(...) La prioridad absoluta de la izquierda abertzale es la solución del conflicto. No es sólo una aspiración, un discurso carente de estrategia y metodología. Es una apuesta madura. La solución pasa por el reconocimiento de Euskal Herria y su derecho a decidir su futuro. Pasa por un proceso sin exclusiones, ni políticas ni territoriales.¿Quién puede hacer más por esto, hoy? ¿Un PNV en la oposición o un PNV que mantiene su gestión intacta? ¿Hay alguna diferencia notable mirando a esa prioridad? Son preguntas que exigen respuesta más allá de la literatura, y que enlazan con otra: ¿Quién haría más en este recorrido, el que mendiga con Madrid o quien dispone de línea directa con el Gobierno español?
El problema comienza cuando, antes de responder a estas cuestiones, nos acordamos de la capacidad del PNV para el chantaje. Todos nos imaginamos su primera reacción en un escenario que no dé por intocable la lehendakaritza jeltzale. Sus amenazas en el asunto de Atucha como presidente de la mesa del Parlamento ya nos anuncian la tormenta. ¿O acaso alguien confía en que el PNV mantendrá ese discurso de que lo primordial es la paz y la resolución del conflicto si la gestión autonómica no está en sus manos? (...)
No se anda por las ramas, no. Me tiene un poco preocupado que yo llegara a conclusiones parecidas sentado al otro lado, por eso... Aún así, creo que es más un bufido con visos de recordar al PNV que no son la encarnación de Euskadi que otra cosas. Pero vamos, no descarto una sorpresa.
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