Vaya pollo ha armado el General Mena con sus tonterías sobre el estatuto y la unidad de España. Incluso Federico Jiménez Losantos se ha metido con él, vamos. Más allá de lo fuera de lugar de las declaraciones, lo cierto es que todo el circo ha puesto en evidencia lo fuera de juego que se ha quedado el PP en el debate sobre el estatuto.
Lo comentaba el otro día. A mi parecer, las profecías del fin del mundo del PP han acabado por llevarlos a un callejón sin salida fuera del debate, mientras es el PSOE el que se bate el cobre con los nacionalistas enmendando y limitando el estatuto. Las piruetas verbales de Rajoy y compañía reaccionando a los comentarios de Mena han hecho evidente que la posición del PP se ha hecho difícilmente sostenible.
Zaplana ha echado la culpa al gobierno de que alguien repita las posiciones de su partido en voz alta; ahora que la persona que defiende sus tesis resulta ser un militar, parece que es problema del departamento de reeducación y control mental del ministerio de defensa que alguien repita sus opiniones. Si no es "culpa" del PP que Mena diga estas cosas, tampoco es culpa del gobierno, pero parece que a Zaplana no le importa.
La exhibición acrobática de Rajoy ha sido aún más impresionante y bizantina. Ha criticado a Mena, para seguidamente darle la razón diciendo que la patria está en peligro, etcétera. O en otras palabras, un general no puede decirlo por ser militar, pero el PP puede dar la culpa al PSOE que un tipo de uniforme hable de intervenir con todo el equipo. La culpa no es del que dice la burrada, es del gobierno porque se la ha buscado. Un argumento peligrosamente cercano a decir que realmente el tipo tiene razón, pero que no debería haberlo dicho.
El PP no es un partido golpista, de ningún modo. Y en un país como España, con su nivel de renta alto, una intervención del ejército es practicamente imposible. Aún así, si el principal partido de la oposición tiene que hilar tan fino en sus declaraciones sobre un tema así, sin distanciarse tanjantemente de una burrada tan clara, es que realmente han perdido el norte. Se lanzaron en contra del estatuto con todo el equipo, confiando que la carta del malvado nacionalista catalán les daría votos, para pasarse de largo de cualquier sentido común y moderación y quedarse sólos.
No veo ningún problema que el PP esté en contra del estatuto; es una posición coherente con su trayectoria. La estrategia apocalíptica que han seguido, sin embargo, los está echando fuera del tablero a marchas forzadas.
4 comentarios:
O en otras palabras, un general no puede decirlo por ser militar, pero el PP puede dar la culpa al PSOE que un tipo de uniforme hable de intervenir con todo el equipo.
Exacto, y deberías leer con más cuidado (o menos prejuicios). Es lamentable que ese tío declare. También lo era cuando lo hacía sobre el plan Ibarretxe hace un año y Bono aplaudía con las orejas. Pregunta al aire para los sepulcros blanqueados: ¿Qué pasaría si un teniente general nombrado en su cargo (el que sea) por Aznar dice lo que dice?
Y por supuesto que se puede dar la culpa al PSOE, vamos, y concretamente al ministro de Defensa. Lo que es propio de los hermanos Marx es que el PSOE ponga a un tío en un cargo, luego le sancione y eche la culpa al PP. Aunque cualquier enano mental encontrará lógico semejante disparate.
Reconozco que el PSOE tiene pinta de retomar el vuelo: se ha puesto en marcha su peso pesado Pepiño Blanco. Con un discurso realmente incisivo: "hay problemas con el Estatut por culpa del PP".
Demencial, y van para dos años de legislatura. Lo que parecía impensable desde el 23-F. Ahora el ejército se mete en política (y se metía con Ibarretxe).
Ahora resulta que un ministro de defensa tiene que examinar a sus nombramientos a ver si son mudos, autonomistas y de izquierdas, vamos. Nada de hablar de competencia militar; uno debe hablar de con él de política.
Es como si te violan y la culpa es tuya por llevar minifalda.
En resumen, toda la culpa(concepto cristiano de todos conocido)es del PP. Pues va a ser que no.
La Constitución Española de 1978 es el límite máximo para cualquier reforma legal del estado. Más aún, indica la forma de modificarla legítimamente si ello se considerase necesario.
Lo que no es legítimo es el proyecto de estatuto catalán, independientemente del apoyo que reciba, por cuatro motivos:
1- Por que es manifiestamente inconstitucional
2- Por que es, tecnicamente, una constitución.
3-Por que modifica la naturaleza del estado, y
4-Por que es extraterritorial.
Bueno, pues todo esto lo ha favorecido,lo ha negociado y ha permitido que el Congreso de los Diputados lo admita a trámite el actual Presidente del Gobierno de España, y Secretario General del PSOE, D. José Luís Rodríguez Zapatero, que prometió GUARDAR y HACER GUARDAR la Constitución en su toma de posesión.
Finalmente, el General Mena en su discurso se ciñe a la ley, y donde ustedes ven "golpismo" solamente aparece el principio lógico de causalidad: Si la ley no se cumple se hará cumplir por el ejército en el uso de sus atribuciones y bajo el mando que corresponda.
No demuestras ninguno de los cuatro puntos.
1. El estatuto no es inconstitucional; de hecho, aún ni existe. El texto aún está siendo negociado. Una vez haya un texto aprobado, sólo el Tribunal Constitucional puede decidir si lo es o no. NO el ejercito.
2. No hay definición "técnica" de una constitución. Incluso en el texto original, era menos ambicioso que el estatuto vasco, que seguramente idolatras. A no ser que me digas qué lo hace una constitución (y no, mencionar nación no lo hace, ni lo de competencias exclusivas; eso ya está en el actual), no vale tu argumento.
3. Modifica el estado, ¿cómo?. Toda reforma de un estatuto lo hace. El sistema de distribución de competencias es así, por algo vota el congreso los cambios siempre. No varía nada sustancial aparte de eso.
4. ¿Extraterritorial? ¿Lo cualo? Las leyes de la Generalitat sólo valdrán en Cataluña, como de costumbre. Por cierto, toda comunidad autónoma tiene iniciativa legislativa (pueden enviar proyectos de ley al congreso), o sea que en tu visión son extraterritoriales todas.
Publicar un comentario