martes, mayo 31, 2005

El "no" tiene mil padres

Llego tarde a comentar el referéndum francés, lo sé. Seguramente todo lo que diga se habrá dicho ya, pero vamos, esto es la blogosfera y lo importante es añadir ruido en el debate. Ahí va lo mío.

Lo más ridículo de toda esta debacle es sin duda los mil padres del "no" a la constitución. En LD hay legión de columnistas atribuyendo motivos fastuosos y alabando / criticando a los franceses por liberales / bolcheviques / cagamandurrias, por ejemplo. En el otro lado, los habitantes del planeta "verdadera izquierda" aplauden con las orejas a la muerte de la Europa de los mercaderes, y toda esa parafernalia. Le Pen y los suyos hablan de la resurrección de Francia y de un pueblo que lucha por su soberanía, etcétera (ni Otegui, vamos), y supongo que el frente de liberación de los gnomos del jardín ha dicho que es un paso adelante en su causa.

Bueno, pues no. No hay nada de todo esto. Primero, porque como he dicho un montón de veces, el tratado de marras es de hecho relativamente poco importante. Aparte de añadir unas cuantas cosas a los temas que van por codecisión, cambiar la norma de votación en el consejo a algo ligeramente menos kafkiano y cargarse alguna tradición absurda (la presidencia rotativa), no es que se aporte gran cosa. Es un trasto de 190 páginas, aburrido a matar y suficiente farragoso como para dormir a un abogado, de acuerdo. Pero comparado con los tratados que substituiría (Niza y una tonelada de papel más), es simple, sencillo y ligero, y no estoy exagerando un ápice.

Sustantivamente, no es ni "neoliberal" ni "estatalista"; o no lo es más que ninguna constitución del continente. No puede serlo; ningún gobernante de Europa firmaría algo que atara a su país a un proyecto de izquierdas o derechas de por vida. Es un texto lleno de retórica en uno y otro sentido (como ¡sorpresa! nuestra constitución), pero no vinculante, y así debe ser.

Eso me lleva a señalar varias cosas. Primero, es absurdo votar un texto así en referéndum. Seré todo lo tecnócrata que querais, pero es objetivamente mejor que el anterior, y no añade nada realmente sustantivo. Llevarlo a referéndum es una tontería. Segundo, el voto francés contra el tratado tiene mil motivos, pero el más importante es, de lejos, Jacques Chirac y Raffarin.

Estoy seguro que un gobierno más popular en Francia hubiera ganado de calle. Chirac, que es un cínico de narices, viendo que su popularidad agonizaba, decidió apostar su prestigio a un referéndum - chantaje al electorado. Si deciís "no", pierde Europa, "si", gano yo. Y de paso le meto el dedo en el ojo al PS, que se divide por cualquier tontería.

Ante esto, los franceses le han mandado, con una buena razón, a la mierda. Raffarin y Chirac no han arreglado ni uno de los problemas de Francia, y hartos que pasen de ellos, los votantes franceses se han expresado con la primera urna que han tenido a mano. Chirac lo ha pillado, finalmente, y ha echado a Raffarin. ¿Desde cuando un voto sobre un tratado internacional (competencia del presidente en Francia) acaba con el primer ministro, que es el que se ocupa de la política interna? Cuando el tratado, de hecho, no era lo que motivaba a los electores.

Así que amantes del sueño europeo, demos las gracias al imbécil narigudo de Chirac por quemar en el altar de su ego la construcción europea, al menos durante unos meses.

4 comentarios:

gulliver dijo...

Menudo fiasco de constitución. Debería haber sido el gran salto adelante federal que se prometían Chirac y Schroder y se ha quedado en una recapitulación. Lo de ponerla a referendum para que los votantes le pongan el ojo morado a sus gobernantes a sido una “excelente” idea. Después del privisible No holandés, los británicos ya están avisando de que se descuelgan del proceso. Blair no quiere que le pongan el ojo como una ciruela.

La Constitución entra en coma este miercoles y no merece la pena tratar de resucitarla a costa de improvos esfuerzos. Cada referendum negativo va a ser un golpe a nuestra moral y a nuestro prestigio, aparte de que el tiempo muerto tampoco nos beneficia. Vale más la pena enterrar la Constitución, recibir todo el golpe de una sóla vez, no perder el tiempo y preparar un nuevo tratado que recoja las necesidades más urgentes y unánimes.

Aparcar el sueño federalista, que solo nos lleva a la división y preocuparse de la economía, que no está precisamente en su mejor momento en Europa.

Jessica dijo...

Para éso, mejor hubieran retocado el Tratado de Niza y se hubieran dejado de gaitas.

Por otro lado, buscarle los tres pies al gato preguntándonos en qué pensaban los franceses cuando depositaron sus votos en la urna, me parece excesivo, y muy poquito democrático (aunque no te quito la razón en lo que dices).

Creo que los votos no se interpretan: se cuentan. Decidir si los votos en un sentido son cualitativamente mejores que los de otro, porque los que votaron ésto no sabían en lo que pensaban o no respondían a lo que se les preguntaba, y los otros sí... En fin: miedo me da si se extiende ése argumento. Acabaremos decidiendo que no sabemos lo que votamos, y que mejor ni nos molestemos. Una vez cada cuatro años, es ya de por sí puro trámite, así que mejor nos lo ahorramos.

En Francia y en Alemania suspiran por no verse (o no haberse visto, en el segundo caso) de exponer el tratado (no me gusta llamarlo Constitución, porque creo que no lo es) a referéndum popular. Y en el caso de España, los dos partidos mayoritarios se pusieron de acuerdo para hacernos creer que estábamos votando SÍ o NO a Europa, y no al texto planteado.

En fin: que son ganas de marear. Que con retocar el Tratado de Niza hubieran tenido más que suficiente. Pero había que montar el pollo y tomarnos por tontos. Si no preveían la posibilidad de que el texto fuera rechazado, ¿para qué preguntan? Pandilla de hipócritas. Tienen lo que se merecen.

Saludos:
Jéssica.

R. Senserrich dijo...

Es que de hecho el tratado es un retoque de Niza, no es más que eso. Chirac hizo lo que hace siempre, usar todo lo que tiene a mano para masajear su ego y joder al PS, y los franceses lo han enviado a paseo.

En fin, tienen los gobernantes que se merecen. El problema es que el resto de la unión no tiene la culpa de que Chirac sea el mayor cretino electo en décadas, y así nos va. Y todo por la tontería de Le Pen y los 237 candidatos de izquierda en las últimas elecciones. Bleh. La élite política francesa es para echarse a llorar.

Anónimo dijo...

En mi opinión la principal novedad de la Constitución Europea con respecto al Tratado de Niza ( y del resto de tratados anteriores ) es su artículo séptimo, que dice: "La Unión tiene personalidad jurídica" Y es que, a día de hoy, carece de esta personalidad. Sí que la tienen en cambio, las tres comunidades europeas, que sólo por el nombre que tienen ya nos hacemos idea de lo obsoletas que están quedando: Comunidad Europea del carbón y del acero (CECA), Comunidad Europea de la energía atómica (Euratom) y Comunidad Europea (CE, antes llamada Comunidad Económica Europea o CEE). La principal tarea pendiente, y que pretende este Tratado de Constitución, es el de efectivamente constituir una persona jurídica que una estas tres comunidades entre si y con otras políticas e instituciones europeas ( como el Consejo Europeo o la Política de Seguridad Común, o PESC ).