Maragall dice que la ley electoral catalana (que llegará, a este paso, con 25 años de retraso) incluira las normas de financiación de partidos políticos. Pues mira que bien, pero no. Son cosas que no van juntas normalmente, porque es absurdo juntarlas; más fácil hacer dos leyes distintas bien bonitas. A todo ello, hay una ley de partidos estatal vigente igualmente...
La ley electoral, por cierto, es un tema divertido. El sistema actual es circunscripciones provinciales, con Barcelona infrarepresentada en comparación a las otras. Esto favorece de manera escandalosa a CiU, que va por el mundo sacando (dos veces ya), más diputados con menos votos. El problema es que redactar una ley nueva no es neutral, de ningún modo. La circunscripción, según el estatuto, tiene que ser las comarcas (marchando una de sobrerrepresentación de la Cataluña profunda), algo que el PSC no quiere tragar, tratando de añadir listas proporcionales. CiU las odia, claro. Y ERC no sabe qué hacer. Ahora es más urbana que rural, pero quizá pueda tratar de quitarle el puesto en el interior... y les toca especular sobre ellos. PP e IC aman cualquier cosa que dé más peso a Barcelona, claro.
Tiene toda la pinta de acabar decidiendo la ley ERC, para variar. Nada como ser bisagra. Lo curioso es que por su posición, no tienen preferencias fuertes en uno u otro sentido, así que es probable que la ley sea bastante justa para todos.
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