viernes, enero 20, 2006

Urbanismo y ciudades (III): policía, suburbios y redistribución

Tercera parte de la serie de posts sobre urbanismo y ciudades (I, II) y continuación a las notas sobre geografía económica (I, II). Seguimos en ello...

Una de las paradojas más curiosas de algunos sectores de la izquierda es la visión que gastar dinero en policia y seguridad ciudadana es un política represiva, retrógrada y conservadora. De hecho, es todo lo contrario. El crimen en las grandes ciudades afecta, en su inmensa mayoría, a las personas de rentas bajas de manera desproporcionada. Aunque en las noticias sólo veamos robos a chalets y asesinatos de chicas rubitas de casa buena, la inmensa mayoría de delincuencia es gente pobre contra gente pobre, en una porcentaje muchísmo más alto que robos y demás a gentes de clase media o alta. Poner más policia en la calle en los sitios donde hay delincuencia favorece sobretodo a las rentas bajas, no a las altas, y es un gasto público de hecho tremendamente redistributivo.

Que sea redistributivo, sin embargo, no significa que sea el modo más eficiente de reducir la criminalidad. Si bien la policia ayuda (y en último término, es imprescindible), hay otros factores que inciden también en el problema, muchos de ellos no demasiado evidentes. Uno de ellos es la configuración urbana de una ciudad.

Una de las cosas que sorprenden de las ciudades americanas (de las que New Haven es un ejemplo claro) es los pocos comercios, bares y restaurantes que hay en la mayor parte de las ciudades. Incluso en barrios relativamente densos o con altas concentraciones de gente, en casi todas partes uno tiene que andar bastante para ir a cualquier lado. En la mentalidad local, eso se traduce en que todo el mundo coge el coche para ir a cualquier sitio, y muy a menudo, se va a un híper de las afueras a comprar, en vez de quedarse por el barrio. El hay demasiada gente por las calles y no haya demasiados locales en ningún sitio hace que andar por ahí fuera sea ligeramente solitario, y por la noche no demasiado tranquilizador a veces.

Cosa que lleva de nuevo a la policia y vigilancia. En un barrio con multitud de comercios, siempre hay más ojos mirando. Ya sea compradores paseando o tenderos atendiendo, cualquier gamberrada o atraco se expone a ser vista por mucha gente, al contrario que en una calle vacia de New Haven. Por añadido, cada uno de los comerciantes de la zona estará desesperado por asegurarse que en su calle nunca pasan cosas raras y en conocer a la gente, teniendo un interés fortísimo en que no se cometan delitos y se reparen los desperfectos. Como decía Jane Jacobs, la mayor parte de la vigilancia en cualquier ámbito urbano no lo realizan los policias, sino los mismos habitantes interesados en mantener el orden. En otras palabras, la estructura de la ciudad importa, y mucho, en la distribución y los niveles de criminalidad de esta.

Las ciudades americanas, con sus amplios suburbios inertes, centros urbanos sin apenas comercios y servicios, y pocas zonas de uso mixto, son el peor escenario posible para controlar la delincuencia. El problema central es que la policía no tiene nadie que les ayude en su trabajo, ya que no hay un tejido social ni actividad suficiente en las calles para apoyarles. La red invisible de tenderos y vecinos, bares y parroquianos, vida en la calle, que aseguraba que todo el mundo en el barrio se preocupara que las cosas funcionaran como deben ya no está allí, haciendo que todo el trabajo recaiga en la gente de uniforme. Como menor la actividad, más difícil es la vigilancia, haciendo la calle aún menos deseable incrementando el crimen, y vaciándola aún más. El resultado, eriales sin vida tanto en los centros urbanos empobrecidos como en los suburbios de clase media, hacen controlar el crimen un trabajo horriblemente difícil.

En estos contextos es cuando aparecen uno de los elementos más tristemente célebres de los barrios sin vida, las bandas urbanas. En cierto sentido, una banda es un substituto perverso de la policia. En situaciones donde el control cívico del crimen es escaso y la policia no tiene suficiente presencia, grupos de matones pueden "federarse" para controlar una determinada zona. A cambio de no meterse con quienes les dan su apoyo (pagando protecciones, tolerando el tráfico de drogas), una banda garantiza un cierto orden social a base de pegarle una paliza a aquellos que no actuan según lo que ellos dicen. Si son lo suficiente efectivos para conseguir un monopolio de la violencia en el barrio, una banda puede operar con casi total impunidad, al ser la policia incapaz de conseguir ninguna clase de cooperación. Y sí, las "guerras" entre bandas es para garantizar ese monopolio de la violencia en una zona, no por otra cosa.

El problema de la desertización y muerte de barrios enteros es habitualmente mayor en las zonas más pobres, ya que son las que tienen un mayor número de individuos dispuestos a delinquir, y no es exclusivo, ciertamente, de las ciudades americanas, pero sí es más grave, y deriva en el enorme segregación que tienen estas. Aún así, estos problemas los vemos en los suburbios de París o en otras ciudades europeas, en mayor o menor medida.

¿Es la inversión de esta tendencia una receta mágica contra el crimen? No, evidentemente no es la única causa de este. Las sociedades más igualitarias tienden a tener menos delincuencia, sin ir más lejos; ser Suecia es aún deseable para estas cosas. Aún así, este ciclo de "muerte" cívica de un barrio es un factor crucial en muchos barrios. Y la gentrification no es una solución mágica, pero es sin duda más deseable.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

el argumento de la delincuencia no se me había ocurrido nunca a la hora de plantear el modelo compacto español y el disperso americano. Sí señor

Kantor dijo...

Yo miraría la tasa de criminalidad en Malmo, Suecia. La criminalidad en Europa y en América tiene dos determinantes principales: el grupo etnico y la renta.

Además, segun tu teoría en Nueva York el crimen debería ser relativamente más bajo que en Iowa.

Los entornos suburbanos más desempaquetados son con mucho los más seguros: mientras que los bloques altamente densos de población (los proyectos de vivienda franceses y los guettos de apartamentos americanos) tienen un mayor nivel de criminalidad.

En definitiva: la variable densidad urbana es poco significativa y seguramente va en dirección opuesta a lo que afirmas...

R. Senserrich dijo...

Fijate que no hablo de densidad urbana pura; hablo de densidad de vida en la calle, comercios, actividad diaria. La dispersión de la ciudad favorece que esta no exista, pero no determina el nivel de crimen. El problema en EUA es que los suburbios dispersos favorecen la muerte de la vida en la calle, pero no eso puede suceder desde otras vías. Caramba, si señalo los suburbios de París y todo :-).

A todo esto, dudo que Iowa cuente como zona urbana...

La correlación entre criminalidad y grupo étnico es espúrea; grupo étnico correlaciona con renta; hay colinearidad.

Nueva York, por cierto, es mucho más segura que New Haven :-).

Anónimo dijo...

a ver si escribes algo sobre el pacto unilateral de CiU con ZP, dejando de lado a sus socios de gobierno catalan...

Alex Guerrero dijo...

Maravillas de Google Map y Ayuntamientos eficientes, capítulo 1:

El Ayuntamiento de Chicago te permite consultar sucedidos en la ciudad, el tipo de crímen, víctimas, etc, sobre un mapa de Google de la ciudad.

Puedes fijar el intervalo en que sucedieron los crímenes, la concentración de ellos, etc...