El otro día hablaba de etiqueta para ex-presidentes del gobierno, y me refería a la insidiosa manía de Aznar de ir por el mundo enviando a parir a su sucesor. Bueno, ahí sigue, diciendo lo mismo de siempre (el apocalipsis, etcétera), con unas pocas novedades.
Primero, critica retoques que aún no se han realizado, habla de la reforma como si ya estuviera aprobada, y insiste en la idea que es una reforma constitucional cuando de ella no toca una coma. Lo que me ha chocado, sin embargo, es que pida que se impugne en el constitucional antes que llegue al Congreso, algo que si mal no recuerdo hizo el mismo PP con el Plan Ibarretxe... y que el constitucional dijo que no, ya que no revisa textos que aún no son ley.
Lo de siempre. Me encanta que haya críticas, pero por favor, no digamos tonterías. Y no, el proyecto no tiene nada de división irrevisible de España. Menciona la Constitución más de cuarenta veces, leches. No creo que quiera derrogarla.
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