Con sólo 25 años de retraso, pero ya la tiene. La ciudad, famosa por hacer más de lo que le toca en cuanto a servicios (y cobrar impuestos a manta por ello) tiene por fin un marco regulatorio decente, que le permitirá afrontar los problemas como capital. Las ciudades grandes (y Barcelona lo es; con el área metropolitana se va a los cuatro millones de habitantes) tienen una serie de problemas que no tienen el resto, y por lo tanto, necesitan más dinero y más voz en sus asuntos. Es una buena noticia, que le hará bien a la ciudad. Madrid tiene la inmensa suerte que su comunidad autónoma es casi un "distrito federal", así que todo va más sincronizado; ahora Barcelona podrá ser más ágil.
En fin, una buena noticia.
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