Tras sufrir el festival Eurovisivo incluso aquí (soy tan masoca que lo vi por internet), hay varias bitácoras ahí fuera reflexionando sobre el tema. Yo, como soy más pedante que ellos, no me quedaré en el análisis, si no que demostraré que los académicos tenemos a veces una capacidad de perder el tiempo ilimitada.
Enlazo, pues, unos cuantos artículos. El primero, en una bitácora de académicos (Crooked Timber), que hace un divertido análisis aplicando metodología de redes sociales a los patrones de voto. Muy interesante. El segundo es todavía mejor: un artículo escrito por un grupo de físicos (¿!) analizando el evento desde una perspectiva de redes neuronales, o algo así de obtruso.
Lo más significativo, aparte de la victoria de Grecia (que horror de canción), fue el espectacular resultado de los países de Europa Occidental. Alemania, Francia, Reino Unido y España, en el vagón de cola. Un patetismo bastante serio. Esto de votar a los vecinos balcánicos / escandinavos / bálticos es un rollo. O balcanizamos España, o consolidamos Europa del este de nuevo, que aquí no hay quien juegue.
1 comentario:
El rapero era lo único que me gustó :-). La canción era un desastre espantoso, se mire por donde se mire.
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