Estos días el Tribunal Supremo de los Estados Unidos está revisando un caso de esos que sólo se ven aquí. Un hombre decidió llevar a juicio al estado de Texas por tener delante del capitolio un monumento (bastante horrendo, por cierto) a los 10 mandamientos. Su argumentación es que eso consiste una vulneración del principio constitucional de separación entre religión y estado presente en la constitución, y que por tanto, deben ser retirados.
Lo más espectacular del caso es, sin embargo, es quién es el origen de este jaleo. El tipo que ha llevado a juicio al estado de Texas, hasta llegar al supremo, es un abogado sin techo de Austin, que ha llevado todo el caso durante estos tres años trabajando en bibliotecas públicas. Por desgracia, no podrá ir a Washington a defender el caso, lo hará otro abogado en su lugar. Pero si gana el caso, habrá conseguido hacer historia desde una tienda de campaña. Esto sólo puede pasar en Estados Unidos.
Por cierto, muchas de las referencias a Dios existentes en los símbolos nacionales de Estados Unidos son muy recientes. "In God we trust" es sólo lema oficial desde 1956, y la mención de "one nation, under God" en el juramento es de 1954. Sí, son herencias de la caza de brujas, para distinguir al país de esos ateos comunistas. Como tradición, son muy recientes.
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1 comentario:
Qué fuerte! Desde luego tiene mérito, ójala que gane el juicio aunque sólo sea por tener las agallas de llevarlo en su situación. La verdad es que me parece una tontería, pero bueno, cada cual se preocupa por unas cosas...
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