La Vanguardia hoy entrevista uno de los miembros de la guardia neoconservadora, Richard Perle. Dice cosas interesantes, aunque no siempre acertadas. Entre lo más destacable, el reconocer que la ocupación de Irak fue una equivocación (chapucera, y deberían haberse ido antes), demostrando que no por tener ideología uno debe abandonar el sentido común, y sus comentarios sobre el problema palestino.
Su punto de vista es incluso provocativo: si se soluciona, no cree que los problemas de la región se desvanezcan de un día para otro, si no que quizás incluso de multipliquen. Su argumento es que el problema palestino está de hecho tapando el resto de conflictos de la región, y si se devanece, el resto de problemas saldrían a la luz, enviando la región al caos. No dice que no se debe arreglar ese conflicto, pero señala, muy acertadamente, que no es la panacea que algunos dicen.
Sigo sin entender, por eso, su extrema confianza en la extensión de la democracia en esas zonas. Lo he discutido antes, pero es muy probable que algunos países por su propia naturaleza (desigualdad social, dependencia del petroleo) no sean tierra fertil para este sistema. Irak, Irán y Arabia Saudí claramente no lo son, creo, a no ser que se use algún diseño institucional extremadamente creativo y un poco tutelado desde el exterior. El contagio y los signos de democracia quizás están allí, pero todos sabemos que tras cada ola de democratizaciones hay retrocesos...
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