François Hollande, El líder (es un decir) del PS, los socialistas franceses, es otro de los insignes derrotados por la estulticia de Jaques Chirac. Si algo le ha salido bien al inquilino del Elíseo, de hecho, es conseguir que la izquierda francesa siga con su vieja tradición de darle al botón de autodestrucción en el momento más inoportuno, esto es, cuando parece que si paran de hacer el burro pueden ganar las elecciones. Ya lo hicieron en las presidenciales, presentando 237 candidatos (más o menos) para chinchar a un Jospin que lo tenía a huevo, y lo hacen de nuevo ahora.
La cosa, para variar, viene del oportunista de turno, en este caso Laurent Fabius. Antiguo jefe del ala social-liberal del PS (es el que deshizo el desastre de los primeros años de Mitterrand), el tipo decidió saltarse la linea oficial del partido de apoyar el "si", y defender el rechazo al tratado, al lado de los comunistas, trostkystas (el por qué sobreviven en Francia me tiene maravillado) y altermundistas en general. No es que Fabius guste de esas compañías o tenga una larga tradición de socialismo paneuropeo, no. Básicamente está pensando, para variar, en las próximas presidenciales. Hollande le quitó el mejor asiento para presentarse, el de líder del PS, pero como buen oportunista, Fabius no ha tenido reparos en ir contra su jefe con el cuchillo entre los dientes para sacárselo de encima. El hecho que probablemente haya herido de muerte a su partido también es algo que le debe parecer secundario.
Todo viene, en parte, por el peculiar sistema electoral francés. Cuando escogen al presidente, las elecciones son a dos vueltas, con los dos candidatos que han sacado más en la primera participando en la segunda. Esto hace que muchas veces los notables de los partidos decidan solucionar sus problemas a tortas en la primera vuelta, y en ocasiones hayan dos o tres candidatos a presidente por partido (Jospin y el ex-PS Chevenement en las últimas, por ejemplo). Fabius está apostando a jugar ese juego. Es bastante probable que el congreso del PS le dé de tortas, por traidor, pero su apuesta no es ya sólo el PS, sino ir en solitario como jefe informal del batiburrillo de la izquierda. Lo tendrá difícil, pero oye, se lo pasará de miedo. Y seguirá chinchando a los ingratos de su partido que no lo escogieron como líder.
Qué bonita que es la ambición y la política de partidos, oiga. Después la gente se pregunta por qué los franceses odian a sus políticos. Bueno, cosas como estas son habituales, tanto en el PS como en la UMP (ex UDF-RPR, etcétera, o como se llame el centro derecha esta semana); claro que los votantes se largan a partidos raros.
5 comentarios:
Joder, tres posts sobre gabachos consecutivos. Ya me vale. Se nota que los estoy sufriendo al escribir la tesis, ¿verdad?
Mientras no te de por decir que ahora comes "Freedom fries".....
Desde luego da pena ver cómo los politicos ponen por delante de las necesidades del pueblo, e incluso de sus ideas, la ambición (eso de que un liberal esgrima argumentos de extrema izda. es de traca)... Y como dices por muy mal que esté ahora la popularidad de Chirac, con los socialistas a tortas es imposible que ganen, a la gente no le gusta dar su voto a gente que no es capaz de ganarse la confianza ni de su propio partido. Ayer por la mañana la sub-alcaldesa de París (o teniente de alcalde, o algo así) acusó tranquilamente a Fabius de traidor, así que si eso es lo que dicen públicamente no quiero ni pensar las lindezas que se van a soltar en el congreso del fin de semana...
Una pena que al final el tanto del No a la Constitución se lo apunte alguien que no se respeta ni a sí mismo (me refiero a la manera en que ha pasado por encima de su propia ideología).
Un saludo! :)
Lo peor de todo es que es endémico a los partidos franceses, tanto de izquierda como de derecha. El melón de De Gaulle parió una constitución y ley electoral sencillamente atroces para escoger a dirigentes como Dios manda.
que dificil es gobernar un pais que tiene mas de 200 clases de quesos diferentes...(De Gaulle)
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