Ahora que la Comisión Europea ha aprobado (con condiciones) la fusión entre Telefónica y O2, es momento de reflexionar sobre un dato que publicaba el Economist el otro día. Tras la operación, el monstruo resultante será la tercera mayor compañía de telecomunicaciones del mundo en términos de ingresos.
Lo que digo tan a menudo, y que la mayoría de españolitos no perciben, es que Alfonso Guerra tenía razón. Efectivamente, a España no la reconoce ni la madre que la parió. Anda que no nos ha sentado bien la democracia, oiga.
En fin, aunque Telefónica siga siendo para mí la compañía malvada empeñada en cobrarme facturas que no son mías de siempre, uno debe reconocer que ha llegado lejos. Lo que demuestra que quizás estar 25 años hablando del sistema autonómico era buena idea, oiga. Tanta banderita nos habrá ahorrado la economía creativa y la retórica hinchada de alguno de nuestros vecinos. Y sí, pienso en Francia.
6 comentarios:
Estoy esperando oír a toda la liberalidad del país tirarse de los pelos por tamaño atentado a la competencia y al consumidor.
O quizás hay compañías más españolas que otras y que encarnan con más salero la pujanza del capitalismo español.
Todo español debería estar orgulloso de que las empresas de su país crezcan y que el capitalismo español triunfe. Las telefónicas y las gasoeléctricas. Pero sospecho que voy a tener que esperar sentado.
¿Qué tiene que ver el sistema autonómico con Telefónica?
Desde que en 1990 los sucesivos gobiernos decidieran que liberalizarían el sector de las comunicaciones, pero que querían crear (aquí también) lo que fuera se llamaban national champions (Mira EdF, Electricité de France, o Deustche Telekom, para más señas), y por tanto, les garantizaron un lustro de monopolio privatizado, y privilegios de acceso al pujante mercado móvil.
Telefónica no ha sabido donde gastar todo ese dinero. Primero invirtió a saco en una América Latina que emprendía la agenda neoliberal a saco (la coyuntura ayudó). Que Menem quería privatizar la compañía de teléfonos? Ahí estaba Telefónica para comprarla. ¿Que lo hacía Fujimori? Ahí Telefónica está como monopolio de fijo y de móvil ahora. Y un largo etcétera de 'desembarco' acertado en Sudamérica.
Eso sí, la privatización de Telefónica fue muchísimo más temprana que la liberalización real del sector, con lo que el monopolio, ya privado, acumuló unos recursos exagerados, a costa del consumidor, que bueno, palmadita en la espalda, supo reinvertir por aquellos lares (y ahora por UK y República Checa).
Le queda la supermancha negra de cuando compró la licencia UMTS. Fue de las que más se gastaron. La crisis del 2002-2003 para la compañía (como para otras) sí fue un calvario para su accionariado. Parece que ya lo ha superado.
Macho, Alex, sabes de tú. ¿Seguro que no eres Carlos Carnicero con otro nick?
Me refería a que tanto debate político sobre tonterías quizás ha ayudado a que no se trastee con la economía e ideas absurdas franchutes más de la cuenta :-).
Jajaja, no isidoro. Antes muerto que carnicero.
Eso me parece a mi lo único bueno de los debates esteriles sobre las nacionalidades. Como no queda nada de lo que hablar desde las ideologías, se deja en paz a las empresas y las organizaciones sociales. Lo único que si digo es que la pasta que nos cuesta el gestionar los miniestados más los cambios en las políticas educativas, poco a poco, las empresas españolas se irán a la India para poder tener profesionales que, hablen lo que hablen, se han dedicado a formarse en lo que realmente querián hacer...
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