El otro día el New York Times publicaba una noticia que debería hacer pensar a algunos. Muchos americanos están evitando hacerse pruebas genéticas y hablar del historial médico de la familiar con sus médicos para evitar que su aseguradora les suba el precio de la póliza. Es decir, están evitando dar información que les podría salvar la vida, ayudando a los médicos a saber qué dolencias les podrían afectar, porque tienen miedo que si la compañía de seguros saben que su propensión a tener una enfermedad es elevada les hará pagar más o echará con alguna excusa.
Y lo peor, no es un miedo infundado; ya han habido casos. La cuestión es que subir las primas a quien tiene riesgos mayores tiene sentido económico; el problema es que condena a todos aquellos que sencillamente han tenido mala suerte en la ruleta genética a pagar más o no tener seguro. Si el mercado excluye a gente desde nacimiento, por el mero hecho que su espermatozoide y óvulo eran malillos, me parece relativamente evidente que el estado tiene que intervenir de algún modo.
Negarlo es negar la igualdad de oportunidades, simple y llanamente.
viernes, febrero 29, 2008
jueves, febrero 28, 2008
Camino de una trampa
No hay cargo público con peor suerte que Ben Bernanke. Ser el sucesor de uno de los economistas más irracionalmente adorados de la historia de la Reserva Federal, Alan Greenspan, ya es tiene que ser duro. Heredar una situación económica poco atractiva hace las cosas peores. Darse cuenta que entre todos le han dejado sin margen de maniobra es aún peor.
Repasemos todos los problemas que tiene el bueno de Bernanke estos días, y es para ponerse a llorar. Empezamos por el desastre del sistema financiero, lleno de inversores y prestamistas aterrados y deuda basura oculta en sitios oscuros.
El antecesor de Bernanke mantuvo alegre e irresponsablemente los tipos de interés muy bajos durante demasiado tiempo, en parte para mayor gloria personal, en parte para compensar el hecho que el melón de la Casa Blanca se metía a gastar (y crear déficit) en cosas que no ayudaban la economía, como guerras y malas bajadas de impuestos. Mientras tanto todo aquel que tenía que regular que los mercados de la deuda e hipotecas andaba dormida al volante, sea negando que hubiera una burbuja, sea clamando que el mercado sin vigilancia ya se las apañaría bien.
Los tipos de interés bajos y el enorme gasto público aceleraron la economía de mala manera, reduciendo la disponibilidad de capitales en Estados Unidos y forzando al país a importar capital a espuertas. El déficit exterior y el dinero barato (por bajos tipos de interés) acabaron por depreciar el dólar, creando otra serie de problemas.
Para empezar, el petróleo se hizo aún más caro, en un momento en que el barril no es que estuviera bien de precio. Con los precios de la energía subiendo, Bernanke tuvo que encima aguantar la tortura de ver como la política sobre la materia de la administración Bush era un despropósito absurdo: apostar por el etanol. Suena muy moderno y es muy popular en los estados rurales, pero subvencionarlo no ha hecho más que reventar el mercado de cereales con enormes distorsiones y poner aún más presión sobre los precios en los alimentos, sin hacer el más mínimo efecto en el precio del crudo.
Y encima, para hacer las cosas aún más agradables, todos los problemas te caen en la mesa de golpe, frenando la economía de repente, y en un año en que las elecciones presidenciales garantizan que la mayoría de políticos no están por la labor, y tontos como este te mortifican con estas chorradas.
Para combatir esto, tienes un palillo en forma de tipos de interés, y rollo de cinta aislante que es un poco de regulación bancaria. Venga, McGyver, arregla el problema. Solo.
Hoy Bernanke tiene bien pocas alternativas. Si baja los tipos de interés corre el riesgo de aumentar la inflación, depreciar aún más el dólar y ver como todo el estímulo se pierde en el aumento de precios. Si sube los tipos corre el riesgo de disminuir la anémica demanda, frenar aún más la economía y ver como cualquier potencial beneficio antiinflacionario desaparece al cargarse el consumo. Y cualquier reforma (y hay algunas urgentes) en el mercado financiero se estrella con un congreso y presidente que están divididos sin remedio, con la Casa Blanca aún encallada en una especie de fe ciega en que si cierras los ojos los problemas desaparecerá.
¿Divertido, verdad? Los "problemas" de España son mucho menos aterradores que este juego de fustraciones. El déficit público no está ahí, la moneda no añade presión inflacionaria (más bien lo contrario), la crisis inmobiliaria no incluye tasas de morosidad elevadas (siguen a mínimos históricos), el sistema financiero es sólido y gane quien gane las elecciones, no tiene que negociar (demasiado) en el congreso para pasar reformas. Sí, conseguir financiación exterior es más difícil ahora que antes, la inflación sigue doliendo (aunque es menor que la de EUA) y el reajuste producido por el brusco frenazo de la construcción son un problema, pero estoy seguro que Bernanke estaría encantado de cambiar el pollo que tiene por la "crisis" española.
El pequeño problema para España, claro está, es que a veces sirve de poco tener la casa en orden cuando los gobernantes de la mayor economía de la tierra han hecho el mandril ocho años y te contagian la gripe. En fin, ser político es duro.
Repasemos todos los problemas que tiene el bueno de Bernanke estos días, y es para ponerse a llorar. Empezamos por el desastre del sistema financiero, lleno de inversores y prestamistas aterrados y deuda basura oculta en sitios oscuros.
El antecesor de Bernanke mantuvo alegre e irresponsablemente los tipos de interés muy bajos durante demasiado tiempo, en parte para mayor gloria personal, en parte para compensar el hecho que el melón de la Casa Blanca se metía a gastar (y crear déficit) en cosas que no ayudaban la economía, como guerras y malas bajadas de impuestos. Mientras tanto todo aquel que tenía que regular que los mercados de la deuda e hipotecas andaba dormida al volante, sea negando que hubiera una burbuja, sea clamando que el mercado sin vigilancia ya se las apañaría bien.
Los tipos de interés bajos y el enorme gasto público aceleraron la economía de mala manera, reduciendo la disponibilidad de capitales en Estados Unidos y forzando al país a importar capital a espuertas. El déficit exterior y el dinero barato (por bajos tipos de interés) acabaron por depreciar el dólar, creando otra serie de problemas.
Para empezar, el petróleo se hizo aún más caro, en un momento en que el barril no es que estuviera bien de precio. Con los precios de la energía subiendo, Bernanke tuvo que encima aguantar la tortura de ver como la política sobre la materia de la administración Bush era un despropósito absurdo: apostar por el etanol. Suena muy moderno y es muy popular en los estados rurales, pero subvencionarlo no ha hecho más que reventar el mercado de cereales con enormes distorsiones y poner aún más presión sobre los precios en los alimentos, sin hacer el más mínimo efecto en el precio del crudo.
Y encima, para hacer las cosas aún más agradables, todos los problemas te caen en la mesa de golpe, frenando la economía de repente, y en un año en que las elecciones presidenciales garantizan que la mayoría de políticos no están por la labor, y tontos como este te mortifican con estas chorradas.
Para combatir esto, tienes un palillo en forma de tipos de interés, y rollo de cinta aislante que es un poco de regulación bancaria. Venga, McGyver, arregla el problema. Solo.
Hoy Bernanke tiene bien pocas alternativas. Si baja los tipos de interés corre el riesgo de aumentar la inflación, depreciar aún más el dólar y ver como todo el estímulo se pierde en el aumento de precios. Si sube los tipos corre el riesgo de disminuir la anémica demanda, frenar aún más la economía y ver como cualquier potencial beneficio antiinflacionario desaparece al cargarse el consumo. Y cualquier reforma (y hay algunas urgentes) en el mercado financiero se estrella con un congreso y presidente que están divididos sin remedio, con la Casa Blanca aún encallada en una especie de fe ciega en que si cierras los ojos los problemas desaparecerá.
¿Divertido, verdad? Los "problemas" de España son mucho menos aterradores que este juego de fustraciones. El déficit público no está ahí, la moneda no añade presión inflacionaria (más bien lo contrario), la crisis inmobiliaria no incluye tasas de morosidad elevadas (siguen a mínimos históricos), el sistema financiero es sólido y gane quien gane las elecciones, no tiene que negociar (demasiado) en el congreso para pasar reformas. Sí, conseguir financiación exterior es más difícil ahora que antes, la inflación sigue doliendo (aunque es menor que la de EUA) y el reajuste producido por el brusco frenazo de la construcción son un problema, pero estoy seguro que Bernanke estaría encantado de cambiar el pollo que tiene por la "crisis" española.
El pequeño problema para España, claro está, es que a veces sirve de poco tener la casa en orden cuando los gobernantes de la mayor economía de la tierra han hecho el mandril ocho años y te contagian la gripe. En fin, ser político es duro.
miércoles, febrero 27, 2008
Breves notas balcánicas
¿Soy el único que cuando escucho a Rusia oponerse a la partición de Serbia me entra una especie de sudor frío? Sé de sobras que estamos en el 2007 y que el contexto, la tecnología, las alianzas y el mundo en general son radicalmente distintos a esos días de julio de 1914. Aún así, es ligeramente inquietante tener a cancilleres europeos hablando de los Balcanes otra vez, con esos viejos nombres, los recuerdos de tantas guerras y esa alegre indiferencia de muchos comentaristas.
Sinceramente, no creo que todo este jaleo acabe en nada, pero tener la Unión Europea ejerciendo de Austria, los rusos de... bueno, Rusia, y estar otra vez hablando de tortas en una zona donde ya todo el mundo se ha dado demasiadas da un pelín de miedo. La historia, en contra de lo que dicen muchos, no se repite (demasiado). Espero.
En fin, con el Imperio Austro-Húngaro viviamos mejor. Lo dicho. Malditas minorías irredentas....
martes, febrero 26, 2008
Elecciones Estepaís (IX): puntuando el debate
No he visto el debate entero. De hecho, me lo he perdido casi todo; estos americanos y su manía de trabajar y no perder el tiempo han impedido que pudiera estar perdiendo el tiempo en la oficina escuchando la música celestial del discurso político educado (uno, que es de políticas). Paradójicamente, eso me pone en una situación muy parecida a la de no pocos votantes, que dependerán de lo que oigan en la radio y televisión esta mañana (no en los periódicos: los que los leen vieron el debate) para saber quién "ganó".
Lo dice Lluís Bassets en El País, y es algo que repito a menudo: el debate casi nunca lo gana nadie; los titulares del día siguiente son los que cuentan. En las horas posteriores al debate, si saben lo que hacen, un nutrido grupo de opinadores, todólogos y responsables de prensa de ambos partidos se habrán dedicado a hablar (off the record, por descontado) con todo aquel periodista dispuesto a escucharles señalando todas y cada una de las maravillosas estocadas dialécticas que su campeón en armas han inflingido en su rival.
En el mundo mediático español, tan lleno de trolls unicejos monopartidistas, la verdad es que es un trabajo probablemente poco agradecido. El puñado de columnistas con reputación de equidistaníes (y los desertores ocasionales de la causa rival, caso del Mundo) se habrán llevado un montón de peloteo, sintiéndose muy importantes. El Santo Grial para ambos partidos, sin embargo es el titular, la línea de victoria obvia y clarita que es fácil de vender a todos esos redactores cansados, faltos de tiempo e ideas y que quieren un tener un veredicto antes de irse a dormir. En el mundo moderno, ese veredicto es el de las encuestas, y parece que en eso Zapatero ha ganado de forma relativamente clara.
El titularcillo para casi todos los medios y periodistas más o menos "neutrales" de forma ocasional (Herrera, Del Olmo, la mayoría de las televisiones) será decir que el presidente ha ganado en los cuatro sondeos, por cuatro, doce, seis y quince puntos; una media de 9,25. Solbes le saco 10 puntos a Pizarro, así que a Rajoy la cosa no le ha ido demasiado mejor.
A pesar del margen parecido, no creo que la derrota mediática post-debate sea tan clara como la paliza que se llevo el pobre Pizarro, que la verdad tampoco estuvo tan mal. Al de Teruel los medios de la derecha (y no pocos miembros del PP) le ven como una especie de enchufado con pasta, una especie de capricho de un líder que no respetan demasiado. Rajoy, sin embargo, sigue siendo el jefe, un potencial (aunque improbable) presidente del gobierno; si gana, no quieres ser el que le puso a parir, y si pierde, no quieres que tus compañeros de partido te recuerden por ser el gracioso que le pegó una patada en la boca después que tropezara en el debate.
La reacción más probable será algo que hemos escuchado otras veces, eso que Rajoy es un gran parlamentario pero que ayer no estaba del todo fino, no acabó de machacar del todo o que fue demasiado educado y honorable y dejó escapar a Zapatero con vida. Un poco como Fernando Torres (pre-Liverpool), que es muy bueno pero nunca hace nada, sólo que en político de la oposición. Añadiendo, como de costumbre, que al PP todos le odian y que por tanto no puede ganar nunca, algo que de tan obvio debería dar que pensar a los que usan tan triste excusa. A media tarde mañana tendremos al PP suspirando la ocasión perdida y a los socialistas todo orgullosos diciendo no se qué de moral, tendencia y ritmo, ritmo, ritmo de la nooooche.
Lo que no dejará de ser ligeramente triste, y vuelvo a la columna de Bassets. El tipo, pobrecillo, pone como ejemplo de debate ganado por goleada el día después uno de Mondale y Reagan en Estados Unidos en 1984. Dukakis debatió y manejo a los todólogos como los ángeles. No hace falta que recuerde quién acabó ganando las elecciones.
En fin, basta ya de tacticas y chorradas. Me parece que debería hablar de políticas y propuestas concretas más, y menos de detalles periféricos; parezco un todólogo tonto de la Ser de los que tanto critico. Por favor, preguntad. Decidme sobre qué propuestas queréis que pontifique con la gracia y alegría que un troll con gafas y martillo intelectual pueden operar. Estoy hasta las cejas de táctica, leches.
Lo dice Lluís Bassets en El País, y es algo que repito a menudo: el debate casi nunca lo gana nadie; los titulares del día siguiente son los que cuentan. En las horas posteriores al debate, si saben lo que hacen, un nutrido grupo de opinadores, todólogos y responsables de prensa de ambos partidos se habrán dedicado a hablar (off the record, por descontado) con todo aquel periodista dispuesto a escucharles señalando todas y cada una de las maravillosas estocadas dialécticas que su campeón en armas han inflingido en su rival.
En el mundo mediático español, tan lleno de trolls unicejos monopartidistas, la verdad es que es un trabajo probablemente poco agradecido. El puñado de columnistas con reputación de equidistaníes (y los desertores ocasionales de la causa rival, caso del Mundo) se habrán llevado un montón de peloteo, sintiéndose muy importantes. El Santo Grial para ambos partidos, sin embargo es el titular, la línea de victoria obvia y clarita que es fácil de vender a todos esos redactores cansados, faltos de tiempo e ideas y que quieren un tener un veredicto antes de irse a dormir. En el mundo moderno, ese veredicto es el de las encuestas, y parece que en eso Zapatero ha ganado de forma relativamente clara.
El titularcillo para casi todos los medios y periodistas más o menos "neutrales" de forma ocasional (Herrera, Del Olmo, la mayoría de las televisiones) será decir que el presidente ha ganado en los cuatro sondeos, por cuatro, doce, seis y quince puntos; una media de 9,25. Solbes le saco 10 puntos a Pizarro, así que a Rajoy la cosa no le ha ido demasiado mejor.
A pesar del margen parecido, no creo que la derrota mediática post-debate sea tan clara como la paliza que se llevo el pobre Pizarro, que la verdad tampoco estuvo tan mal. Al de Teruel los medios de la derecha (y no pocos miembros del PP) le ven como una especie de enchufado con pasta, una especie de capricho de un líder que no respetan demasiado. Rajoy, sin embargo, sigue siendo el jefe, un potencial (aunque improbable) presidente del gobierno; si gana, no quieres ser el que le puso a parir, y si pierde, no quieres que tus compañeros de partido te recuerden por ser el gracioso que le pegó una patada en la boca después que tropezara en el debate.
La reacción más probable será algo que hemos escuchado otras veces, eso que Rajoy es un gran parlamentario pero que ayer no estaba del todo fino, no acabó de machacar del todo o que fue demasiado educado y honorable y dejó escapar a Zapatero con vida. Un poco como Fernando Torres (pre-Liverpool), que es muy bueno pero nunca hace nada, sólo que en político de la oposición. Añadiendo, como de costumbre, que al PP todos le odian y que por tanto no puede ganar nunca, algo que de tan obvio debería dar que pensar a los que usan tan triste excusa. A media tarde mañana tendremos al PP suspirando la ocasión perdida y a los socialistas todo orgullosos diciendo no se qué de moral, tendencia y ritmo, ritmo, ritmo de la nooooche.
Lo que no dejará de ser ligeramente triste, y vuelvo a la columna de Bassets. El tipo, pobrecillo, pone como ejemplo de debate ganado por goleada el día después uno de Mondale y Reagan en Estados Unidos en 1984. Dukakis debatió y manejo a los todólogos como los ángeles. No hace falta que recuerde quién acabó ganando las elecciones.
En fin, basta ya de tacticas y chorradas. Me parece que debería hablar de políticas y propuestas concretas más, y menos de detalles periféricos; parezco un todólogo tonto de la Ser de los que tanto critico. Por favor, preguntad. Decidme sobre qué propuestas queréis que pontifique con la gracia y alegría que un troll con gafas y martillo intelectual pueden operar. Estoy hasta las cejas de táctica, leches.
lunes, febrero 25, 2008
Primary Colors (XXXIX): de la mediocridad, virtud
La campaña de Hillary Clinton está llena de gente muy bien pagada. Es esa clase de gente que todos los frikis licenciados en políticas queremos ser cuando seamos mayores; tipos que se hacen millonarios asesorando a candidatos y organizando campañas en grandes, enormes elecciones presidenciales que duran meses y meses. En el caso de Hillary últimamente están cobrando ingentes cantidades de dinero para ir perdiendo (el dinero no te da la Casa Blanca, dicen), pero vaya.
Lo que es bastante obvio es que si haces tanto dinero, se espera que seas capaz de sacar mensajes brillantes para que tu candidato los venda, y mantenerlos de forma sostenida. Les pagan para saber qué funciona y qué falla, se supone. Ha sido una sorpresa mayúscula ver a Hillary Clinton estos días atacando a Obama de tres maneras distintas en los tres últimos días, como si andaran probando al azar a ver si algo funciona y suena la flauta. Aún más extraño ha sido ver a Clinton usar un mensaje que Aznar utilizó en los noventa: criticar a tu oponente por ser brillante.
Hacer de la mediocridad virtud es una táctica extraña. Básicamente Hillary lleva una semana criticando a Obama usando el siguiente razonamiento: "el tipo habla muy bien en público, pero las grandes palabras no aportan soluciones; votadme a mí, que soy aburrida de cojones, pero consecuentemente mucho más competente".
Lo cierto es que como mensaje parece haber dejado a la campaña de Obama un poco confundida; tiene que ser una sensación extraña ser criticado por ser un orador brillante. Llevan los últimos días debatiendose entre responder diciendo que hablar bien no te hace un imbécil en privado o contestar explicando la extensa lista de propuestas concretas de su candidato. La primera respuesta te hace parecer arrogante, la segunda obliga a Obama a ser más concreto y menos brillante.
Obama parece haber finalmente decidido responder defendiendo a sus votantes, preguntándose si esas acusaciones de Hillary significan que todos lo que le apoyan están alucinando o no saben lo que hacen. Como defensa es relativamente decente, aunque estás hablando a quién ya te ha votado, algo que puede generar dudas a quien no lo ha hecho.
Aún así, es cuestionable que esta línea de ataque sea realmente efectiva. Sí, estás forzando a tu rival a ponerse a la defensiva, pero al hacerlo estás recordando a los votantes precisamente por qué Obama les gusta, y encima le das la oportunidad para que hable sobre sus propuestas concretas de forma constante. La crítica de falta de ideas puede ser efectiva si tu blanco es un tipo que no las tiene; Obama sin embargo es un friki político amante del detalle. De hecho han sido capaces de contestar machacando a Hillary en algunos temas en que sus posiciones no son populares, como el NAFTA (libre comercio con Méjico y Canadá, firmado por su marido; aunque la verdad el tratado ha sido bueno), algo que no debería darles alegrías.
Más preocupante aún, el mensaje de Hillary ha sido poco consistente. Ayer era sarcástica, en el debate hablaba de experiencia, y Dios sabe qué línea de argumentación utilizarán hoy. No puedes ir de un lado a otro de este modo sin hacer que tu candidata parezca ligeramente bipolar o un poco demasiado desesperada, y eso se nota; la prensa ya anda hablando de crisis de moral y despedidas.
Mañana debaten de nuevo, veremos si Clinton sigue poniéndose sentimental (no) diciendo adiós. Las encuestas en Texas dan ahora mismo un empate (recordad que Clinton tenía 20 puntos de ventaja hace una un par de semanas) y en Ohio siete puntos (eran 25 antes de Wisconsin) para Clinton. Obama aún no lo tiene ganado, pero la verdad es que Hillary tiene que mejorar. Veremos.
Lo que es bastante obvio es que si haces tanto dinero, se espera que seas capaz de sacar mensajes brillantes para que tu candidato los venda, y mantenerlos de forma sostenida. Les pagan para saber qué funciona y qué falla, se supone. Ha sido una sorpresa mayúscula ver a Hillary Clinton estos días atacando a Obama de tres maneras distintas en los tres últimos días, como si andaran probando al azar a ver si algo funciona y suena la flauta. Aún más extraño ha sido ver a Clinton usar un mensaje que Aznar utilizó en los noventa: criticar a tu oponente por ser brillante.
Hacer de la mediocridad virtud es una táctica extraña. Básicamente Hillary lleva una semana criticando a Obama usando el siguiente razonamiento: "el tipo habla muy bien en público, pero las grandes palabras no aportan soluciones; votadme a mí, que soy aburrida de cojones, pero consecuentemente mucho más competente".
Lo cierto es que como mensaje parece haber dejado a la campaña de Obama un poco confundida; tiene que ser una sensación extraña ser criticado por ser un orador brillante. Llevan los últimos días debatiendose entre responder diciendo que hablar bien no te hace un imbécil en privado o contestar explicando la extensa lista de propuestas concretas de su candidato. La primera respuesta te hace parecer arrogante, la segunda obliga a Obama a ser más concreto y menos brillante.
Obama parece haber finalmente decidido responder defendiendo a sus votantes, preguntándose si esas acusaciones de Hillary significan que todos lo que le apoyan están alucinando o no saben lo que hacen. Como defensa es relativamente decente, aunque estás hablando a quién ya te ha votado, algo que puede generar dudas a quien no lo ha hecho.
Aún así, es cuestionable que esta línea de ataque sea realmente efectiva. Sí, estás forzando a tu rival a ponerse a la defensiva, pero al hacerlo estás recordando a los votantes precisamente por qué Obama les gusta, y encima le das la oportunidad para que hable sobre sus propuestas concretas de forma constante. La crítica de falta de ideas puede ser efectiva si tu blanco es un tipo que no las tiene; Obama sin embargo es un friki político amante del detalle. De hecho han sido capaces de contestar machacando a Hillary en algunos temas en que sus posiciones no son populares, como el NAFTA (libre comercio con Méjico y Canadá, firmado por su marido; aunque la verdad el tratado ha sido bueno), algo que no debería darles alegrías.
Más preocupante aún, el mensaje de Hillary ha sido poco consistente. Ayer era sarcástica, en el debate hablaba de experiencia, y Dios sabe qué línea de argumentación utilizarán hoy. No puedes ir de un lado a otro de este modo sin hacer que tu candidata parezca ligeramente bipolar o un poco demasiado desesperada, y eso se nota; la prensa ya anda hablando de crisis de moral y despedidas.
Mañana debaten de nuevo, veremos si Clinton sigue poniéndose sentimental (no) diciendo adiós. Las encuestas en Texas dan ahora mismo un empate (recordad que Clinton tenía 20 puntos de ventaja hace una un par de semanas) y en Ohio siete puntos (eran 25 antes de Wisconsin) para Clinton. Obama aún no lo tiene ganado, pero la verdad es que Hillary tiene que mejorar. Veremos.
sábado, febrero 23, 2008
Elecciones Estepaís (VIII): un juego de pulgadas
Una nota rápida sobre el debate Solbes-Pizarro del otro día. He estado escuchando demasiadas muestras de euforia desbordada, con gente hablando que la paliza fue un cambio substancial en la campaña.
A ver, no negaré que fue una soberana paliza. Solbes tiene que ser muy buena persona, porque un político con más mala leche hubiera sacado a Pizarro llorando del plató con lo perdido que estuvo a ratos. Pero debemos recordar varias cosas. Para empezar lo que decía el otro día, que los debates valen poco. Los cinco millones de espectadores que lo vieron son (no lo neguéis) probablemente hinchas frikis de un partido político, más interesados en ver quién gana o quién pierde y apoyar a su equipo que en dejarse convencer. Pensad sobre cuánta gente mira un Sevilla - Atlético de Madrid por la tele (una cifra parecida) y cuántos de estos espectadores lo estan mirando para decidir quién pondrán en la quiniela la semana siguiente.
Segundo, esto es una campaña electoral, y las cosas se deciden y mueven lenta y pausadamente. Si no hay un suceso o pifia extraordinario, un electorado cambia de opinión poco a poco, de uno en uno y desde luego no porque los políticos se entusiasmen porque el rival ha perdido la iniciativa táctica. La decisión de voto es mucho menos barroca y rebuscada de lo que se pretende, y desde luego mucho menos ordenadita, racional y uniforme de lo que vemos en los medios.
Hablaré más sobre ello mañana.
A ver, no negaré que fue una soberana paliza. Solbes tiene que ser muy buena persona, porque un político con más mala leche hubiera sacado a Pizarro llorando del plató con lo perdido que estuvo a ratos. Pero debemos recordar varias cosas. Para empezar lo que decía el otro día, que los debates valen poco. Los cinco millones de espectadores que lo vieron son (no lo neguéis) probablemente hinchas frikis de un partido político, más interesados en ver quién gana o quién pierde y apoyar a su equipo que en dejarse convencer. Pensad sobre cuánta gente mira un Sevilla - Atlético de Madrid por la tele (una cifra parecida) y cuántos de estos espectadores lo estan mirando para decidir quién pondrán en la quiniela la semana siguiente.
Segundo, esto es una campaña electoral, y las cosas se deciden y mueven lenta y pausadamente. Si no hay un suceso o pifia extraordinario, un electorado cambia de opinión poco a poco, de uno en uno y desde luego no porque los políticos se entusiasmen porque el rival ha perdido la iniciativa táctica. La decisión de voto es mucho menos barroca y rebuscada de lo que se pretende, y desde luego mucho menos ordenadita, racional y uniforme de lo que vemos en los medios.
Hablaré más sobre ello mañana.
Elecciones Estepaís (VII): la tontería de la limitación de mandatos
Ignacio Urquizu, buen amigo y escribidor ocasional por esta bitácora, publica hoy un magnífico artículo en El País sobre una de las más extrañas obsesiones de la derecha española, la limitación de mandatos.
Nada que los lectores fieles de esta bitácora no sepan, vamos. Pero el artículo es excelente. No se dice a menudo, pero sí, puede que sea algo que debilita los partidos. Hay mucho listillo por ahí que se cree imprescindible y quiere que eso que "tras mi salida, el desastre" sea totalmente cierto.
Nada que los lectores fieles de esta bitácora no sepan, vamos. Pero el artículo es excelente. No se dice a menudo, pero sí, puede que sea algo que debilita los partidos. Hay mucho listillo por ahí que se cree imprescindible y quiere que eso que "tras mi salida, el desastre" sea totalmente cierto.
En caso de duda, utilizar jerga
De todos los ejemplos de mala ciencia del mundo, el más enternecedor de todos es el de la ofuscación. Si estamos diciendo algo que probablemente es una bobada, nada mejor que lanzar una cantidad espectacular de palabras altisonantes y estadísticas complicadas a ver si cuela.
No es que no me suene el mecanismo. Joder, hay más de un artículo por hay firmado por un servidor que tiene páginas enteras llenas de jerga inútil, a veces en respuesta a asignaturas basadas en escribir libros enteros en esta clase de basura (teoría de la democracia... ugh). Lo más patético del asunto es que parece que algunos negacionistas del cambio climático han decidido que la ciencia no les gusta, así que han decidido invertarse una nueva. Disfruten del más nuevo peñazo de ofuscación ridícula aquí mismo.
Los pardillos de LD citan todo orgullos un artículo que analiza una teoría científica mediante una auditoría. Es como si leyéramos la Biblia asegurando que respeta los principios de contabilidad de una caja de ahorros y monte de piedad.
Sin meterme en detalles, empecemos por el hecho que el autor de la burrada en cuestión es profesor de márketing y no tiene la más remota idea sobre el tema en el que está tratando. Aparte de que sólo discute un sólo capítulo del informe (8) y que muchas de sus críticas están resueltas en otros sitios, claro. Lo que es más divertido es que su método de evaluar la teoría es cualquier cosa menos científico; su criterio es establecer 140 condiciones que hacen que una predicción sea "válida". Lo divertido es que los modelos de cambio climático no son predicciones, son teorías; un distinción nada trivial.
Una teoría es una explicación sobre un mecanismo causal. La teoría de la gravitación universal no "predice" el futuro; explica que en todo caso si vemos unas determinadas condiciones (dos cuerpos, masa, etcétera) tendremos fuerzas de atracción. Una teoría científica no hace futurología; lo que dice es que si tenemos unas determinadas condiciones, basadas en unos determinados supuestos y manteniendo todo lo demás estable, deberíamos ver una cosa determinada al final. Hay teorías mejores, con un mejor mecanismo causal y que cubren más variables, y hay teorías peores, que se corresponden menos con lo que vemos en realidad.
Una buena teoría puede hacer predicción, si podemos "echarla a andar" partiendo desde supuestos conocidos. Pelota flotando en el vacio cerca de estrella que pesa una burrada. Pum, atracción. El problema es que a menudo no podemos definir el momento cero de forma lo suficiente precisa al no tener todos los datos posibles, que es lo que sucede con los modelos y teorías del cambio climático. El punto de partida son supuestos y cientos de escenarios, y a partir de todo ello se estima y refina un posible resultado realista.
La chorrada que repite LD y allegados que suelta Amstrong al tratar las teorías y modelos científicos como si fueran ejercicios de predicción es ignorar el hecho que cualquier estudio científico de la realidad parte del hecho que esa realidad es imposible de medir completamente. Evidentemente, es muy sencillo criticar a teorías científicas pidiendo que cumplan una larga retahilia de criterios subjetivos imposibles y quedarse tan ancho.
La cuestión, esa crítica no es ciencia, y no invalida un ápice la teoría.
No es que no me suene el mecanismo. Joder, hay más de un artículo por hay firmado por un servidor que tiene páginas enteras llenas de jerga inútil, a veces en respuesta a asignaturas basadas en escribir libros enteros en esta clase de basura (teoría de la democracia... ugh). Lo más patético del asunto es que parece que algunos negacionistas del cambio climático han decidido que la ciencia no les gusta, así que han decidido invertarse una nueva. Disfruten del más nuevo peñazo de ofuscación ridícula aquí mismo.
Los pardillos de LD citan todo orgullos un artículo que analiza una teoría científica mediante una auditoría. Es como si leyéramos la Biblia asegurando que respeta los principios de contabilidad de una caja de ahorros y monte de piedad.
Sin meterme en detalles, empecemos por el hecho que el autor de la burrada en cuestión es profesor de márketing y no tiene la más remota idea sobre el tema en el que está tratando. Aparte de que sólo discute un sólo capítulo del informe (8) y que muchas de sus críticas están resueltas en otros sitios, claro. Lo que es más divertido es que su método de evaluar la teoría es cualquier cosa menos científico; su criterio es establecer 140 condiciones que hacen que una predicción sea "válida". Lo divertido es que los modelos de cambio climático no son predicciones, son teorías; un distinción nada trivial.
Una teoría es una explicación sobre un mecanismo causal. La teoría de la gravitación universal no "predice" el futuro; explica que en todo caso si vemos unas determinadas condiciones (dos cuerpos, masa, etcétera) tendremos fuerzas de atracción. Una teoría científica no hace futurología; lo que dice es que si tenemos unas determinadas condiciones, basadas en unos determinados supuestos y manteniendo todo lo demás estable, deberíamos ver una cosa determinada al final. Hay teorías mejores, con un mejor mecanismo causal y que cubren más variables, y hay teorías peores, que se corresponden menos con lo que vemos en realidad.
Una buena teoría puede hacer predicción, si podemos "echarla a andar" partiendo desde supuestos conocidos. Pelota flotando en el vacio cerca de estrella que pesa una burrada. Pum, atracción. El problema es que a menudo no podemos definir el momento cero de forma lo suficiente precisa al no tener todos los datos posibles, que es lo que sucede con los modelos y teorías del cambio climático. El punto de partida son supuestos y cientos de escenarios, y a partir de todo ello se estima y refina un posible resultado realista.
La chorrada que repite LD y allegados que suelta Amstrong al tratar las teorías y modelos científicos como si fueran ejercicios de predicción es ignorar el hecho que cualquier estudio científico de la realidad parte del hecho que esa realidad es imposible de medir completamente. Evidentemente, es muy sencillo criticar a teorías científicas pidiendo que cumplan una larga retahilia de criterios subjetivos imposibles y quedarse tan ancho.
La cuestión, esa crítica no es ciencia, y no invalida un ápice la teoría.
jueves, febrero 21, 2008
Nota al margen: Obama y sus ideas.
He estado oyendo voces diciendo que Obama es una especie de piltrafilla legislativo, algo que no es cierto en absoluto. Aquí y aquí podeis encontrar una buena colección de enlaces a todo lo que ha hecho en el senado, que no es poco. Como diría aquel, programa, programa, programa.
Parece mentira que algunos ahora critiquen un tipo por hablar bien en público. Como si uno no puede ser buen orador y listo al mismo tiempo, vamos.
Parece mentira que algunos ahora critiquen un tipo por hablar bien en público. Como si uno no puede ser buen orador y listo al mismo tiempo, vamos.
miércoles, febrero 20, 2008
Primary Colors (XXXVIII): buscando a todos
Obama sigue ganando, y de forma cada vez más convincente. Dejando de lado Hawaii, estado dónde vivió durante años, ayer le clavó a Hillay Clinton unos más que convincentes 17 puntos de ventaja en Wisconsin.
La victoria es significativa por varios motivos. Primero, es un estado que en un principio no le "cuadraba" a Obama: 87.5% blanco, con una población mayoritariamente trabajadora y pocos universitarios.
Segundo, Obama esta vez sí ha ganado en todos los grupos; ni siquiera el voto femenino se inclinó para Hillary (Obama sacó un 50%). Poco a poco los Clinton están perdiendo el apoyo de todos los grupos que consideran imprescindibles para ganar: rentas bajas, clase obrera y mujeres le dieron definitivamente la espalda en Wisconsin, siguiendo a esos hombres blancos que en teoría no votarían por un afroamericano.
Tercero, es la décima victoria consecutiva de Obama, algo que parece dejar claro que la vieja forma de hacer política de los Clinton está fallando. Tradicionalmente las campañas americanas se construyen a base de segmentar el electorado y buscar los votos de forma estratégica. Es por este motivo que se da toda esta importancia a los grupos sociales, bloques de voto y el quién- apoya- a -quién. "Voto latino", "swing states", "soccer moms", "NASCAR dads" y todo este encaje de bolillos que repiten los expertos tan a menudo.
La campaña de Clinton ha trabajado siguiendo estas recetas. Hay estados que cuentan, hay estados que no. Hay votantes que podemos ganar, hay votantes que damos por perdidos. Hay delegados por los que competimos, hay delegados que ignoramos alegremente. Obama, por el contrario, ha hecho una campaña literalmente de ir a por todos. No ha ignorado ningún estado; gaste mucho o poco dinero, su campaña ha estado organizando gente en todas partes (en un uso espectacular de internet; no lo valoré suficiente), poniendo voluntarios en todos lados y básicamente trabajando en todo el país.
El resultado ha sido el previsible, aunque ha pillado por sorpresa a todo el mundo: Obama va ganando a base de sacar petroleo en sitios donde nadie estaba buscando. A base de perder por relativamente poco en los lugares "estratégicos" (California, Nueva Jersey, Massachusetts) y ganar de forma consistente (y cada vez más clara) en todas partes, el tipo va ganando, y está en una posición de ventaja para ganar estas elecciones.El mes de febrero ha sido una victoria tras otra para Obama, que lejos de creer que los estados "cruciales" de Tejas y Ohio lo eran todo no ha hecho más que poner esfuerzo y energía en todas partes.
Diez victorias consecutivas después domina la cuenta de delegados, tiene a la prensa a sus pies y sólo puede perder la carrera electoral si Hillary gana al menos un 65% de todos lo delegados que quedan, algo que va mucho más allá de lo improbable. Si Obama no comete un error de bulto antes del 4 de marzo, puede ganar Ohio (muy similar a Wisconsin) y ser competitivo o incluso ganar en Tejas y cerrar la puerta a Clinton de forma definitiva.
Tengo que hacer números, pero estoy casi por decir que Obama ha ganado usando la más vieja de las tácticas políticas: Downs y su votante mediano. En vez de hacer una campaña calculada, específica y especializada, el tipo sencillamente ha ido a buscar votos a todas partes; el objetivo no han sido grupos o clientelas, pero una mayoría amplia. Y a base de ignorar a nadie, ha acabado creando una mayoría.
¿La previsión? Pues la verdad, aún no me atrevo a descartar a Clinton, pero lo tiene cada vez más crudo. Estoy por darles un 65-35 ya en vez de un 60-40. Nadie se esperaba que los Clinton, políticos veteranos curtidos en mil batallas, cometieran tantísimos errores, dándole victorias gratis a su oponente una y otra vez. Lo tienen difícil, pero nunca se sabe. El 4 de marzo, más.
La victoria es significativa por varios motivos. Primero, es un estado que en un principio no le "cuadraba" a Obama: 87.5% blanco, con una población mayoritariamente trabajadora y pocos universitarios.
Segundo, Obama esta vez sí ha ganado en todos los grupos; ni siquiera el voto femenino se inclinó para Hillary (Obama sacó un 50%). Poco a poco los Clinton están perdiendo el apoyo de todos los grupos que consideran imprescindibles para ganar: rentas bajas, clase obrera y mujeres le dieron definitivamente la espalda en Wisconsin, siguiendo a esos hombres blancos que en teoría no votarían por un afroamericano.
Tercero, es la décima victoria consecutiva de Obama, algo que parece dejar claro que la vieja forma de hacer política de los Clinton está fallando. Tradicionalmente las campañas americanas se construyen a base de segmentar el electorado y buscar los votos de forma estratégica. Es por este motivo que se da toda esta importancia a los grupos sociales, bloques de voto y el quién- apoya- a -quién. "Voto latino", "swing states", "soccer moms", "NASCAR dads" y todo este encaje de bolillos que repiten los expertos tan a menudo.
La campaña de Clinton ha trabajado siguiendo estas recetas. Hay estados que cuentan, hay estados que no. Hay votantes que podemos ganar, hay votantes que damos por perdidos. Hay delegados por los que competimos, hay delegados que ignoramos alegremente. Obama, por el contrario, ha hecho una campaña literalmente de ir a por todos. No ha ignorado ningún estado; gaste mucho o poco dinero, su campaña ha estado organizando gente en todas partes (en un uso espectacular de internet; no lo valoré suficiente), poniendo voluntarios en todos lados y básicamente trabajando en todo el país.
El resultado ha sido el previsible, aunque ha pillado por sorpresa a todo el mundo: Obama va ganando a base de sacar petroleo en sitios donde nadie estaba buscando. A base de perder por relativamente poco en los lugares "estratégicos" (California, Nueva Jersey, Massachusetts) y ganar de forma consistente (y cada vez más clara) en todas partes, el tipo va ganando, y está en una posición de ventaja para ganar estas elecciones.El mes de febrero ha sido una victoria tras otra para Obama, que lejos de creer que los estados "cruciales" de Tejas y Ohio lo eran todo no ha hecho más que poner esfuerzo y energía en todas partes.
Diez victorias consecutivas después domina la cuenta de delegados, tiene a la prensa a sus pies y sólo puede perder la carrera electoral si Hillary gana al menos un 65% de todos lo delegados que quedan, algo que va mucho más allá de lo improbable. Si Obama no comete un error de bulto antes del 4 de marzo, puede ganar Ohio (muy similar a Wisconsin) y ser competitivo o incluso ganar en Tejas y cerrar la puerta a Clinton de forma definitiva.
Tengo que hacer números, pero estoy casi por decir que Obama ha ganado usando la más vieja de las tácticas políticas: Downs y su votante mediano. En vez de hacer una campaña calculada, específica y especializada, el tipo sencillamente ha ido a buscar votos a todas partes; el objetivo no han sido grupos o clientelas, pero una mayoría amplia. Y a base de ignorar a nadie, ha acabado creando una mayoría.
¿La previsión? Pues la verdad, aún no me atrevo a descartar a Clinton, pero lo tiene cada vez más crudo. Estoy por darles un 65-35 ya en vez de un 60-40. Nadie se esperaba que los Clinton, políticos veteranos curtidos en mil batallas, cometieran tantísimos errores, dándole victorias gratis a su oponente una y otra vez. Lo tienen difícil, pero nunca se sabe. El 4 de marzo, más.
martes, febrero 19, 2008
El triste adiós de Fidel Castro
Fidel Castro lo deja, y tristemente, se va de la mejor manera posible para una dictadura. Normalmente un gobierno autoritario "bien" gestionado (esto es, que reprime de forma lo suficiente entusiasta para ser estable) está en una situación de riesgo cuando debe cambiar de presidente/ caudillo / secretario general.
La sucesión exige un reequilibrio de las coaliciones de gente con muy mala leche que dominan una dictadura, con el aliciente añadido que es cuando "muere" el último jefe que todos esos generales y funcionarios de partido ambiciosos pueden aspirar a ser el nuevo comandante. Eso hace que el régimen pierda cohesión, y crea una apertura para una transición a la democracia, algo que parece que no veremos en Cuba a corto plazo.
La situación ideal para una transición a la democracia en Cuba hubiera sido, evidentemente, que Castro muriera de golpe sin tener tiempo de nombrar un sucesor. El súbito vacio de poder hubiera puesto a mucha gente muy ambiciosa a trabajar para serrar el suelo bajo los pies de Raúl Castro, un líder mucho menos natural que Fidel. El problema es que el viejo cabrón no sólo no se murió rápido, sino que dejó todo atado y bien atado escogiendo a un tipo igual o más cruel que él mismo. La transición será relativamente sencilla ahora, dejando pocas oportunidades para que el régimen muestre sus grietas.
Evidentemente, no todo son malas noticias. Para empezar, Raúl no es precisamente un chaval; tiene buena salud, pero sus buenos 76 añitos le pesarán tarde o temprano. Por añadido, la dictadura cubana tarde o temprano se quedará sóla; Hugo Chávez ya ha demostrado que como potencial dictador eterno de Venezuela es bastante incompetente (perdiendo referéndums y tal) así que el chollo del petroleo barato les durará pocos años. Y con suerte el próximo presidente de Estados Unidos no será un melón (McCain, Obama y Clinton tienen cerebros funcionales) y se tomarán el siguiente traspaso de poderes como una oportunidad seria.
A no ser que el sucesor de Raúl sea Alejandro Castro, su hijo, y tengamos una nueva Casa Real entre las dictaduras comunistas del mundo. A saber.... Veremos como se desarrollan los acontecimientos, pero no soy optimista ahora mismo en cuanto a ver una transición a la democracia.
Nota al margen: Cuba es una democracia "natural", por cierto. Poca dependencia de recursos naturales, una sociedad bastante igualitaria... Son una democracia probable a medio plazo. Hay esperanza.
La sucesión exige un reequilibrio de las coaliciones de gente con muy mala leche que dominan una dictadura, con el aliciente añadido que es cuando "muere" el último jefe que todos esos generales y funcionarios de partido ambiciosos pueden aspirar a ser el nuevo comandante. Eso hace que el régimen pierda cohesión, y crea una apertura para una transición a la democracia, algo que parece que no veremos en Cuba a corto plazo.
La situación ideal para una transición a la democracia en Cuba hubiera sido, evidentemente, que Castro muriera de golpe sin tener tiempo de nombrar un sucesor. El súbito vacio de poder hubiera puesto a mucha gente muy ambiciosa a trabajar para serrar el suelo bajo los pies de Raúl Castro, un líder mucho menos natural que Fidel. El problema es que el viejo cabrón no sólo no se murió rápido, sino que dejó todo atado y bien atado escogiendo a un tipo igual o más cruel que él mismo. La transición será relativamente sencilla ahora, dejando pocas oportunidades para que el régimen muestre sus grietas.
Evidentemente, no todo son malas noticias. Para empezar, Raúl no es precisamente un chaval; tiene buena salud, pero sus buenos 76 añitos le pesarán tarde o temprano. Por añadido, la dictadura cubana tarde o temprano se quedará sóla; Hugo Chávez ya ha demostrado que como potencial dictador eterno de Venezuela es bastante incompetente (perdiendo referéndums y tal) así que el chollo del petroleo barato les durará pocos años. Y con suerte el próximo presidente de Estados Unidos no será un melón (McCain, Obama y Clinton tienen cerebros funcionales) y se tomarán el siguiente traspaso de poderes como una oportunidad seria.
A no ser que el sucesor de Raúl sea Alejandro Castro, su hijo, y tengamos una nueva Casa Real entre las dictaduras comunistas del mundo. A saber.... Veremos como se desarrollan los acontecimientos, pero no soy optimista ahora mismo en cuanto a ver una transición a la democracia.
Nota al margen: Cuba es una democracia "natural", por cierto. Poca dependencia de recursos naturales, una sociedad bastante igualitaria... Son una democracia probable a medio plazo. Hay esperanza.
lunes, febrero 18, 2008
Elecciones Estepaís (VI): hablando de economía
Leyendo las encuestas y las noticias de campaña desde España, andaba yo pensando por qué el PSOE está insistiendo en una estrategia que parece quitarles la iniciativa. Me refiero a cómo está reaccionando el gobierno a las noticias negativas sobre la evolución de la economía.
La reacción natural de los políticos (y opinadores asociados; no es que yo no haga lo mismo) cuando llegan malas noticias sobre la evolución de la economía es decir que es una cosa pasajera, una pequeña aberración estadística que durará unos meses pero que no debe preocuparnos. No deja de ser cierto, pero como estrategia de comunicación te crea el problema que te obliga a responder lo mismo un mes tras otro hasta que el bache pasa y la economía se recupera. Si la cosa dura poco eso no es problema, pero si se alarga acabarás con una cara de tonto de espanto, y lo que es peor, la inciativa de tu campaña la tendrá el Instituto Nacional de Estadística, no tu gobierno.
¿Qué alternativas tiene un gobierno que afronta unas elecciones metido en una crisis económica? Sonará bizarro, pero a veces decir la verdad es una buena idea. Llamémosle apelar al masoquismo del electorado, en cierto modo. El gobierno debe decir con claridad qué sucede: la economía mundial va mal; una mala gestión del mercado de crédito por parte de las autoridades americanas, sumada a la insaciable demanda de petroleo de China e India y el final de una burbuja inmobiliaria heredada del PP y los tipos bajos del BCE nos han puesto en un problema. Todo eso es cierto.
Lo que debe decir el gobierno con fuerza, sin embargo, es que todo esto lo teníamos previsto, tenemos margen presupuestario, sabemos cómo afrontarlo, y aquí tenéis un montón de políticas públicas, iniciativas de progreso, programas de empleo y prestaciones específicas para quien lo está pasando mal para asegurar que todos juntos capeamos el temporal. Es duro y tocará apretar los dientes un rato, pero nosotros somos el médico adecuado para cuidar al enfermo durante la enfermedad, honesto, directo y bien preparado, no como el lunático que grita en la puerta alegrándose cada vez que alguien se va al paro.
La estrategia le funcionó a González en 1993, a los conservadores británicos (contra todo pronóstico) tras cargarse a Thatcher y Schroeder en Alemania en el 2002, entre otros distinguidos supervivientes. Joder, los laboristas británicos se pasaron 13 o 14 años ganando elecciones usando el berrido al electorado como estrategia política. ¿Es una infalible? Evidentemente, no. Para poder usar esa retórica el gobierno tiene que haber sido relativamente previsor al hablar de economía (no lo ha sido) y tener una figura creíble, adusta y que pueda ejercer de cirujano duro pero compasivo (la tienen: Solbes).
Lo que es seguro es que es mejor ser proactivo y dar una imagen de control y fuerza que no tirarse a cubierto cada vez que salen los datos del paro.
La reacción natural de los políticos (y opinadores asociados; no es que yo no haga lo mismo) cuando llegan malas noticias sobre la evolución de la economía es decir que es una cosa pasajera, una pequeña aberración estadística que durará unos meses pero que no debe preocuparnos. No deja de ser cierto, pero como estrategia de comunicación te crea el problema que te obliga a responder lo mismo un mes tras otro hasta que el bache pasa y la economía se recupera. Si la cosa dura poco eso no es problema, pero si se alarga acabarás con una cara de tonto de espanto, y lo que es peor, la inciativa de tu campaña la tendrá el Instituto Nacional de Estadística, no tu gobierno.
¿Qué alternativas tiene un gobierno que afronta unas elecciones metido en una crisis económica? Sonará bizarro, pero a veces decir la verdad es una buena idea. Llamémosle apelar al masoquismo del electorado, en cierto modo. El gobierno debe decir con claridad qué sucede: la economía mundial va mal; una mala gestión del mercado de crédito por parte de las autoridades americanas, sumada a la insaciable demanda de petroleo de China e India y el final de una burbuja inmobiliaria heredada del PP y los tipos bajos del BCE nos han puesto en un problema. Todo eso es cierto.
Lo que debe decir el gobierno con fuerza, sin embargo, es que todo esto lo teníamos previsto, tenemos margen presupuestario, sabemos cómo afrontarlo, y aquí tenéis un montón de políticas públicas, iniciativas de progreso, programas de empleo y prestaciones específicas para quien lo está pasando mal para asegurar que todos juntos capeamos el temporal. Es duro y tocará apretar los dientes un rato, pero nosotros somos el médico adecuado para cuidar al enfermo durante la enfermedad, honesto, directo y bien preparado, no como el lunático que grita en la puerta alegrándose cada vez que alguien se va al paro.
La estrategia le funcionó a González en 1993, a los conservadores británicos (contra todo pronóstico) tras cargarse a Thatcher y Schroeder en Alemania en el 2002, entre otros distinguidos supervivientes. Joder, los laboristas británicos se pasaron 13 o 14 años ganando elecciones usando el berrido al electorado como estrategia política. ¿Es una infalible? Evidentemente, no. Para poder usar esa retórica el gobierno tiene que haber sido relativamente previsor al hablar de economía (no lo ha sido) y tener una figura creíble, adusta y que pueda ejercer de cirujano duro pero compasivo (la tienen: Solbes).
Lo que es seguro es que es mejor ser proactivo y dar una imagen de control y fuerza que no tirarse a cubierto cada vez que salen los datos del paro.
sábado, febrero 16, 2008
Elecciones estepaís (V): debates
Habrá debate en España. Es lo más normal del mundo en todas partes, pero en España es noticia; por algún motivo extraño los políticos españoles temen el debate, viéndolo como una especie de horror gótico a evitar.
La verdad, aunque son imprescindibles (aunque sea para abaratar las campañas electorales) no son tan relevantes, y aún menos en un sistema político como el español. Y en contra de la absurda mitificación de algunos, para un candidato mínimamente competente no son un "desafio", "duelo" o "reto" tan complicado. Un político profesional (y más en un sistema parlamentario como España) lleva toda la vida haciendo esas cosas, que por cierto si pueden ser entrenadas.
¿Qué efectos sobre el voto tiene un debate entre candidatos? Pues la verdad, exceptuando casos en que alguien comete un error atroz (pegar una bofeta al openente, desnudarse, chillar como un lunático, preguntar dónde está y qué está haciendo aquí), el efecto es en general muy, muy limitado. Por lo que sabemos, un debate tiene dos efectos más o menos relevantes: por un lado da a conocer a los candidatos, y por el otro refuerza las impresiones de los espectadores.
El primero es importante sobretodo en un país como Estados Unidos, dónde los candidatos pueden ser relativamente desconocidos. Para no pocos espectadores la primera vez que oyen hablar a un candidato durante más de dos minutos (especialmente para el que se presenta contra un presidente en activo) es en el debate presidencial. El efecto es relativamente limitado, pero es importante; para algunos votantes el debate es la primera impresión.
En España, sin embargo, este efecto es más limitado. El presidente del gobierno es bien conocido, evidentemente, pero en un sistema parlamentario el jefe de la oposición también es una figura bastante visible. Habrá muy poca gente que vea a Rajoy por primera vez en el debate, y quienes no lo hayan oído hablar demasiado antes, seguramente tendra una vaga idea sobre quién es, y una cierta opinión formada.
Lo que me lleva al segundo punto, el debate como reforzador de percepciones. La mayoría de votantes se sientan delante del televisor con una série de ideas preconcebidas; tienen una opinión de Zapatero, una opinión de Rajoy, se ven a si mismo de una determinada manera y tienen unas determinadas creencias e ideología. Cuando escuchamos un discurso, no importa lo racionales que seamos, interpretamos y evaluamos las ideas según el prisma de ideas y creencias previo. Si yo creo que todos los inmigrantes son unos criminales la idea de un examen no me parecerá mal; si creo que el PP me va a privatizar la sanidad, cuando oiga "racionalizar" en boca de Rajoy lo interpretaré como un ataque inminente a los hospitales públicos.
Eso se traduce que con muy pocas excepciones, un votante acabará el debaté más convencido de votar a su candidato o decepcionado que su candidato ha perdido el debate, pero raramente considerando cambiar de acera. Incluso en las palizas más obvias, descaradas y evidentes en debates en los últimos años (como la histórica masacre en los tres debates Bush-Kerry en el 2004) cambiaron pocos votos; los que creían que Bush era mejor se encogieron de hombros y pensaron que Kerry era un pedante, y los que votaban a Kerry se convencieron aún más que Bush era burro.
¿Son los debates irrelevantes? No, en absoluto. Tienen un efecto en la campaña, pero de forma mucho más sutil que el convencimiento directo de votantes. El más relevante es el hecho que afectan la agenda de los medios; se dice a menudo que un debate no se "gana" o "pierde" en la mesa, si no después, cuando los "expertos" opinan sobre quién ha ganado. El efecto no es tanto en la percepción de victoria o derrota, sino cómo la discusión sobre el debate afecta a los temas de campaña; si un candidato ha quedado especialmente mal hablando de un tema específico (terrorismo, sanidad, cambio climático) ese tema va a ser machacado sin compasión durante los días posteriores.
Eso puede ser bueno a veces para el perdedor del debate. Volviendo al 2004 John Kerry puso en ridículo de forma repetida a Bush hablando de política exterior, algo de lo que se habló muchísimo en los días sucesivos. Antes (y después) del debate, por desgracia, la mayoría de los votantes creían que Bush era mejor en ese tema, así que Kerry perdió la oportunidad que en la campaña se hablara de problemas en los que él era más fuerte. A pesar que la opinión del electorado sobre las credenciales en política exterior de Kerry mejoraron, no fue suficiente como para ponerle por delante.
Evidentemente, hay indecisos. Algunos de ellos incluso se sientan a ver el debate con la intención sincera de ser convencidos por algún político. Y sí, algunos deciden su voto gracias al debate. Pero en agregado, el efecto real de hablar dos horas en la tele es más bien limitado. Sinceramente, no hay tanto votante friki prestándoles atención de veras. Joder, el ejemplo que citan en LD es el de un debate que no le dió la victoria electoral a quien lo ganó...
La verdad, aunque son imprescindibles (aunque sea para abaratar las campañas electorales) no son tan relevantes, y aún menos en un sistema político como el español. Y en contra de la absurda mitificación de algunos, para un candidato mínimamente competente no son un "desafio", "duelo" o "reto" tan complicado. Un político profesional (y más en un sistema parlamentario como España) lleva toda la vida haciendo esas cosas, que por cierto si pueden ser entrenadas.
¿Qué efectos sobre el voto tiene un debate entre candidatos? Pues la verdad, exceptuando casos en que alguien comete un error atroz (pegar una bofeta al openente, desnudarse, chillar como un lunático, preguntar dónde está y qué está haciendo aquí), el efecto es en general muy, muy limitado. Por lo que sabemos, un debate tiene dos efectos más o menos relevantes: por un lado da a conocer a los candidatos, y por el otro refuerza las impresiones de los espectadores.
El primero es importante sobretodo en un país como Estados Unidos, dónde los candidatos pueden ser relativamente desconocidos. Para no pocos espectadores la primera vez que oyen hablar a un candidato durante más de dos minutos (especialmente para el que se presenta contra un presidente en activo) es en el debate presidencial. El efecto es relativamente limitado, pero es importante; para algunos votantes el debate es la primera impresión.
En España, sin embargo, este efecto es más limitado. El presidente del gobierno es bien conocido, evidentemente, pero en un sistema parlamentario el jefe de la oposición también es una figura bastante visible. Habrá muy poca gente que vea a Rajoy por primera vez en el debate, y quienes no lo hayan oído hablar demasiado antes, seguramente tendra una vaga idea sobre quién es, y una cierta opinión formada.
Lo que me lleva al segundo punto, el debate como reforzador de percepciones. La mayoría de votantes se sientan delante del televisor con una série de ideas preconcebidas; tienen una opinión de Zapatero, una opinión de Rajoy, se ven a si mismo de una determinada manera y tienen unas determinadas creencias e ideología. Cuando escuchamos un discurso, no importa lo racionales que seamos, interpretamos y evaluamos las ideas según el prisma de ideas y creencias previo. Si yo creo que todos los inmigrantes son unos criminales la idea de un examen no me parecerá mal; si creo que el PP me va a privatizar la sanidad, cuando oiga "racionalizar" en boca de Rajoy lo interpretaré como un ataque inminente a los hospitales públicos.
Eso se traduce que con muy pocas excepciones, un votante acabará el debaté más convencido de votar a su candidato o decepcionado que su candidato ha perdido el debate, pero raramente considerando cambiar de acera. Incluso en las palizas más obvias, descaradas y evidentes en debates en los últimos años (como la histórica masacre en los tres debates Bush-Kerry en el 2004) cambiaron pocos votos; los que creían que Bush era mejor se encogieron de hombros y pensaron que Kerry era un pedante, y los que votaban a Kerry se convencieron aún más que Bush era burro.
¿Son los debates irrelevantes? No, en absoluto. Tienen un efecto en la campaña, pero de forma mucho más sutil que el convencimiento directo de votantes. El más relevante es el hecho que afectan la agenda de los medios; se dice a menudo que un debate no se "gana" o "pierde" en la mesa, si no después, cuando los "expertos" opinan sobre quién ha ganado. El efecto no es tanto en la percepción de victoria o derrota, sino cómo la discusión sobre el debate afecta a los temas de campaña; si un candidato ha quedado especialmente mal hablando de un tema específico (terrorismo, sanidad, cambio climático) ese tema va a ser machacado sin compasión durante los días posteriores.
Eso puede ser bueno a veces para el perdedor del debate. Volviendo al 2004 John Kerry puso en ridículo de forma repetida a Bush hablando de política exterior, algo de lo que se habló muchísimo en los días sucesivos. Antes (y después) del debate, por desgracia, la mayoría de los votantes creían que Bush era mejor en ese tema, así que Kerry perdió la oportunidad que en la campaña se hablara de problemas en los que él era más fuerte. A pesar que la opinión del electorado sobre las credenciales en política exterior de Kerry mejoraron, no fue suficiente como para ponerle por delante.
Evidentemente, hay indecisos. Algunos de ellos incluso se sientan a ver el debate con la intención sincera de ser convencidos por algún político. Y sí, algunos deciden su voto gracias al debate. Pero en agregado, el efecto real de hablar dos horas en la tele es más bien limitado. Sinceramente, no hay tanto votante friki prestándoles atención de veras. Joder, el ejemplo que citan en LD es el de un debate que no le dió la victoria electoral a quien lo ganó...
jueves, febrero 14, 2008
Se tiene que hace más
Buen artículo de Público, poniendo cifras reales en los problemas imaginados y/o ficticios que viene proclamando el PP. A los que creen que los delitos cometidos por menores son un problema atroz, que los inmigrantes sólo traen consigo barbarie y poligamia, o sobre el problema del velo islámico, quizás deberían repasar estas cifras.
La única crítica: ¿Por qué los periódicos no hacen estas cosas más a menudo? Todos los periódicos (incluido Público) pierden el tiempo con un entusiasmo encomiable en repetir auténticas memeces, repitiendo críticas y comentarios totalmente irrelevantes y discutiendo nimiedades de estrategia y táctica electoral. Muchas declaraciones de políticos son puramente anécdotas que no cambian nada, y todas esas cabalas sobre iniciativa, posicionamiento y arimética es análisis, no noticias, y debería estar en la sección de opinión (o en esta bitácora, aficionada a menudo a repetir lo irrelevante).
Los periodistas se quejan a menudo que los políticos hablan mucho de chorradas insignificantes, brindis al sol y no bajan nunca al planeta tierra. Noticia: si les prestáis la misma atención cuando hablan de cosas concretas, realistas y cuando repiten burradas simiescas, sois parte del problema. Espabilen, coño.
Una muestra: la percepción de inseguridad ciudadana ha aumentado, pero los índices de delincuencia han bajado sin parar en los últimos cuatro años. De hecho comparado con nuestros vecinos el número de delitos es muy, muy bajo; España es un país muy seguro. ¿Por qué los medios no dicen cláramente que cuando el PP habla de crimen, mienten?
La única crítica: ¿Por qué los periódicos no hacen estas cosas más a menudo? Todos los periódicos (incluido Público) pierden el tiempo con un entusiasmo encomiable en repetir auténticas memeces, repitiendo críticas y comentarios totalmente irrelevantes y discutiendo nimiedades de estrategia y táctica electoral. Muchas declaraciones de políticos son puramente anécdotas que no cambian nada, y todas esas cabalas sobre iniciativa, posicionamiento y arimética es análisis, no noticias, y debería estar en la sección de opinión (o en esta bitácora, aficionada a menudo a repetir lo irrelevante).
Los periodistas se quejan a menudo que los políticos hablan mucho de chorradas insignificantes, brindis al sol y no bajan nunca al planeta tierra. Noticia: si les prestáis la misma atención cuando hablan de cosas concretas, realistas y cuando repiten burradas simiescas, sois parte del problema. Espabilen, coño.
Una muestra: la percepción de inseguridad ciudadana ha aumentado, pero los índices de delincuencia han bajado sin parar en los últimos cuatro años. De hecho comparado con nuestros vecinos el número de delitos es muy, muy bajo; España es un país muy seguro. ¿Por qué los medios no dicen cláramente que cuando el PP habla de crimen, mienten?
miércoles, febrero 13, 2008
Primary Colors (XXXVII): el ritmillo
Los americanos le llaman momentum. En El País le llaman inercia, iniciativa. Yo, la verdad, prefiero llamarlo algo un poco más hispánico; el ritmillo.
Obama tiene el ritmillo. Tras sacar un empate glorioso el pasado martes, llegando desde atrás, de lejos, y empatando contra casi todos los pronósticos, el tipo ganó en las cuatro primarias de este fin de semana de calle (Washington, Louisiana, Nebraska y Maine) y acaba de ganar las tres votaciones del martes (Maryland, Virginia, Washington DC) en plan apisonadora. El aire de ganador de Obama es innegable, y las primarias, de golpe y porrazo, parecen estar cada vez más difíciles para Hillary Clinton.
Desde el martes pasado, todo parece salirle mal a Hillary. Después de ser incapaz de dar el golpe decisivo prometido el supermartes, el miércoles se conoció que su campaña estaba muy corta de dinero, hasta el punto que tuvo que darle un préstamo de cinco millones de dólares de su propio bolsillo. La máquina de recaudar fondos de campaña de los Clinton se encallaba sin remedio, mientras que Obama recibía dinero sin parar de cientos de miles de activistas sin problemas (parece que subestimé la importancia de internet; Obama está sacando petroleo). La campaña de Hillary bombardeó a sus filas de correos electrónicos pidiendo dinero (recibí cuatro en dos días; estoy apuntado a todo), pero la semana acabó igual, con Obama por delante.
El fin de semana la cosa fue aún peor. Obama ganó a Hillary con claridad en todas partes, incluyendo tres estados blancos como la nieve en cuanto a distribución racial. El domingo el día acababa con la noticia que Patty Solís Doyle (latina, por cierto), la jefa de campaña de los Clinton "dimitía" para "pasar tiempo con su familia" (y dejando a muchos políticos latinos que apoyaban a Clinton bien cabreados). Y para acabarlo de rematar, hoy se llevan un repaso atroz en las tres elecciones (incluyendo Maryland, que en teoría era un estado para Clinton), y otro de sus jefes de campaña dimite de puntillas entre toda la carnaza.
La cosa suena mal, pero se pone aún peor. Obama ha ganado prácticamente todos los grupos demográficos menos mujeres blancas, todos los niveles de ingresos, y básicamente dejaba a Clinton sin excusa posible. Y aún más preocupante, Hillary está por detras en número total de delegados de cara a la convención.
Sí y no. Los medios de comunicación americanos están aplaudiendo con las orejas a O Rei Obama, nuevo favorito, y ya preguntándose qué milagro tiene que hacer Hillary para evitar el naufragio. En febrero quedan dos primarias, Wisconsin (donde Obama va por delante en las encuestas) y Hawaii (Obama es de ahí). La campaña de Clinton lleva diciendo desde hace un par de días que no pasa nada, todo normal, y que van a ganar el 4 de marzo en Tejas y Ohio y confirmar su nominación.
Los periodistas escuchan y fruncen el ceño. Si no sucede nada inesperado, Hillary estará de aquí siete días con nueve derrotas, cero victorias, y la duda constante de por qué va a ganar ahora, si lleva tanto tiempo perdiendo. Tejas es enorme; hacer publicidad requiere presupuestos abultados, y Clinton tiene menos dinero. Lo mismo sucede con Ohio. Sí, la composición demográfica de los dos estados favorece a Hillary, y las encuestas le dan entre 12 (Tejas) y 17 (Ohio) puntos de ventaja ahora mismo, pero Obama ha estado más lejos en muchos sitios y ha acabado ganando de calle.
La verdad: los periodistas exageran. Obama tiene el ritmillo, pero no tiene la nominación ganada ni de lejos. Para empezar, Tejas y Ohio son de aquí tres semanas; dos semanas después de Wisconsin, que puede ser otra derrota de Clinton. En una campaña como estas primarias, dos semanas es una eternidad, y pueden pasar muchísimas cosas. Obama parece estar en firme control del debate en la campaña; la discusión es sobre cambio y esperanza, no experiencia y politiqueo. Una metida de pata grave, un comentario equivocado o un desastre imprevisto (cae la bolsa, explota un avión, muere Britney Spears) y a saber cómo acabamos.
Por añadido, la cuenta de delegados en los demócratas es proporcional. Obama está por delante, pero aún ganando todos estos estados, Hillary está muy, muy cerca. Tiene más votos, más delegados, ha ganado más estados, pero aún queda tanto partido que es difícil decir que lo tiene ganado.
De todos modos, por primera vez desde que empezó la campaña, le doy un 60% a Obama de acabar ganando. Hillary lo tiene complicado. No puede atacar, ya que no hace más que recalcar su imagen de persona antipática. No puede decir que tiene experiencia, ya que la gente parece querer cambio por encima de todo. No puede decir que es mejor candidata, ya que Obama saca mejores resultados contra McCain de calle. Y no pueden apelar al voto de grupo (mujeres, latinos), ya que su voto está erosionándose en estos sectores incluso ahora.
Los Clinton son políticos extraordinarios, y la verdad, no me extrañaría que tengan algo en mente que se me escapa. Tejas y Ohio parecen favorecerles. Aun así al paso que van, Obama va camino de darles una sorpresa desagradable en marzo. Otra más.
Nota al margen: los republicanos, por cierto, siguen igual. McCain ha ganado, pero anda que el sector conservador no le va a dar la vara. Pobre tío... Por cierto, el tipo ha cometido un error de impresión hoy; ha empezado su discurso de victoria tres o cuatro minutos antes que Obama acabara el suyo. El contraste de pasar de escuchar a un tipo joven, vital, inspirado a un viejo aburrido de 72 años hablando de terroristas y del miedo que debemos tener ha sido patético.
Oh, y Hillary ha perdido dos tipos más de su campaña mientras escribía. Joer.
Obama tiene el ritmillo. Tras sacar un empate glorioso el pasado martes, llegando desde atrás, de lejos, y empatando contra casi todos los pronósticos, el tipo ganó en las cuatro primarias de este fin de semana de calle (Washington, Louisiana, Nebraska y Maine) y acaba de ganar las tres votaciones del martes (Maryland, Virginia, Washington DC) en plan apisonadora. El aire de ganador de Obama es innegable, y las primarias, de golpe y porrazo, parecen estar cada vez más difíciles para Hillary Clinton.
Desde el martes pasado, todo parece salirle mal a Hillary. Después de ser incapaz de dar el golpe decisivo prometido el supermartes, el miércoles se conoció que su campaña estaba muy corta de dinero, hasta el punto que tuvo que darle un préstamo de cinco millones de dólares de su propio bolsillo. La máquina de recaudar fondos de campaña de los Clinton se encallaba sin remedio, mientras que Obama recibía dinero sin parar de cientos de miles de activistas sin problemas (parece que subestimé la importancia de internet; Obama está sacando petroleo). La campaña de Hillary bombardeó a sus filas de correos electrónicos pidiendo dinero (recibí cuatro en dos días; estoy apuntado a todo), pero la semana acabó igual, con Obama por delante.
El fin de semana la cosa fue aún peor. Obama ganó a Hillary con claridad en todas partes, incluyendo tres estados blancos como la nieve en cuanto a distribución racial. El domingo el día acababa con la noticia que Patty Solís Doyle (latina, por cierto), la jefa de campaña de los Clinton "dimitía" para "pasar tiempo con su familia" (y dejando a muchos políticos latinos que apoyaban a Clinton bien cabreados). Y para acabarlo de rematar, hoy se llevan un repaso atroz en las tres elecciones (incluyendo Maryland, que en teoría era un estado para Clinton), y otro de sus jefes de campaña dimite de puntillas entre toda la carnaza.
La cosa suena mal, pero se pone aún peor. Obama ha ganado prácticamente todos los grupos demográficos menos mujeres blancas, todos los niveles de ingresos, y básicamente dejaba a Clinton sin excusa posible. Y aún más preocupante, Hillary está por detras en número total de delegados de cara a la convención.
Sí y no. Los medios de comunicación americanos están aplaudiendo con las orejas a O Rei Obama, nuevo favorito, y ya preguntándose qué milagro tiene que hacer Hillary para evitar el naufragio. En febrero quedan dos primarias, Wisconsin (donde Obama va por delante en las encuestas) y Hawaii (Obama es de ahí). La campaña de Clinton lleva diciendo desde hace un par de días que no pasa nada, todo normal, y que van a ganar el 4 de marzo en Tejas y Ohio y confirmar su nominación.
Los periodistas escuchan y fruncen el ceño. Si no sucede nada inesperado, Hillary estará de aquí siete días con nueve derrotas, cero victorias, y la duda constante de por qué va a ganar ahora, si lleva tanto tiempo perdiendo. Tejas es enorme; hacer publicidad requiere presupuestos abultados, y Clinton tiene menos dinero. Lo mismo sucede con Ohio. Sí, la composición demográfica de los dos estados favorece a Hillary, y las encuestas le dan entre 12 (Tejas) y 17 (Ohio) puntos de ventaja ahora mismo, pero Obama ha estado más lejos en muchos sitios y ha acabado ganando de calle.
La verdad: los periodistas exageran. Obama tiene el ritmillo, pero no tiene la nominación ganada ni de lejos. Para empezar, Tejas y Ohio son de aquí tres semanas; dos semanas después de Wisconsin, que puede ser otra derrota de Clinton. En una campaña como estas primarias, dos semanas es una eternidad, y pueden pasar muchísimas cosas. Obama parece estar en firme control del debate en la campaña; la discusión es sobre cambio y esperanza, no experiencia y politiqueo. Una metida de pata grave, un comentario equivocado o un desastre imprevisto (cae la bolsa, explota un avión, muere Britney Spears) y a saber cómo acabamos.
Por añadido, la cuenta de delegados en los demócratas es proporcional. Obama está por delante, pero aún ganando todos estos estados, Hillary está muy, muy cerca. Tiene más votos, más delegados, ha ganado más estados, pero aún queda tanto partido que es difícil decir que lo tiene ganado.
De todos modos, por primera vez desde que empezó la campaña, le doy un 60% a Obama de acabar ganando. Hillary lo tiene complicado. No puede atacar, ya que no hace más que recalcar su imagen de persona antipática. No puede decir que tiene experiencia, ya que la gente parece querer cambio por encima de todo. No puede decir que es mejor candidata, ya que Obama saca mejores resultados contra McCain de calle. Y no pueden apelar al voto de grupo (mujeres, latinos), ya que su voto está erosionándose en estos sectores incluso ahora.
Los Clinton son políticos extraordinarios, y la verdad, no me extrañaría que tengan algo en mente que se me escapa. Tejas y Ohio parecen favorecerles. Aun así al paso que van, Obama va camino de darles una sorpresa desagradable en marzo. Otra más.
Nota al margen: los republicanos, por cierto, siguen igual. McCain ha ganado, pero anda que el sector conservador no le va a dar la vara. Pobre tío... Por cierto, el tipo ha cometido un error de impresión hoy; ha empezado su discurso de victoria tres o cuatro minutos antes que Obama acabara el suyo. El contraste de pasar de escuchar a un tipo joven, vital, inspirado a un viejo aburrido de 72 años hablando de terroristas y del miedo que debemos tener ha sido patético.
Oh, y Hillary ha perdido dos tipos más de su campaña mientras escribía. Joer.
martes, febrero 12, 2008
Reformas tributarias sin hacer ruido
El gobierno ha subido los impuestos por valor de 6.000 millones de euros, y parece que casi nadie se ha dado cuenta. Y lo ha hecho de forma eficiente, concentrando esta subida en los que más tienen.
¿Cómo lo ha hecho? Luchando contra el fraude fiscal. De hecho le ha salido tan bien que van a redoblar sus esfuerzo en esta materia, con hacienda y seguridad social trabajando juntos cazando a morosos. Hay bastante evidencia que el coste de investigar estos impuestos perdidos es siempre menor que el incremento en la recaudación; si encima estamos haciendo el sistema más equitativo al tener a todo el mundo pagando su parte, queda poco que decir. La economía sumergida puede que sea de un 20 a un 25% del PIB en España, así que mirad cuanto margen tenemos cazando a gorrones antes de tener que subir impuestos en serio.
De la noticia del país hay una cosa que me extraña, sin embargo. ¿Por qué se concentrarán en las regiones más dinámicas? El nivel de fraude no creo que esté correlacionado con el nivel de actividad o riqueza; de hecho sospecho (y hay bastante evidencia en ese sentido) que esa relación va en sentido contrario. La única excepción en este caso sería el fraude inmobiliario, que tiene una distribución geográfica bastante definida, y probablemente sigue el mismo patrón que los casos de corrupción urbanística.
En fin, me encantaría que hacienda hiciera públicos los datos de fraude; hay mucho que estudiar.
¿Cómo lo ha hecho? Luchando contra el fraude fiscal. De hecho le ha salido tan bien que van a redoblar sus esfuerzo en esta materia, con hacienda y seguridad social trabajando juntos cazando a morosos. Hay bastante evidencia que el coste de investigar estos impuestos perdidos es siempre menor que el incremento en la recaudación; si encima estamos haciendo el sistema más equitativo al tener a todo el mundo pagando su parte, queda poco que decir. La economía sumergida puede que sea de un 20 a un 25% del PIB en España, así que mirad cuanto margen tenemos cazando a gorrones antes de tener que subir impuestos en serio.
De la noticia del país hay una cosa que me extraña, sin embargo. ¿Por qué se concentrarán en las regiones más dinámicas? El nivel de fraude no creo que esté correlacionado con el nivel de actividad o riqueza; de hecho sospecho (y hay bastante evidencia en ese sentido) que esa relación va en sentido contrario. La única excepción en este caso sería el fraude inmobiliario, que tiene una distribución geográfica bastante definida, y probablemente sigue el mismo patrón que los casos de corrupción urbanística.
En fin, me encantaría que hacienda hiciera públicos los datos de fraude; hay mucho que estudiar.
lunes, febrero 11, 2008
Primary Colors: Ronda de preguntas
Perdonadme el título de la entrada, pero no soy Egocrata ni voy a intentar hablar sobre política americana (entre otras cosas porque no es tema que se me dé bien). La finalidad de este post es lanzar una pregunta a Egocrata, para que me dé su punto de vista. De hecho, aunque luego vaya a matarme, os animo a todos vosotros que le preguntéis sobre "Primary Colors", a ver si así crea un post para respondernos a todas nuestras preguntas. Si me permitís empiezo yo:
En vista de los resultados del supermartes parece ser que los demócratas estén fuertemente divididos entre dos candidatos, de hecho aun no está claro quien va a poder presentarse a las elecciones generales. Leí hace unos días que preguntaban a la Mujer de Obama que en caso de que ganase Clinton si iba a votarla a ella, su respuesta fue que se lo pensaría. Si todos los que apoyan a Obama (o Clinton), en caso de que pierda, tienen que pensar que harán con su voto no veo muy claro el futuro de los demócratas. Por lo que parece esta división de candidatos ¿puede favorecer de alguna manera al partido republicano, concretamente a McCain?
Por favor Egocrata, ilústrame.
Actualización: ronda de preguntas y respuestas en los comentarios.
En vista de los resultados del supermartes parece ser que los demócratas estén fuertemente divididos entre dos candidatos, de hecho aun no está claro quien va a poder presentarse a las elecciones generales. Leí hace unos días que preguntaban a la Mujer de Obama que en caso de que ganase Clinton si iba a votarla a ella, su respuesta fue que se lo pensaría. Si todos los que apoyan a Obama (o Clinton), en caso de que pierda, tienen que pensar que harán con su voto no veo muy claro el futuro de los demócratas. Por lo que parece esta división de candidatos ¿puede favorecer de alguna manera al partido republicano, concretamente a McCain?
Por favor Egocrata, ilústrame.
Actualización: ronda de preguntas y respuestas en los comentarios.
domingo, febrero 10, 2008
Primary Colors (XXXVI): cuestiones de raza
Un comentario rápido, fruto de las impresiones del momento en las primarias de hoy (Obama parece que ha ganado las tres, por cierto). Hay un patrón que se está repitiendo en los resultados de estas votaciones: Obama saca unos resultados estupendos en el electorado blanco en los estados del norte, medio oeste, suroeste y en la costa del pacífico, y saca unos resultados bastante más patéticos entre votantes blancos en los estados del sur.
Los periodistas no se acaban de atrever a decirlo en voz alta, pero parece que las cuestiones raciales son importantes... en los estados dónde siempre lo han sido.
A todo esto, me parece que los republicanos me quieren hacer quedar mal. McCain ha ganado en Washington, pero se ha llevado una paliza de muerte en Kansas y parece que va a perder Lousiana. Sigo pensando que lo tiene ganado, pero Huckabee va camino de poner al partido republicano en la tesitura de nominar a un tipo que ha sido incapaz de ganar en el sur. Seguiremos informando.
Los periodistas no se acaban de atrever a decirlo en voz alta, pero parece que las cuestiones raciales son importantes... en los estados dónde siempre lo han sido.
A todo esto, me parece que los republicanos me quieren hacer quedar mal. McCain ha ganado en Washington, pero se ha llevado una paliza de muerte en Kansas y parece que va a perder Lousiana. Sigo pensando que lo tiene ganado, pero Huckabee va camino de poner al partido republicano en la tesitura de nominar a un tipo que ha sido incapaz de ganar en el sur. Seguiremos informando.
Elecciones estepaís (IV): discursos
Tanto hablar, escuchar y alabar discursos de políticos americanos me ha llevado a pensar en un par de cosas. Para empezar, para qué sirve ser un buen orador. Todo el mundo lo valora mucho, pero la verdad, hemos visto muchos políticos incapaces en esta materia ganando elecciones; vale pena pararse a pensar qué aporta tener labia. Una vez despejada esa duda, por qué los discursos en España son tan flojos. Y para terminar, una propuesta a todos estos adictos a la política que corren por la red, para un bonito concurso de redacción.
La primera pregunta y la segunda van parejas. Ser un gran orador es útil en política; sospecho, sin embargo, que los beneficios de agitar a las masas con tu inflamada retórica son distintos según el sistema político en el que nos movemos.
Lo comentaba el otro día, pero en Estados Unidos todo el mundo anda muy obsesionado con la idea de liderazgo. Todo necesita un líder que controle, empuje, inspire y dirija incluso el proceso más insignificante. Departamentos enteros se disuelven porque no se dejan liderar y viven demasiado anclados en el procedimiento burocrático. Un político tiene que ser un líder, una especie de causa primera que mueve sin ser movido, que empuja a otros actuar gracias a su mera presencia.
La verdad, en parte tienen razón; con la manía que tienen los americanos de atomizar cualquier manifestación de autoridad administrativa hasta lo más minúsculo, la capacidad de convencer a gente que haga lo que digas sin que estén en una posición subalterna es muy importante. Esto se extiende a todos lo niveles, incluyendo en nivel más alto del gobierno federal; el presidente no es el jefe de ningún partido en el Congreso, y no tiene disciplina de voto que valga para pasar leyes. Para poder pasar leyes de su gusto, debe ser capaz de empujar, apretar, convencer y torturar a cientos de representantes y senadores, sin tener otra autoridad que la de su púlpito y el hecho de haber ganado unas elecciones distintas.
Y aquí entra probablemente la necesidad de ser un buen orador, especialmente en un sistema como el americano. Un presidente o jefe de mayoría del Congreso gana o pierde batallas en las cámaras, pero la guerra la gana a menudo en la opinión pública. Cuando Bush trató de reformar el sistema de pensiones (con una propuesta atroz, por cierto), el hombre se lanzó a dar discursos por medio país, parando en los distritos de senadores y representantes que tenían dudas sobre qué votar. La idea era, evidentemente, convencer a los votantes para que los políticos cambiaran su voto, siguiendo las encuestas; mientras tanto los que se oponían a la reforma bombardearon esos mismos distritos con publicidad y actos en contra.
Bush, no hace falta que lo repita mucho, es un orador entre triste y patético... y no acabó convenciendo a nadie. Una vez se diluyó el efecto del 11-S y la euforia militarista que llevó el país a Irak, el tipo realmente no ha sido capaz de pasar un miserable reforma, en gran parte porque no tiene una capacidad real de convencer a nadie de nada.
¿Qué sucede en un sistema como el español? Bueno, ser un buen orador te da una pequeña ventaja, pero muy relativa. Durante la campaña electoral tus discursos salen por la tele de vez en cuando, a trocitos dispersos. Quedar bien y salir todo presidencial te da puntos, pero el efecto real sobre el voto es probablemente marginal, uno de las decenas de elementos del carácter de los candidatos que los votantes tienen en cuenta.
Una vez pasadas las elecciones, sin embargo, la importancia de dar discursos disminuye. Zapatero cuando quieres pasar legislación no tiene que convencer a casi nadie; negocia con unas élites pequeñitas de unos partidos que tienen unos intereses claros y más o menos complementarios, pero no tiene que recurrir a la labia y a hablar al electorado demasiado a menudo. Sólo en algunos temas muy específicos que necesitan de amplio consenso o negociación con agencias y gobiernos no subalternos (autonomías, vamos) un presidente del gobierno tiene que asegurarse que la opinión pública le apoya, evitando así que otros partidos hagan sangre.
No hace falta decirlo, pero cuando el gobierno del PSOE ha necesitado consenso, con la excepción de la ley de (enormemente popular) ley de dependencia no ha conseguido hacer gran cosa de forma limpia o elegante. No diré que es exclusivamente por la falta de capacidad oratoria de Zapatero (al PP ya le podías tocar la lira esta legislatura en muchos temas, que no se darían por aludidos), pero me parece curioso que el partido socialista no haya parecido entender el hecho que a veces se tiene que ser más activo hablando con el electorado.
Los políticos en España por tanto tienden a dar menos valor a la oratoria por un buen motivo: dar buenos discursos no es tan importante en España como lo es en otros sistemas políticos. Eso no significa, sin embargo, que tengan que olvidar la poesía como hacen ahora; aunque sea por piedad con los artistas que les cantan (snif) o con los matados que nos tragamos todo lo que dicen (presente) no estaría mal que se explayaran un poco.
Aquí va entonces, una propuesta/concurso para la blogosfera, para todos aquellos potenciales políticos que andan ahí fuera. Escribid un discurso para un candidato. Me da igual para quién; si es para vuestro candidato mejor. Seguid el modelo de duración de la era Youtube; de cuatro a siete minutos (cinco o seis párrafos), apto para ser televisado y que tenga el tono inspirador, épico y magnífico que echáis de menos en España. Tiene que ser siguiendo las líneas de campaña de los candidatos (es decir, que si Zapatero lo quiere usar, pueda hacerlo), así que nada de ideas absurdas.
A ver si os animais; víctimas para hoy son Geógrafo Subjetivo, Citoyen, y el mismo Diablo. Si, os quiero mal.
La primera pregunta y la segunda van parejas. Ser un gran orador es útil en política; sospecho, sin embargo, que los beneficios de agitar a las masas con tu inflamada retórica son distintos según el sistema político en el que nos movemos.
Lo comentaba el otro día, pero en Estados Unidos todo el mundo anda muy obsesionado con la idea de liderazgo. Todo necesita un líder que controle, empuje, inspire y dirija incluso el proceso más insignificante. Departamentos enteros se disuelven porque no se dejan liderar y viven demasiado anclados en el procedimiento burocrático. Un político tiene que ser un líder, una especie de causa primera que mueve sin ser movido, que empuja a otros actuar gracias a su mera presencia.
La verdad, en parte tienen razón; con la manía que tienen los americanos de atomizar cualquier manifestación de autoridad administrativa hasta lo más minúsculo, la capacidad de convencer a gente que haga lo que digas sin que estén en una posición subalterna es muy importante. Esto se extiende a todos lo niveles, incluyendo en nivel más alto del gobierno federal; el presidente no es el jefe de ningún partido en el Congreso, y no tiene disciplina de voto que valga para pasar leyes. Para poder pasar leyes de su gusto, debe ser capaz de empujar, apretar, convencer y torturar a cientos de representantes y senadores, sin tener otra autoridad que la de su púlpito y el hecho de haber ganado unas elecciones distintas.
Y aquí entra probablemente la necesidad de ser un buen orador, especialmente en un sistema como el americano. Un presidente o jefe de mayoría del Congreso gana o pierde batallas en las cámaras, pero la guerra la gana a menudo en la opinión pública. Cuando Bush trató de reformar el sistema de pensiones (con una propuesta atroz, por cierto), el hombre se lanzó a dar discursos por medio país, parando en los distritos de senadores y representantes que tenían dudas sobre qué votar. La idea era, evidentemente, convencer a los votantes para que los políticos cambiaran su voto, siguiendo las encuestas; mientras tanto los que se oponían a la reforma bombardearon esos mismos distritos con publicidad y actos en contra.
Bush, no hace falta que lo repita mucho, es un orador entre triste y patético... y no acabó convenciendo a nadie. Una vez se diluyó el efecto del 11-S y la euforia militarista que llevó el país a Irak, el tipo realmente no ha sido capaz de pasar un miserable reforma, en gran parte porque no tiene una capacidad real de convencer a nadie de nada.
¿Qué sucede en un sistema como el español? Bueno, ser un buen orador te da una pequeña ventaja, pero muy relativa. Durante la campaña electoral tus discursos salen por la tele de vez en cuando, a trocitos dispersos. Quedar bien y salir todo presidencial te da puntos, pero el efecto real sobre el voto es probablemente marginal, uno de las decenas de elementos del carácter de los candidatos que los votantes tienen en cuenta.
Una vez pasadas las elecciones, sin embargo, la importancia de dar discursos disminuye. Zapatero cuando quieres pasar legislación no tiene que convencer a casi nadie; negocia con unas élites pequeñitas de unos partidos que tienen unos intereses claros y más o menos complementarios, pero no tiene que recurrir a la labia y a hablar al electorado demasiado a menudo. Sólo en algunos temas muy específicos que necesitan de amplio consenso o negociación con agencias y gobiernos no subalternos (autonomías, vamos) un presidente del gobierno tiene que asegurarse que la opinión pública le apoya, evitando así que otros partidos hagan sangre.
No hace falta decirlo, pero cuando el gobierno del PSOE ha necesitado consenso, con la excepción de la ley de (enormemente popular) ley de dependencia no ha conseguido hacer gran cosa de forma limpia o elegante. No diré que es exclusivamente por la falta de capacidad oratoria de Zapatero (al PP ya le podías tocar la lira esta legislatura en muchos temas, que no se darían por aludidos), pero me parece curioso que el partido socialista no haya parecido entender el hecho que a veces se tiene que ser más activo hablando con el electorado.
Los políticos en España por tanto tienden a dar menos valor a la oratoria por un buen motivo: dar buenos discursos no es tan importante en España como lo es en otros sistemas políticos. Eso no significa, sin embargo, que tengan que olvidar la poesía como hacen ahora; aunque sea por piedad con los artistas que les cantan (snif) o con los matados que nos tragamos todo lo que dicen (presente) no estaría mal que se explayaran un poco.
Aquí va entonces, una propuesta/concurso para la blogosfera, para todos aquellos potenciales políticos que andan ahí fuera. Escribid un discurso para un candidato. Me da igual para quién; si es para vuestro candidato mejor. Seguid el modelo de duración de la era Youtube; de cuatro a siete minutos (cinco o seis párrafos), apto para ser televisado y que tenga el tono inspirador, épico y magnífico que echáis de menos en España. Tiene que ser siguiendo las líneas de campaña de los candidatos (es decir, que si Zapatero lo quiere usar, pueda hacerlo), así que nada de ideas absurdas.
A ver si os animais; víctimas para hoy son Geógrafo Subjetivo, Citoyen, y el mismo Diablo. Si, os quiero mal.
sábado, febrero 09, 2008
Elecciones estepaís (III): videos de segunda
Hace unos días enlazaba el magnífico, emocionante, vibrante video que un grupo de artistas americanos habían grabado para dar su apoyo a la candidatura de Obama. Hoy me encuentro que un grupo de artistas españoles han hecho algo parecido, dedicándole a Zapatero una potita canción con letra de un poema de Benedetti.
A ver. La intención es lo que cuenta, el entusiasmo y el tiempo empleado es encomiable y todos están guapísimos, pero el video es más bien malo, tirando a ligeramente atroz. Me pongo el sombrero de politólogo en esto y sé que estoy hilando fino, pero como anuncio de campaña no vale nada.
Primero, no está mostrando al candidato. La belleza del video de Obama es que el protagonista del video no es el famoseo, sino el político. El video está editado de modo que nadie está en pantalla en solitario demasiado tiempo, y cuando lo están, la voz no es únicamente suya, sino compartida con el candidato. Segundo, y crucial, los artistas no están cantando un texto cualquiera que les gusta mucho a ellos; están recitando y cantando un discurso inspirador del candidato. No es un grupo de gente todo contenta de conocer al presidente y que le dedican una canción de amor; es un grupo de ciudadanos (al ser el video mucho más coral) que comparten emocionados las palabras de un tipo que admiran.
El resultado, no hace falta decirlo, es muy distinto. Acabé de ver el video español por puro masoquismo profesional, pero no creo que le envíe a nadie una copia por lo mucho que me ha gustado; en el fondo parece una reunión de tipos encantados de haberse conocido y ser tan estupendos. El video de Obama, en cambio, lo tuve que colgar en la bitácora, lo he enviado a todo americano que conozco que está remótamente interesando en política, y la verdad, me emociona un poquito.
A ver, entiendo que hacer un video de campaña basado en un discurso de Zapatero es más difícil. No sé quién escribe sus discursos, pero no es precisamente un poeta. Y aún siendo un orador más que decente, no es Obama. Por añadido, es más difícil ejercer de candidato inspirador mesiánico desde la presidencia del gobierno que siendo un joven senador que llega de ninguna parte. Eso no quiere decir que no se pueda hacer un buen video; simplemente, el concepto creativo que utilicemos tiene que ser radicalmente distinto.
En fin, gracias por el bonito intento, pero no funciona. Lo siento.
A ver. La intención es lo que cuenta, el entusiasmo y el tiempo empleado es encomiable y todos están guapísimos, pero el video es más bien malo, tirando a ligeramente atroz. Me pongo el sombrero de politólogo en esto y sé que estoy hilando fino, pero como anuncio de campaña no vale nada.
Primero, no está mostrando al candidato. La belleza del video de Obama es que el protagonista del video no es el famoseo, sino el político. El video está editado de modo que nadie está en pantalla en solitario demasiado tiempo, y cuando lo están, la voz no es únicamente suya, sino compartida con el candidato. Segundo, y crucial, los artistas no están cantando un texto cualquiera que les gusta mucho a ellos; están recitando y cantando un discurso inspirador del candidato. No es un grupo de gente todo contenta de conocer al presidente y que le dedican una canción de amor; es un grupo de ciudadanos (al ser el video mucho más coral) que comparten emocionados las palabras de un tipo que admiran.
El resultado, no hace falta decirlo, es muy distinto. Acabé de ver el video español por puro masoquismo profesional, pero no creo que le envíe a nadie una copia por lo mucho que me ha gustado; en el fondo parece una reunión de tipos encantados de haberse conocido y ser tan estupendos. El video de Obama, en cambio, lo tuve que colgar en la bitácora, lo he enviado a todo americano que conozco que está remótamente interesando en política, y la verdad, me emociona un poquito.
A ver, entiendo que hacer un video de campaña basado en un discurso de Zapatero es más difícil. No sé quién escribe sus discursos, pero no es precisamente un poeta. Y aún siendo un orador más que decente, no es Obama. Por añadido, es más difícil ejercer de candidato inspirador mesiánico desde la presidencia del gobierno que siendo un joven senador que llega de ninguna parte. Eso no quiere decir que no se pueda hacer un buen video; simplemente, el concepto creativo que utilicemos tiene que ser radicalmente distinto.
En fin, gracias por el bonito intento, pero no funciona. Lo siento.
jueves, febrero 07, 2008
Elecciones Estepaís (II): obviedades y chorradas
Una cuantas alegres notas aleatorias de buena mañana:
- El "contrato del inmigrante" de Rajoy es una chorrada electoralista como cualquier otra, especialmente viniendo de un partido presuntamente amigo de la libertad. Un contrato que obliga individuos a hacer cosas. Bien.
- Lo más ridículo, sin embargo, es que todo lo que está en el contrato es o bien chorradas de sentido común (aprender el idioma y buscar trabajo. En serio, ¿el inmigrante va a vivir del aire?) o bien cosas que ya están el los libros (cumplir la ley y respetar a los otros. Los españoles no lo hacen, ¿no?).
- Es una táctica electoral obvia, y sí, tiene tufo xenófobo. Está señalando todo un colectivo como elemento "de riesgo" que necesita ser vigilado; una especie de marca escarlata del departamento de precrimen y la oficina de protección de la verdadera esencia hispánica. El PP pretende que en campaña se hable de inmigración en esos términos, usando la misma técnica del espantajo que ha lanzado contra nacionalistas, homosexuales, gnomos de jardín y una larga serie de chorradas.
- Lo más triste es que si ignoramos esta propuesta (que repito, es atizar la obviedad en términos cuestionables) la política de inmigración del PP y del PSOE no son demasiado distintas. Rajoy en el gobierno también regularizó inmigrantes, etcétera. La política de los dos partidos son razonables, el lenguaje del PP no lo es.
- Entrando en la política no obvia, el PP hoy se pone a prometer arbolitos. Si el PSOE promete eso, las risotadas de FLJ y la jauria de adyacente hubieran sido de leyenda. A ver qué medios en ese lado dicen algo ahora.
- Para chorradas, la de ERC y sus absurdas condiciones sobre el túnel del AVE. Alguien les tiene que recordar a esos luditas que directamente por debajo de la Sagrada Familia pasan dos líneas de metro, que no hay ciudad en el mundo que limite sus túneles a 50 Km/h, y que las obras ya están licitándose, así que pueden hacer el pino que el túnel ya está en marcha. Túnel que aprobó CiU y el PP, por cierto, con ese mismo trazado, cuando eran alguien y mandaban. Después se quejan que el AVE va tarde.
miércoles, febrero 06, 2008
Primary Colors (XXXV): unos acaban, otros empiezan
Una serie de breves sobre las primarias de ayer supermartes. Miraré de escribir más esta tarde, que hoy voy un poco tarde.
Republicanos:
Republicanos:
- McCain lo tiene prácticamente en el bote. Ha ganado un montón de estados, con victorias convincentes en Nueva York, Illinois y California. En el sistema mayoritario de este partido, su ventaja de delegados se refuerza considerablemente, colocándole en una posición difícil de batir.
- Eso no quiere decir que todo son buenas noticias para el senador. Para empezar, no ha ganado en casi ningún estado en el sur; Romney y de forma bastante sorprendente Huckabee le han robado la cartera.
- Curiosamente, McCain ha ganado en todos los estados que el partido republicano no ganará en noviembre ni harto de vino. ¿California? ¿Nueva York? ¿Connecticut? Dioses. Es un candidato que gusta a los republicanos de los estados que no votan republicano. No me extraña que le tengan tirria.
- Romney está prácticamente muerto. Huckabee anda postulándose para vicepresidente, pero tiene el lastre de 1. ser creacionista y comebiblias de forma excesiva para unos generales, 2. es demasiado populista en lo económico para los conservadores. Como complemento al candidato McCain no es realmente la mejor opción, me parece, aunque nunca se sabe.
- No hay absolutamente nada decidido, como de costumbre. Obama ha ganado trece estados (aún falta alguno por cerrar), Hillary ocho. En delegados aún andan contando, pero la diferencia será probablemente muy pequeña
- Hillary ha ganado en California por 10 puntos, tras estar 25 por delante en las encuestas. En Massachusetts lo ha hecho por 16, tras estar a 30, en Nueva Jersey pasó de estar a 20 a estar a 10. El patrón en general ha sido que Obama ha pasado de estar de distancias estelares a estar a tiro en casi todas partes, sacando delegados que nadie esperaba que obtendría. Obama también ha ganado algunas elecciones increíbles, como Missouri y Connecticut, y en algunos estados con enormes poblaciones latinas, caso de Nuevo Méjico.
- Eso no quita que Obama ha ido muy, muy lejos, pero no ha ganado del todo. A falta de acabar la cuenta de delegados, ha empatado o ha perdido por poco, manteniéndose a tiro. Hace dos semanas esto era impensable; estaba a una distancia estelar en casi todos los estados que votaban ayer. Su campaña ha cerrado la distancia, ganado un buen puñado de elecciones que nadie esperaba (y arrasando en todos los estados que eran caucus) y sigue en posición de ganar esto.
- ¿Quién ha votado a quién? Pues con la excepción de los afroamericanos (donde Obama ha sacado un 80%) la cosa ha andado bastante pareja. Obama ha ganado hombres blancos, perdido latinos por 16-20 puntos, perdido en mujeres por un margen parecido, y arrasado en menores de 45. Tengo que mirar más encuestas, pero con la excepción de afroamericanos, parece que las diferencias se han cerrado muchísimo.Más que origen o color de piel, parece que la edad y nivel de renta (ingresos bajos para Hillary) está separando los votantes de ambos por encima de todo.
- Al menos en este caso, los dos candidatos han ganado tanto en estados cláramente demócratas como en estados cláramente republicanos, con Hillary siendo marginalmente más efectiva en estados liberales. El partido no sabe a quién votar, pero al menos no parece que una mitad odia la otra.
- Volvemos ahora a un patrón de campaña más lento, con estados votando en grupos pequeños o individualmente. Obama tiende a sacar mejores resultados cuando puede concentrarse en pocos estados; de hecho parece que los efectos de una "visita" de Obama son mucho más pronunciados que una de Hillary. Donde Obama ha hecho campaña estas semanas las distancias se han cerrado muchísimo o ha ganado.
- Conclusión: todo sigue en el aire. Es hora de mirar calendarios, ver el orden de las primarias que vienen, y contar como si se empezara de cero. Washington, Louisiana, y Nebraska como Iowa 2.0, Maryland, Washington DC y Virginia como New Hampshire segunda parte. Por primera vez en muchos años, parece que sitios como Texas y su primaria van a contar para algo. Dioses.
- Les doy 50-50 a los dos candidatos; quizás 55-45 a favor de Hillary. No hay nada decidido en esta carrera, y ahora es cuestión de a ver quién corre más en organizarse en sitios dónde nunca nadie se había organizado. En eso puede que Clinton tenga algo de ventaja, ya que conserva los contactos de cuando era presidente su marido, pero la campaña de Obama ha demostrado ser muy eficiente en las distancias cortas en el pasado. Veremos.
martes, febrero 05, 2008
Primary Colors (XXXIV): Yes We Can
Quizás alguien en España aprende. O quizás Obama es realmente un político distinto.
Lo cierto es que esta versión musical de un discurso suyo en New Hampshire es sencillamente espectacular. Claro, tener a treinta amigos famosos con talento (el cabecilla del engendro es el tipo de Black Eyed Peas) ayudándote no molesta, pero este video es una auténtica maravilla de montaje y publicidad política.
Claro, tener a Scarlett Johansson ayuda mucho también. En fin, si todos esos actores y artistas que dicen ser del PSOE quieren ayudar, menos "hay motivo" y más hacer cosas con verdadera clase.
Aunque para ello necesitaríamos que alguien con cierta clase y talento le pariera los discursos a Zapatero, claro. Por cierto, el discurso es después que perdiera la primaria de New Hampshire. Para que luego digan.
Lo cierto es que esta versión musical de un discurso suyo en New Hampshire es sencillamente espectacular. Claro, tener a treinta amigos famosos con talento (el cabecilla del engendro es el tipo de Black Eyed Peas) ayudándote no molesta, pero este video es una auténtica maravilla de montaje y publicidad política.
Claro, tener a Scarlett Johansson ayuda mucho también. En fin, si todos esos actores y artistas que dicen ser del PSOE quieren ayudar, menos "hay motivo" y más hacer cosas con verdadera clase.
Aunque para ello necesitaríamos que alguien con cierta clase y talento le pariera los discursos a Zapatero, claro. Por cierto, el discurso es después que perdiera la primaria de New Hampshire. Para que luego digan.
Primary Colors (XXXIII): Über Martes
Hoy es un día grande en las primarias. Votan 24 estados, entre ellos gigantes en población como Nueva York, Illinois y California. ¿Se decidirá la primaria hoy para los partidos? Veamos.
Republicanos:
Todo apunta a que sí. McCain parece finalmente haber metido una distancia importante sobre Romney, en gran parte gracias a los muchos pesos pesados del partido que se han decidido apoyarle. Eso implica, aparte de publicidad y algún votante despistado que sigue lo que diga Arnold, una red de contactos y gente sobre el terreno que te puede hacer campaña y una lista de números de teléfono de potenciales donantes.
McCain se enfrenta sólo a dos potenciales problemas. El primero que gane la mayoría estados pero por algún accidente extraño pierda California. Es improbable, pero eso mantendría a Romney vivo un poco más aunque la verdad los medios ya lo están ignorando casi como si fuera un Ron Paul cualquiera. El segundo, y más serio, hay un sector del partido (y de los medios afines) que sencillamente no aguanta a McCain. No son un grupo insignificante, ni mucho menos, los FJL locales (Limbaugh, Hannity...) le tienen una tirria que ni Gallardón. Eso puede complicarle la campaña de cara a la generales algo serio.
El método para otorgar delegados en los republicanos, por cierto, es fácil: quien gana se lo lleva todo... en unos cuantos estados. En los otros es este mismo sistema, pero por circunscripción al Congreso. Aún así, este sistema puede dar una victoria decisiva a McCain; si gana fuerte, tiene la nominación.
Demócratas:
Algo que me temo no sucederá en el partido demócrata, que han tenido el enorme genio de hacer que en una competición donde sólo puede quedar uno los delegados se otorguen de forma proporcional. Normalmente prefiero este sistema a uno mayoritario, pero en un país que casi nunca usa este diseño y en una elección donde el perdedor no obtiene absolutamente nada es un poco torpe.
Dicho esto, la cosa está muy, muy ajustada. Las encuestas tras la victoria de Obama en Carolina del Sur han seguido un patrón claro; Hillary en cabeza, y Obama acercándose. En los últimos sondeos, la situación es de empate técnico, con la tendencia aún en favor del segundo.
Gane quien gane, la cosa dudo que sea decisiva, así que parece que la campaña seguirá una temporadita más. Algo ligeramente inesperado, pero no necesariamente malo para los demócratas; mientras McCain está sentado en un rincón sin hacer nada, la nominación ya en el bote, los demócratas seguirán atrayendo atención. Puede que todo acabe en la convención, a puñalada y tortazo limpio, mendigando por superdelegados (delegados que son "cargos de partido"; más sobre esto otro día) en salas cerradas llenas de humo. A saber.
Nota final: demostrando que lo del día de reflexión es una chorrada, mientras escribo esto en la tele me han pasado como mínimo 12-15 anuncios electorales, mitad Hillary, mitad Obama. La campaña aquí dura hasta el final de veras, con gente haciendo campaña hasta en la puerta de los colegios electorales. Me encanta.
Republicanos:
Todo apunta a que sí. McCain parece finalmente haber metido una distancia importante sobre Romney, en gran parte gracias a los muchos pesos pesados del partido que se han decidido apoyarle. Eso implica, aparte de publicidad y algún votante despistado que sigue lo que diga Arnold, una red de contactos y gente sobre el terreno que te puede hacer campaña y una lista de números de teléfono de potenciales donantes.
McCain se enfrenta sólo a dos potenciales problemas. El primero que gane la mayoría estados pero por algún accidente extraño pierda California. Es improbable, pero eso mantendría a Romney vivo un poco más aunque la verdad los medios ya lo están ignorando casi como si fuera un Ron Paul cualquiera. El segundo, y más serio, hay un sector del partido (y de los medios afines) que sencillamente no aguanta a McCain. No son un grupo insignificante, ni mucho menos, los FJL locales (Limbaugh, Hannity...) le tienen una tirria que ni Gallardón. Eso puede complicarle la campaña de cara a la generales algo serio.
El método para otorgar delegados en los republicanos, por cierto, es fácil: quien gana se lo lleva todo... en unos cuantos estados. En los otros es este mismo sistema, pero por circunscripción al Congreso. Aún así, este sistema puede dar una victoria decisiva a McCain; si gana fuerte, tiene la nominación.
Demócratas:
Algo que me temo no sucederá en el partido demócrata, que han tenido el enorme genio de hacer que en una competición donde sólo puede quedar uno los delegados se otorguen de forma proporcional. Normalmente prefiero este sistema a uno mayoritario, pero en un país que casi nunca usa este diseño y en una elección donde el perdedor no obtiene absolutamente nada es un poco torpe.
Dicho esto, la cosa está muy, muy ajustada. Las encuestas tras la victoria de Obama en Carolina del Sur han seguido un patrón claro; Hillary en cabeza, y Obama acercándose. En los últimos sondeos, la situación es de empate técnico, con la tendencia aún en favor del segundo.
Gane quien gane, la cosa dudo que sea decisiva, así que parece que la campaña seguirá una temporadita más. Algo ligeramente inesperado, pero no necesariamente malo para los demócratas; mientras McCain está sentado en un rincón sin hacer nada, la nominación ya en el bote, los demócratas seguirán atrayendo atención. Puede que todo acabe en la convención, a puñalada y tortazo limpio, mendigando por superdelegados (delegados que son "cargos de partido"; más sobre esto otro día) en salas cerradas llenas de humo. A saber.
Nota final: demostrando que lo del día de reflexión es una chorrada, mientras escribo esto en la tele me han pasado como mínimo 12-15 anuncios electorales, mitad Hillary, mitad Obama. La campaña aquí dura hasta el final de veras, con gente haciendo campaña hasta en la puerta de los colegios electorales. Me encanta.
lunes, febrero 04, 2008
Repaso (realista) a una legislatura (IV): cajón de sastre
Hace tiempo que tengo esta serie de artículos abandonada, así que es hora de retomarla repasando lo que ha hecho (o podido hacer) este gobierno durante la legislatura, y lo que un servidor ha escrito de ello. De nuevo, mi intención no es discutir qué glorioso modelo social el gobierno debería haber aprobado, sino discutir si dentro de la capacidad de maniobra del gobierno podrían haberlo hecho algo mejor de lo que acabaron aprobando. Por partes.
Modelo autonómico: reformas estatutarias
Si en artículos anteriores hablaba de los límites económicos que un gobierno debe sortear al gestionar la economía, hoy toca hablar de los límites políticos.
El PSOE llega al gobierno el 2004 con una idea bastante coherente y sólida sobre qué debería ser el sistema autonómico en España: el mismo nivel de descentralización o un poco mayor, con una distribución del poder y la financiación mucho más cercana a un sistema federal puro. Algo parecido a una clausula residual para las autonomías, y cumplir con el principio que quien gasta el dinero debe recaudarlo. En el programa incluso llevaban una bonita, modesta y razonable reforma de la constitución para que el Senado respondiera a esta lógica.
El resultado final de la legislatura ha sido... un poco menos ordenadito que esto. Ha sido algo más parecido a una chapuza apresurada hecha a trancas y barrancas, hecha de pegotes variados y alaridos en los pasillos. Zapatero quizás tenía en mente una cosa más o menos racional, pero las reformas estatutarias se convirtieron rápidamente en una serie de negociaciones e infinitas batallas tácticas.
¿El motivo? Me parece que no soy partidista si digo que el PSOE no ha encontrado interlocutores especialmente receptivos para discutir la reforma. Y la verdad, no creo que los principios que guiaban al PSOE que escribía arriba sean absurdos, separatistas, destructores de la nación o esencialmente inasumibles por el PP con algunos cambios menores. Los conservadores de hecho tenían en su programa una reforma del senado, si no recuerdo mal; lo cierto es que la racionalización y simplificación del sistema autonómico no es algo que un partido en la oposición tenga motivos para bloquear a chillidos. Y más cuando este partido representa menos del 40% de los votantes, y el resto del arco parlamentario está dispuesto a hablar.
El PP, evidentemente, se ha pasado la legislatura haciendo el troll, únicamente negociando cuando le beneficiaba. Ya se sabe, aprobando estatutos y votando a favor de ellos alegremente cuando se trata de sus autonomías, y no de Cataluña. Reformar el sistema de financiación en agregado no, es malvado y no lo hablan, pero copiar en plan descarado todo lo que han aprobado los malvados catalanes y que antes era horripilante se puede hacer sin problemas.
La verdad, la reforma del sistema autonómico no ha tenido el mejor de los resultados posibles. Es incompleta, inconsistente y no arreglando lo esencial, que es el chapucero sistema de financiación. Por añadido, el PSOE fue patéticamente incapaz demasiado a menudo de tener la iniciativa en los debates de aprobación de los estatutos. No entenderé nunca por qué el estatuto catalán y el valenciano no se aprobaron en paralelo, por ejemplo, o cómo se metieron en fregados absurdos dejando la negociación previa en manos de Maragall sin control alguno.
Aún así, el gobierno no podía aprobar de forma realista nada mejor de lo que ha salido. Políticamente, el PP ha torpedeado el debate, vetando con su alegre intransigencia lo que no había ganado en las urnas.
Derechos civiles: divorcio y matrimonio homosexual.
En comparación al chapucero debate autonómico, la extensión de los derechos civiles es una muestra clara de lo bien que puede operar un gobierno cuando actúa sin miedo y se explica con fuerza, y la oposición no tiene una base de poder (los gobiernos autonómicos) donde poderse enrocar. El PSOE tenía una serie de cosas en el programa, y las aprobó. Punto pelota.
Evidendemente, dos detalles ayudaron: el primero el hecho que la Iglesia en España no es realmente un rival creíble o valorado, y segundo que las reformas eran populares desde el principio. El resultado son dos reformas aprobadas, y dos derechos que ni el PP con mayoría absoluta se atreverá a borrar de los libros. Los obispos lo saben; toda esta protesta es más de cara a su parroquia que una defensa cierta.
Reforma educativa educación para la ciudadanía
Una buena reforma (sigue casi todo lo que aconseja la investigación académica y los resultados de Pisa) que ha sido criticada por el motivo más absurdo posible: una asignatura que se vende como doctrina para niños y que existe en muchísimos países del mundo. Empezando por Estados Unidos, por cierto.
El PSOE ha sido espectacularmente incompetente vendiendo la reforma, pero está aprobada. Y como comentábamos antes, el gran oponente de la reforma (los obispos) no es exactamente el más indicado para decir que los otros hacen "adoctrinamiento" así que estoy bastante seguro que el coste electoral será entre bajo y nulo.
Sistema judicial
Aquí el gobierno ha pecado de inocente. A principios de legislatura, cuando aún algunos creíamos que el PP y su bocinismo pasarían pronto, pasaron una reforma que cambiaba el método de elección del Consejo General del Poder Judicial (entre otros organismos) de mayoría absoluta en las dos cámaras a mayoría de dos tercios. O en otras palabras, de poder votar los cambios sólo necesitando a un par de nacionalistas a necesitar al PP, dándole poder de veto.
Una reforma legal perfectamente razonable, estrictamente de consenso y muy, muy aceptable... a la que el PP ha respondido haciendo el troll. El resultado es que lo que empezó como un cambio para bien se convirtió en un martillo de herejes contra el gobierno, y un mecanismo de veto más que Rajoy y compañía ha usado con saña. Claro está, no se ha hecho nada más en este frente; como todo lo que se podía bloquear, el PP lo ha hecho.
Política exterior
En contra de lo que dice el PP, ha cambiado más bien poco, si se excluye la retirada de esa tremenda estupidez que fue la guerra de Irak (acción que ha sido, por cierto, de las más populares del gobierno). Aznar tuvo relaciones cordiales con Cuba, comerció con Chávez sin problemas y tuvo una relación de amor-odio parecida con Marruecos (aunque nunca se atrevió a enviar los Reyes a Ceuta). En Europa los intereses son los mismos, aunque ahora se hace menos el troll que antes. En lo esencial, España es un país que tiene un peso relativo (importante en América Latina y Europa, normalillo fuera), y se ha actuado en consecuencia.
Lo de la Alianza de las Civilizaciones es relativamente importante, pero nada espectacular. Está en consonancia con lo que era España antes de que Aznar hiciera el cafre y destruyera todos los contactos y buenas relaciones que España tenía desde tiempos de Franco en el mundo árabe (quien lo diría), pero no va a cambiar el mundo demasiado. Quizás si haga que cuando se hable de Europa y el Mediterraneo las conferencias vuelvan a hacerse en España, sin embargo; algo para nada trivial a largo plazo.
En fin, esto es todo lo que se me ocurre por ahora. Si olvidé algo, por favor pregunten. Que uno se hace viejo y tal. Del canon digital hablo luego, pero vaya por delante que si tengo que escoger entre pagar canon o perder el derecho (y la capacidad, vía DRM) de poder hacer copia privada, remixes, citas y otras maravillas, sufrir patentes de software y tener a las discográficas husmeando qué hago por la red, prefiero pagar el canon.
Modelo autonómico: reformas estatutarias
Si en artículos anteriores hablaba de los límites económicos que un gobierno debe sortear al gestionar la economía, hoy toca hablar de los límites políticos.
El PSOE llega al gobierno el 2004 con una idea bastante coherente y sólida sobre qué debería ser el sistema autonómico en España: el mismo nivel de descentralización o un poco mayor, con una distribución del poder y la financiación mucho más cercana a un sistema federal puro. Algo parecido a una clausula residual para las autonomías, y cumplir con el principio que quien gasta el dinero debe recaudarlo. En el programa incluso llevaban una bonita, modesta y razonable reforma de la constitución para que el Senado respondiera a esta lógica.
El resultado final de la legislatura ha sido... un poco menos ordenadito que esto. Ha sido algo más parecido a una chapuza apresurada hecha a trancas y barrancas, hecha de pegotes variados y alaridos en los pasillos. Zapatero quizás tenía en mente una cosa más o menos racional, pero las reformas estatutarias se convirtieron rápidamente en una serie de negociaciones e infinitas batallas tácticas.
¿El motivo? Me parece que no soy partidista si digo que el PSOE no ha encontrado interlocutores especialmente receptivos para discutir la reforma. Y la verdad, no creo que los principios que guiaban al PSOE que escribía arriba sean absurdos, separatistas, destructores de la nación o esencialmente inasumibles por el PP con algunos cambios menores. Los conservadores de hecho tenían en su programa una reforma del senado, si no recuerdo mal; lo cierto es que la racionalización y simplificación del sistema autonómico no es algo que un partido en la oposición tenga motivos para bloquear a chillidos. Y más cuando este partido representa menos del 40% de los votantes, y el resto del arco parlamentario está dispuesto a hablar.
El PP, evidentemente, se ha pasado la legislatura haciendo el troll, únicamente negociando cuando le beneficiaba. Ya se sabe, aprobando estatutos y votando a favor de ellos alegremente cuando se trata de sus autonomías, y no de Cataluña. Reformar el sistema de financiación en agregado no, es malvado y no lo hablan, pero copiar en plan descarado todo lo que han aprobado los malvados catalanes y que antes era horripilante se puede hacer sin problemas.
La verdad, la reforma del sistema autonómico no ha tenido el mejor de los resultados posibles. Es incompleta, inconsistente y no arreglando lo esencial, que es el chapucero sistema de financiación. Por añadido, el PSOE fue patéticamente incapaz demasiado a menudo de tener la iniciativa en los debates de aprobación de los estatutos. No entenderé nunca por qué el estatuto catalán y el valenciano no se aprobaron en paralelo, por ejemplo, o cómo se metieron en fregados absurdos dejando la negociación previa en manos de Maragall sin control alguno.
Aún así, el gobierno no podía aprobar de forma realista nada mejor de lo que ha salido. Políticamente, el PP ha torpedeado el debate, vetando con su alegre intransigencia lo que no había ganado en las urnas.
Derechos civiles: divorcio y matrimonio homosexual.
En comparación al chapucero debate autonómico, la extensión de los derechos civiles es una muestra clara de lo bien que puede operar un gobierno cuando actúa sin miedo y se explica con fuerza, y la oposición no tiene una base de poder (los gobiernos autonómicos) donde poderse enrocar. El PSOE tenía una serie de cosas en el programa, y las aprobó. Punto pelota.
Evidendemente, dos detalles ayudaron: el primero el hecho que la Iglesia en España no es realmente un rival creíble o valorado, y segundo que las reformas eran populares desde el principio. El resultado son dos reformas aprobadas, y dos derechos que ni el PP con mayoría absoluta se atreverá a borrar de los libros. Los obispos lo saben; toda esta protesta es más de cara a su parroquia que una defensa cierta.
Reforma educativa educación para la ciudadanía
Una buena reforma (sigue casi todo lo que aconseja la investigación académica y los resultados de Pisa) que ha sido criticada por el motivo más absurdo posible: una asignatura que se vende como doctrina para niños y que existe en muchísimos países del mundo. Empezando por Estados Unidos, por cierto.
El PSOE ha sido espectacularmente incompetente vendiendo la reforma, pero está aprobada. Y como comentábamos antes, el gran oponente de la reforma (los obispos) no es exactamente el más indicado para decir que los otros hacen "adoctrinamiento" así que estoy bastante seguro que el coste electoral será entre bajo y nulo.
Sistema judicial
Aquí el gobierno ha pecado de inocente. A principios de legislatura, cuando aún algunos creíamos que el PP y su bocinismo pasarían pronto, pasaron una reforma que cambiaba el método de elección del Consejo General del Poder Judicial (entre otros organismos) de mayoría absoluta en las dos cámaras a mayoría de dos tercios. O en otras palabras, de poder votar los cambios sólo necesitando a un par de nacionalistas a necesitar al PP, dándole poder de veto.
Una reforma legal perfectamente razonable, estrictamente de consenso y muy, muy aceptable... a la que el PP ha respondido haciendo el troll. El resultado es que lo que empezó como un cambio para bien se convirtió en un martillo de herejes contra el gobierno, y un mecanismo de veto más que Rajoy y compañía ha usado con saña. Claro está, no se ha hecho nada más en este frente; como todo lo que se podía bloquear, el PP lo ha hecho.
Política exterior
En contra de lo que dice el PP, ha cambiado más bien poco, si se excluye la retirada de esa tremenda estupidez que fue la guerra de Irak (acción que ha sido, por cierto, de las más populares del gobierno). Aznar tuvo relaciones cordiales con Cuba, comerció con Chávez sin problemas y tuvo una relación de amor-odio parecida con Marruecos (aunque nunca se atrevió a enviar los Reyes a Ceuta). En Europa los intereses son los mismos, aunque ahora se hace menos el troll que antes. En lo esencial, España es un país que tiene un peso relativo (importante en América Latina y Europa, normalillo fuera), y se ha actuado en consecuencia.
Lo de la Alianza de las Civilizaciones es relativamente importante, pero nada espectacular. Está en consonancia con lo que era España antes de que Aznar hiciera el cafre y destruyera todos los contactos y buenas relaciones que España tenía desde tiempos de Franco en el mundo árabe (quien lo diría), pero no va a cambiar el mundo demasiado. Quizás si haga que cuando se hable de Europa y el Mediterraneo las conferencias vuelvan a hacerse en España, sin embargo; algo para nada trivial a largo plazo.
En fin, esto es todo lo que se me ocurre por ahora. Si olvidé algo, por favor pregunten. Que uno se hace viejo y tal. Del canon digital hablo luego, pero vaya por delante que si tengo que escoger entre pagar canon o perder el derecho (y la capacidad, vía DRM) de poder hacer copia privada, remixes, citas y otras maravillas, sufrir patentes de software y tener a las discográficas husmeando qué hago por la red, prefiero pagar el canon.
domingo, febrero 03, 2008
Elecciones Estepaís (I): notas tácticas variadas
Algunas notas variadas, breves, sobre las elecciones de marzo en España; todo ideas locas que me gustaría que alguien (o yo mismo) desarrollara. Un cajón de sastre, vamos.
- Para el PSOE le va de perlas que la Iglesia ande haciendo el mandril. Que yo recuerde los obispos no son una de las organizaciones más queridas por los españoles (basta con ver lo "mucho" que vamos a misa); tenerlos recordando por qué prefieren al PP todo el día es un excelente movilizador para la izquierda. Todas las leyes que detesta la Iglesia son muy populares, por cierto.
- Además, así se habla menos de economía. La verdad, con un crecimiento el 2007 del 3,5% (muchísimo más rápido que prácticamente cualquier país relevante) la cosa no es esté mal, pero la percepción (y expectativas a medio plazo) cuentan mucho.
- Me extraña que Rajoy insista en viajar tanto a Cataluña. El PP ha decidido tratar de ganar votos en 14-15 autonomías, machacando con insistencia a todo lo vasco y catalán siempre que han podido, y dando la vara con lo del trasvase a los aragoneses. El cínico en mí diría que el tipo va a Cataluña a ver si algún idiota le silba o le da una pedrada, y así poder lloriquear en el resto del país.
- Sí, condeno los silbidos y las pedradas. Eso no significa que para Rajoy serían una buena noticia y le darían réditos electorales.
- Encuestas: 3,4% para el PSOE tras cocinas, 10 puntos en voto declarado. La verdad no acabo de entender esta diferencia; parece que los encuestadores están o bien presuponiendo voto oculto al PP (cosa que me parece absurdo) o estimando una abstención alta del electorado del PSOE.
- Lo que es tremendo es el nivel de rechazo que tiene el PP. Si ganan las elecciones por algún milagro extraño, tendrán un porcentaje enorme del electorado en contra; pactar cualquier cosa (y mantenerse en mayoría) será una auténtica odisea.
De política, sotanas e impuestos
Escuchando a la Iglesia Católica española estos días, andaba yo pensando sobre alguna de las normas y mecanismos que regulan la separación Iglesia-estado en los muy religiosos Estados Unidos.
En este extraño país dónde los candidatos a presidente hablan de religión, lo menudo que van a misa y lo mucho que creen en Dios, las organizaciones sin ánimo de lucro (la inmensa mayoría de Iglesias lo son) muchas veces hablan de política, pero nunca, nunca, nunca reaccionan como lo ha hecho la Iglesia española cuando alguien les responde.
Si uno se mete en la charca con los cerdos a opinar sobre la calidad del chapucear de los gorrinos, lo menos que puede hacer es no extrañarse cuando la mierda va y le salpica. La actitud de algunos obispos ha sido exactamente esta; bajan a la arena política a repartir leña como un político cualquiera, y se quedan todo sorprendidos cuando se llevan un par de sopapos cuando la gente les devuelve sus atenciones.
Es la vieja vara de medir de la Cope respecto a libertad de expresión: si insultamos, criticamos o nos burlamos nosotros, lo nuestro es libertad de expresión; si nos insultan, critican o burlan de nosotros, es opresión, totalitarismo e intento de imponer el pensamiento único. Lo de siempre.
Los americanos tienen, desde hace tiempo, un mecanismo bastante claro que regula a las organizaciones sin ánimo de lucro. Si son apolíticas, no pagan impuestos. Si piden el voto por alguien, si los pagan. En cierto sentido, es la vieja relación entre pagar impuestos y tener representación; si pretendes influir en el voto, te toca pasar por caja.
La verdad, hay veces que creo que en España nos iría bien copiar esta clase de legislación. En una democracia todos pueden hablar y todos pueden participar; lo que debería estar muy claro es que quien lo hace no lo está haciendo desde el privilegio de las subvenciones o concordatos, si no desde una actitud clara y honesta de ser miembro de igual a igual de la sociedad. Los obispos y católicos pueden (y deben) hablar, eso es evidente; lo que no deberían poder hacer es que la Iglesia Católica, como institución, participe en el debate mientras mantiene sus exenciones y privilegios.
¿Hazte Oir, asociaciones católicas, club de gente con sotana? Encantado, bienvenidos. El monolito que es la Iglesia Católica, como institución, no.
En este extraño país dónde los candidatos a presidente hablan de religión, lo menudo que van a misa y lo mucho que creen en Dios, las organizaciones sin ánimo de lucro (la inmensa mayoría de Iglesias lo son) muchas veces hablan de política, pero nunca, nunca, nunca reaccionan como lo ha hecho la Iglesia española cuando alguien les responde.
Si uno se mete en la charca con los cerdos a opinar sobre la calidad del chapucear de los gorrinos, lo menos que puede hacer es no extrañarse cuando la mierda va y le salpica. La actitud de algunos obispos ha sido exactamente esta; bajan a la arena política a repartir leña como un político cualquiera, y se quedan todo sorprendidos cuando se llevan un par de sopapos cuando la gente les devuelve sus atenciones.
Es la vieja vara de medir de la Cope respecto a libertad de expresión: si insultamos, criticamos o nos burlamos nosotros, lo nuestro es libertad de expresión; si nos insultan, critican o burlan de nosotros, es opresión, totalitarismo e intento de imponer el pensamiento único. Lo de siempre.
Los americanos tienen, desde hace tiempo, un mecanismo bastante claro que regula a las organizaciones sin ánimo de lucro. Si son apolíticas, no pagan impuestos. Si piden el voto por alguien, si los pagan. En cierto sentido, es la vieja relación entre pagar impuestos y tener representación; si pretendes influir en el voto, te toca pasar por caja.
La verdad, hay veces que creo que en España nos iría bien copiar esta clase de legislación. En una democracia todos pueden hablar y todos pueden participar; lo que debería estar muy claro es que quien lo hace no lo está haciendo desde el privilegio de las subvenciones o concordatos, si no desde una actitud clara y honesta de ser miembro de igual a igual de la sociedad. Los obispos y católicos pueden (y deben) hablar, eso es evidente; lo que no deberían poder hacer es que la Iglesia Católica, como institución, participe en el debate mientras mantiene sus exenciones y privilegios.
¿Hazte Oir, asociaciones católicas, club de gente con sotana? Encantado, bienvenidos. El monolito que es la Iglesia Católica, como institución, no.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)