martes, enero 17, 2006

Geografía económica (II): el mito de la arcadia rural

Tercera parte de la serie de posts sobre urbanismo y ciudades (I, II) y continuación a las notas sobre geografía económica. Si, se empieza a acumular texto por aquí...

Uno de los mitos recurrentes en el subconsciente americano, y como tal exportado a medio mundo, es el de las maldades de la vida urbana en comparación a la plácida y libre vida rural. El culpable que se menciona habitualmente de esta obsesión es Jefferson, con su manía de considerar el pequeño terrateniente rural el más libre y democrático de los individuos, virtuoso y alejado del vicio, lascivia, juego y pecado de las urbes. De esta tradición de pensamiento se deriva muchas veces el ver las ciudades como lugares abigarrados, caóticos, llenos de pobreza y contrarios al "orden natural" de las sociedades humanas.

Esta concepción es un error, y el origen de muchos de los desastres urbanísticos en los Estados Unidos. Para empezar, las ciudades ya albergan más de la mitad de la población mundial. Como señalaba el Economist no hace demasiado, en el 2006, por primera vez en la historia, habrá más gente viviendo en ciudades que en zonas rurales. El porqué de este fenómeno tiene mucho de natural y poco de ordenado, ya que se produce siguiendo un único incentivo, el bienestar material.

En contra de lo que muchos creen, si hay algún lugar lleno de pobreza en una sociedad humana es en las zonas rurales, especialmente en el tercer mundo. Los campesinos y granjeros en zonas poco desarrolladas de Brasil o Bolivia no viven alegremente haciendo la cosecha, celebrando fiestas populares y gozando del clima tropical, sean propietarios o no de la tierra que cultivan. Su existencia es barro, rezar para que el tiempo sea bueno, y mucho crujir de dientes cada año para sobrevivir hasta el siguiente. Si algo les lleva a trasladarse de zonas rurales a las favelas o los barrios marginales de las ciudades es la posibilidad de enriquecerse, no alguna fuerza del mal.

Cuando se ve cientos de trabajadores chinos metidos en una fábrica trabajando doce horas al día fabricando muñecas, esa gente está ahí por ese motivo. Más allá de eso, esos obreros no vuelven a sus lugares de origen porque prefieren la fábrica a pasarse la vida cultivando arroz, comiendo arroz y sin poder ir al cine. Tienen un trabajo horrible y un salario espantoso, pero prefieren eso a otra estancia en el campo, y todo porque su bienestar material ha aumentado.

Resulta que es en las ciudades donde la mayor parte de la riqueza se crea en cualquier sociedad humana, y esto es así por varios motivos. El más importante es la mejor conexión de la ciudad, en comparación a cualquier otro punto del territorio, a las redes de la economía nacional y global.

En esencia, una ciudad moderna es un nudo de infraestructuras y servicios concentrados en un punto, al servicio de industrias y otros servicios. Cuando una fábrica abre sus puertas en una zonas urbana, a su disposición tiene una serie de recursos que nunca tendrá si se construye en medio de los Monegros. Para empezar, carreteras, aeropuertos y vías ferreas, ya colocadas en la zona, esperando dar servicio a las industrias de la zona. Segundo, mano de obra y consumidores a tiro, sin tener demasiados problemas de logística para enviar la producción a los clientes o reclutar ingenieros o limpiadores. Tercero, y casi tan importante como los otros dos, bancos, gestores, publicistas y abogados, todos acostumbrados a trabajar para fábricas y fácilmente accesibles, y probablemente a buen precio si hay competencia suficiente.

Más allá de sus facilidades para empezar un negocio, una ciudad próspera tiene otro elemento importante que el resto de territorio no tiene, una buena conexión al mercado global. Si mi fábrica de patinetes en Soria tiene que exportar a Japón, el dinero que me gastaré buscando dinero, contactos y abogados en Zaragoza será casi suficiente como para convencerme que casi mejor trasladar la fábrica. Una ciudad grande no sólo permite encontrar capital a mejor coste, apoyo a bajo precio y mercados más fácilmente a nivel local, también da una mejor salida a productos a nivel nacional o mundial.

Sea en el primer mundo o en el tercero, estos nodos de servicios y comunicaciones que son las ciudades tienen ventajas evidentes a la hora de hacer negocios y generar riqueza. Su crecimiento no obedece a tragedias humanas, sino a su inmensa capacidad de crear bienestar en comparación a vivir detras de bueyes y arando campos. Este bienestar no está necesariamente bien repartido (aunque considerando la distribución de la propiedad de la tierra en muchos sitios, está mejor repartido que en zonas rurales), pero es innegable.

Como nota final, decir que la existencia de fábricas malolientes y jornadas horrorosas no es, por otro lado, permanente. Cuando en Shangai se ven hordas de trabajadores haciendo muñecas es el resultado de un contexto donde la mano de obra es barata, ya que es abundante. En cuanto empiecen a escasear trabajadores y empiece a ser más difícil llenar fábricas, los empresarios tendrán dos opciones, como todo el mundo: ofrecer más dinero para hacer el mismo trabajo, o tratar de substituir esos obreros más caros por maquinaria, y usar menos manos pero mejor pagadas. Los salarios siguen siempre la productividad global de una economía; en cuanto sea necesario aumentarla (y los datos de inflación en China hacen pensar en ello), los salarios seguirán, como lo hicieron en todos los países que se industrializaron antes.

11 comentarios:

Augie March dijo...

Ya que estás puesto en el tema me gustaría saber qué hay de esos experimentos tan en boga como son los parques tecnológicos. Complejos como los perpetrados en Huesca o Granada que se venden a los trabajadores como lugares a muy poco tiempo del entorno natural, deportes de riesgo, etc...

Reducción de costes, "la unión hace la fuerza"... y habrá gente que se crea que es un chollo. Y eso con una I+D (mejor i+d) como la española... ¿no es muy inocente pretender un nuevo Silicon Valley ibérico? ¿Qué será de esos sitios cuando se acabe el dinero público?

Alex Guerrero dijo...

Estoy completamente en desacuerdo con tu post de hoy. Tu concepto de riqueza es estríctamente material, y no refleja algo que debería ser más próximo para medir la felicidad humana: la calidad de vida.

Por ejemplo, es extraño sentirse sólo y aislado en las zonas rurales. Psicológicamente, la sensación de soledad (especialmente ante problemas) conduce a un estrés y frustración que pueden convertirse en insuperables, incluso llegando al suicidio.

En las zonas rurales se da un "efecto comunidad" de forma que nadie se siente sólo. Es bien conocido que la pobreza, en el ámbito rural, es muy distinta a la pobreza urbana. Nadie muere de hambre porque siempre alguien te proporciona ayuda o trabajo. Vivir con 100$ al mes en NYC o en Little Springfield es bien distinto, como lo es hacerlo en Madrid o en Villanaranjos de Abajo.

Por otra parte, introduce toda una serie de parámetros que consideres que razonablemente afectan a la calidad de vida de un individuo, y compara la vida urbana y la vida rural.

No estoy mitificando el campo, estoy afirmando que el capitalismo nos genera una serie de necesidades materiales nuevas no básicas, que probablemente generen en nuestra mente incentivos para marchar a la ciudad y tener un trabajo lamentable de 70 horas en una fábrica fordista, a fin de poder ir una vez a la semana al cine, o cambiar de zapatos una vez o dos al año: recuerda la generación de nuestros padres y abuelos (fué así).

Sólo afirmo que nuestro concepto de riqueza es más bien erróneo, y no es necesario mitificar la vida rural. Por eso me parece una estupidez las medidas de pobreza del Banco Mundial: 1$ o 2$ al día.

Anónimo dijo...

"Por ejemplo, es extraño sentirse sólo y aislado en las zonas rurales. Psicológicamente, la sensación de soledad (especialmente ante problemas) conduce a un estrés y frustración que pueden convertirse en insuperables, incluso llegando al suicidio."

Esa afirmación tiene la misma base que las de Jeffeerson, en el campo hay menos gente y todos se conocen, eso puede hacer que a un urbanita que se pasa el fin de semana descansando le parezca más acogedor, pero ve a decirle a un agricultor que no sufre extres, ni frustraciones.

"En las zonas rurales se da un "efecto comunidad" de forma que nadie se siente sólo. Es bien conocido que la pobreza, en el ámbito rural, es muy distinta a la pobreza urbana. Nadie muere de hambre porque siempre alguien te proporciona ayuda o trabajo."

Hay te equivocas, nadie se muere de hambre en el campo, porque nadie se muere de hambre en los paises desarrollados, y en el campo actual es que viven de las subvenciones, no de su trabajo. Pero si nos vamos a las zonas de cultivo fuera de los paises desarrollados nos encontramos que lo único que sobra es miseria. Si se suprimiesen completamente las ayudas agrarias, ya verías como se acababa de despoblar el campo. Que al final va a ser que mis (nuestros) abuelos se fueron a vivir a la ciudad porque eran tontos o de moral degenerada.

Anónimo dijo...

Habría q diferenciar pueblos y campo, mundo rural desarrollado y en vías de desarrollo, etc., etc.

Se dice con demasiada alegria lo bueno y lo malo q es vivir en el medio rural. Lo cierto es q tiene algunas pequeñas ventajas y muchos inconvenientes, los datos están ahí, en todos los países la gente huye en mayor o menor medida.

Las causas de cada caso es lo q hay q buscar.

En España la gente se va de los pueblos y del campo pq no hay trabajo o el q hay es bastante menos remunerador que el que pueda haber en una ciudad. Eso los sin tierra, los trabajadores.

Los propietarios o arrendadores de tierras, gmte agricultores, tb se van a medida q el mercado les va expulsando debido a la imposibilidad de competir a precios tan bajos por debajo de sus costes de producción y por la retirada continua de las compensaciones de precios. Esto sucede tanto aquí como en los países en vias de desarrollo, allí mucho más agravado por la nula modernización claro y las casi nulas ayudas agrarias internas.

La actividad agraria española actualmente vive fuertemente subsidiada y aún así está por debajo de la renta media nacional. Además de tener menos renta se trabaja mucho más en comparación al estándar de 8 horas 5 días a la semana.

El ganadero trabaja 24 horas al día 7 días a la semana pej...

Si nos fijamos sólo en las rentas la migración a las ciudades habría concluido en España hace un montón de años. Los agricultores quieren seguir siéndolo aún ganando menos dinero, eso tb es un hecho.

A mi personalmente me pasa, mi madre es abogada especialista en derecho aragonés, no ejerce. Mi padre tiene en propiedad fincas que hoy valdrían cientos de mill de ptas.

Prefieren seguir trabajando y deslomarse ganando entre los dos 36.000 euros libres que no vender las fincas, ejercer el derecho y vivir en una mansión de puta madre...

Es la resistencia de la agricultura familiar al mercado, no contabilizan la mano de obra familiar y subsisten a marchas forzadas, es su deseo.

El beneficio de esta empresa agraria es de -60.000 euros anuales, la renta disponible +36.000 euros.
Si la agricultura tuviera q guiarse por criterios puros empresariales esta empresa cerraría y con ella el 99% de las españolas...

Anónimo dijo...

Por eso el porcentaje de población que vive en zonas rurales de la agricultura en España es el que es... muy bajo. Sólo quien realmente lo disfruta y no puede vivir en ciudades (hay gente que las odia) se queda en el campo.

R. Senserrich dijo...

Sobre los parques tecnológicos:

Si se hacen bien, pueden funcionar. El problema es que muchas veces (casi siempre) no se hacen bien.

Lo primero que necesitas para atraer empresas de alta tecnología es una univesidad potente, bien financiada y sin miedo a cooperar en proyectos de I+D privados con financiación mixta. Investigadores, ingenieros, gente dispuesta a todo. Tener un centro de investigación de materiales y una academia que prepare para manefacturas de altísima tecnología (circuitos integrados para arriba) ayuda. Ya puestos, un centro de computación con un superordenador para atraer aún más investigación.

Esto, en España... casi cero.

Además, no viene mal tener comunicaciones excelentes, AVE a Madrid y Barcelona, aeropuerto, una fiscalidad que favorezca masivamente el I+D y vamos, lo de siempre. Algo me dice que todo eso no lo ofrece casi nadie... excepto Barcelona y Madrid, claro, y no en números excesivos.

Alex Guerrero dijo...

Yo en ningún momento he hablado desde la distancia que os da estar en vuestras casitas bienestantes del mundo desarrollado.

Yo hablo desde mi experiencia en los altiplanos de Guatemala, Perú. Yo hablo de cómo las nuevas generaciones dicen: "Necesito un programa de desarrollo porque soy pobre"

Y les devuelves la pregunta: "Tu abuelo, que vivía como tú, ¿se consideraba pobre?"

Y descubre que no. Y se sorprende.

Obviamente hay un éxodo hacia las megalópolis del tercer mundo, hasta formar capitales que, como Lima, acogen a un 35% de la población del país (!!!).

Pero señores, cojan sus libros de historia y ábranlos por el capítulo referido a la revolución agrícola (sí, esa que va antes de la industrial). La productividad del campo aumenta, hay más alimento disponible. El excendente se vende, se requiere menos mano de obra, y la natalidad explota. Es el exceso de mano de obra en el campo el que mueve a millones de personas hacia las grandes ciudades, mucho más potente que el efecto pull que pueda tener la "buena vida" en la ciudad.

Señores, esos hijos de campesinos que ya no tienen lugar en el campo no se van pensando que en la gran ciudad les espera la panacea. Conocen la experiencia de otros que marcharon y les fue muy mal. Pero a veces, es la única alternativa disponible. Y desde luego, no es la mejor posible, por más que mi amigo Egócrata hable en esos términos y no me conteste.

R. Senserrich dijo...

Para los que tienen que irse, está claro que es la mejor posible, ya que en el campo no tienen expectativas. Si no, se quedarían, no se largarían a Lima.

R. Senserrich dijo...

Para los que tienen que irse, está claro que es la mejor posible, ya que en el campo no tienen expectativas. Si no, se quedarían, no se largarían a Lima.

Anónimo dijo...

Dijcrepo parcialmente. Parto de la base de que la idealización del mundo rural es una fantasía propia del romanticismo decimonónico generada en las mentes de los urbanitas poco correspondida con la realidad, pero aún así nostoy del todo de acuerdo.

Al menos por lo que he oído/leído el éxodo rural no es todo lo bueno que pudiera parecer. Desde luego todo el mundo parte con expectativas de mejorar, pero no sé si esa mejora se llega a producir. Al menos he leído y oído entrevistas y relatos de inmigrantes que encuentran que la mejora no lo es tal. Con toda seguridad son minoría, pero los hay que se vuelven a su lugar de origen, y quienes se quedan con la única expectativa de que al menos sus hijos vivan mejor que ellos, lo que no implica que ellos mismos hayan mejorado.

En otro orden de cosas, parece ser que hay quien ha estudiado cuál es el "tamaño ideal" de una ciudad. Evidentemente es muy discutible, pero se colocaba alrededor de las 250.000 personas el punto a partir del cual las desventajas de la ciudad superaban a las ventajas: mayores costes de transporte, saneamiento, etc, (ya que los costes no tienen por qué ser proporcionales a la población); aumento del tiempo de transporte, congestiones (lo que incrementa los costes); polución, etc.

La pregunta entonces es por qué crecen las ciudades de más de 250.000 habitantes. La respuesta era que un sólo individuo no es capaz de detectar la influencia que tiene su llegada sobre los costes de los demás, pero que al menos en teoría podría ser preferible que los nuevos que llegasen formasen otra ciudad separada y así tener mejor dos ciudades de 1/4 de millón de habitantes que una de 1/2 millón.

(No os metáis mucho conmigo, que ya sé que es pura teoría).

R. Senserrich dijo...

Los costes pueden aumentar, pero también lo hacen las externalidades positivas que tiene una ciudad. Por añadido, algunas infraestructuras necesarias, como un puerto oceánico o un gran aeropuerto, no son aprovechadas por una ciudad pequeña.

Sólo se debe mirar niveles de renta en Londres y comparar con Leeds, o Madrid comparado con Valladolid.