domingo, septiembre 30, 2007

Otro campeón liberal haciendo de las suyas

En Francia hay un tipo que toda la derecha liberal española ensalzó, idolatró y glorificó de forma incesante hará cosa de unos meses. Sarkozy, el nuevo presidente francés, era el adusto, implacabe cirujano de hierro que iba a extirpar el cáncer burocrático estatal del cuerpo de la nación francesa, marcando una nueva era de revolución liberal neothacherita en el viejo continente.

Bien, el bueno de Sarkozy ha presentado sus primero presupuestos: 2,3% del PIB en déficit público, la misma cifra a efectos prácticos que el año anterior (2,4%), y todo bajo unas previsiones de crecimiento absurdamente optimistas.

En fin, quizás el señor liberal del norte no es más que otro clásico político francés de derechas. O quizás está guardando su munición para otro día. Lo que parece bastante claro es que ese imparable avance de la revolución del estado mínimo que tantos claman por la blogocosa no es más que papel mojado.

viernes, septiembre 28, 2007

Ejerciendo de troll en el mundo real

De todas las maravillosas aportaciones de internet al debate político (es un decir) es bastante triste que la adoptada con más entusiasmo en el mundo real sea hacer el troll por las instituciones. Hoy tenemos dos casos de gravedad parecida, viniendo de dos presuntos enemigos mortales en esto de la política, PP y PNV.

Tenemos por un lado el PP. Siguiendo con su tradicional uso del bocinismo como técnica de comunicación, estos días se pasan la vida diciendo que el gobierno quiere "politizar" la justicia mientras ellos se dedican a torturar las reglas alegremente. Hoy le ha tocado al Tribunal Constitucional, demostrando que ni la institución que vigila las reglas está a salvo; parece claro que si ellos no controlan una institución, no les gusta.

El gobierno socialista esta legislatura ha pasado varias reformas haciendo que instituciones que son independientes tengan que ser renovadas con votación de dos tercios del congreso. Sobre el papel, esta es una medida excelente para garantizar la independencia de un organismo; si los dos grandes partidos tienen que pactar quien ocupa un cargo, es natural que tiendan a nominar candidatos con reputación de imparcialidad para que el otro lado pueda aceptarlos.

A la práctica, el PP ha tomado estas reformas como un auténtico chollo que les otorga derecho a veto; negándose a votar nada que le propongan (o sólo aceptando trolls de su cuerda como candidatos) y dedicándose a extender el mandato de los robots de partido que ellos nombraron antes de perder el gobierno. Estupendo.

La verdad, el gobierno anda planteándose recurrir al mismo juego legal, cosa que no deja de tener sentido como estrategia defensiva. La verdad, deberían plantearse seriamente usar la estrategia nuclear en este caso; retrasar toda institución llena de trolls tanto como sea posible, para hacerla inoperante, y decirle al PP que o deja de hacer el imbécil o reforman la ley haciendo que los nombramientos irán por mayoría absoluta y punto. Es decir, o el PP acepta dejar de utilizar su minoría de bloqueo como un veto permanente a lo que decidieron las urnas (vamos, que perdieron las elecciones), o tendrán que quedarse sin nada. Es triste, pero me temo que es lo único que nos queda.

El otro troll es, para variar, el señor Ibarretxe. Supongo que el tipo echaba de menos ser la gran piñata política de España y como ETA le robaba el protagonismo, así que ahora nos viene con la estupidez de la consulta popular, para preguntarle a los vascos si los vascos deben poder decidir. Algo que suena estúpido, y no nos engañemos, lo es. Lo del Lehendakari no es más que el PNV tratando de conseguir ponerse en ese lugar que todo partido nacionalista periférico sueña, ser el enemigo público número uno de FJL, Rajoy y Acebes.

El hecho que lo que pida sea una chorrada ilegal imposible de aceptar con ETA matando, evidentemente, parece no importar a nadie. El tipo pretende pactar con el gobierno una especie de acuerdo que permita la autodeterminación, hacer que el parlamento vasco lo apruebe, y convocar un referéndum. Como no hay ningún presidente del gobierno con tendencias suicidas, Ibarretxe deberá recurrir al plan B, la "consulta popular no vinculante". Empezando por el hecho que un gobierno autonómico debe pedir autorización al Congreso para convocar un referéndum, preguntar si se puede preguntar es una pérdida de tiempo ridícula en una democracia.

Que conste, no estoy en contra que Euskadi vote si quiere o no la secesión. Es más, creo que nos ahorraría mucha chorrada y ambigüedad nacionalista, quitaría legitimidad a muchos salvapatrias y nos ahorraría todas estas tonterías y eufemismos. Si se hace con reglas estrictas y bien claritas, aparte que dejaría bien claro que el País Vasco no quiere dejar de ser parte de España, sería un sano ejercicio de democracia. Eso, evidentemente, sólo se convocaría si ETA se ha disuelto.

A Canadá le ha ido más que bien, vamos.

Por cierto, si fuera por mí, si los vascos deciden largarse España debería vetar con entusiasmo su entrada en la Unión Europea. Si no quieren ser miembros de nuestro club, no queremos que sean miembros del nuestro. Soy rencorosillo, que quieres que te diga.

jueves, septiembre 27, 2007

Inversiones y debates estúpidos

Con un poco de retraso, pero me parece obligado señalar el estupendo artículo que publicaba El País el otro día acerca de cómo se cuenta el gasto de infraestructuras en los presupuestos. Básicamente, señalan algo que cualquier tipo con lógica debería saber (aunque ya se sabe que los periodistas tratan de huir de esto tanto como pueden): mirar las variaciones de un año a otro es una estupidez.

Las inversiones en infraestructuras siempre, siempre, siempre vienen determinadas por el gran proyecto del momento. En los últimos años, los políticos catalanes (incluso durante las dos primeras legislaturas de Zapatero) se pasaban la vida quejándose de lo mucho que recibía Madrid en comparación a Barcelona. Lo que no contaba nadie es que todo ese dinero iba básicamente a un sitio, el aeropuerto de Barajas, y a ningún otro sitio. Cuando en años anteriores el desequilibrio parecía todavía mayor, el motivo principal era el hecho que la LAV Madrid-Barcelona estaba empezando a ser construida a las afueras de la capital, no por otra cosa.

Ahora llega el turno de capital catalana. El AVE está a las puertas de Sants, y siendo como es una de las infraestructuras más caras en construcción en todo el país, es natural que parezca que el gasto se sale de la escala. Por añadido, el aeropuerto del Prat está recibiendo por fin (con casi 10 años de retraso) el dinero que necesita con la construcción de una nueva terminal; si mal no recuerdo, una inversión aún mayor que una LAV, y que nadie puede decir que no sea imprescindible. A fin de cuentas, las terminales actuales están cargando con 30 millones de pasajeros cuando fueron diseñadas para apenas 25, así que ya era hora.

¿Es la inversión de la LAV en Barcelona gasto que "favorece sólo a los catalanes"? Es bastante evidente que no. Cuando Zaragoza era la segunda provincia con más inversión del país (sin ser ni de broma el segundo centro más importante de población) por tener las obras del AVE pasando por Aragón, esa obra no era para los maños, era para todos. Ahora vemos del mismo modo gasto a espuertas en Andalucia (acabando el AVE a Málaga andan, entre otras LAV), Castilla La Mancha (LAV de levante, que aún no llega a Valencia) y Castilla León (LAV de Valladolid). El estado gasta mucho dinero en infraestructuras, pero son estos proyectos de talla XL los que mueven las media de inversión por habitante y hace que hablar de números de esta manera sea totalmente irrelevante.

A todo esto, esos dos "grandes ganadores", Andalucia y Cataluña, reciben un 32%, más o menos, de la inversión. Casualmente, tienen sobre un tercio de los habitantes del país, así que no sé de que se quejan algunos. Evidentemente, a los señores de la lógica difusa liberal esto les importa en comino; lo suyo sería construir Barajas cada año nuevecito, que es el único modo de gastarse 6.185 millones de euros en infraestructuras en una región. Sí, eso es lo que costó la broma; y con todos los AVE de España pasando por Madrid, por cierto.

Resumiendo: las cifras, en este caso, no lo son todo. Especialmente si son utilizadas con torpeza netamente periodística.

miércoles, septiembre 26, 2007

Caseros, reyezuelos y perdedores

Comentarios breves de varios temas idiotas, escritos a vuelapluma...

a
. Chacón anuncia medidas para agilizar los deshaucios, incentivando la demanda en el mercado de alquiler. Rajoy dice que es idea suya. Empezando por el hecho que yo lo dije antes, de hecho esta medida está en prevista en el plan presentado por la ministra el otro día.

b. La Casa Real dicen que atacar al Rey es atacar a la unidad de España. Estupendo, "España soy yo". Momento Rey Sol para Juanca. Que le jodan.

c. La obsesión del PP que Zapatero hable con Bush. El presidente le llama patología, y la verdad, no va muy desencaminado. La verdad, Estados Unidos es un país importante (yo vivo en él; es obvio que es importante), pero políticamente el sr. Bush ahora mismo es un cero a la izquierda. No tiene mayoría en las cámaras, su popularidad está bajo mínimos, es tomado por tonto por la mayoría de la población, y todo su equipo de gobierno ha caído en desgracia. España ha seguido hablando y teniendo buena relación con Estados Unidos (diplomáticamente, las cosas están como siempre); con Bush ahora mismo en Estados Unidos no habla ya nadie.

Y oye, en vista del éxito rotundo de la invasión de Irak, diría que Zapatero hizo lo correcto.

martes, septiembre 25, 2007

La (poco) romántica huelga de General Motors

Uno sabe que está viviendo en un país con una tradición política radicalmente distinta en días como hoy. Por primera vez desde 1976 los trabajadores de uno de los tres grandes fabricantes de coches de Estados Unidos, General Motors, están en huelga. 73.000 empleados han dejado las cadenas de montaje, y siguiendo la consigna de la United Autoworkers Union, han salido de las fábricas.

Lo que más me ha chocado ha sido, para que negarlo, la cobertura mediática. Si los trabajadores del fabricante de automóviles más grande de la tierra fueran a la huelga en España, todos los medios, incluso aquellos en la derecha, no podrían contener echar una lagrimita romántica al ver la vieja lucha de clases cabalgando de nuevo. Sea respondiendo a la ética del patrono o el arriba proletarios de la tierra, todo periodista con cierta tendencia al drama (99% de ellos, vamos) estaría un poco conmovido al ver que las viejas ideas, la vieja Europa, sigue aún escondida donde la habíamos dejado.

En Estados Unidos... bueno, más bien lo contrario. Los medios parecen más que incapaces de entender que pasa, como si estuvieran viendo sombras en una caverna. Sí, hacen sus análisis y sus gráficas, repiten sus notas y sus ideas, pero la sensación (subjetiva) que tengo es que no ven todo este asunto más que una especie de reliquía de antes de la guerra, antes que los americanos decidieran que todo lo que no fuera capitalismo era malo, y que de hecho en su país todo el mundo es de clase media. Incluso el New York Times, que se las da de Europeo a veces, es más seco que Montgomery Burns dando la noticia.

Los que me leen de vez en cuando sabrán que un servidor no cree en esta tontería de la cultura política demasiado. El discurso público, lo que se habla en los medios y como se tratan las noticias es un reflejo de las instituciones heredadas, un fruto de múltiples decisiones que marcan como un país se gobierna durante las décadas siguientes. Los problemas de General Motors, el conflicto que les ha llevado a la huelga, son el resultado de estas decisiones en el pasado; ver como la tradición e historia previa afecta algo tan básico como la cara del tipo que da las noticias en MSNBC o CNN (en Fox han ignarado la huelga) es sencillamente fascinante.

¿Las razones? Lo cierto es que las he cubierto antes, en crisis empresariales parecidas, pero no exactamente iguales: las aerolíneas. El gran punto de fricción, y lo que está debilitando la empresa hasta la extenuación, es el hecho que el estado de bienestar de todos los trabajadores de General Motors lo paga General Motors, y al contrario que otras empresas, no se pueden librar de él. La sanidad privada, absurdamente cara, penaliza de manera espantosa aquellas compañías que son más antiguas. Aquellos fabricantes que han tenido trabajadores durante más tiempo, herencia de ese era de gloria del capitalismo americano en que las compañías trataban a sus obreros como reyes en los años cincuenta pasean el fardo de las obligaciones no socializadas.

Cuando el estado de bienestar lo pagan todos, todo el mundo tiene los mismo costes, los mismos impuestos, y las mismas protecciones. Cuando lo pagan sólo algunos para los suyos, los costes de tiempos pasados son una condena en la actualidad. Lo que es peor, echar a tus currelas no te sirve para nada; la reconversión te la pagas tú solito. Nada como un capitalismo que condena a aquellos que más exito tuvieron a competir con una mano atada a la espalda.

Una cosa curiosa: Alex Guerrero, el impagable teórico de La Moqueta Verde y colaborador ocasional por aquí, ya comentaba que GM era un candidato de primera de meterse en problemas hace dos años, siguiendo exactamente este razonamiento. Para que digan que la cagamos siempre.

domingo, septiembre 23, 2007

El misterioso mundo de los bancos centrales

Siguiendo con mi larga tradición de escribir artículos en los que tomo a todo el mundo por idiota, hoy toca dar un somero repaso a ese ente oscuro, misterioso y sospechosamente independiente, el banco central. Para ser una institución con tan buena prensa en círculos políticos (no en vano, casi todos los paises serios ahí fuera tienen un banco central sólidamente autónomo), estos días he leído bastantes críticas lanzadas a estas instituciones, como si fueran una especie de aberración cósmica misteriosa.

Lo cierto es que el banco central independiente es un engendro relativamente reciente. Aunque la institución de los bancos centrales es bastante antigua, historicamente eran o bien extraños arreglos publico-privados (hasta los años treinta), o bien (hasta los ochenta), instituciones directamente dependientes del ministerio de economía. Su trabajo también fue variando con el tiempo, pilotando la creación del papel moneda, el patrón oro, el sistema Breton-Woods de "patrón dólar" y finalmente el sistema de dinero "arbitrario" puro del mundo actual.

En los años setenta, tras la decisión de Nixon de cargarse de forma más o menos declarada el sistema Breton Woods, el sistema monetario mundial se ve en una situación curiosa. Las divisas del mundo, que antes cotizaban en relación a un dólar que tenía una convertibilidad estricta con el oro, pasan a ser un depósito de valor puramente basado en la confianza en la divisa misma.

Este es un arreglo bastante extraordinario: de repente el marco, franco, dólar, libra, lira y resto de monedas pasan a tener valor únicamente porque todo el mundo que tiene estas monedas espera que otros le van a dar algo a cambio cuando intenta pagar con ellas. Si yo tengo $250 en mi bolsillo, el valor de ese dinero no viene por el hecho que pueda ir a la reserva federal y cambiarlo por 7 onzas y pico de oro; su valor viene por que estoy casi seguro que si voy a Target podré convertir esos trozos de papel por una Nintendo Wii nuevecita (si la tienen, que aún cuestan de encontrar), nada más que eso.

Si los mercados empiezan a pensar que el dólar es una cosa menos creíble (no confían en que todo ese dinero que tienen los bancos o circula en deuda vaya a ser pagado sin problemas), el valor del dólar respecto a otras monedas baja. Si se creen que el dólar es un depósito de valor sólido, ya que a largo plazo con él podré comprar muchas cosas, su valor sube. Todo ello está basado en este término tan nebuloso llamado confianza, un intangible nacido de la evaluación colectiva de los mercados sobre la solidez de una economía.

A finales de los setenta, por tanto, tenemos a la mayoría de países desarrollados (no el bloque soviético; esos seguían ignorando la ley de la gravedad) confrontados con un problema curioso. Sus monedas no están ancladas a ninguna parte, al controlar el banco central, pueden mover los tipos de interés y la impresión de billetes, y al redactar los presupuestos, pueden mover el gasto público. Un ministro de economía tiene en sus manos un arsenal casi ilimitado para gestionar la economía; el único limite al que se enfrenta es que los mercados se lo crean.

Si el tipo parece saber lo que hace, no está gastando más dinero del que tiene, y no se dedica a torturar la moneda con excesiva inflación (que no es más que pérdida de confianza, derivada del hecho que es mejor tener algo sólido que algo intangible), los mercados seguirán confiando en ellos, y la moneda no se desplomará. Si empiezan a sospechar... bueno, las cosas no irán demasiado bien.

Ahora poneros en la piel de un ministro de economía de un gobierno de izquierdas en una situación de este estilo. Como progre irrendento que eres, sabes que tu gobierno cree en el gasto público, no está asustado de los déficit fiscales, prefiere crecimiento sólido con inflación a crecimiento moderado sin subidas de precios, y ama los tipos de interés bajos. También sabes que todo esto es una receta para crear inflación, y generar miedo en el mercado que sus inversiones en tu divisa no conserven su valor, no importa cuales sean los fundamentos de la economía. La política económica del gobierno genera incertidumbre, y eso te deja a un paso que alguien la pifie y te la echen a patadas barranco abajo.

¿Qué alternativa tienes? El gobierno puede prometer que hará las cosas bien, que la inflación será vigilada con fuerza, y que el gasto público no creará un déficit que presione los tipos al alza. El problema es que el hecho de tener a un político diciendo esto es bastante irrelevante; hablar es gratis, los políticos no son creibles, y quién garantiza a un inversor que antes de las elecciones no tengan tentaciones de gastar como posesos para mantenerse en el poder a base gasto público. Para el pobre ministro de economía, es cuestión de ingeniársela para hacer una promesa que los mercados vean como sólida. Y esa promesa es, en esencia, crear un banco central independiente.

Básicamente, un banco central separado del control directo del gobierno es una promesa formal de no hacer el tonto con la economía; es el ministro diciendo que somos tan serios con esto que haremos que otro tipo sin tentaciones electorales lleve las cuentas en el lado monetario del asunto. Nos atamos las manos en lo monetario, y eso nos obliga a ser responsables en lo fiscal, así que podeis confiar en nosotros; confiad en nuestra divisa y dejadnos hacer.

Lo curioso es que la promesa funciona. A pesar que el gobierno puede cargarse el banco central tan fácilmente como cuando lo creó, el hecho que la rotura de la disciplina monetaria exige ahora un paso previo dramático reduce de hecho la desconfianza en la economía. Como la moneda ahora mismo es sólo confianza, cualquier arreglo en esta dirección vale su peso en oro.

¿Son los bancos centrales malvados, entonces, al ser un límite al control de los políticos sobre la economía? En mi opinión, no. Es un arreglo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes, siendo las ventajas más relevantes en este caso. El banco central no es, desde luego, una solución mágica (escribiré más sobre ello en otro artículo), pero es un arreglo bastante aceptable, y mucho más flexible que esa camisa de fuerza llamada patrón oro.

A vueltas con el arbitraje

El otro día criticaba con ciertas ganas al gobierno (para que después me digan que siempre les hago la pelota) sobre las carencias de su nuevo y flamante plan de promoción de alquileres. Por algún motivo a mí me dio en mis intentos para ser magnánimo juntar churras con merinas y decir que el Plan Nacional de Alquiler Garantizado (PNAG) era la iniciativa del gobierno que sí tenía sentido, y no la subvención a los inquilinos.

Nada, comentar que para variar he metido la gamba, y no, el PNAG no es una idea del gobierno. Es más, es una idea de la junta de arbitraje, totalmente privada, que el ministerio de la vivienda básicamente ignora. Y la verdad, como la ponen por aquí, es bastante probable que sea una idea bastante rarilla, ya que de hecho ofrece menos garantias legales de lo que sería deseable.

Claro, yo no me creo todo lo que dicen en Internet, así que a los picapleitos en la sala: ¿Algún comentario sobre lo que dice ese artículo sobre los arbitrajes?. Por lo que sé, están muy extendidos aquí en Estados Unidos, y te los acostumbras a encontrar en sitios donde no puedes esquivarlos; contratos de trabajo ligeramente cutres que te hacen firmar que si hay un problema irás a arbitraje, no a un sitio con más garantías como son los tribunales. Jessica, no pretendo asustarte :-).

A todo esto, y ya que estamos preguntón, Alex, ¿Dónde has encontrado las medidas para estimular la demanda que hablas?. En la prensa no están; he tenido que hacer eso que no hará nadie no-friki, zambullirme en la página del ministerio y mirar un PDF para leerlo. Mira que se explica mal este gobierno.

Las desgravaciones y otros estímulos a la oferta mejoran bastante el plan, desde mi punto de vista (y anula parte de la crítica de Marc Vidal, que cometía el mismo error miope que yo); aún así, la seguridad jurídica creo que sigue siendo el primer paso. Nunca he sido demasiado amigo de las desgravaciones fiscales, y la verdad, una desgravación a las rentas de alquiler es rematadamente regresiva. Llámame socialista, pero hacer el vivir de rentas fiscalmente más atractivo me parece un poco contraproducente.

En fin, lección aprendida: el hecho que tenga mucho trabajo y sepa de lo que hablo no quiere decir que deba fiarme de los periodistas. Uno no lee artículos, lee políticas. Inexcusable. A escribir 200 veces "nunca más me fiaré de los idiotas estos de la prensa, ya que quedo invariablemente como un idiota", y a recordar que aunque parezca fácil, las medidas de un gobierno son mucho más complicadas de lo que dice la prensa siempre. Nada que no supiera, pero estoy fallón.

viernes, septiembre 21, 2007

¿En qué se parecen Britney y Bolivia?

A Britney Spears no le hacen más que pasar desgracias. La chica lleva una buena temporada comiéndose unas cantidades de mala prensa tremebunda, a menudo más que merecidas; a la chica se le ha ido la olla de mala manera, y parece que ya ni intenta ser remotamente presentable o tratar de rehacer su buena estrella.

Lo cierto es que podemos aprender mucho de Britney. Britney es una tragedia humana clásica, un ejemplo claro que tener un golpe de suerte, ser mona y lanzar un mega exitazo musical no convertirá tu vida en un camino de rositas. Britney es un símbolo de una de los problemas clásicos de muchos lugares del mundo, la tragedia del ganador de la loteria.

Britney Spears es Bolivia.

Expliquemos por qué. Britney Spears es una muestra clara que si uno es imbécil y tiene un golpe de suerte, después del golpe de suerte uno sigue siendo imbécil. Recibir cantidades ingentes de riqueza de forma imprevista no significa que ese dinero vaya a ser administrado bien; si uno tiene una larga tradición de despilfarro, nunca ha aprendido a cuidarse solito o tiene un talento extraordinario para meter la pata de forma espectacular y no querer recibir consejo, es bastante probable que eche a perder esa súbita inyección de riqueza.

Britney tuvo el golpe de suerte de ser la elegida por la maquinaria de promoción de la industria musical; tiene un talento y presencia discretas, nada demasiado extraordinario, pero una campaña magistral y dar con la fórmula mágica ("escolar lasciva virgen") la hizo multimillonaria. El problema es que tras el golpe de suerte, y una vez dejada a solas, la chica se ha demostrado incapaz de sobrevivir a sí misma; la niña era tonta antes, y ahora que puede demostrarlo lo ha hecho de forma magistral.

¿Qué sucede con Bolivia? Algo parecido, con algunas palabras distintas. Si en vez de escribir "éxito discográfico" decimos "encontrar gas natural", la historia es bastante parecida. Bolivia tuvo el golpe de suerte de encontrarse con un premio de loteria natural, las enormes reservas de gas en su subsuelo; el problema es que el país, de un modo u otro, no parece capaz de hacer nada que valga la pena con el súbito aumento de ingresos.

No diré que los Bolivianos fueran un grupo de cretinos irresponsables; el símil no va tan lejos. Lo que si es cierto es que hay un número importante de características estructurales que hacen mucho más difícil la tarea de crear y gestionar riqueza.

Para empezar, el país no tiene una distribución de la riqueza equilibrada. Cuando el dinero se concentra en pocas manos, aquellos que tienen mucho son muy poco amigos de la redistribución; sea petroleo, sea gas o sea tierras, si uno tiene mucho de algo y hablan de redistribución sabe que va a salir perdiendo. Como resultado, el gas natural es otro premio más por el que liarse a tortas; si lo controla el estado o una multinacional no importa, siempre habrá perdedores que fuera de la fiesta.

El segundo problema se deriva del hecho de la falta de diversificación de la economía. Cuando un país ve como de golpe una parte muy importante de su riqueza viene de una sóla fuente natural mágica, las distorsiones que esto crea son tremendas. Desde subinversión en otros sectores a una tendencia a tratar de utilizar los recursos para ahorrarse el trabajo de crecer pasito a pasito produciendo cosas, la economía de un país se resiente. Es el efecto de tener ya dinero y ganar más, en comparación a no tener nada y que te caiga fortuna de golpe; el nivel de histerismo es infinitamente mayor.

El tercer problema viene derivado de los dos primeros, y es la estructura del sistema político. Los paises con pocos recursos mal distribuidos tienden a producir régimenes llenos de conflicto, sea latente o explícito. La pobreza acostumbra a venir acompañada de una variedad de malas costumbres: falta de respeto a las reglas del juego, leyes confusas y con implementación arbitraria, corrupción, caciquismo, etcétera. La riqueza no arregla estos problemas; de hecho estos inconvenientes acostumbran a ser magníficos instrumentos para despilfarrar cualquier cosa.

Más allá de eso, la falta de infraestructuras básicas hace todo más complicado. Si uno no tiene carreteras, por mucho dinero que haya flotando (y siendo desperdiciado) por el sistema, no hay demasiado que hacer. Crecer, desarrollar, avanzar la economía es complicado, y más cuando esos yacimientos y gasoductos se llevan toda la inversión.

En pocas palabras: no es lo mismo ser rico que ganar mucho dinero. Tener muchos ingresos no conlleva necesariamente desarrollo económico; el crecimiento es algo mucho más sutil y complicado que tener y utilizar el dinero que nos ha tocado a suertes. Que le pregunten a países como Japón, que en cuestión de recursos naturales sacaron la pajita más corta...

miércoles, septiembre 19, 2007

Parche de alquiler

Tanto lloriquear de un servidor para que el gobierno haga algo para incentivar los alquileres, y van y me salen con esto. Subvención directa a jóvenes que alquilan y desgravación fiscal; la subvención moderadamente redistributiva, pero poco eficaz (más luego) y la desgravación un poco regresiva (menos que la muy regresiva desgravación a hipotecas), aunque al menos se limita a las rentas bajas.

El problema, sin embargo, es el de siempre: lo de la falta de alquiler no es sólo falta de demanda; es también falta de oferta. Se habla mucho de eso que lo de querer comprar casitas en España es algo cultural, que somos todos muy conservadores; el problema a menudo es que de hecho hay poco o nada que alquilar.

Un propietario cuando pone una casa en alquiler corre un riesgo; el inquilino es un misterio enorme para él. El tipo puede ser un cretino que no cree en pagar a tiempo, una estrella de rock a tiempo parcial que le destroza el chiringuito, un pirómano peligroso o alguien con mala suerte que es atropellado por un camión, pierde el trabajo y no puede salir de casa ni tiene dinero para pagarle. Tener un piso vacio tiene un coste (pago de hipoteca menos incremento en equidad); tenerlo alquilado tiene una probabilidad determinada de generar ingreso, y otra de tener un desastre entre manos.

Llevo una temporada viviendo en Estados Unidos, y si algo me ha sorprendido mucho es lo despiadado de las leyes de deshaucio en muchos estados. En Connecticut uno se retrasa diez días en sus pagos y es perfectamente posible que antes de dos meses ya esté de patitas en la calle; el casero tiene derecho de paso y los tribunales de arbitraje casi ni te leen el caso antes de echarte. No hace falta que le recuerde a nadie lo "sencillo" que el proceso resulta en España, y la velocidad vertiginosa de los tribunales.

El resultado evidente es que sencillamente los propietarios ven la opción de alquilar con malos ojos; es casi más barato dejar la casa vacia que jugar a la ruleta. La oferta de alquiler es limitada, los avales que piden son ridículos, y los precios altos, y el vivir con una hipoteca se hace mucho más atractivo.

¿Qué sucede cuando el gobierno da una ayuda en el lado de la demanda, pero no toca la oferta?. Primero, los potenciales inquilinos tienen más dinero en el bolsillo para alquilar. Para los propietarios, eso significa que hay más potenciales clientes, al haber más gente con más dinero en el mercado. Más demanda, con más dinero... ostras, subiremos los precios.

En un mercado normal, cuando los precios suben, este se vuelve más atractivo para quien puede vender en él, ya que se puede hacer más dinero. Es posible que algunos propietarios dubitativos, al ver que pueden sablar 280 euros más a esos chavales recién salidos de la universidad (aunque cada vez valga menos), decida saltar al ruedo y ponga su piso en el mercado, pero debido al riesgo relativo de alquilar el mercado, el aumento de la oferta es más que probable que no compense el incremento de la demanda. El resultado: precios ligeramente más altos, unos cuantos pisos más alquilados, y una bonita transferencia de fondos a quien tiene pisos más que a los que los alquila.

El mercado de alquiler es un ejemplo clásico de mercado con costes de transacción altos. Los actores implicados tienen problemas para conseguir información de la otra parte, hacer los contratos efectivos y conseguir que las transacciones estén libres de abogados. Más que dar dinero a unos o a otros, la solución si se quiere incentivar el alquiler es la verdad más barata, aunque menos sencilla.

Aunque claro, cuando el gobierno implementa de forma tan cutre algo como la agencia de alquiler, algo que era exáctamente lo que este mercado pide, no sé qué esperar ya. Sí, hay mecanismos (Jessica comenta uno estupendo, casi totalmente desconocido y mucho más útil que 200 euros al mes a largo plazo), pero claro, eso es más difícil de vender. Soy un firme creyente en el electoralismo, pero espero que al menos los políticos busquen la solución eficiente, no la fácil de (re)vender.

Nota: hoy me explico mal. Remarco, como comenta Jessica más abajo, que el gobierno ya ha hecho cositas como el PNAG para reforzar el lado de la oferta, pero lo ha vendido tan mal que dudo que más de tres propietarios se hayan enterado del asunto. Que alguien les compre un publicista, porque la verdad no saben vender.

Y sí, el efecto neto de ambas medidas debería ser neutral respecto a precios pero aumentando el número de pisos alquilados...si alguien supiera que las medidas existen.

Muchas gracias por las correcciones, de todos modos. Uno está torpe.

Nota 2: la última entrada de Jessica en su bitácora es sencillamente magistral, y le da sopas con honda a este. Así que a leerlo.

Nota 3: me cuentan que el PNAG no es de hecho una iniciativa del gobierno. Recorrijo mi postura, si eso es cierto, y paso a atacar otra vez el plan. ¿Alguien reconfirma lo que dice Ismael?

lunes, septiembre 17, 2007

Que jodan al Rey

En serio, me tienen harto. Quizás es porque vivo en un país que aún con sus errores y excesos uno puede quemar la bandera o la foto del presidente alegremente sin vulnerar ninguna ley, pero esto de tener a la jeta y persona del Rey como algo más invulnerable que el más puro adamantium es un peñazo incomprensible.

Ni radicales ni historias. Aúnque los Maulets y toda esa tropa la verdad me dan más asco que nada políticamente, el hecho de ser republicano y creer que la Corona es una basura arcaica inútil no debería tener nada de extraño. Juan Carlos y los Borbones no son la esencia destilada de la españolidad más pura, la imagen impoluta de la unidad de destino en lo universal o una especie de vaca sagrada con tendencia a estrellarse esquiando.

Esto de la inmunidad de la Corona es una idiotez absurda que sólo sirve para que la derecha cavernicola salga con cara de ofendida a llamar a todo el mundo traidores un par de veces al mes. Ya es hora que nos organicemos bien y lancemos una campaña a gran escala de afrentas al Rey colectiva, para librarnos de una puñetera vez de estas chorradas. Juan Carlos I será campechano y todo lo que quieras, pero no es España. Es más, el tipo es un funcionario más; nos debería estar lamiendo las botas y dándonos las gracias cada día por el puto chollo que tiene que le paguemos su chabolita en Mallorca y otras chucherías.

Injuriemos, pues, al Rey, por el bien de la libertad de expresión, el sentido común y el combate eterno contra la estupidez cavernaria: "¡Juan Carlos es más tonto que una merluza a la plancha!". Unios, amigos míos, en la cruzada injuriosa. Para que la fiscalía no se aburra.

Nota adicional: para quien no lo haya cogido, esto es una petición de injuria colectiva. Que todo aquel que quiera se una a ello, con una sencilla frase injuriosa a la institución más sagrada de España (aparte de la SGAE). De nada.

domingo, septiembre 16, 2007

Dando la razón a Solbes

Se está hablando bastante de la supuesta tendencia aguafiestas de Pedro Solbes estas últimas semanas. Cierto, Solbes se está paseando de ministerio en ministerio intentando controlar el gasto, pero la verdad, no sé qué esperan. Ser ministro de economía consiste exáctamente en eso, y más en estos días de turbulencia financiera.

Primero de todo, es obligado recordar que nada sale gratis. El superávit de las arcas públicas en España no es algo que esté allí por capricho; el gobierno ha restringido el gasto por muy buenas razones. Primero, porque los tipos de interés en España han estado durante mucho tiempo por debajo de lo que realmente le convenía a la economía; la burbuja inmobiliaria ha nacido de este mismo problema. Al no tener control sobre tipos, la única manera de combatir la inflación a corto-medio plazo es limitar el gasto público. Y sí, limitar la inflación es crucial, especialmente si la productividad no está aumentando; el poder adquisitivo de los sueldos se resiente aún más si no se hace.

Por añadido, uno no puede ir insinuando que puede haber una crisis bancaria en España y a la vez pedir que Solbes gaste dinero alegremente. Si la economía está sujeta a riesgos, no es una buena idea que el gobierno se ate las manos en programas sociales más o menos socialdemócratas. Si la economía está frenando (no creo que un frenazo grave, pero debe ser tenido en cuenta) los ingresos bajarán y el gasto subirá de forma automática (más paro, más necesidad de servicios sociales, etcétera), algo que erosionará el superávit por sí solo; sonará keynesiano, pero uno tiene superávit cuando crece y déficit cuando la economía frena, y así limita la severidad del ciclo.

Lo más importante, sin embargo, es mantener la confianza en la economía. Si España no ha tenido problemas más serios con todo este pollo inmobiliario es porque ha sido muy, muy cuidadosa en mantener los libros claros. Las reglas sobre solvencia bancaria son estrictas, el dinero gasta lo que tiene, y se mantiene una reserva y margen de obra más que considerable "para lo que pueda pasar". Se dice a menudo, pero la economía se basa en gran medida en la confianza de todos los implicados en que todo seguirá funcionando igual de bien mañana; Solbes ha hecho un trabajo magnífico en este aspecto, y es necesario que todo programa nuevo, por muy redistributivo que sea, entre dentro de esta cautela fiscal.

¿Suena conservador? El ministro de economía debe serlo, siendo como es el guardian de la ley de la gravedad en este gobierno. Redistribuir para garantizar la igualdad de oportunidades es importante, pero es totalmente inútil si uno no mantiene la economía creciendo.

viernes, septiembre 14, 2007

Ruido no equivale a números

Los medios de comunicación harían muy bien de ignorar según qué cosas. Una cosa es que una organización diga tener cuatro millones de familias afiliadas, clame que tiene 15.000 objetores a una asignatura y meta más ruido mediático que la muerte de Rocio Jurado.

Otra cosa es que todas esas afirmaciones sean mentira, claro.

La derecha española anda tratando de copiar el modelo de los conservadores americanos de grupos de presión ruidosos en volumen pero ridículos en número. Sencillamente, no me creo que una de cada cinco familias españolas formen parte de un grupo ultracatólico, igual que nunca me creí que en España habría nada parecido a una objeción religiosa masiva de ninguna clase. Porque en serio, 15.000 chavales es un número bastante insignificante ya para empezar; no era ni un 10% del alumnado. 86 objetores, cifra de los que realmente han presentado papeles, va más allá de lo patético.

Vivimos en un mundo nuevo, donde con un poco de arte mediático cuatro lunáticos pueden hacer un ruido gigantesco. Es hora que nos empecemos a tomar eso de mirar qué hay detrás de la cortina en serio.

jueves, septiembre 13, 2007

Imaz lo deja: el PNV y su bicefalia

Estamos en temporada alta de tortazos internos en partidos políticos. Tras la sarta de sopapos que se dió el PSOE en Navarra, la interminable saga del "incuestionado" líder del PP, la autodefenestración de Rosa Díez y alguna otra alegre reyerta interna más, hoy le toca al PNV y la espectacular eyección vía catapulta de Josu Jon Imaz.

El bonito accidente parece haber tomado algunos por sorpresa, pero lo cierto es que el PNV tiene una larga tradición en el arte de linchar a sus propios jefes. Los nacionalistas vascos son uno de los pocos partidos españoles que ha sufrido una escisión seria (Eusko Alkartasuna), teniendo de hecho una fuerte tendencia a meterse en conflictos internos. Se dice a menudo que el PNV tiene dos almas, la "burguesa" moderada, realista, y la "idealista", más soberanisma y menos dispuesta a pactos extraños. Esa división, por sí sóla, hace del partido un candidato claro a dividirse; sin embargo, los nacionalista vascos parecen mucho más propensos que otros partidos de "alma" parecida (CiU) a liarse a tortas.

¿De dónde viene esta santa manía a pelearse? La respuesta, como de costumbre, deriva de una curiosamente incompetente estructura organizativa que hace del PNV un partido único.

En parte por tradición histórica, en parte por esa curiosa tendencia que algunas instituciones disfuncionales tienen para subsistir, el PNV hace de la bicefalia uno de sus principios básicos. Los nacionalistas vascos separan quien manda en el partido y quien manda en las instituciones, no sea que el precioso, ideológicamente puro e inmaculado partido se les contamine de cosas oscuras y pragmáticas del gobierno diario.

El problema, claro está, es que la idea no funciona tan bien una vez llevada a la práctica. Los políticos son personitas humanas, con sus ideas y sentimientos, y eso de estarse calladitos y haciendo su trabajo es algo que no les acaba de cuadrar demasiado. Especialmente cuando su vecino, el "otro" cargo del partido, insiste en llevar el partido por un camino que no te acaba de cuadrar. Eso es lo que le pasaba al pobre Egibar; Imaz, jefe del partido, quiere ser moderado. Ibarretxe, jefe del gobierno vasco, no. La solución lógica, si el jefe de tu partido no hace lo que quieres es dar la murga, a ver si se cansa.

En un partido normal, donde un "disidente" no tiene más que un cargo interno, uno como mucho consigue que el líder te tire un huesico para que te calles, o te caiga encima con todo el equipo. A no ser que el líder sea muy poco popular, no tenga la más remota posibilidad de ganar o sacar un buen resultado en las siguientes elecciones y en el partido no le quiera nadie, el jefe casi siempre aguanta en el cargo hasta que se estrelle en las urnas.

En el PNV, el líder del partido no tiene un cargo institucional; no tiene al partido pendiente de si es un buen candidato o no, o los problemas de traer un tipo nuevo si es decapitado. Por añadido, el líder, lado partido, no tiene capacidad de repartir golosinas a los disidentes (consejerías, fundaciones, agencias, etcétera), así que apenas tiene poder negociador. Para añadir sal a la herida, si los resultados electorales son malos los candidatos siempre pueden echarle la culpa a él, que es el que no se presentaba. Estén las bases a favor o en contra, Imaz no tiene apenas poder de chantaje frente a sus disidentes; y cuando el lado institucional del partido le da la espalda, apenas tiene nada que hacer: las decisiones ya no las toma él.

Sobre el papel, separar partido y gobierno tiene sentido. Ideales y pragmatismo a veces no combinan bien, y el partido debe estar allí, vigilando, a que los cargos no se corrompan. El problema con este arreglo es que la responsabilidad está dividida, y como tal, echar las culpas y decidir quien la ha cagado es mucho más complicado. Haciendo las cosas peores, si partido e instituciones no siguen la misma melodía, es relativamente sencillo desde el lado "rebelde" subvertir a su oponente, especialmente si la víctima es el partido.

Paradojas de la vida, un arreglo que aparentemente refuerza el partido acaba por hacer de su líder una auténtica piñata.

miércoles, septiembre 12, 2007

Un par de enlaces

Llevo tiempo leyendo a Citoyen, pero lleva una temporadita que está que se sale. El tipo es un firme creyente en la ley de la gravedad, y lo demuestra con argumentos sólidos hablando de derechos laborales (y lo absurdo de tratar de exportarlos) y la extraña manía que tienen algunos de confundir ciencia con moralidad.

Aunque sigo sin entender qué es eso de ciencia del derecho, vamos.

Leed ambos, que el tipo anda inspirado. Si sigue así, me iré con los trastos a casa, que ya hay otro que explica todo lo mío....

martes, septiembre 11, 2007

El informe Petreus: poco y tarde

Hoy era un día importante en Washington. El general Petreus, hombre brillante, decidido, uno de los mejores cerebros militares del mejor ejército del mundo, declaraba delante de sus jefes civiles sobre el estado de una guerra que ni empezó ni planificó, pero que debe tratar de salvar.

Su informe es uno más de la media docena, más o menos, que corren por la capital del Imperio estos días. Todos ellos, con matices, llegan a conclusiones bastante parecidas, si uno los lee sin demasiado aspavientos. Sí, el incremento de tropas ha logrado disminuir la violencia un poco (poquísimo), como era de esperar; si envías 30.000 soldados más y tu ejército es el mejor del mundo, lo raro es que eso no sucediera. Sí, los iraquíes parecen estar más dispuestos a luchar contra terroristas del exterior. El pequeño problema es que el resto del pastel sigue siendo un desastre.

Los iraquíes, ahora mismo, ya no están para los americanos o los terroristas; están para decidir las cosas ellos solitos. Han entendido que matar americanos no vale la pena, ya que de hecho los americanos ya han perdido la guerra; no tienen ni tiempo, ni ganas, ni la más remota esperanza en cumplir su sueño de crear un Irak democrático, moderado y pro-occidental. Lo suyo ahora es esforzarse en darles una salida razonable a los invasores, a saber, convertirse en el mejor candidato posible para ser el mejor dictador totalitario posible una vez que se larguen, dejando una impresión de victoria con honrilla.

Dicho bien claro, los iraquíes saben que lo suyo es una guerra civil, y que los americanos sencillamente están en medio. Es por eso, y no porque la escalada necesita un Friedman (seis meses) o dos, que el acuerdo entre políticos iraquíes no se produce. Sencillamente, no tienen puñetero interés en hablar un pimiento; todos los actores implicados saben que cualquier pacto se caerá a pedazos en cuanto los americanos se larguen. Todos andan con la esperanza que los ocupantes dejen a alguien más armado hasta los dientes que el resto para que oprima alegremente, y haga que el baño de sangre dictatorial sea razonable, ordenadito y no demasiado escandaloso.

Y los americanos lo harán, tarde o temprano. Los americanos se metieron a luchar una guerra contra un tirano, y lo único que hicieron fue crear otra. La guerra en la que se metieron ya la han perdido; Irak no será democrático, unido ni pro-occidental, por mucho que lo intenten. Han hecho un esfuerzo descomunal para tener 168.000 tropas sobre el terreno, y el electorado no va a tolerar ni uno más. Los votantes no están dispuestos a pagar el precio de la libertad por otros. La guerra civil, la verdad, ni les va ni les viene, mientras no vengan a por ellos ni se maten demasiado.

¿Triste? La verdad, no recuerdo demasiadas historias peores. La pura definición de una guerra inútil, innecesaria y equivocada. Tuviera la invasión sentido o no (no lo tenía), fuera el sueño neoconservador de paz y democracia forzosa alguna base (tampoco), tuviera la guerra un justificación geoestratégica remotamente válida (si la tenía, era arriesgada), la incompetencia, estulticia e inutilidad de Bush, Chenney y Rumsfeld han destruido cualquier esperanza de éxito. Una guerra es política, por encima de todo. Y la han perdido.

Inevitablemente, algunos hablarán (y defenderán, como justificante, hasta el fin de los días) la teoría de la puñalada por la espalda, sobre como los izquierdistas, liberales y la blogosfera liberal traicionaron el país diciendo que todo era inútil. Dicho en pocas palabras, basura. En una democracia, la guerra no es de los políticos o generales, es de los ciudadanos; si no eres capaz de convencerles que mereces su confianza, no es una guerra que debes luchar.

lunes, septiembre 10, 2007

En defensa de la energía nuclear

No, soy yo otra vez. Llevo tiempo siendo el marciano en la izquierda defendiendo el átomo como fuente de energía del futuro para combatir el cambio climático. Aún así, cuando el Economist publica dos artículos largos, bien ponderados y hablando de lo mismo mi corazoncito intelectual se llena de orgullo. Eso yo ya lo sabía.

En fin, leedlos. Y por favor, no leedlos con la mentalidad "el Economist son de derechas y antiecologistas" o alguna de estas paridas. Hay motivos muy, muy sólidos para apostar por las nucleares, y sí, Zapatero con su oposición está actuando de forma estúpida.

sábado, septiembre 08, 2007

Madeleine o la pérdida de tiempo

Ando buscando un abogado para poner una demanda. Estoy bastante seguro que tengo un caso firme, y no sólo eso, estoy más que seguro que miles, millones de danmificados se unirán a la causa en una rebelión legal que trata de hacer el mundo mejor.

Señores, quiero denunciar a los padres de Madeleine. Sí, esa Madeleine que desapareció tan misteriosamente, sí, esa que está todo el puto día en la tele incluso en Estados Unidos, sí, esa que tiene un pequeño defecto en el ojo, etcétera, etcétera. Los acuso de inflingir de manera cínica, despiadada, escandalosamente ruidosa un irreparable daño moral, social y económico sobre mi persona en forma de una inacabable pérdida de tiempo.

Si resulta que lo que dice la policia portuguesa es cierto (y la verdad, casi quiero que lo sea) y Madeleine murió porque sus padres la hincharon de somniferos, lo que han hecho los padres estos meses es la más patética exhibición de cinismo de la historia. Enviar al mundo entero en una loca cruzada entre el histerismo de la prensa a buscar a una hija que mataste sin querer, pero no tienes los redaños de decirlo en público, es sencillamente impresentable.

Los McCann no pueden acabar en la cárcel únicamente por homicidio involuntario, perjurio e imprudencia. El tribunal debe crear el nuevo tipo penal de cinismo con agravantes, creación de dolor e histerismo mediático a gran escala y genocidio sentimental y más que enviarles a prisión, debe condenarles a una vida de cautiverio en un campo de reeducación y sentimentalismo barato donde escucharán y verán las obras completas de David Bisbal y Jose Luís Garci por toda la eternidad. Como mínimo.

Aparte de eso, yo quiero su dinero. Todas las largas horas perdidas buscando a Madeleine, toda la productividad papal enviada a la basura mientras los McCann visitaban a su santidad, todo el dinero que Beckham podría haber hecho en publicidad y fútbol variado mientras pedía ayuda por la cría, todos esos dignatarios poniendo cara de tristeza, todo ese ancho de banda perdido en internet, todas esas noticias importantes que los medios podrían haber cubierto y no lo hicieron por sus mentiras. Quiero que paguen por todo. Todo. Que me devuelvan la inocencia, la juventud y todo el tiempo perdido.

Y no, quienes se deben hacer preguntas incómodas no son los vecinos de un pueblo portugués de mala muerte, señores de El País. Alguien en la redacción de El País, y básicamente de cualquier otro medio de comunicación que ha dedicado más de cinco líneas a esta sórdida, patética, cínica historia, debería preguntarse qué coño estaban haciendo dando coba a esta pareja de asquerosos cínicos con una desmedida ansia por la publicidad. Los medios, todos ellos, han estado siguiendo toda la mierda lanzada por los McCann como si fueran palabras sagradas, pateando el cadáver de una pobre cría alegremente sólo porque era una buena historia, reclutando a la fuerza a una legión de famosos por "una buena causa" por el camino.

Los medios han metido la pata hasta el fondo. Otra vez. Pediría cambios, pero mientras sigamos todos comiendo mierda con este entusiasmo, me parece que es un caso perdido.

viernes, septiembre 07, 2007

Primary Colors (XV): Fred I, El Deseado

Finalmente lo ha hecho. Tras muchos, muchos meses de marear la perdiz (lleva tonteando con la candidatura desde mayo, por Dios), Fred Thompson, ex-senador, actor, y hombre con cara de estar siempre de muy, muy mala leche, ha decidido entrar en la carrera presidencial. Ya era hora, leches.

La verdad, lleva tantos meses "estudiándolo", "pensándoselo" y básicamente haciéndose el interesante que más que expectativa o esperanza, la reacción de los comentaristas ha sido alivio. Finalmente podrán tratar a Thompson como otro número más en las encuestas. Finalmente podrán preguntarle cosas como si fuera un candidato. Y finalmente Thompson, tras hacerse el tonto durante tantos, deberá dar discursos, opiniones, hacer campaña y responder preguntas como un político y no como una especie de famosillo con pretensiones.

Lo cierto es que el tipo no anda mal en las encuestas; casi todos los sondeos lo tienen segundo, entre seis y diez puntos por detrás de Rudy Giulani. El ex-actor entra en la campaña siendo comparado con Ronald Reagan, a mi parecer de forma bastante estúpida. Sí, es un conservador clásico bastante previsible, pero su experiencia política es sencillamente patética. Empezó como abogado en tiempos del Watergate (con un papel bastante menor), continuó como lobbyista una temporadita, y tras eso y algún caso famoso, se metió a actor. Tras substituir a Al Gore en el senado en el 92, se pasó ocho años en el senado sin hacer gran cosa; en el 2002, muerto de aburrimiento, se volvió a meter a actor, abogado y analista ocasional.

Dicho en pocas palabras, es un tipo de 65 años, nacido en una familia de clase media, que se ha pasado la vida coqueteando con lo público pero sin comprometerse nunca demasiado. Muy poco comparado con Reagan, metido en política desde tiempo inmemorial, y con la experiencia de haber gobernado durante ocho años el estado más rico y poblado del país. Lo que sí comparte con el reverenciado expresidente (no me pregunteis por qué; Reagan fue la verdad bastante mediocre), sin embargo, es la fama de ser rematadamente vago; una cualidad que la verdad uno no quiere escuchar en los medios incluso antes de meterse en la campaña.

La cuestión es, por tanto, ¿Merece este tipo la atención que está recibiendo?. Ni de broma. De todos los candidatos a presidente, Thompson es de los que tiene de calle las peores credenciales para acceder a la presidencia. Edwards y Obama tienen al menos la excusa de ser jóvenes teniendo una experiencia equiparable, pero ambos trabajan a destajo y son unos verdaderos frikis de la política. En el lado republicano, practicamente cualquier otro de los favoritos (y un número considerable del pelotón de casos perdidos) tienen muchísima más experiencia y parece que muchísimo más interés por el cargo que Thompson.

¿Qué coño hace en las noticias todo el rato, entonces? Como comentaba haces unos meses, el tipo es una buena historieta. Obama tiene eso de ser el primer candidato con números de color, Hillary es eso de ser la primera mujer, Edwards eso de la mujer con cáncer, y ahora sus republicanos tienen su novela de aventuras; el actor con carisma, el outsider, el nuevo vengador republicano. No importa que el tipo sea un auténtico peñazo hablando en público, haga campaña como quien sufre visitas de familiares irritantes y la verdad, no tenga una sólo idea política remotamente original, interesante o alejada de clichés gastados.

Eso sí, sale bien en fotos. Supongo que cuando la gente le oiga hablar y debatir acabarán por darse cuenta que es un pufo, y vuelvan a mirar a los candidatos más serios. Seré un elitista, pero yo prefiero a mis políticos curtidos, preparados y que sean capaces de decir cosas nuevas. Giulani, aún siendo repetitivo, al menos se sale de los esquemas de siempre. Thompson es una copia barata de un tipo que al menos era buen orador.

Os dejo una muestra de Thompson. Aburrios a placer:

jueves, septiembre 06, 2007

Comunicación política temeraria

Por mucho que diga que la crisis financiera de estos días y la burbuja inmobiliaria sólo va a producir efectos moderados, cualquier político debe andarse con cuidado cuando hace futorología. Nada hace tan feliz a la oposición como una declaración pública brutalmente desmentida por los hechos; sea eso de "lea mis labios, no más impuestos" o "en un año estaremos mejor que estamos ahora" hablando de terrorismo, hacer predicciones optimistas es un juego peligroso.

Entiendo que desde Moncloa y Vivienda se quiera tranquilizar a los mercados ante la inestabilidad de estos días (que incluso por LD no ven como catastrófica), pero cuando uno lanza predicciones sobre cosas fuera de su control directo es mejor ser muy cauto. Decir que el Euribor ha tocado techo, por ejemplo, ciertamente una torpeza, en especial cuando resulta no ser cierto; la afirmación tajante es siempre un riesgo de imagen grave.

Que lo diga una ministra novata pase; que el presidente del gobierno suelte estas cosas es menos comprensible. Zapatero puede decir que la economía española está preparada para afrontar la crisis; lo que no debe hacer es hablar por los bancos. Y la verdad, tiene razón en ello; la tasa de morosidad está a niveles históricamente bajísimos, aún con el aumento del Euribor (que sigue a niveles relativamente moderados), y la banca española tiene una disciplina de crédito sólida. Aún con un frenazo más o menos pronunciado de la construcción (sector que por su propia naturaleza tiene crisis a cámara lenta) el crecimiento no se resentirá demasiado.

Las cosas no van a tan bien como deberían, pero no hay motivos para el catastrofismo. Aún así, no es de recibo que Zapatero y su equipo se pasen el día bordeando el desmentido.

A todo esto, me parece cómico que Rajoy hable del fin de la herencia económica del PP. Tiene razón; la burbuja inmobiliaria es una de los resultados de la maravillosa política económica de los gobiernos Aznar. Aún siendo de la opinión que no hay demasiado que puedan hacerse para evitar estas cosas (o al menos, no hay medidas que sean populares; cargarse las desgravaciones por hipoteca es un alegre suicidio político), Rato y compañía no hicieron nada para limitar el problema. Dentro del buen trabajo que hizo Aznar en el apartado económico, esta crisis viene de uno de sus peores errores.

miércoles, septiembre 05, 2007

Sobre el paro de Agosto

No, las cifras no son buenas. Y no, no son un buen augurio. Sin embargo, no se puede hablar de tendencias a largo plazo o corto con un sólo dato, por mucho que compares año a año. Veremos como se mueven los indicadores; no es un aumento gigantesco (y de hecho, sólo ha golpeado fuerte un sector, la construcción; los servicios dependen mucho de la temporada turística y el tiempo) pero si lo suficiente como para prestarle atención.

Sigo con mi predicción de ralentización moderada, y subida relativamente ligera del paro, pero no crisis seria o de larga duración.

Espero.

Más retórica neocolonial

Otra vez una empresa española se pilla los dedos invirtiendo en un país poco serio, otra vez la culpa es del gobierno. Como sucedió con Bolivia, al PP sólo le falta pedir que Zapatero envie cañoneras y bloquee los puertos de esos salvajes de ultramar para que acepten la bondad del verdadero capitalismo español.

A ver, liberales de tercera: cuando una empresa privada invierte en una república datilera, bananera o altiplinista cualquiera allá dónde Chanquete perdió su barco, saben el riesgo que corren. Si les sale bien, el dinero lo ganan ellos. Si les sale mal, el dinero también lo pierden ellos. A no ser que uno pretenda aplicar la doctrina Monroe en el Mediterráneo (renombrada ahora "doctrina Ánsar"), que lo diga clarito, sacando el pecholata imperialista de toda la vida a relucir como debe.

Ni política exterior ni historias: el gobierno español no está para proteger a los capitalistas con ganas de marcha de posibles gobiernos rapaces y/o estúpidos en el tercer mundo. Si te lanzas al oceano del capitalismo mundial, te toca saber nadar sin papá estado.

Riesgos y simplificación estadística

Aún con esta absurda manía que tienen algunos de seleccionar los datos como les conviene (a saber, muertos de tráfico en un sólo mes, sin contar kilometraje o tiempo atmosférico), me parece muy curioso que la gente se ofenda cuando el gobierno relaciona el número de muertos en carretera con el número de motocicletas.

Sí, sonará muy cínico, pero es que es verdad: es mucho más fácil matarse en una moto que en un coche. Como más motos alla, mayor será la mortalidad en las carreteras; los políticos pueden luchar contra muchas cosas, pero no cambiar las leyes de la física. El número de motocicletas en circulación es de hecho uno de los factores que explican parte del mayor número de muertes en carretera en España; si la gente decide tomar mayores riesgos, la culpa no es del gobierno, la verdad.

Cada uno es libre de circular como quiera. Uno ya paga su prima de riesgo al contratar un seguro, y en el mayor riesgo que corre individualmente. Lo que no es demasiado razonable es que la culpa de estas cosas se pongan en la mesa del ministro, especialmente cuando el resto de las cifras mejoran en todos los aspectos. De hecho, lo hacen incluso en números absolutos, con un 10% menos de víctimas en lo que va de año.

lunes, septiembre 03, 2007

El "retorno" de ETA

Durante la última tregua de ETA, un grupo relativamente abundante de expertos sobre terrorismo mediante ciencia infusa se pasaban la vida clamando que cada día, cada minuto, cada segundo que pasaba sin que el gobierno rompiera con todo y pegara fuego al País Vasco reforzaba a los terroristas. Autoevidente, oiga; como descansaban y tal en sus caseríos sin que nadie les persiguiera, a la que salieran todos esos gudaris estarían super-mega-preparados, armados con fusiles de plasma, brazos biónicos y escupiendo fuego, repartiendo muerte como si dieran caramelos.

Un servidor desde esta página, sin embargo, siendo mucho menos experto pero probablemente más razonable señalaba lo que me parecía bastante evidente: ETA estaba acabada. Excluyendo situaciones extrañas y errores del estado autoinflingidos (como la reducción de la presión policial en la tregua del 98), la banda tiene una capacidad operativa más que limitada.

Sencillamente, el estado ha conseguido que el velo de silencio y miedo que ETA generaba en los ochenta haya desaparecido. Hace veinte años, nadie o casi nadie en el País Vasco (y desde luego, no algunas de las voces más ruidosas) realmente se atrevía a delatar, denunciar o hablar mal sobre ETA; la izquierda abertzale tenía capacidad de sobras de asegurarse que cualquier "colaboracionista" sufriera las consecuencias. Con el paso de los años y la consolidación de la democracia, el estado ha sido capaz de minimizar esa capacidad de coacción que antaño tenía ETA

Sin ella, los terroristas lo tienen mucho más difícil. Cualquier operación es mucho más complicada; al no tener capacidad de castigar a "traidores" de forma eficaz, tienen que actuar con un nivel de secreto mayor. Eso hace el reclutamiento menos efectivo, al ser menos público (ya que está más controlado) los nuevos reclutas están menos "filtrados"; hay menos ojos vigilando su verdadero historial; en consecuencia, la infiltración policial es mucho más fácil.

Estos problemas se extienden a todos los aspectos de la banda. La logística es mucho más peligrosa, ya que es más fácil de detectar, moverse es más lento, entrenar es más incomodo, ya que la gente llama a la policía si escucha a tipos pegando tiros en el caserío de al lado, y un largo etcétera de complicaciones horrendas para cualquier hombre malvado.

¿Ha sido la tregua un cambio significativo en este aspecto? La verdad, me parece bastante evidente que no; de hecho, es posible que haya acabado por debilitar a la banda aún más. La patética falta de letalidad de ETA desde el final de la tregua lo dice todo; mientras que su aparato organizativo es cosido a detenciones, los únicos atentados que han sido capaces de cometer son muestras de debilidad clara: o bien petardos aleatorios lejos de todo (una bombita en una carretera), o bien ataques inofensivos contra blancos más que protegidos. En ambos casos, la necesidad de obtener inteligencia previa es baja, y muestran que la capacidad de ETA a estas alturas para ser selectivos (algo crucial en un movimiento de liberación que pretende hacerse hegemónico) es básicamente inexistente.

La tregua ha acabado por dividir aún más a la izquierda abertazale, haciendo el trabajo de los terroristas cada vez más difícil. Complicándole aún más las cosas, ya no tienen capacidad siquiera de inflingir costes políticos al gobierno; el PP se ha quedado sin discurso (atacar al gobierno porque hay atentados es demasiado cínico, incluso para Zaplana y Acebes), así que Zapatero no tiene nada que temer en cuanto a los efectos de la actividad terrorista.

La irrelevancia de los terroristas, que el PP se insistió en negar durante la tregua, es cada vez más patente. A ETA le queda o la rendición más o menos honorable (declarando una tregua otra vez y tragando con todo lo que les eche el estado) o convertirse en el GRAPO, versión 2.0, en una larga y patética decadencia. El año que viene, después de las eleccciones, es probable que volvamos a ver movimiento hablando de alto el fuego. Esperemos que quien esté en la oposición (muy probablemente el PP) se porte como personas mayores y no se pasen el día diciendo que los malos van ganando.

domingo, septiembre 02, 2007

De partidos, elefantes y cambios políticos

Por aquí comento a menudo que lo que hace de la democracia un sistema político eficiente no es el hecho que el pueblo participe, si no el hecho que se pueda castigar a los incompetentes. El votante medio es probable que no tenga tiempo ni capacidad de evaluar un programa electoral sobre el papel (que la verdad puede que el candidato no cumpla), pero si puede ver con claridad cuando la economía va mal, el paro sube, y se caen puentes.

Es curioso ver como algunos políticos saben esto perfectamente, y de hecho se lo toman muy en serio. Leyendo la larga (y sorprendentemente agresiva, en el buen sentido) entrevista a Zapatero en el País, el hombre repite casi punto por punto esta idea. Cuando le preguntan sobre el desastre electoral en la comunidad de Madrid, la reacción no es una retirada defensiva, si no decir muy claro que hubo elecciones, se sacó mal resultado, y quienes tenían que ganarlas y no lo hicieron pagaron el pato. Un partido elige sus líderes para que ganen elecciones; cuando no lo hacen, el partido tiene la obligación de enviarles a casa.

De un tiempo a esta parte, el PSOE parece estar tomándose este afán castigador en serio, ciertamente. En vista de la abundancia de cadáveres políticos recientes y la evolución electoral del partido desde que empezaron a rodar cabezas (desde el día que entro Zapatero, básicamente) parece que la cosa está funcionando relativamente bien.

Es por eso que la salida de Rosa Díez, personaje que era un cadáver político ya desde hacía un temporada (con la caída de Redondo en Euskadi, vamos) me parece relativamente poco relevante. Las cosas para el PSE no han dejado de mejorar desde que la línea dura antinacionalista de Díez y Terreros cayó en desgracia, así que no creo que su salida tenga efectos relevantes.

¿Por qué Díez se ha ido ahora, y no antes? En contra de lo que dicen los más cínicos, no creo que sea por su amor al cargo público y su acta de eurodiputada. Uno no es político constitucionalista en el país vasco a la ligera; una aburrida estancia en Bruselas no compensa los dolores de cabeza. Es bastante más problable que Díez se haya quedado en el PSE pegando gritos durante tanto tiempo más por afán de protagonismo y ganas de cambiar las cosas que otra cosa. En contra de lo que pueda parecer, estas dos cosas no son en absoluto contradictorias. Veamos.

Desde hace bastante años, Díez andaba bastante lejos del círculo dirigente del PSE. No tenía peso real entre los jefes del partido, no tomaba decisiones y sus ideas no eran comparartidas por la ejecutiva. El hecho de ser organizativamente un cero a la izquierda, sin embargo, no quiere decir que no puedas tener influencia; y más en un lugar como el País Vasco.

Los votantes tienden a desconfiar de los partidos que estan divididos internamente. Sea porque no se fían de su capacidad de gobierno, sea porque creen que son demasiado inconsistentes, las guerrillas internas no son vistas con buenos ojos en las encuestas; los votantes parecen no apreciar el debate, o no confían demasiado en quienes debaten demasiado. En el PSE, Díez no era relevante en sentido formal, pero sí lo era en capacidad de ser escuchada. Gracias a una amplia constelación de medios conservadores encantados de poner un micro a todo aquel que brame contra el malvado nacionalismo, un político disidente en el PSE puede lanzar pedradas hacia sus jefes de forma muy efectiva.

Y oye, no veas lo que le gusta a Díez tener un microfono, y más si su notoriedad le daba influencia. Cada crítica, cada ida de tarro en la Cope de Díez ponía a los dirigentes del PSE en una disyuntiva: ¿debemos desautorizarla y que los votantes crean que estamos todos a tortas, o debemos tratar de hacer equilibrios para que no suene tan disonante?. En otras palabras, un "disidente" adicto a la publicidad tiene capacidad de condicionar, en cierto modo, las acciones de la mayoría.

El problema para Díez, sin embargo, es que esta táctica tiene fecha de caducidad. Uno puede ser el rebelde disidente de un partido durante una determinada cantidad de tiempo; según pasan los meses, la audiencia empecerá a verte cada vez menos como un miembro del partido y más como alguien que grita desde la puerta. Con el tiempo, el hecho que alguien clame desastre y diga que el partido se estrella si no le hacen caso empieza a dejar de ser noticia, y más cuando de hecho el partido parece tener cada vez mejor salud en tu autonomía.

Es entonces cuando Díez se da cuenta que sus berridos son cada vez más inútiles, ya que de hecho son cada vez menos dañinos para su partido. Cuando ya no ha podido hacer más daño se ha ido, y ha hecho bien. Díez ha sido consecuente con sus ideas, y racional tratando de defenderlas; y sí, eso ha implicado abofetear a su antiguo partido tanto como ha podido antes de marcharse. Queda por ver si es ético tratar de subvertir una organización en la que se está de forma voluntaria para defender una idea, pero lo cierto es que desde el punto de vista de efectividad política, ha hecho lo que le iba mejor.

Lo realmente surrealista, por cierto, es si la salida de Díez acaba haciendo más daño al partido que más le apreciaba (el PP) que al PSE. Por muy paranoico que suene Luis del Pino (y vamos, si alguien cree que el peñazo de Rosa Díez es una malvada maniobra monclovita, que se lo haga mirar) lo que dice tiene algo de razonable.

Más datos sobre crisis hipotecarias

No me liaré a hablar mucho sobre el tema; ya di la vara lo suficiente. Sólo enlazo al largo y detallado informe de futurología del Economist, para los que nunca tienen bastante. Las preducciones no están demasiado lejos (en los escenarios que dan como más probables) de lo que decía yo hace unas semanas, lo que significa que probablemente están equivocados. En fin, vale un vistazo.