generar un momento de terror en los superdelegados, y no lo ha conseguido.
Ahora quedan los detalles, los pequeños detalles cosméticos sobre cómo echamos a Clinton del escenario. Sus seguidores ya están dándole codazos bien poco discretos ahora mismo, pero la fecha más probable es el 20 de mayo, y la explicación es bastante sencilla. El martes que viene vota West Virginia, un estado que favorece demográficamente a Clinton de forma exagerada (blanquísimo, rural, viejo); Obama no va a ganarlo ni de broma. No queda bien que el nuevo candidato proclamado se la pegue justo después de ser proclamado, así que nadie tirará a Hillary del balcón aún.
El 20 de mayo votan dos estados, Kentucky (también muy favorable a Hillary) y Oregón (que favorece a Obama). La arimética de delegados, sin embargo, será distinta: si todo va como está previsto (y dando márgenes muy conservadores), ese día Obama conseguirá la mayoría de delegados electos. Los votantes habrán decidido de forma efectiva, y nadie en el partido tendrá el más mínimo remordimiento ya de despeñar a los Clinton barranco abajo, diga lo que diga la ex-primera dama. Obama tendría que comerse un bebé crudo en horario de máxima audiencia para que las cosas cambiaran.
Antes de hacer un repaso sobre por qué McCain y Obama han ganado estas primarias (algo que podeis hacer, en formato novela, repasando toda la serie), vale la pena recalcar la impresionante victoria de Obama. Estamos hablando de un tipo de 46 años, que fue escogido senador hace menos de cuatro años, que se enfrentaba en una primarias a un oponente que era, a todos los efectos, prácticamente invencible. Un novato contra la mujer de un expresidente enormemente popular, con unos recursos financieros ilimitados, una imagen de marca impecable dentro del partido, con el mejor portavoz del mundo para su causa en su marido. Encima el tipo es negro, tiene un nombre raro, y ha sido atacado de forma indiscriminada por todos los medios, a izquierda y derecha (los medios conservadores han estado apoyando a Hillary desde enero)... y ha ganado igual.
¿Y aún hay gente que dice que es peor candidato que Hillary, que con todas esas ventajas ha sido absolutamente incapaz de derrotarle? Vamos hombre. Digan lo que digan las encuestas ahora (a estas alturas, y con la nominación aún no oficialmente cerrada, son irrelevantes), lo que ha hecho Obama es absolutamente increíble. Algunos chiflados decían con la boca pequeña en enero del año pasado que el tipo tenía madera de genio, y que el milagro era posible, cierto (me pongo la medallita), pero el mérito sigue siendo enorme.
La elección de McCain para los republicanos parece, vista en perspectiva, menos sorprendente: realmente era el menos malo de los candidatos para ellos. Huckabee era un candidato horrible para las generales; Giuliani era demasiado liberal; Romney había cambiado de opinión demasiadas veces; y Fred Thompson era un vago. McCain, con sus problemas (viejo, errático, "rebelde") era la mejor opción.
En fin, turno de preguntas sobre las primarias ahora, como fin de fiesta. Si no media catástrofe, dos artículos más (respuestas variadas y muerte oficial de Hillary, con conclusiones y datos finales) y pasamos a hablar de las generales. Ahora es cuando empieza la fiesta de veras.
A todo esto, ya que estoy con medallitas. Obama no trató a los votantes como idiotas con la estupidez de las vacaciones fiscales, algo que parece haberle funcionado en estas últimas primarias. Aún resultará que acierto de vez en cuando, aunque sea por puñetera casualidad.
Las matemáticas no es que hayan cambiado demasiado desde finales de marzo; sólo han pasado de ser absurdamente irrealistas a básicamente imposibles. La diferencia es que con los resultados de ayer, la percepción de los medios y los capitostes del partido demócrata es muchísimo más clara: Obama ha tenido básicamente la peor cobertura mediática que un candidato puede imaginar durante 6-8 semanas, y no sólo no ha perdido terreno, sino que ha mejorado respecto lo que sucedió en Pennsylvania. Todas la racionalidad, todo el argumentario de Clinton diciendo que Obama era un candidato irreparablemente dañado por las polémicas recientes se ha venido abajo. Hillary solo podía ganar si era capaz de generar un momento de terror en los superdelegados, y no lo ha conseguido.
Ahora quedan los detalles, los pequeños detalles cosméticos sobre cómo echamos a Clinton del escenario. Sus seguidores ya están dándole codazos bien poco discretos ahora mismo, pero la fecha más probable es el 20 de mayo, y la explicación es bastante sencilla. El martes que viene vota West Virginia, un estado que favorece demográficamente a Clinton de forma exagerada (blanquísimo, rural, viejo); Obama no va a ganarlo ni de broma. No queda bien que el nuevo candidato proclamado se la pegue justo después de ser proclamado, así que nadie tirará a Hillary del balcón aún.
El 20 de mayo votan dos estados, Kentucky (también muy favorable a Hillary) y Oregón (que favorece a Obama). La arimética de delegados, sin embargo, será distinta: si todo va como está previsto (y dando márgenes muy conservadores), ese día Obama conseguirá la mayoría de delegados electos. Los votantes habrán decidido de forma efectiva, y nadie en el partido tendrá el más mínimo remordimiento ya de despeñar a los Clinton barranco abajo, diga lo que diga la ex-primera dama. Obama tendría que comerse un bebé crudo en horario de máxima audiencia para que las cosas cambiaran.
Antes de hacer un repaso sobre por qué McCain y Obama han ganado estas primarias (algo que podeis hacer, en formato novela, repasando toda la serie), vale la pena recalcar la impresionante victoria de Obama. Estamos hablando de un tipo de 46 años, que fue escogido senador hace menos de cuatro años, que se enfrentaba en una primarias a un oponente que era, a todos los efectos, prácticamente invencible. Un novato contra la mujer de un expresidente enormemente popular, con unos recursos financieros ilimitados, una imagen de marca impecable dentro del partido, con el mejor portavoz del mundo para su causa en su marido. Encima el tipo es negro, tiene un nombre raro, y ha sido atacado de forma indiscriminada por todos los medios, a izquierda y derecha (los medios conservadores han estado apoyando a Hillary desde enero)... y ha ganado igual.
¿Y aún hay gente que dice que es peor candidato que Hillary, que con todas esas ventajas ha sido absolutamente incapaz de derrotarle? Vamos hombre. Digan lo que digan las encuestas ahora (a estas alturas, y con la nominación aún no oficialmente cerrada, son irrelevantes), lo que ha hecho Obama es absolutamente increíble. Algunos chiflados decían con la boca pequeña en enero del año pasado que el tipo tenía madera de genio, y que el milagro era posible, cierto (me pongo la medallita), pero el mérito sigue siendo enorme.
La elección de McCain para los republicanos parece, vista en perspectiva, menos sorprendente: realmente era el menos malo de los candidatos para ellos. Huckabee era un candidato horrible para las generales; Giuliani era demasiado liberal; Romney había cambiado de opinión demasiadas veces; y Fred Thompson era un vago. McCain, con sus problemas (viejo, errático, "rebelde") era la mejor opción.
En fin, turno de preguntas sobre las primarias ahora, como fin de fiesta. Si no media catástrofe, dos artículos más (respuestas variadas y muerte oficial de Hillary, con conclusiones y datos finales) y pasamos a hablar de las generales. Ahora es cuando empieza la fiesta de veras.
A todo esto, ya que estoy con medallitas. Obama no trató a los votantes como idiotas con la estupidez de las vacaciones fiscales, algo que parece haberle funcionado en estas últimas primarias. Aún resultará que acierto de vez en cuando, aunque sea por puñetera casualidad.
miércoles, mayo 07, 2008
Primary Colors (LI): parece que esta vez sí
Joder con los contadores de habichuelas americanos. Las urnas cerraron hace más de cinco horas, y aún no tenemos resultados definitivos en Indiana. Un cochino condado, uno de los más importantes, no ha dado aún resultados. En fin. Lo que parece claro es que Obama ha masacrado a Hillary en Carolina del Norte, ha empatado con ella básicamente en Indiana (la diferencia es minúscula), y todos los medios dan a Clinton ya por muerta.
Hillary sigue ganando claramente entre mayores de 65, blancos de clase obrera y sus grupos habituales, pero con un margen muchísimo menor que en elecciones anteriores. Obama es el candidato de los menores de 40 años; es una elección más generacional que otra cosa. Hillary ha dicho que continúa, que no lo deja, pero la verdad, no puede ganar ya, ni de broma. Los superdelegados la van a sacar a rastras del escenario si no se va ella solita. Le quedan dos telediarios; es cuestión de decidir el método de eutanasia política.
En fin, más detalles y reflexión mañana. Lo que parece claro es que esta larga, eterna serie de Primary Colors (51 capítulos ya...) se acaba pronto, gracias a Dios. Se admiten sugerencias para el título en las generales.
Hillary sigue ganando claramente entre mayores de 65, blancos de clase obrera y sus grupos habituales, pero con un margen muchísimo menor que en elecciones anteriores. Obama es el candidato de los menores de 40 años; es una elección más generacional que otra cosa. Hillary ha dicho que continúa, que no lo deja, pero la verdad, no puede ganar ya, ni de broma. Los superdelegados la van a sacar a rastras del escenario si no se va ella solita. Le quedan dos telediarios; es cuestión de decidir el método de eutanasia política.
En fin, más detalles y reflexión mañana. Lo que parece claro es que esta larga, eterna serie de Primary Colors (51 capítulos ya...) se acaba pronto, gracias a Dios. Se admiten sugerencias para el título en las generales.
martes, mayo 06, 2008
Primary Colors (L): otra elección "decisiva" más
Oh, las primarias demócratas. Hoy votan en Indiana y Carolina del Norte, dos estados relativamente grandes, relativamente importantes, y que son de nuevo -según los medios americanos- cosa de vida o muerte en unas elecciones en que la verdad, ya hay un ganador desde hace tiempo. El artículo del NYT de hoy es relativamente decente, a pesar de todo, explicando los posibles resultados para esta noche.
Básicamente si Obama gana los dos estados (improbable) Clinton está muerta, si gana Carolina del Norte y pierde Indiana (lo más probable) todo sigue igual, y esto se alarga hasta el infinito, si Clinton gana las dos (algo que sería una sorpresa tremenda), los medios se pondrán histéricos y tendremos un pollo impredecible entre manos.
¿De qué se ha hablado estas dos últimas semanas? Para desgracia de cualquier persona con cerebro, el palizas del Reverendo Wright ha seguido dando la vara, con los medios entusiasmados. El hecho que las opiniones del párroco o pastor de un candidato sean remotamente relevantes en unas elecciones nacionales es sencillamente delirante; se vota el candidato, no por sus amistades. Es como Victor Manuel y Ana Belén y sus opiniones fueran un tema de campaña. Es sencillamente patético. No que me sorprenda de los medios americanos, pero es desesperante.
El otro tema han sido dos chorradas talla XL que ha soltado Hillary estos días: unas vacaciones fiscales en el impuesto sobre la gasolina, y un comentario en que prometía "obliterar" Irán (implicando armas nucleares y genocidio) si atacan Israel, estado que puede defenderse el solito estupendamente, gracias. Ambas afirmaciones tienen como característica principal que suenan estupendamente como lema mitinero, son muy populacheras, y son radicamente estúpidas. Esta vez, sin embargo, parece que Obama ha contestado tratando a los votantes como adultos, explicando bastante bien (especialmente en el tema de la gasolina), algo que llevo diciendo que parece haber funcionado en estas primarias. En Pennsylvania Obama se encalló en tonterias y no fue capaz de hablar seriamente sobre nada; esta vez sí lo ha hecho.
Ahora es cuando se verá que todas mis teorías son tan absurdas como cualquier otra, por desgracia; las encuestas no parecen mostrar grandes cambios. En fin, veremos esta noche.
Básicamente si Obama gana los dos estados (improbable) Clinton está muerta, si gana Carolina del Norte y pierde Indiana (lo más probable) todo sigue igual, y esto se alarga hasta el infinito, si Clinton gana las dos (algo que sería una sorpresa tremenda), los medios se pondrán histéricos y tendremos un pollo impredecible entre manos.
¿De qué se ha hablado estas dos últimas semanas? Para desgracia de cualquier persona con cerebro, el palizas del Reverendo Wright ha seguido dando la vara, con los medios entusiasmados. El hecho que las opiniones del párroco o pastor de un candidato sean remotamente relevantes en unas elecciones nacionales es sencillamente delirante; se vota el candidato, no por sus amistades. Es como Victor Manuel y Ana Belén y sus opiniones fueran un tema de campaña. Es sencillamente patético. No que me sorprenda de los medios americanos, pero es desesperante.
El otro tema han sido dos chorradas talla XL que ha soltado Hillary estos días: unas vacaciones fiscales en el impuesto sobre la gasolina, y un comentario en que prometía "obliterar" Irán (implicando armas nucleares y genocidio) si atacan Israel, estado que puede defenderse el solito estupendamente, gracias. Ambas afirmaciones tienen como característica principal que suenan estupendamente como lema mitinero, son muy populacheras, y son radicamente estúpidas. Esta vez, sin embargo, parece que Obama ha contestado tratando a los votantes como adultos, explicando bastante bien (especialmente en el tema de la gasolina), algo que llevo diciendo que parece haber funcionado en estas primarias. En Pennsylvania Obama se encalló en tonterias y no fue capaz de hablar seriamente sobre nada; esta vez sí lo ha hecho.
Ahora es cuando se verá que todas mis teorías son tan absurdas como cualquier otra, por desgracia; las encuestas no parecen mostrar grandes cambios. En fin, veremos esta noche.
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