Paul Wolfowitz, uno de los ideólogos de la actual Casa Blanca, y el genio que se pensó que los Iraquíes recibirían a las tropas de liberación con flores y alegría, recibe una buena noticia, 1500 muertos en combate después... lo ascienden.
En un movimiento un tanto sorprendente, el politólogo neoconservador ha sido nominado para dirigir el Banco Mundial. Todo el respeto del mundo para la tropa de ciencia política (leñe, soy uno de ellos), pero... ¿no es un puesto más para, no sé... un economista? ¿O al menos alguien que no tenga aficiones como invadir paises? Porque vamos, dirige una institución que se dedica a promocionar el desarrollo y tal. Lo de hacer explotar cosas, esa actividad que hacia desde el Pentágono, era un poco contraproducente. Y no es que su trabajo reconstruyendo Iraq haya sido maravilloso, que digamos.
En fin, gente como Brad DeLong están rascandose la cabeza, sin entender nada igual que yo. Qué le haremos, los designios del gran, gran líder y su talento para promocionar amiguetes ideologizados se nos escapan.
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