Algunos se han hecho eco del informe sobre niveles de corrupción en el mundo publicado por transparencia internacional estos días, y se han llevado las manos a la cabeza de lo mal que estamos en comparación del resto de países europeos. Todo eso, claro está, sin conocer el informe, ni habérselo mirado; ya digo ahora que las cosas no son tan claras.
El informe en cuestión es significativo, pero sólo hasta cierto punto. La metodología para recoger los datos es compleja, pero llena de limitaciones. Básicamente, se basa en una agregación de encuestas de percepción subjetiva sobre niveles de corrupción por expertos, agencias de asesoramiento de riesgo, agencias de inversión y cosas por el estilo, que ordenan países en relación unos a otros. Tras un montón de matemáticas obtusas y bastantes ingeniosas, obtienen un índice, en que España saca un siete, y publican el índice.
El problema de este indice es doble. En primer lugar, se basa en valoraciones subjetivas, que vienen en su mayoría de agentes externos. Una serie de escándalos en los periódicos, o un sector puntual famosamente corrupto (ayuntamientos y urbanismo, en España) pueden hacer que las valoraciones tiendan a exagerarse. Lo mismo sucede en dirección contraria, respecto a comportamientos generalizadamente corruptos pero no tan a la vista de agentes económicos (financiación de partidos en Francia, compadreo entre ex-Enarques en empresas y políticos), que pueden ocultarse de estos observadores.
El segundo problema está mucho más a la vista, el enorme margen de error de los índices. España está entre un 6,6 a un 7,4, esto le puede poner por delante de Francia (7,0 a 7,8) o por detrás de Eslovenia (5,7 a 6,8). Es un margen enorme, y realmente no permite hacer hilar demasiado fino en las comparaciones. Está claro que Islandia o Suecia son más limpios que la tropa ibérica, pero de aquí a decir rotundamente que somos una horrible anomalía a años luz de Alemania o Francia hay un trecho, especialmente con lo exagerados que somos.
En resumen, que el índice deja claro que no somos una república bananera ni nos parecemos a Italia (con un patético 5), si no que estamos más cerca de franceses o americanos (7,6). Se pueden comparar, a grandes rasgos, bloques de países, pero no hilar muy fino. La estadística, al fin y al cabo, tiene sus límites.
2 comentarios:
Si solo fuese un 3%...
Habría mucho que hablar de las adjudicaciones de obras y contratos en general, por ejemplo de las ccaa, y lo digo desde la percepción subjetiva, porque a ciencia cierta no tengo datos.
También habría que hablar del compadreo. Yo te hago un favor ahora que estoy en el poder, pero cuando me retire me lo tendrás en cuenta.
Se invita a los lectores a acceder y difundir el blog que narra algunas de las actividades del ex-juez argentino Bernardo Nespral, quien debió dejar su cargo perseguido por la corrupción.
http://www.justicia109.blogspot.com
Enrique G. Andino
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