Se ha estado hablando por aquí últimamente de un fenómeno extraño. La revista Time le dedico incluso un largo especial en enero, y uno encuentra de vez en cuando referencias en otros medios, entre la sorpresa y la preocupación. Les llaman twixters, y son esas personas de veintitantos que acaban la universidad, y en vez de ponerse a trabajar y formar una familia, pues se columpian un poco. Pueden seguir viviendo con los padres, pueden irse a vivir fuera de alquiler, sin trabajo fijo ni pareja demasiado estable, dedicándose a disfrutar un poco antes de sentar cabeza.
Vamos, lo normal... ¿no?
No en Estados Unidos, al menos hasta ahora. Los twixters son aún una rara avis en este país, mucho más que en cualquier otra parte. La edad media para casarse sigue siendo a los 25 años, la misma que para el primer hijo. Si esto lo comparamos con España (o la mayoría de países europeos), con la media rozando los 30 o por encima para ambas cosas, la cosa no deja de ser curiosa. Dicho de otro modo, lo de la generación X y todas esas patrañas era un bulo; los que realmente nos pasamos unos añitos entre los estudios y la vida adulta somos los europeos.
Lo curioso de veras es que de momento, los reportajes y libros (aquí se publican libros sobre cualquier cosa) hablan de ello como una moda, dando a entender que si la gente da tantos tumbos antes de casarse es porque quiere. La verdad, por lo que he visto, es una situación tan "voluntaria" como lo es en España. El trabajo no es estable, formar una familia vale mucho dinero, y encontrar piso en una ciudad es un horror. Sí, la libertad relativa está bien, y uno acaba conociendo todos los garitos de moda y estando a la última, pero no es que tenga síndrome de Peter Pan, es que "crecer" ya no es tan fácil.
Aún así, Europa adelanta a Estados Unidos en una tendencia social, para variar. Lástima que sea algo no demasiado edificante.
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