viernes, septiembre 30, 2005

¿Hay Estatut? (2)

Después del rondo de tertulias televisivas y radiofónicas que me he metido hoy, conclusiones, antes de LEERLO (en catalán):

  • Hay Estatut (de máximos) porque si no, la clase política catalana quedaba como el culo. Ellos mismos lo reconocían entre líneas en cada declaración ante la prensa. Empezando por el conseller Castells y Mas.
  • Hay Estatut, porque mejor que lo tiren en Madrid o lo recorten, a ser incapaces de presentar nada. El plan B (victimismo y reintento posterior) siempre se puede aplicar.
  • Nadie lo ha leído aún, pero ya hay un nosequé que quéseyo que les tira para atrás en la arena nacional. El gobierno y el PSOE, muy preocupados. "Inadmisible", han dicho.
  • La sensación en 'el pueblo', que no incluye a tertulianos ni políticos, es que nos van a subir los impuestos pero bien... Sólo hay que leer la autonomía fiscal que tendrá la GenCat, y los que hemos vivido los años cristianodemócratas de pujol y el olimpismo maragalliano sabemos de qué hablamos cuando pones a un político catalán a dirigir impuestos...
  • Tres semanas escuchando la polémica sobre lo de que "Catalunya es una nación" y ahora me entero que lo que dice el preámbulo es que "Catalunya es una nación en una nación de naciones". Coño, ¡ya no es lo mismo!
  • Del Congreso no sale vivo fijo. Empieza la guerra civil en el PSOE. Como titulaba el Diari de Tarragona parodiando a Egócrata: "Ay, Estatut"

jueves, septiembre 29, 2005

Hay Estatut

Y me reservo el derecho a decir si me gusta o no hasta que lo lea. De momento, una módica mayoría de un 89% de los diputados han votado a favor, mientras que un terriblemente convincente 11% (el PP) ha votado en contra.

Será que son pocos en Cataluña, oye.

Los de siempre ya chillan inconstitucionalidad, claro. Me gustaría que me contestaran una cosa, por eso. Contando que la propuesta catalana no llega (ni de lejos) a un concierto económico estilo vasco o navarro, y que el estatuto de Guernika es sujeto de adoración totémica e inquebrantable, maravilla constitucional... ¿Por qué el modelo de financiación catalán no es constitucional?

Supongo que mañana tocara otro de esos posts sobre "tonterías autonómicas" que se deben escribir de vez en cuando.

En defensa del electoralismo

Uno de lo epítetos que se lanzan más habitualmente contra los políticos, tanto desde la derecha como desde la izquierda, es el de electoralismo. Sólo piensan en la reelección, sólo quieren mantenerse en la poltrona, y sólo se preocupan de intentar ganar las elecciones. Cuánto político interesado sólo en sí mismo, pardiez.

Bien, noticia: el electoralismo es, casi siempre, algo bueno.

La razón es muy sencilla. Un político que está pensando en qué debe hacer para ganar las elecciones está tratando de discernir qué debe hacer y decir para atraer a la gente, o dicho en otras palabras, está respondiendo a las demandas de la población. Eso no significa necesariamente gobernar siguiendo las encuestas (políticos tán adeptos en ganar elecciones como Jordi Pujol no las leían nunca), pero sí a hacer lo que la mayoría quiere... cosa que, magia potagia, está en el corazón del sistema democrático.

Uno debe desconfiar siempre de los políticos con convicciones. El tener las ideas muy claras es algo útil e interesante en un filósofo, académico o medio centro (eso que no tiene el Real Madrid), pero no tanto en un presidente, alcalde o primer ministro. Muchas ideas preciosas y una idea sagrada de una misión en el mundo pueden llevar a políticos a hacer cosas muy raras, como tratar de pasar la poll tax (Thatcher), hacer política económica oligofrénica (los dos primeros años de Mitterrand) o invadir países al bulto (Aznar) de espaldas a la ciudadanía. Es cierto que a veces hay decisiones dolorosas que un político debe tomar en contra de la opinión mayoritaria (reconversión industrial, devaluaciones), pero cuando alguien está siguiendo una misión divina, temblad.

Un político no debe ser un cínico amoral desalmado que ame el poder y diga eso de "estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros", es evidente. Pero entre un tozudo ideólogo elegido para la gloria (por muy cerca esté a mis ideas) y un pragmático con ganas de mandar, casi me quedo con el segundo. Claro, siempre hay políticos muy prácticos a los que tras unos años de mandar se les va la chaveta (sí, Aznar), pero vamos, para eso podemos darles puerta cada cuatro años.

A todo esto, el siguiente liberal defensor de la iniciativa individual que acuse a alguien de electoralista se lleva un sopapo. Si la gente sabe mejor que el estado qué hacer con su dinero, también sabe mejor que el tan irado crítico qué hacer con su voto.

miércoles, septiembre 28, 2005

Tom DeLay, imputado

A la mayoría le sonará a chino, pero Tom DeLay es uno de los políticos más poderosos de Estados Unidos. Líder de la mayoría republicana en el congreso, DeLay es el hombre clave en la maquinaria del partido para obtener mayorías consistentes en la antaño indisciplinada cámara de representantes.

Bien, "El Martillo" DeLay hoy se ha llevado un buen garrotazo en forma de imputación por corrupción. Los cargos, financiación irregular de campañas electorales y mamoneos varios. Básicamente, recaudar dinero ilegalmente y repartirlo por medio partido, vulnerando parte de las barrocas leyes sobre la materia del país.

Lo triste, claro está, es que no sorprende. DeLay, aparte de inmensamente influyente, es un cabrón sin escrúpulos público y notorio, que sobrevive en el cargo a base de dinero, cambios descarados en provecho propio en los límites de su distrito electoral, dinero, control absoluto sobre la agenda del partido, dinero, y dinero. Es lo peor de la clase política americana, catapultado al poder por su relación parasitaria con un ultraderecha religiosa que le da apoyo, y ricos donativos que pagan políticas a grandes empresas.

Y no es porque la financiación no sea transparente. Quizás un sistema más opaco sería mucho más efectivo, y lo digo muy en serio.

Nota: más sobre por qué esto no dañará a los republicanos, mañana.

Ahora que nadie lo recuerda: tres años por torturas

Si quieren ganar la guerra contra el terrorismo, deberían dejar de parecer unos insensibles, para empezar. Lynndie England, soldado y torturadora de detenidos en Abu Ghraib, pasará un gran total de tres años en la cárcel.

Dejando de lado el hecho que se ha justificado diciendo cosas como que torturaba para complacer a su novio (¿!), parece que lo de pasear presos desnudos como si fueran perrito no es algo demasiado grave para las autoridades americanas. Es muy probable que England estuviera siguiendo órdenes, y que sea uno de los cabezas de turco de toda esta investigación de pacotilla, pero de todos modos una condena tan miserablemente corta es realmente un error grave. Primero, porque parece que lo de "jugar" con los prisioneros, algo que cualquier soldado americano sabe que es ilegal desde la tercera semana de instrucción básica no es algo tan grave. Segundo, y aún más importante, porque da una imagen espantosa al mundo, y algunas excusas más a todos los que creen que Estados Unidos es el gran Satán.

Al Quaeda y compañía continurán odiando a los americanos no importa que suceda, cierto. Pero dejar un delito tan grave (según los valores que Estados Unidos defiende) como la tortura con un castigo tan ridículo refuerza la imagen de arrogancia, hipocresía y brutalidad para muchos de sus reclutas potenciales en todo el mundo. No se puede ganar una "guerra contra la tiranía" torturando, pero aún menos si a las manzanas podridas que torturan sólo se les da un cachete.

A no ser que quieran tomar la vía romana de lucha contra rebeliones, claro. Pero lo de degollar mujeres, niños y perros, echar sal a los campos y profanar tumbas ya no se lleva.

¿Éxito o fracaso? Google y esta bitácora

Tras casi un año de mucho escribir, BTOD ha alcanzado un honor de los que pocos pueden presumir: somos el primer hit en una búsqueda de Google. El problema es que somos los primeros si uno escribe "tonterías del día".

En fin, es algo.

martes, septiembre 27, 2005

Escogiendo al jefe: partidos , normas de selección y sus efectos

Una de las discusiones internas que señalan de manera clara que un partido político tiene problemas es cuando se habla de cómo escoger al próximo líder. Cuando alguien piensa en esa clase de guerras, es que o bien el actual jefe tiene números de morir (políticamente) en acto de servicio, o bien que lo ha dejado asqueado, a grito de "¡Ahí os quedais!", abriendo el paso a capitanes, barones y gerifaltes varios en una nueva pugna por la poltrona.

Es fácil hablar de ambición y ganas de figurar, pero ser elegido líder de un partido grande no es poca cosa. Primero de todo, porque se puede decir que uno tiene ya un 50% de llegar presidente o primer ministro; lo más cerca que puede llegar a estar un hombre común de ser Rey sin todavía serlo. De hecho, unas elecciones ya es una pelea fácil contra un solo oponente; nada comparado con escalar entre medio millón de militantes en una larga carrera dentro de un partido. Los partidos, de hecho, hacen la mayoría del proceso electoral, dejando dos candidatos a tiro de urna en las votaciones. La selección del próximo jefe y candidato a presidente es por tanto algo crucial en un sistema político... y algo al que se le presta relativamente poca atención.

Hablando de países democráticos, hay básicamente cuatro maneras distintas de escoger un líder político: elecciones abiertas internas (primarias), voto restringido (sólo votan los cargos del partido), dedazo o circulo mágico (el líder saliente o bien una reducida élite escoge el sucesor a puerta cerrada) y elecciones generales (el partido presenta más de un candidato a la urnas, a la francesa, o listas abiertas). Cada sistema tiene sus ventajas e inconvenientes, y todos ellos son perfectamente capaces de generar efectos inesperados.

El sistema de elecciones primarias es probablememente el que tiene mejor prensa. Varios candidatos a jefe, todos los militantes votan, hala, ya tenemos líder. Parece sencillo y elegante, pero tiene más problemas de lo que parece.

Primero, deja a la vista de manera bastante escandalosa las divisiones internas de un partido. A los medios les encanta informar de estas cosas, y lo cierto es que hacen un daño electoral considerable; que le pregunten a Borrell y Almunia si les fue bien la cosa. Segundo, los militantes no tienen porque escoger al mejor candidato. Es posible que los miembros de un partido político estén muy a la derecha o a la izquierda del electorado, y voten por alguien que si bien cae muy bien dentro del partido, puede tener una imagen de radical que lo hace un lastre electoral. El caso de Ian Duncan Smith en los tories británicos es muy claro; los militantes (notorios por ser la mayoría jubilados con muy mala leche) votaron por un euroescéptico furibundo, totalmente invotable para el resto de la población... cosa que me lleva al punto tres, un líder salido de las primarias puede no ser del agrado de los notables del partido. Y si la gente relevante no está por cooperar, hay poco que hacer. O dimites (Borrell) o te echan, como fue el caso de Duncan Smith.

Aparte de estos problemas, las primarias son mucho menos predecibles de lo que parecen. No producen necesariamente un candidato más lejos del centro, por ejemplo. Tony Blair llega al cargo bajo un sistema más o menos abierto de elección, y sin ser precisamente un radical (aunque sí sólido centro-izquierda). John Kerry no era tampoco el más radical de los demócratas, aunque si probablemente era el más aburrido. Y los sectores más radicales de los laboristas se pasaron los ochenta luchando por un impulsar un sistema más participativo, confiando que les daría el control del partido, sólo para ver al muy moderado Neil Kinnock pasarles por encima con las nuevas reglas.

El sistema de votación restringida es el más extendido en las democracias parlamentarias europeas, y como todos los arreglos ámpliamente utilizados, lo es por buenas razones. Las normas prácticas varian bastante de un partido a otro, pero la idea básica es que la decisión la toma los cargos intermedios de la formación, sea en votación o en un congreso. El partido laborista británico hasta los años ochenta era el arquetipo de este sistema, con votación exclusiva de los miembros del Parlamento. Las ventajas de este sistema son básicamente dos. Primero, es habitualmente poco disruptivo, ya que la "guerra" por el poder dura poco, es a puerta cerrada y no demasiado vistosa. Segundo, acostumbra a seleccionar buenos candidatos, ya que los electores son los cargos cuya supervivencia laboral depende en ganar elecciones. Los diputados no escogen radicales demasiado a menudo, sino gente con posibilidades de llegar a presidente. Básicamente es un sistema limpio y eficiente para sacar un buen candidato.

Evidentemente, tiene sus problemas. El primero y más claro, que no es siempre tan limpio como debería. Conseguir un líder y una distribución de poder interno que haga felices a todos los barones suena muy bonito, pero a veces es ligeramente imposible. Si las diferencias ideológicas dentro del partido son muy amplias, o básicamente hay mucha gente con muy mala leche, la imagen de partido unificado no hay manera de conseguirla. Más allá de eso, si la militancia está alejada de las posiciones de los líderes (más lejos o más cerca del centro, existen las dos cosas) el partido acabará a tortas no importa el arreglo que lleguen los líderes. Que le pregunten a James Callaghan si los sindicatos y el partido fueron de ayuda, vamos.

Segundo, es un sistema infinitamente manipulable. José Bono aún se pregunta como una pandilla de novatos le ganaron el congreso, sin ir más lejos. Cuando el electorado es pequeño, un cambio en los sistemas de votación, unas cuantas negociaciones detrás de las cortinas y unas cuantas puñaladas traperas a tiempo pueden dar resultados totalmente inesperados. Lo que es aún más descorazonador, con pocos escrúpulos la posición de una ejecutiva puede ser totalmente inviolable, si el líder no tiene remilgos en manipular los resultados. Aunque esto no se produce habitualmente a nivel nacional (Chirac aparte), es un riesgo presente.

El sistema de dedazo o círculo mágico es la opacidad absoluta. El líder o bien emerge de las profundidades de un cuaderno azul, designado por el actual caudillo, o bien es elevado al trono por una docena de hombres tras leer el oráculo. La gran ventaja del sistema es que conflicto, de cara a la galería, ninguno; el líder aparece de la nada sin que nadie cuestione su valia. En contrapartida, la elección puede ser todavía menos representativa que con en el sistema anterior, y por añadido, nadie sabe a ciencia cierta qué apoyo tiene el nuevo jefe.

El dedazo es relativamente seguro en caso que el nuevo líder gane las elecciones, y consolide su posición desde el gobierno, pero es muy vulnerable a algaradas si ha perdido. Sus bases de poder son el cargo y su valoración en las encuestas, no otra cosa; si algo va mal, no tiene demasiados sitios donde apoyarse. Cuando a Rajoy medio partido hace lo que le da la gana, es en gran parte por esta indefinición. No es un sistema que se use demasiado a menudo, en gran parte porque hay muy pocos países con limitación de mandatos o gente que deje la poltrona voluntariamente, y aún menos tienen la arrogancia de estar seguros que volverán a ganar. Aparte que la verdad, no funciona demasiado bien.

El último sistema es lo de "esto no me lo dices en la calle" aplicado a la política. Si no nos ponemos de acuerdo quien manda, nos presentamos los dos a las elecciones y el que gane líder y el que pierda tonto oficial. Es el sistema típico de los sistemas atípicos y los partidos con problemas, además de los pocos países que tienen listas abiertas (muy, muy pocos, y si la experiencia de Brasil o Italia es indicativa, no habrá demasiados más). Dice poco de la estabilidad de los partidos y su capacidad por ponerse de acuerdo, hace un daño electoral enorme al partido que se presenta dividido (aunque no siempre), y acostumbra a ser bastante patético visto desde los votantes.

El rey de esta clase de guerras fraticidas es indudablemente Francia y su surrealista sistema de partidos, con ese toque bananero que hace gala ultimamente. Lo de presentar tres o cuatro candidatos había sido la dolencia tradicional de la derecha tras la caída de De Gaulle. Era casi tradición perder un congreso y salirse del partido para formar otro y ser candidato. La sopa de letras de la derecha (RPR, UDF, UMP, MPF, PRG...) viene en gran parte de esta poco gloriosa tradición, que Sakorzky y Villepin prometen continuar. Tras Mitterrand, parece que la tradición vive también la izquierda, con su bonita constelación de troskystas, verdes, altermundistas, comunistas y republicanos. Todo sea por perder elecciones. Efectivamente, el sistema no me gusta especialmente; será que atenta contra mi muy británico gusto por tener cierto orden.

Concluyendo, métodos hay muchos, perfecto no hay ninguno. No importa el sistema elegido, los partidos políticos viven y mueren sólo por una cosa, el ganar elecciones... y eso es lo que se debe tener en mente siempre. Tan importante es que el líder de mi partido me guste, como que evite que el mal mayor que representa su oponente pierda. Siempre es mejor elegir al jefe de manera clara y transparente, pero en política, como en todas partes, no hay nada gratuito ni libre de riesgos.

Tocino y velocidad, ETA y Estatuto

Zaplana es sencillamente entrañable, por lo patético que resulta a veces. Hoy hace una muestra espectacular de lo bonito que es confundir la parte con el todo, metiendo a ETA y la aprobación del Estatuto catalán en el mismo saco.

Aún aceptando la premisa que el nuevo estatuto es una conspiración nacionalista para destruir España (ni el PSC ni IC-V son nacionalistas, ni lo parecen para cualquiera que viva en Barcelona), asociarlo con ETA es como decir que todo lo que hagan los skinheads de España es culpa del PP. Oye, los dos dicen ser de derechas. Es evidente que el PP, en la semana del estatuto, quiere reprimir a los inmigrantes usando una doble estrategia. ¿Estupido? Tanto como Zaplana hoy.

Más allá de eso, ¿Qué problema hay con reformar un estatuto siguiendo la ley al pie de la letra?. Si resulta que es tan malo, una vez que salga de Cortes el PP lo puede llevar al Constitucional sin problema, también siguiendo la ley. Si realmente no interesa en Cataluña porque es un desastre de una clase política que vive su mundo, cuando se vote en referéndum saldrá derrotado. No hay absolutamente ningún peligro de colapso del mundo tal como lo conocemos, ni de secesión, ni de ataque zombie. La retórica del apocalipsis es de verdad cargante, aparte de totalmente falsa.

Escogiendo amiguetes para la administración

Lo hace todo el mundo, pero parece que George W. Bush lo hace con más descaro y menos preocupación por las consecuencias. Que le pregunten a Brownie, jefe de la FEMA y hombre con una larga experiencia profesional en el comercio de caballos árabes. Time publica un magnífico artículo sobre cómo la politización de la administración está haciendo mucho daño en muchas áreas claves.

Y sí, esto también sucede en España... aunque la verdad, mucho menos que aquí en EUA.

sábado, septiembre 24, 2005

Zombie... comer... sesos... Zombie... (frikada del día)

No, no hablo de Acebes o Bono. Habla de la última máquina de perder el tiempo en internet que he encontrado, Urban Dead. Es un juego de rol masivo online usando sólo páginas web en la que encarnamos un habitante Malton tras un apocalipsis zombie. Podemos ser tanto un humano como un no-muerto ansioso de comer visceras, mientras nos movemos en la devastada ciudad.

Todos, todos los habitantes de Malton están controlados por humanos, claro está... y eso ha llevado a una organización social bastante compleja. Desde grupos de autodefensa ciudadana a frentes de liberación que organizán barrios como repúblicas independientes, pasando por la clásica horda de zombies comedores de cerebros, en el juego hay de todo. El wiki del engendro es francamente divertido, en especial la delirante sección de historia.

Y ahora si me permitiis, mi policia está buscando munición. ¡No a los no muertos! ¡Fenecidos deben pemanecer!

La AVT y sus lloriqueos financieros

Los de la AVT y sus corifeos son realmente incansables. El otro día José Alcaraz se quejaba que el marvado gobierno Zapateril no les pasaba la pasta provinente de la recaudación para fines de interés social del IRPF, y gran parte de la blogosfera liberal clamaba traición, desprecio a los muertos (esos de las rutas turísticas) y claudicación ante ETA, Marruecos, y el Frente de Liberación de los Gnomos del Jardín.

Bueno, no ha tenido que pasar demasiado tiempo para ver que lo de Alcaraz es sencillamente paranoia y/o mentira partidista. Primero, porque ya desde tiempos de Aznar, la AVT no recibe dinero procedente del IRPF, si no que se financia a cargo de los presupuestos generales del estado. Vamos, que no viene de lo que los españolitos decidimos dar a ONG, sino que viene de lo que le da papá estado por gracia divina. En la época de Aznar, esto le debía gustar a Alcaraz, confiado que el PP le regaría con recursos, influencia, y cantidades infinitas de chupar cámara.

Claro, ahora no manda el PP, y el tipo teme que el dinero que viene de los presupuestos disminuya.. así que se ha puesto a reclamar que quiere las recaudaciones automáticas, no dependientes de una revisión anual, que vendrían del IRPF. La verdad, no me parece una petición injusta... si la hiciera francamente, sin mentir, y diciendo por qué prefiere volver al viejo sistema no discrecional ahora que Aznar ya no manda.

A todo esto, estaría bien que explicara también en qué usa el dinero. Si es cierto que el dinero que reciben del gobierno no es para ayudar a las víctimas, si no para pagar manifestaciones, lo siento pero de ONG tienen poco. El gobierno tiene una línea de subvenciones para gente que hace eso, pero se rige según la ley de partidos políticos, gracias. Si hasta alguien tan poco sospechoso de comunismo como es Basta Ya dice que te estás pasando, la verdad, algo va mal.

Sí, las víctimas deben recibir ayudas. Y sí, deberían ser automáticas. Pero mentir para atacar al gobierno, llorar que les ignoran, gastarse el dinero en manifestaciones y después quejarse que estás en bancarrota lo siento, pero eso no es el papel que la AVT debe tener. Para criticar al gobierno está el PP, no una presunta ONG de ayuda a los que sufren.

viernes, septiembre 23, 2005

Aborto y criminalidad

No, no voy a defender que el aborto es un crimen... si no que voy a explicar una teoría curiosa, bastante reciente, sobre como el aborto de hecho disminuye la tasa de criminalidad.

La cosa va como sigue. Hace 32 años, el Tribunal Supremo de Estados Unidos reconocía con la sentencia del caso Roe vs Wade el derecho de la mujer a abortar. Exactamente 18 años después de ese día, en 1991, la tasa de criminalidad en Estados Unidos empezó a descender, hasta tener una caída sobre un 30% en todo el país. Muchas razones se han dado para ello, pero dos economistas, Steven Levitt y Stephen Dubner, defienden que el motor tras este descenso fue la legalización del aborto.

Sus conclusiones se mantienen sobre una enorme base de evidencia empírica. Primero, se sabe desde hace tiempo que la probabilidad que un niño cometa un crimen al crecer es muchísimo más alta en caso que sea un hijo no deseado. Este hecho está corroborado por multitud de estudios en multitud de países, controlando por otras variables. Entra dentro de la lógica; las mujeres que no quieren tener un hijo es porque saben que no podrán educarlo en un contexto adecuado, sea por falta de recursos o por otras causas. Si una mujer se ve obligada a tener un hijo que no quería, el contexto no cambia (sigue siendo pobre y viviendo en una barrio horrible), así que el hijo es más probable que acabe delinquiendo.

Aparte de este hecho, Levitt y Dubner tienen más pruebas. Varios estados, como Nueva York, legalizaron el aborto años antes que Roe vs Wade. Es relativamente sencillo comparar estadísticamente si el descenso de la criminalidad se produce años antes en esos estados, y los datos efectivamente corroboran esa hipótesis. Aún más allá, comparando el número de abortos per capita en cada estado, se detecta que los estados con más abortos experimentan descensos de la criminalidad mayores que los que tienen menos.

La explicación completa viene en Freakonomics, un librito lleno de ideas tremendamente poco convencionales ancladas en muy sólida teoría y aún más sólidos datos. No hace falta decirlo, el libro ha armado bastante jaleo por aquí, por esta y otras teorías. El libro es claro, habla de datos reales y se basa en Ciencia Social de la buena; muy recomendable.

Y sí, la teoría esta cuadra. Sea el aborto inmoral o no (eso es para otro post), afecta el nivel de crimen. ¿Quién lo hubiera pensado?

jueves, septiembre 22, 2005

Un nuevo culto a los muertos

Lo de la AVT es esperpéntico. Vale que se movilice porque algo no le guste (aunque la verdad, tanta exigencia inflexible les hace parecer la Santa Inquisición) pero hacer una ruta por las tumbas de las víctimas de ETA es patético. No sólo eso, es mórbido, de mal gusto, y es un uso asqueroso de la memoria de unos pobres diablos que murieron por sorteo.

Necrofilia política pura. Lo de esta gente es directamente vomitivo.

Próximos artículos en BTOD

Una pequeña lista de lo que tengo en mente para los próximos días. Tengo alguna cosa a medias, así que supongo que algo saldrá pronto, pero es para que veáis lo mucho que os aprecio.
  1. Urbanismo en EUA (II): segregación social por barrios y deterioro del centro urbano.
  2. El "nuevo" Partido Republicano: por qué mandan, por cuánto tiempo.
  3. Aborto y tasa de criminalidad (sí, está relacionado).
  4. Reglas para escoger al líder de un partido: ¿cambian algo? ¿efectos?
Hay mucho que contar... pero chico, no tengo tiempo hoy. Iremos progresando.

Propuesta tonta

En vista del jaleo de huracanes de este año, y de la destrucción y caos que están creando... ¿No sería hora de ponerles nombre como Dios manda? La verdad, ser asesinado por Rita o Vilma no es que dé demasiado miedo. Es hora de poner nombre a los pequeñines acorde con su mala leche.

Cosas como Olaf, Ivan, Boris, Heinrich o Wilfredo serían un buen principio, pero casi mejor llamarlos Atila, Adolf, Iosif o Aguirre que estas cosas tan cursis de ahora. "¡Que viene Pol Pot!" es más aterrador que venga Ofelia.

miércoles, septiembre 21, 2005

En defensa de la democracia representativa

Una de las quejas / reivindicaciones habituales desde la "verdadera" izquierda es la de la democracia directa o "real". Exceptuando la idea que "real" es lo que existe, y la democracia representativa es lo que existe ahora, es necesario creo debatir y rebatir algunas falsas ideas del funcionamiento de los sistemas políticos. O, dicho en otras palabras, señalar que hay muchas y muy buenas razones para que la práctica totalidad de las democracias occidentales tengan un diseño curiosamente parecido en cuanto a representación política.

Una de las cosas más extremadamente sorprendentes para muchos activistas es lo poco importante que es la política para el 95% de la población. No es una cuestión de apatía, poco compromiso cívico o alienación por parte de los poderes fácticos de las masas, es sencillamente una cuestión de tiempo. Saber qué sucede a nuestro alrededor, y qué decisiones toman los políticos, lleva mucho tiempo. Uno no tiene una idea general sobre cuáles son las principales teorías sobre el crecimiento económico hasta que no se pasa unos buenos tres meses leyendo libros como un loco, y aún así sigue sin poder juzgar si unos presupuestos generales del estado son buenos o malos.

El caso es, en caso que un individuo quisiera tomar una decisión siendo buen ciudadano y estando razonablemente bien informado, básicamente debería tener dedicación exclusiva en la tarea de decidir su voto. A mí la política me gusta, y puedo tolerar leer una buena cantidad de libros sobre urbanismo, geografía económica y transportes antes de decir si quiero un polígono industrial en los Monegros o no, pero a la mayoría de la población eso le parecerá un coñazo. Incluso un adicto al debate público como yo huirá presa del pánico a la que alguien se me ponga a hablar de ecosistemas o regulaciones de la cantidad de chalecos salvavidas que debe llevar uno en su yate, así que imaginad la maruja media.

Esta falta de pasión por empollarse libros de texto es una de las bases de la delegación de poder que hacemos en nuestros representantes. Básicamente, se trata de una división del trabajo; creamos una categoría profesional llamada "políticos" compuesta por freakies adictos al debate. Un poco como los gobernantes filósofos de Platón, aunque con un par de cambios. Primero, el sistema de elección. Como lo de criar a los niños bien dispuestos desde pequeñitos nos parece un poco cafre, recurrimos a una aproximación un poco basta consistente en votar a los adultos que nos parecen más aceptables. No es un sistema perfecto, y se nos cuela algún imprensentable cada cierto tiempo, así que añadimos el mecanismo de poder votar a otro al cabo de un tiempo si el político no hace su trabajo.

No estamos hablando tanto de representación, en el sentido de enviar una copia de uno al congreso, si no elección entre varias ofertas políticas. Es imposible crear un representante perfecto, ya que no hay nadie que tenga un catálogo completo de opiniones sobre todos los temas de la agenda política (personalmente, no me interesan las leyes sobre artesanía). Votamos sobre alguien que promete una serie de ideas generales, y decidimos al cabo de cuatro años si lo que ha hecho nos gusta o no. Verificamos si el representante ha hecho su trabajo cada cuatro años, no tras cada votación, porque esa votación que tanto me importa a mí (ley de ferrocarriles) seguramente no es justificante de una bronca al pobre diputado para nadie más.

Votamos poco, y por pocas instituciones, por el mismo motivo. Personalmente, no tengo ni pajolera idea qué se necesita para ser un buen director del Museo del Prado, miembro del Tribunal de Cuentas o juez del contencioso-administrativo, y la verdad, no tengo ni tiempo ni ganas de empollarme otra vez mis manuales de derecho otra vez. Prefiero votar a alguien, y saber que si algo va mal, el culpable es él y su partido, sin que el Senado le eche la culpa al Congreso, el Congreso al Presidente, el Presidente al Supremo y el Supremo al Congreso de nuevo.

La misma lógica está detrás de los referéndums. Primero, son una herramienta tan cruda, o más, que elegir un representante. Yo no quiero votar "si" o "no" al texto de la Constitución Europea; quiero que sea más federalista, con menos moralina, que el Presidente de la Comisión lo vote la Eurocámara, y que desaparezca la PAC. Votar en un referéndum sólo me permite decir sí a todo o no a todo, sin poder tocar el texto; prefiero votar a un representante (o quien decide quien va, esto es, a mí gobierno) que tenga propuestas parecidas a las mías. El votar un sí o un es básicamente poder de asentimiento o veto, pero no es democracia "real". El poder es decidir qué se escribe en el texto, no aplaudirlo o abuchearlo.

Por añadido, está el tema de los costes de información. Sólo con el nivel de memeces que se llegaron a decir sobre la Constitución Europea, uno podría creer que el texto era una cosa y su contrario a todos los niveles. Leer el tratado no bastaba para saber de qué se trataba; sin cierta familiaridad con las instituciones europeas (que son sólo marginalmente más sencillas que la física cuántica) era difícil aclararse.

Los referéndums son instrumentos toscos. Sólo son válidos para temas donde los costes de información no sean demasiado elevados, y su obtención no esté sujeta a masivas cantidades de desinformadores vociferantes. Si esto no se produce, sólo votan los cuatro locos un poco interesados en la materia (quiero votar la ley de ferrocarriles... ¿alguien más?), siendo menos el gobierno del pueblo y más el gobierno de los gafosos con una bitácora.

La idea de soberanía popular es magnífica, suena muy bonita y es un gran grito de guerra, pero es eso, una idea. Un sistema político sólo puede ser tan grande y expansivo como la cabeza de un ciudadano medio, y la verdad, la democracia real es de tamaño soviético.

¡No te oigo!

Esa parece ser la actitud de Rajoy y compañía acerca de Afganistán. Hoy Zapatero en el Congreso ha dicho bien claramente que lo del Cougar fue un accidente, como dijo Bono. Rajoy contesta que lo escuchan, y les ha dejado como estaban, que el gobierno no ha aportado nada nuevo. En fin, a lo mejor quiere oir que el malvado Frente de Liberación de los Gnomos del Jardín derribó el helicóptero, o que el Cougar se empotró porque el piloto estaba echándose unas carreritas. Aunque no sea verdad, no importa. Que cuente algo nuevo, oiga.

A ver, fue un accidente. ¿Qué quiere más? ¿Que llamen al ingeniero que diseñó el helicóptero para que el PP le pueda tirar tomates? No hay demasiadas más explicaciones que dar aparte que algo fue mal y se pegaron una torta ellos solitos, muriendo heróicamente por Españññña sin ayuda ni colaboración externa.

Sobre el porqué hay tropas en Afganistan, Rajoy puede llamar a su ex-jefe Aznar y preguntarle a él, ya que fue idea suya. Se supone que estaba en ese gobierno, pero a lo mejor tanto fumar puros estaba distraido en el consejo de ministros que aprobó el primer envío, que por cierto fue apoyado por el PSOE. Por cierto, nadie del gobierno ha dicho que los militares están allí de campamentos haciendo actividades y deportes de aventura, o ha insinuado que en Afganistan no hay peligro. Acusar al gobierno de cosas que no han dicho nunca es sencillamente mezquino.

Pregunta tonta del día

¿Qué relevancia tiene esta noticia de LD? Se nos informa que la Goma-2 hallada en los suicidas de Leganes no podía explotar. Evidente. La no hallada fue la que explotó, convirtiendo en hamburguesa martir instantanea a los siete locos que se habían encerrado en ese piso...

También se preguntan si los siete se suicidaron alegremente o si hubo alguno al que no le apetecía y fue obligado a ello. Bien, esto puede ser importante desde un punto de vista teológico para ver si los siete son mártires con las 70 vírgenes o están en el infierno por suicidas (según a qué teólogo preguntes), pero a efectos prácticos, ¿Qué efecto tiene que alguno de los tipos se asustara? ¿Es culpa de Rubalcaba? ¿Polanco? ¿ETA?

En serio, la búsqueda de argumentos conspiranoicos ya empieza a ser patética.

Germany, Coalitions and Reforms.

From: TaxLatam

Germany is yet in the news as the German parties try to address some kind of multicoloured coalition. Parliamentarism offers that kind of stuff: results in which there is no a clear winner and a set of temptative coalitions to rule a country in one direction or another.

Fortunately for the traditional Volksparteien parties, SPD and CDU, the hecatomb in the polls was minimised because no populist neither nationalist party grew at the expenses of the traditional actors, unlike Austria, Denmark or Switzerland. The German past has much to do with that.

Politicians at the stakes
Politicians and parties have two kind of preferences, staying in office and executing their preferred policies, and not necessarily in that order. All of them can agree in the first point, but obviously they will have to accomodate the second point in order to present a reforming agenda for an economy that languishes. And this is where the discussion grows.

The media is asking if German politicians would be able to get an agreement and conform a new government. They need some figure, a chancellor, apart from the soup of acronyms, to cover their front page and to keep the attention of the audience.

Unfortunately, they are not focussing the attention in the real dilemma: a government will be formed for sure, but his ability to reform is not granted. I found, in a recent paper, that coalitions with parties of different ideologies (at the left-right from the median voter) are unable to impulse great reforms. Only parties in the same side of the ideological spectrum were able to impulse big reforms in the 110 coalition cases that I found in the last three decades in Europe.

Any kind of coalition formed by three or more parties from different segments of the Left and the Right is condemning Germany to the Status Quo and failed reforms that won't fulfill the needs of more than five million of unemployed voters and sluggish wages. In the next five years, the competition from China and other emerging economies will be ferocius, and the next call to the ballot-box can be more dramatic. A Grand Coalition will calm now the markets, but it's a ticket for an express to the Hell. Both big parties will be accused of the blockade in the reforms.

A red-red-green coalition will entail radical reforms for sure. A black-yellow + a variant ally (SPD, Green) will likely do the same. But a big mix is a passport for more stagnation in Central Europe. Theory and evidence (1) (2) (3) is clear about that.

martes, septiembre 20, 2005

Sobre el urbanismo en EUA (I): densidad y transporte público

Las ciudades, como todas las creaciones humanas, son organizaciones complejas. Cada decisión que se toma, cada cambio de parecer de sus gobernantes, deja una cicatriz en el tejido urbano, que afecta la vida de sus habitantes durante décadas, incluso siglos. En pocos sitios se ve tan clara la mano de un gobernante (o su no- intervención) como en el desarrollo de una ciudad; la vida de una comunidad puede cambiar en muy poco tiempo, a veces de manera impredecible.

Estados Unidos es un ejemplo muy claro de ello. Las ciudades americanas son fruto de condiciones muy variadas y complejas; en contra de lo que se dice a menudo, no existe la ciudad americana "típica". Por si esto no fuera bastante, cada ciudad ha crecido y se ha desarrollado en épocas y con acceso a tecnologías distintas, con distintos gestores, y ha dado paso a resultados muy variados. Aún así, detrás la historia de las ciudades hay fascinantes lecciones de geografía económica y efectos no deseados.

Un ejemplo curioso de estos efectos es la densidad del tejido urbano. Dentro de Estados Unidos, estos niveles de densidad varían mucho; desde la multitud de rascacielos de Nueva York o las apretadas calles de Boston a las ámplias urbanizaciones con casas unifamiliares de madera del resto del país. En contra de lo que puede parecer, los suburbios de casitas blancas a enorme distancia del centro no nacen del amor de los americanos a usar el coche para ir a todas partes, si no del transporte público.

A principios del siglo XX, Estados Unidos tenía las mejores redes de tranvía del mundo. En todo el país, 50.000 Km de líneas de tranvía transportaban más de 2000 millones de personas al año. Los Ángeles, la ciudad con la mayor red, llegó a tener 2000 Km de líneas. Fue gracias a estas líneas que la gente pudo empezar a desplazarse lejos del centro, y vivir en los suburbios. Al principio, estos se formaban a lo largo de las líneas de tranvia, quedando el espacio entre líneas vacio. Gracias al nuevo transporte, la gente dejó de ver limitada su movilidad por la distancia a la que podía andar, creando por tanto una ciudad mayor. En algunas ciudades, el espacio disponible alrededor del centro era enorme, y sin nada que justificara que se mantuviera cierta concentración (Nueva York, el puerto y sus islas, por ejemplo), así que la gente se lanzó a vivir en zonas más alejadas.

Y del transporte público dependieron, hasta que el coche pasó a ser una alternativa fiable después de la segunda guerra mundial. No fue un cambio automático, y no fue uniforme, por varias razones. Primero, fue necesario que el coche recibiera enormes subenciones en forma de autopistas, que llovieron ya desde los años treinta y diluviaron en los años de Einsenhower. Segundo, muchos ayuntamientos fueron reticentes hasta el final a la hora de subir las tarifas de los tranvias y el transporte público, haciendo su explotación ruinosa y llevando muchos sistemas a cerrar. Tercero, la inestimable cooperación de General Motors, comprando compañías de tranvía para cerrarlas luego, ayudo en sobremanera.

¿Dónde sobrevivió el transporte público? En las ciudades que no había espacio para autopistas, ya que el centro era más antiguo, y por lo tanto aún muy denso, tenía más peso el metro (inmune a los atascos) que el tranvía, y en las que la densidad de población era suficiente como para hacer coste-efectivo el transporte público. Esto es, Boston, Nueva York, Chicago, y poca cosa más.

El resultado es, en la mayoría de ocasiones, ciudades enormes, extensísimas, y en las que sin un coche no se puede hacer gran cosa. En New Haven (donde vivo), relativamente densa, el transporte público se reduce a unas cuantas líneas de autobús, con frecuencias de paso que no bajan de los 30 minutos en un día bueno. El resultado es desplazamientos largos para ir a todos sitios, todo está a parir de lejos, y uno se encuentra atascos a todas horas. Eso sí, aparcar se aparca gratis en todos sitios: no hay vista más típica que un solar asfaltado con 500 plazas de aparcamiento delante de cualquier tienda grande.

¿Eficiencia energética? Poca, eso está claro. Y si uno tiene poco dinero, un auténtico suplicio.

¿De vuelta a la Luna?

Lo cierto es que estas cosas se anuncian a menudo, pero no dejan de hacerme cierta ilusión. Uno, que vio demasiado Star Wars y Star Trek cuando era pequeño.

Veamos. La NASA, que cuando no está poniendo parches en los transbordadores tiene aún cierto espíritu de pionero, quiere volver a la Luna antes del 2018... y sin pasarse del actual presupuesto. La idea es reciclar piezas y diseños de programas actuales (impulsores de los transbordadores, etc...), usar un poco de imaginación y supongo que llamar a MacGyver para que pilote el trasto, y hala, a la luna de nuevo. Todo por el módico precio de 104.000 millones de dólares en 13 años.

Siendo racionales, uno se pregunta si vale la pena gastarse ese dinero... pero lo cierto es que si Isabel la Católica hubiera estado con las mismas, Colón hubiera ido a América en pedalo. ¿Qué razones necesitamos para ir a la Luna, o incluso Marte? Las mismas que nos han llevado a cubrir el globo de humanos: porque está allí, y podemos ir. La verdad, ya toca que nos pongamos a pasear por ahí fuera; estamos en el año 2005 y aún no estamos en Júpiter buscando monolitos. Que decepción. ¿Tirar el dinero? No lo sé. Pero ya toca que paseemos un rato.

Hmmm... vale, de acuerdo. La NASA anuncia cosas así cada tres o cuatro años, y aún seguimos igual. Seguramente quedará en nada, y yo me quedaré sin ser Luke Skywalker. Pero soñar es gratis... ¡Hasta el infinito y más allá!

lunes, septiembre 19, 2005

Fe de erratas

Cuando decía que "El PP se harta de la familia", me equivocaba. No tenía yo fe ni nada. En fin, sigue sin haber vida inteligente en calle Génova, o aún peor, alguien que sepa a qué narices se juega. En cuanto a funcionamiento del partido, con Aznar vivían mejor.

Actualización:
vía Escolar, me entero que una nube de cargos del PP está diciendo que no, que Acebes sólo dice que lo están estudiando, y que de recurso nada aún hasta que decida Rajoy. Parece que Acebes estaba actuando por su cuenta y riesgo, pegándole otra cariñosa puñalada a su bienamado líder.

Lo dicho, una casa de putas.

Elplural.com

Esta semana ha nacido ElPlural.com, la némesis de Libertad Digital, dispuesto a comerle parte del suculento y creciente pastel de la publicidad por internet a los chicos de Federrico, personaje de la derecha liberal, tan polémico, que hasta su definición wikipédica genera polémica.

Al grano, el nuevo periódico digital apuesta fuerte por la opinión y "análisis" sobre la información en sentido estricto, justo como su análogo conservador.
  • Contribuyen tertulianos soft de la televisión, como Enric Sopena, Carlos Carnicero y Elena Martí (esperemos que el nivel suba o se pluralice).
  • Se ha dotado de los viejos y nuevos sistemas de participación, esto es, foros, votaciones diarias y termómetros por sms. Además de darnos cancha.
  • Además de las típicas secciones de todos los diarios, y de un enfoque en el mundo de internet y blogger, tiene una sección curiosa llamada MacroVida, que yo llamaría de Sociedad y ya está, pero oye, dime que el nombre no es original...

Lo más interesante del diario es saber que, en sus primeros pasitos, quién está "meciendo la cuna"...

Ecos de la guerra Endesa vs Gas Natural

Como muchos sabréis, estos días el ambiente político está enrarecido por la OPA de Gas Natural sobre Endesa. Juntas, ambas compañías se convertirían en el tercer grupo energético internacional, y el primero de Europa. Esperanza Aguirre ha convertido esto en un enfrentamiento entre su gobierno regional de Madrid y Cataluña, donde ésta tendría el apoyo del gobierno central. Obviamente, la sede fiscal de la nueva empresa, y los impuestos, se irían a Barcelona, con lo que dará batalla.

Como muchos sabréis, detrás de Endesa está Caja Madrid, y detrás de Gas Natural, La Caixa. Pues bien, todo el nuevo periódico está empapelado con publicidad de La Caixa y de Gas Natural, excepto un anuncio inevitable de Telefónica. ¿Curioso, no?

En Libertad Digital, lo mismo

Exactamente amiguitos. Si echamos un vistazo hoy al periódico rival, vamos a encontrar anuncios en la primera página de la Comunidad de Madrid, de Endesa y de algunos bancos. Cada cuál está financiando su bando en esta guerra que se libra en la prensa tradicional, pero también en el universo de internet...

¿Pero qué broma es esta?

Elecciones Alemanas: primeras impresiones

Unas cuantas notas inconexas sobre los resultados de las elecciones alemanas, a falta de saber quién acaba gobernando el país. O como dirían algunos liberales, quien cede al chantaje de la minoría radical ecologista / comunista / socialdemócrata (no se meterán con el partido liberal, no).

Primero, la campaña electoral ha separado a los políticos de verdad de la gente con buena voluntad y ciertas ganas de mandar. Siendo más preciso, ha demostrado que Schröder es una auténtica máquina de atraer votos, no importa lo desesperada de la situación. Aunque los de siempre aplaudan con las orejas, la verdad es que lo de Merkel es para hacérselo mirar. No hace mucho el SPD estaba hundido en la miseria, luchando contra si mismo, y nadando a más de veinte puntos de distancia en las encuestas. Tras una campaña electoral sencillamente espantosa, donde el partido se ha mostrado ridículamente dividido, sólo ha podido ganar por unas misérrimas nueve décimas.

Es posible que la progresiva mejoría en los últimos meses de la economía alemana haya empezado a notarse, con el añadido que los problemas del país no son de hecho tan graves . Aún así, hay un par de factores que pueden haber afectado el resultado, contra lo que todo el mundo esperaba. El más curioso, la división de la izquierda. Todo el mundo esperaba que la aparición de Lafontaine a la izquierda del SPD dañaría a Schröder al quitarle votos, pero parece que el daño también lo ha recibido Merkel. Lafontaine y los suyos han rascado muchos votos en el este, un territorio que debería ser fijo de la también oriental Merkel pero que parece haberle dado la espalda. Más allá de esto, el hecho que el sector más radical del SPD se ha largado del partido ha permitido a los socialdemócratas presentar un mensaje unificado y coherente sin tanto ruido de fondo, algo que la CDU ha sido patéticamente incapaz de conseguir.

Es curioso, pero Merkel ha sido demasiado honesta. Presentando un programa claro y detallado (y cláramente de derechas, todo hay que decirlo) ha conseguido que el ala pragmática, centrista y moderada del partido se haya pasado la campaña tratando de corregir a su líder, como quitando importancia a sus devaneos con el tipo único o subidas del IVA. El resultado ha sido una cacofonía pésimamente gestionada que ha acabado por hacer daño al partido.

Ahora empieza la ruleta de coaliciones, esa bonita tradición europea casi inseparable de los sistemas parlamentarios. Todas las opciones están abiertas, pero la arimética dicta alguna solución original y no demasiado ortodoxa. Lo que está claro es que un gobierno CDU-FDP no tiene escaños suficientes, y que por tanto tocará hablar, todos con todos, a ver quien se lleva el gato al agua. Incluso un gobierno en minoría podría ser una opción, al estilo Zapatero o Aznar 1996-2000, así que la verdad, todo es posible.

Por cierto, el gobierno que salga no tiene porque ser débil. Los gobiernos de coalición son el resultado habitual en prácticamente toda Europa, y bien que han funcionado durante 60 años. Más allá de eso, un gobierno débil tampoco es necesariamente algo malo; a veces lo que un país necesita es políticos que no estén demasiado por la labor de meter mano. A pesar de la reacción de los mercados, siempre asustadizos ante la incertidumbre, el resultado no es necesariamente malo.

Telefilia en EUA: ¿una era dorada?

Saliéndome un poco de la habitual política, tengo que comentar que es una excelente época para ser aficionado a la buena televisión en Estados Unidos. Mientras los pobres televidentes españoles son sometidos a cosas tan sosas y convencionales como Los Serrano o Aquí no Hay Quien Viva (lo siento), uno por aquí tiene un auténtico exceso de excelente televisión, algo casi inexplicable.

Los sufridos espectadores de TVE tienen acceso a una pequeña muestra, pero hay más. Perdidos, Mujeres Desesperadas, A Dos Metros Bajo Tierra y (mi favorita) El Ala Oeste de la Casa Blanca son excelente muestras de la buenísima televisión que se está haciendo en Estados Unidos estos años. Ayer durante la entrega de los Emmys (oscar televisivos) uno pudo tener una excelente muestra. A pesar que la insufrible Everybody Loves Raymond ganó mejor comedia (injusticias las hay en todos los premios) una mirada a la lista de nominados era para llorar de felicidad.

Sólo en comedia, Arrested Development y Scrubs son sencillamente excelentes tesoros raramente vistos en España. Las dos son malvadas variaciones de la formula de las sitcom, la primera serie tomando una familia rica disfuncional con problemas con la justicia, la segunda un surrelista visión de los hospitales. En drama, Deadwood es el mejor western sucio jamas hecho. Pero hay más, que han pasado de largo en España. House, un excelente drama hospitalario, Huff, una de psiquiatras con un tremendo Hank Azaria, Boston Legal, otra buenísima serie de abogados de David E. Kelly, Over There, un drama bélico sobre Irak, Nip/Tuck, de cirugía estética, Shield, una muy oscura serie de policias... es un no acabar. Por no hablar de animación (Family Guy), ciencia ficción (Battlestar Galactica, Firefly) o los nuevos estrenos de esta temporada temporada (War at Home, Rome).

Y esto es sólo lo que hay en antena con nuevos episodios. Mirando atras los diez últimos años, hay una auténtica orgía de buena televisión: Urgencias, los Simpson, Expediente X, Firefly, Seinfield, Frasier, Law and Order, Band of Brothers... es un no acabar. Sí, hay la desgracia de los realities, pero las series de ficción se han salido. Una lástima que entre la mierda del famoseo y las ñoñas series de producción nacional los teléfilos españoles se han perdido casi todo. O aún peor, que con la mierda de la codificación de DVDs por zonas, uno no pueda ni importar lo que no verá nunca.

Alemania: el mito del desempleo

Antes de meterme en discusiones bizantinas sobre coaliciones, partidos divididos y otras juergas referidas a las elecciones alemanas, un par de notas sobre las estadisticas de desempleo que se están lanzando alegremente por ahí fuera.

Primero, el paro en Alemanía no es el 11,5% que señala Libertad Digital, sino el 9,3%. Sigue siendo alto, pero son dos puntos menos, y coloca a Alemania en cifras algo mejores. ¿De dónde viene esta disparidad? Básicamente, porque la definición de paro que usan las estadisticas germanas es distinta a la habitual de la OCDE. Ellos consideran desempleado cualquier persona que haya trabajado menos de 15 horas en una semana, una medida mucho más estricta que la usada en otros países con gloriosas estadísticas de empleo, como es el caso de Estados Unidos (donde haber trabajado una hora ya te hace "empleado"). Sigue siendo una cifra relativamente elevada, cierto, pero eso no es todo.

Alemania son realmente dos países. Alemania occidental, capitalista de siempre, es un país rico, moderno y que funciona igual de bien que siempre. Alemania oriental, otra de las múltiples víctimas del comunismo, es una pequeña catástrofe autocontenida. La comparación más cercana sería que España se "reunificara" con Marruecos; la diferencia en niveles de renta entre las dos alemanias en 1990 era comparable.

Los niveles de desempleo entre ambas mitades del país son realmente gigantescas. Si sólo contamos la "vieja" Alemania Federal, el paro es un 7,5% usando la cuenta local; no es un nivel insignificante, pero es una buena cifra para un país que pretendidamente tiene problemas graves. El lado ex-comunista sin embargo roza el 20%, un nivel que sí es catastrófico, y más contando que mucha gente se ha desplazado al oeste. El modelo alemán, que muchos dan por muerto y enterrado, no tiene una salud tan espantosa. Contando que los länder occidentales además "disfrutan" de estar pagando transferencias al este como locos (hasta un límite de 4% del PIB; la mitad que lo pagan Cataluña y Madrid, por cierto) no se puede decir que su economía sea un absoluto fracaso.

¿Problemas? Sí, Alemania tiene sus problemas. Mucho me temo, por eso, que el problema no es tanto el "modelo social" si no "el este". Me gustaría ver qué sucedería si Estados Unidos absorbiera Méjico, por ejemplo...

viernes, septiembre 16, 2005

Frikada del día: un nuevo control pad para Nintendo

Aparte de pedante politólogo uno también es un aficionado, en el sentido más elitista de la palabra, al noveno o décimo arte: el videojuego. Como todo jugador con algo de historial (es decir, que descubrió el invento antes de la era Playstation) servidor tiene un gran aprecio por todo lo que viene de Nintendo. Shigeru Miyamoto es mi Dios, y Mario su profeta, y la Super NES es probablemente el cacharro electrónico que más feliz me ha hecho en mi vida.

Últimamente les ha dado por hacer cosas raras, como la sencillamente genial Nintendo DS y su pantalla táctil atestiguan. La tengo desde que salió, y entre Meteos, Advance Wars: Dual Strike y el absolutamente adorable Nintendogs sencillamente la adoro. Dentro de la rareza, el mando de control que han presentado hoy para su nueva consola Revolution es sin duda la mayor marcianada vista en una consola de videojuegos desde R.O.B: un mando con detección de movimiento.


Básicamente, el trasto tiene pinta de mando a distancia glorificado con unos botoncitos raros. Lo divertido es que el mando detecta los movimientos de la mano, así que se puede usar para multitud de cosas. ¿Beisbol? Mueve el mando como si cogieras un bate. ¿Espada? Nada, manejalo así. ¿FPS? apunta a la pantalla y dale al disparo. La idea suena surrealista, y me tuvo dudando un rato, hasta que miré este video. No sé a vosotros, pero el trasto este parece una gran idea... y divertida un rato.

Vamos, que más gasto en consolas me espera. Alabado sea Mario.

Tonterías pseudocientíficas

De acuerdo a un informe del Instituto Cato la "libertad económica (sic) contribuye 50 veces más la paz que la democracia". En un artículo-noticia sin firmar de Libertad Digital (cada día me gusta más, dios), se desgrana la noticia, se hacen la pertinente apología del libre mercado, y lo que no se dice son dos verdades como templos:
  • Nunca dos democracias han entrado en guerra.
  • La libertad económica está muy correlacionada con tener democracia.

El informe dice esta osadía en base a un paper de Garztke, de Columbia. Pero aquí encontraréis un breve análisis del mismo, bastante serio y con mucho sentido común, que lo echa por tierra. Obviamente, al periodista le interesaba el titular.

Por otro lado, en otro alarde de ser contradictorio, este periódico defiende también el proteccionismo valenciano, ya que el pérfido gobierno ZP no está combatiendo las importaciones téxtiles chinas. ¿Alguien puede explicarle a este periódico que hace 15 años que el comercio es competencia del Comisario de Comercio de la UE? ¿No estaban a favor de la libertad de comercio? A ver si se quitan la boina ya...

jueves, septiembre 15, 2005

Cuando el PP funcionaba bien...

Un detalle, para los que se pregunten qué debería ser el PP en comparación al desbarajuste que es ahora.

Trillo escribe en su libro de recuerdos de ministro varias cosas que son autobombo puro, algunas tonterías y supongo que un montón de frases estilo "al alba con viento de levante", pero también algunas perlas. La que más me ha llamado la atención, que Rato se opuso con vehemencia a la decisión de Aznar de ir a la guerra en Irak, haciendo una defensa apasionada de su punto de vista, incluso, en el gabinete de crisis. Lo significativo es que primero, Aznar lo escuchó, le dio las gracias por su sinceridad, y después tomó la decisión que creyó oportuna (vamos, lo que se espera de un presidente), pero sobre todo, que Rato se mantuvo callado. Nada de salir y decir que no apoyaba la decisión. Nada de dimitir. Rato calló, aceptó lo que decidió su jefe, y tiró para adelante.

¿Debería haber dimitido? Si es en términos de consciencia, quizás sí. Pero un ministro en un gobierno no está actuando sólo para él mismo, está allí también para cubrir a su partido. Rato fue leal y no rompió la disciplina de partido, evitando que el PP se dividiera de mala manera cuando estaba pasando su peor momento. Evidentemente, Rodrigo Rato no es tonto, y sabía que también se jugaba la sucesión de Aznar como líder del PP y candidato a la Moncloa. Salirse de la linea de partido podía ponerle inmediatamente como el líder del PP más valorado por un electorado radicalmente en contra de la guerra, y también como el hombre más odiado, por traidor, dentro del partido.

Sin embargo, estoy seguro que Rato no fue el único miembro del PP relevante que se echaba las manos a la cabeza por la decisión de Aznar, y había más de uno que no se jugaba la sucesión. Sin embargo, en contra de lo que sucedió en otras partes el PP cerró filas y no mostró ni una sola grieta. En parte el temor a los socialistas, en parte la misma ética de partido marca Aznar de cerrar filas para ganar elecciones, pragmática al máximo, salvó al partido.

Lástima que ahora parece que el pragmatismo de buscar el centro es considerado herético en ese mismo sitio....

Cuando la prensa despierta, se nota

Tras tanto tiempo con una prensa absolutamente aletargada, parece que los periodistas en Estados Unidos han empezado a renacer, llegando a forzar al presidente a pedir disculpas. Lo curioso ha sido ver como la resurrección crítica de los medios de comunicación americanos ha llevado casi inmediatamente a una caida de Bush en las encuestas, en algunos valores realmente espantosa.

Lo curioso de los resultados es que si bien el índice de aprobación no ha bajado demasiado (sigue sobre un 41%, bajo pero no catastrófico, históricamente) después del huracán, lo que si ha disminuido es la imagen de competencia de su administración. Sólo en cómo está gestionando el terrorismo saca un aprobado (y con un 50% raspado); el resto (Irak, economía, política exterior) suspende miserablemente. Lo curioso es que estos valores son más o menos los mismos que tenía antes el 10 de septiembre del 2001, cuando en el verano anterior a los ataques se hablaba de él como otro presidente de un solo mandato.

Tiene bastante de coincidencia, pero es significativo que cuando la prensa se ha despertado, los americanos valoren a Bush a los mismos niveles que antes del 11-S... y el retrato no sea demasiado agradable.

Por cierto, antes que la progresía se ponga a pegar botes de alegría, esto no es demasiado relevante. A fin de cuentas, no se presenta a la reelección, así que poco que decir sobre su futuro. Como mucho, el aura de invencible patriotismo de los republicanos se agrietará un poco, y los demócratas podrán rascar algo (no mucho) en las legislativas del año que viene. Bueno, y será más agradable leer de política en los medios, espero. Es algo.

miércoles, septiembre 14, 2005

Aerolineas, bancarrotas y el estado del bienestar

Hoy es un día triste para la industria aeronáutica americana. Las dos últimas compañías aéreas que formaban parte de las viejas "cuatro grandes", Delta y Northewest Airlines (las otras, ya fallecidas, eran TWA y Pan Am) han entrado en bancarrota.

Delta es la segunda mayor línea aérea del mundo en términos de pasajeros transportados, así que no estamos hablando de un fracaso en atraer clientes. Northwest es la cuarta del mundo en pasajeros-ingreso-kilómetro, así que tampoco hablamos de un enano en este caso. Ambas compañías mueren de una enfermedad que también padecen General Motors, Ford, y otras grandes viejas marcas americanas: los costes no-laborales derivados de la ausencia de un estado del bienestar como Dios manda en EUA.

Estas empresas, como muchas otras en el país, se encargan de ofrecer seguros sanitarios y pensiones a sus empleados y ex-empleados ya jubilados. Como comentaba hace relativamente poco, la sanidad privada no es precisamente barata en Estados Unidos, y los costes de proveerla no sólo son altos sino crecientes. Por añadido, el pago de las pensiones se enfrenta al problema que con el aumento de la productividad, cada vez hay menos empleados para cubrir a los ya jubilados, y el coste cae sólo en la compañía. Los nuevos, más jóvenes competidores de la compañía no vivieron la era dorada en los cincuenta donde las empresas cuidaban de sus empleados (y de sus duros sindicatos) durante toda su vida, y nacen si estos costes heredados. Con ello, los viejos dinosaurios sencillamente no pueden competir.

La situación es surrealista. Las empresas en Estados Unidos tienen dos opciones, si quieren que sus empleados tengan cobertura médica: o se autoimponen unos costes laborales enormes, o se van a Canadá. Toyota lo dijo no hace mucho, que el coste de tener no asegurados a sus obreros era demasiado alto, pero el de asegurarlos era peor, así que decidieron invertir en el país vecino, donde la sanidad sale más barata. En las aerolineas, las nuevas competidoras sobreviven mientras son capaces de no tener sindicatos ni seguros médicos, o bien tras emerger de una bancarrota y recortar esos derechos más o menos por la fuerza a sus trabajadores (caso de American o Continental).

En fin, hay buenas razones sobre por qué las líneas de bajo coste en Europa no han conseguido acabar con las viejas compañías, mientras que las americanas (con precios comparativamente menos baratos) sí. En Europa, el coste del estado del bienestar lo comparte todo el mundo, sin ventajas para los recién llegados. En Estados Unidos, el ser una compañía antigua, de una era con bajo paro y necesidad de dar buenas prestaciones para atraer trabajadores, equivale a no poder competir ahora.

La competencia desleal se oculta tras los sitios más extraños.

¿Hegemonía o fracaso?

Girauta es un maestro en defender una cosa y su contraria y quedarse tan ancho. Hoy su blanco es el de siempre, ese monstruo llamado nacionalismo catalán. Dice que es hegemónico, que controla todas las entidades, televisiones, ONG, orfeones, colegios profesionales, cámaras de comercio y bares de copas de Cataluña. Que nada escapa de sus garras. Que todo el que disiente recibe una patada mediática en los dientes.

Pero a su vez, dice que ha fracasado, porque la gente no está entusiasmada con el nuevo estatuto. Que la gente ni se lo mira, vamos. Que pasa de todo. Caramba, será por eso que el único partido que fue a las elecciones diciendo que no se debía reformar el texto quedó cuarto de cinco, sólo por delante del partido de los árboles y las bicis IC-V. Será por eso que la gente vota al PP, claro.

La gente de LD, por alguna razón que se me escapa, piensa que los catalanes son idiotas alegremente oprimidos por la Caixa y el nacionalismo. Un nacionalismo que incluye el PSC, partido que gana en Castefa, tiene a Celestino Corbacho o Manuela de Madre como grandes popes. Y vamos, que si no hablas catalán te pegan de tortas. Por eso escribo esta bitácora en ese idioma, claro. Y vamos, que si lees el ABC te dan de tortas. Pero bueno, todo el mundo anda feliz con el opio nacional y el Barça, es evidente.

Pues mira, no. Aunque parezca mentira, los catalanes no tienen especial interés en recibir lecciones de democracia, en especial si eso incluye que les llamen idiotas. Aún más cuando los consejos vienen de un liberal usando lógica marxistoide, diciendo que el nacionalismo está ahí para nublar la mente de las personas. La senyera os ciega del verdadero bien, que es el alegre centralismo liberal y el estado mínimo pero bien católico.

Lo que uno tiene que oir.

martes, septiembre 13, 2005

Reconociendo un error: Bush y Katrina

Al César lo que es del César. En un gesto muy poco común en esta Casa Blanca, el presidente George W. Bush ha reconocido que, por la parte que le toca, metieron la pata pero bien. No sólo eso; ayer dimitió Mike Brown, “Brownie”, el director de la increiblemente incompetente FEMA. ¿Qué ha cambiado para que esta vez se reconozcan pifias, en vez de ponerles medallas?

Dicho en breve: los medios de comunicación han informado. Milagro.

Durante los preparativos para la gloriosa liberación de Irak (cof, cof), los medios de comunicación americanos básicamente dimitieron. Si, daban las noticias, pero sin comprometerse lo más mínimo. A cada afirmación de la Casa Blanca, cogían un demócrata, un republicano, y les preguntaban qué opinaban, y se quedaban tan anchos. Daban, según la defensa habitual, los dos puntos de vista, y dejaban que el espectador decidiera. Después de la guerra, cuando Paul Bremer metió la pata hasta el fondo y dejo que medio país se lanzara a saquear la otra mitad alegremente, siguieron con lo suyo. A un lado de la mesa, republicano hablando de marcha triunfal. Al otro, demócrata asustado de ser llamado antipatriota cautelosamente señalando que lo de los saqueos quizás no es bueno.

El resultado es que una vez todo pasó, lo que informaron los medios fue que “Irak fue una mentira, o quizás no”, “la ocupación es un éxito, o quizás no” y “la guerra estaba justificada según las razones que nos dieron, o no”. En otras palabras, una opinión y su contraria, pero bien poco interés en explicar la realidad.

Con Katrina, sin embargo, ha sido distinto. Quizás porque ese dar los dos lados cuando toda la tragedia sucede en tus morros exige demasiado cinismo, incluso para un periodista, quizás porque están un poco hartos que les tomen por el pito del sereno, pero esta vez de opinión, poca. Las tres cadenas de noticias (CNN, MSNBC e incluso Fox News) sencillamente se han centrado en tratar de explicar qué sucedía, y punto. Nada de preguntar qué opinan los políticos (que se han llevado tortas por todos los lados estos días), si no tratar de descubrir qué sucede realmente.

Y no, no ha sido bonito. Como ha reconocido el mismo Bush, él y muchos de sus subalternos se equivocaron. La diferencia es que esta vez los medios de comunicación no se han estado con tonterías de dar dos puntos de vista, si no en tratar de descubrir lo que de verdad sucedía.

Dicho de otro modo, la verdad, los hechos, es lo que importa. No las opiniones. Discursitos estilo Michael Moore divierten, pero cambian poco; lo que es demoledor de veras es decir lo que sucede realmente.

La AVT se suma a las teorías conspirativas

Ahora, según el señor Alcaraz, todo el mundo, incluso los jueces, están en el ajo pro-ETA. Todos. Que alguien le pase una constitución al pobre para que lea qué es la separación de poderes, por favor.

No sólo se cree que puede dictar las leyes y gobernar, si no que ahora también quiere ser juez. En fin.

Interpretando las palabras del líder...

La verdad, Eduardo Zaplana sería un cadáver político en cualquier otro partido que no fuera el PP. Es más o menos el segundo de a bordo, y se pasa la vida dándole collejas a su jefe. La de hoy, sobre una de las obsesiones personales del hombre, el 11-M. Ayer Rajoy hablaba de dejar de mirar al pasado y ponerse a trabajar en una propuesta de futuro, hoy aparece Eduardito definiendo qué es pasado y que no lo es. Resulta que el 11-M y todas las paranoias conspirativas aledañas no forman parte del pasado, sino que son cosa de actualidad. En fin.

Lo realmente chocante es la capacidad que tiene este hombre para hablar de esas cosas como si Acebes no fuera ministro del interior cuando todas las pajas mentales que defienden sucedían. Si un policía montó las bombas, es a Acebes quien se le tiene que llamar incompetente, no a unos tipos que en ese momento tenían como mucho una acta de diputado. O la manía acusatoria de Zaplana es una vil mentira, o el tío está de frenopático.

A todo esto, si Zaplana sobrevive tan ricamente es en gran parte debido a la prensa de derechas española, que vive a la sombra del PP en demasía. Una cosa es ser conservador o liberal y estar más cerca del PP que del PSOE, la otra es ser tonto y reirle al PP todas las gracias. Rajoy ahora mismo tiene un problema grave, y es que una parte significativa del partido va totalmente a su pelota. Tanto el trío autonómico Piqué / Camps / Matas como el ala más conservadora / centralista (con Aguirre, Zaplana y Acebes) básicamente contradicen a su jefe cada vez que este se alínea con el otro grupo. Si La Razón, ABC, LD y compañía quieren continuar actuando como si esto no pasara, lo único que conseguirán es aplazar el reajuste del partido, y dejarlo que este siga dando bandazos.

Rajoy tiene que decidirse de una puñetera vez qué quiere ser de mayor. Tiene tiempo para arreglar las cosas y decidirse por una opción, pero lo tiene que hacer pronto. Ahora mismo, el PP no da un mensaje, da cientos, y eso no ayuda a nadie. O la derecha se cuadra, o las elecciones del 2008 serán muy aburridas.

lunes, septiembre 12, 2005

Reportando desde las trincheras... para Yahoo!

Es la primera vez que un medio no convencional tendrá corresponsal de guerra. Y el planteamiento parece interesante.

El próximo 26 de septiembre, Kevin Sites se unirá al portal de Santa Bárbara para seguir en tiempo real, y desde Hot Zone, lo más crudo de los conflictos. Pero, ¿por qué prestar atención a este tipo?

Sites causó un gran revuelo en Noviembre de 2004 cuando, desde Fallujah, cronificó en tiempo real cómo soldados estadounidenses disparaban a bocajarro a prisioneros de guerra. En los días siguientes, desde su blog, y en uno de los grandes terremotos mediáticos de la blogosfera, las crónicas no oficiales de Sites en su bitácora causaron la apertura de una comisión de investigación en el Senado de Estados Unidos, y una revisión en profundidad de la actuación del ejército americano en territorio iraquí. De ahí todos los posteriores descubrimientos, juicios y pérdidas de popularidad para Bush.

Sites tuvo que cerrar su blog temporalmente, puesto que la CNN, la compañía que le había puesto sobre el terreno, le presionó para hacerlo -y, por contrato, podía. Claro que Sites tan pronto pudo abandonó la compañía lo hizo, hasta llegar al reciente acuerdo con Yahoo! que, por supuesto, incluye libertad total para publicar su blog personal.

Para Lloyd Braun, el actual director de Yahoo!, este no es un salto hacia una agencia de noticias, sino una aportación complementaria a la información que ya reproducen desde agencias. Se agradece algo de originalidad.

El PP se harta de la familia

Los pobres de Hazte Oir se deben sentir utilizados algo serio, ya que por mucho que lloren, el PP ha decidido al fin pasar de ellos. Tras meses de equilibrios verbales, comentarios que no son ataques en contra de los homosexuales pero que les niegan derechos y salidas con pancartita por Madrid, hoy el PP los ha dejado bien plantados. En una muestra que quizás hay vida inteligente en calle Génova a pesar de todo, Rajoy y compañía han ignorado alegremente las peticiones de llevar el matrimonio homosexual al constitucional. Otra reforma que sobrevive a grandes manifestaciones, como la que sufrió la ley del divorcio (oh espanto) no hará demasiados años.

En fin, quizás es cierto que pararán de mirar atrás y se pondrán a buscar el centro político en serio. Sí, ese que Fraga cree que hay que buscar. Veremos.

Siendo claros...

Uno no hace más qué preguntarse qué quiere el PP de ETA. Rajoy sigue insistiendo que sería fatal, grave, gravísimo que el gobierno estuviera hablando con ETA para obtener una tregua. Viniendo de un tipo que era ministro de un gobierno que negoció explícitamente con la banda armada, estaría bien que nos explicase por qué es grave. Aún así, lo que me pregunto es si eso significa que Rajoy cree que estaría de miedo que el gobierno no estuviera atendiendo las peticiones de negociación de ETA porque es mejor que siga matando.

Seamos claros: el gobierno ha dejado muy claro que no habrá concesiones hasta que ETA deje las armas. No las ha habido; el PCTV era legal en la época de Acebes, así que es probable que siga siendo legal ahora. Si el PP cree que es mejor no hablar con ETA sobre qué sucedería después del desarme, y que esta siga matando, que lo diga en público.

Ahora mismo, parece que defiendan eso.

Italia: Algo huele a podrido

Publica hoy Antonio Tabucchi, ese viejo italiano exiliado en Portugal, que todavía escribe a máquina y no tiene internet, un artículo (El País) en respuesta al senador italiano Marcello Pera, un justicialista que se hizo popular abanderando el movimiento de Mani Pulite, y hoy fidelisimo al caro Silvio y sus escándalos.

La polémica arranca con el mítin de Rimini del pasado 29 de Agosto, un encuentro que reunió a unas 700.000 personas, entre ellas a nuestro estimado expresidente, que al parecer se llevó el cuaderno azul para nutrirse de potenciales burradas que decir en su reciente visita a Argentina. Centrémonos: el senador Pera se sube al estrado, flaqueado por elementos como Gianfranco Fini (que, reconozcámoslo, ha hecho de Alleanza Nazionale un partido menos fascista), y suelta la siguiente burrada:
"es necesario defenderse de la inmigración porque corremos el riesgo de volvernos todos mestizos"

Ahí arranca con un discurso plagado de demagogia, de alabanzas a la superioridad de la civilización "europea", de apología de la raza pura, y de fe cristiana monoteista. El mantra a repetir: que terrorismo e islam son la misma cosa, y que no verás a un árabe sin una escopeta o bomba bajo el brazo. El público, bastante jóven, aplaude a rabiar sus ideas. La jerarquía católica italiana presente, también. Rimini es casi un concilio de partidos conservadores y cristianodemócratas de ala dura, y nuestro expresidente es probable que hubiera firmado la parte menos chirriante del discurso. Pera, en su éxtasis. ¿Os recuerda a algo este lenguaje?

"However, anxieties about racial issues tend to be phrased in coded form as issues relating to immigration." (Wikipedia)

sábado, septiembre 10, 2005

Contratos, a los de siempre

Uno no necesita tener una bola de cristal para haber predecido esto: que los contratos de reconstrucción tras Katrina irían a gente que tiene amigos en la Casa Blanca. Una de dos: o Bush tiene muchos, muchos, muchos amigos, y por eso siempre hay alguno que pilla algo, o bien ser amigo del presidente es un gran negocio.

¿Después de lo de Irak, qué debemos creer? La verdad, Halliburton aparece demasiado a menudo, y más contando que tiene un historial de contratos inflados y otras actividades fraudulentas. Parece que tras Katrina, más de la misma mierda... aunque esta vez parece que los medios tradicionales están despertando.

La cuestión es no conformarse

Aún queda debate, pero parece que la financiación sanitaria va por camino de cerrarse pronto. Hoy, tras una reunión más bien larguita, gobierno y autonomías han llegado a algo parecido a un acuerdo.

El PP y la financiación de la sanidad, como de costumbre, roza el esperpento. Primero, Aguirre quejándose que el acuerdo favorece Cataluña y no a Madrid. Si favorece unos, lo hace con los otros; la estructura de ambas comunidades es muy parecida. Sí, Cataluña recibe más dinero, pero también tiene mucha más deuda atrasada ya que recibió una chapucera transferencia mucho antes.

Lo divertido es la oda del PP a la aportación del estado central. Tienen las comunidades más ricas, así que les interesaría que cada uno se pagara lo suyo, no que el estado redistribuya. Por ponerse la medalla de defensores de los españoles, los presidentes autonómicos del PP están favoreciendo a los habitantes de las regiones controladas por el PSOE. Lógica, lo que se dice lógica, poca. Por si fuera poco, esta retórica de que el estado recaude y reparta y la autonomía gaste es un poco demasiado cómoda para las autonomías, y una oda a incrementar su déficit. Si el dinero no llega para todo, no es culpa del gobierno autonómico que no recauda, es del estado central que no me da. Preciosa la apelación a la responsabilidad política.

En fin, al menos el sistema más o menos acordado desplaza parte de la capacidad de recaudación a las autonomías, que ya es algo. Estamos aún lejos de lo que para mí sería el sistema ideal (quien da un servicio es el que recauda para darlo, dejando un porcentaje para redistribuir entre regiones), pero al menos parece que nos alejamos de este estúpido "el estado cobra, yo soy el que gasto" que tan cómodo es para los gerifaltes autonómicos.

viernes, septiembre 09, 2005

La falacia de los efectos retardados

Alberto Recarte sabe de economía, pero a veces intenta meter cosas en su paradigma ideológico con calzador. Alabando la reforma fiscal de Bush, bajando impuestos a los ricos, dice que está claro que esa política ha ido de miedo, aún con cierto retraso.

Bien, un retraso de cuatro años sobre la primera rebaja y dos sobre la segunda es la verdad un poco desconcertante. ¿Cómo sabemos que es por eso, y no por las bajadas de tipos de la reserva federal, la subida de impuestos de Clinton o la muerte de Manolete? Atribuir efectos a políticas sólo visibles cuatro años después, y darlas como único motivo del crecimiento de un país es falaz, especialmente considerando que hay como mínimo dos factores que pueden haber contribuido en igual medida.

El primero, el déficit fiscal, alto, sin visos de reducirse, y que cualquier manual de economía dirá que es un motor de crecimiento a corto plazo. Una bajada de impuestos, si viene acompañada por una bajada similar del gasto, no tiene efectos sobre el crecimiento (la liquidez y capacidad de gasto de la economía es la misma), pero una con déficit sí. Y Bush ha creado un montón de déficit, que aún con el crecimiento no se ha reducido apreciablemente (la última reducción viene por el final de unas exenciones fiscales, no por otra cosa). Más allá de eso, el estímulo fiscal a la demanda de Bush fue rematadamente ineficiente, ya que dio el dinero a gente con menos propensión a gastarlo. Pero ese es otro tema.

El segundo factor es la bajada en picado de los tipos de interés, fuera del control del presidente, y que le han permitido endeudarse con tanta alegría. Dinero fácil, política monetaria expansiva, fiscal expansiva, y anda, crecimiento. Directo del librillo de Keynes, oiga.

Lo divertido es que pone como ejemplo de la influencia de Bush a la CDU alemana, que va paseando un posible ministro de economía con Merkel que defiende el típo único. Como dice el Economist, el tipo es universalmente atacado y muy poco apreciado, y su reforma fiscal no pretende ser una bajada de impuestos, sino una reorganización.

Es cuestionable que la economía de Estados Unidos sea un éxito, ya que sus bases de crecimiento (tirar de déficit y burbuja inmobiliaria) no son sólidas. Pero atribuir el crecimiento a una bajada de impuestos, sin tener en cuenta que las explicaciones clásicas son mucho más sólidas, es falaz. Mal que les pese a algunos, Bush no es liberal; el gasto del estado federal ha aumentado una barbaridad. Pero claro, todo personaje que irrite a la izquierda vale pare ponerse una medalla, por cuestionable que sea.

Ahí ese espíritu constructivo

El PP se ha pasado al Marxismo, rama Groucho, y va cantando por los pasillos eso de "sea lo que sea, estoy en contra" que cantaba el humorista bigotudo. Mañana se reunen los presidentes autonómicos para hablar de financiación sanitaria, y hoy ya van diciendo que si no les cuentan de qué se va a hablar, estarán en contra, sea lo que sea.

Vamos bien, vamos bien. Curioso que se quejen tanto, y que pidan tan desesperadamente reformar un sistema que crearon ellos. Más curioso aún es que se quejen que el gobierno es irresponsable y despilfarrador a ratos, y digan que sobra dinero a otros. O le acusen de inflacionario y le critiquen por tener superávit en las cuentas, algo que frena la inflación.

En fin, no está mal que critiquen, pero que al menos digan cosas lógicas.

Etiqueta para expresidentes: cállese, sr. Aznar

Jose María Aznar anda estos días por Argentina haciendo vida de ex-presidente de gobierno. Ya se sabe, conferencias, presentar libros, ir pasando por caja y disfrutando de una calma y tranquilidad que nunca tuvo en sus ocho años en la Moncloa. Entre las muchas y variadas actividades lúdico-culturales que el hombre hace por allá el sur, ha decidido conceder una entrevista y hablar un poco de todo de mala manera.

Básicamente el señor Aznar se ha dedicado a enviar a parir al gobierno Zapatero, de arriba a abajo, diciendo cosas tan sutiles como que es "el peor gobierno de la democracia", "sectario" y "que divide a la sociedad". Vamos, la profundidad de análisis que podría uno encontrar en una bitácora de Red Liberal especialmente mala. No me detendré en las críticas, más que nada porque vulneran mi mundialmente famoso (es un decir) código de muletillas estúpidas, pero sí que es necesario mencionar lo profundamente inadecuado que sea Aznar el que les haga.

Los expresidentes, en cualquier país democrático, cuando salen de la política activa se callan, en especial cuando están en el exterior. Cuando un político en una democracia es enviado al cementerio de elefantes (o se autoexilia, como el caso de Aznar) pasa a ser un cacharro de anticuario. Es cuidado, respetado y tratado con cortesía, pero como antiguo máximo mandatario su papel se acabo, y por lo tanto se calla. No veremos nunca, nunca, nunca un ex-presidente de Estados Unidos dando una conferencia en Europa diciendo que su sucesor es el peor presidente de la historia, o un ex-primer ministro británico llamando sectario a su sucesor, una vez retirado de la política. Pasan al desván de las figuras históricas, y se callan.

En España parece que dos de los ex-presidentes no lo han pillado. González no era tan charlatán como Aznar fuera (por fortuna) pero era peor dentro. Por algo Rubalcaba decía eso que los ex-presidentes son como jarrones Ming; muy bonitos, valiosos y dignos de admirar, pero que nunca sabes donde meterlos. Hasta cierto punto, es comprensible que ambos políticos tengan problemas para dejarlo; son jóvenes (relativamente), inteligentes y con el ego monumental que uno necesita para llegar tan lejos. Pero la cuestión no es esa.

Debería quedar claro que si uno se retira de la vida política, esto de hablar de su sucesor como máximo dirigente de un país no es sólo de muy mala educación, si no que además hace un daño tremendo a la imagen del país. Aznar no parece darse cuenta de ello.

jueves, septiembre 08, 2005

Eficiencia, mercados y sanidad privada

Aviso, post laaaargo. Ateneros a las consecuencias...

Se dice a menudo desde las filas liberales que los mercados son la única forma eficiente de asignar recursos. Tras ello, se aprestan a citar a Hayek con entusiasmo, con apelaciones a la libertad individual y al abundante caudal de teoría económica que da soporte a esta idea.

Bien, esta defensa tiene sus problemas. Para empezar, la teoría económica no dice que bajo las mismas condiciones necesarias para la existencia de mercados eficientes, el mismo nivel de eficiencia no se puede obtener en una economía planificada. La teoría económica tiene como uno de sus presupestos información perfecta de todos los actores, siendo esta una condición necesaria para que los mercados sean totalmente eficientes. Curiosamente, con información perfecta de todos los agentes una economía planificada tiene idéntica eficiencia, y puede ser más igualitaria asignando recursos.

Evidentemente, la teoría económica es una cosa, y el planeta tierra otra, y en el mundo real las economías planificadas fueron víctimas del despilfarro a gran escala intrínseco al sistema. La razón principal fueron los costes de información y sus efectos.

En un sistema centralizado como el soviético y sus admiradores, la capacidad de recoger y organizar información del Gosplan o comité equivalente es inabarcable, masiva, imposible: analizar todas las capacidades productivas de una economía, y asignar los recursos, en tiempo real, es una tarea sobrehumana. Como resultado, los administradores básicamente acaban actuando siguiendo estimaciones, presiones políticas, o básicamente al tuntún, sin que nada acabe de hacerse bien. Una economía capitalista, aún llena de consumidores y productores miopes, torpes o confundidos, distribuye los costes de información por todo el sistema. Nadie hace las cosas perfectamente (siempre hay un seguro mejor, un coche más adecuado y una casa mejor de precio para lo que busco) pero las aproximaciones son lo suficiente buenas y razonables como para que la cosa no se tuerza demasiado. Exceptuando paranoias pasajeras como burbujas especulativas o crisis de confianza en la economía, la gente tiende a escoger más o menos lo que le conviene, y en agregado las cosas más o menos cuadran.

Sin embargo, los sistemas de libre mercado no están libres de los mismos problemas que el resto, y en ocasiones los costes para obtener información son demasiado grandes. Un ejemplo de estas situaciones es la sanidad.

Lo comento a menudo, pero un país con un sistema de sanidad privado predominante es masivamente ineficiente. Las pruebas están ahí fuera, pero no está de más repetirlas. Estados Unidos gasta 5.267 dólares al año por habitante en sanidad, sumando sector público y privado. Francia, el mismo año (2002) gastó 2.736 dólares por persona, contando también ambos sectores. La tasa de mortalidad infantil en EUA es un 50% peor a la francesa (6,5 por mil contra 4,26) y la esperanza de vida es dos años menor (77 contra 79). El 31% del dinero gastado por EUA en sanidad, por cierto, va a papeleo por aseguradoras. Canadá, otro país con sanidad pública universal, gasta sólo el 17%. Y eso sin hablar de la gente que el sistema deja sin seguro un 17% de la población.

Son sólo algunos datos; hay más disponibles fácilmente ahí fuera. Cuando se les presenta la evidencia, los liberales más cejijuntos se exclaman que el problema es que el sistema es mixto (sin dar razones teóricas sólidas, ya que no afecta el precio de la medicina privada), el corporatismo que restringe la oferta (EUA tiene más médicos por cápita que Canadá, Reino Unido o Japón, dando peor servicio siempre) o que restringe la libertad (no tiene por qué; en Francia uno puede escoger su médico). El problema no está en las restricciones de mercado, está en la naturaleza misma de este, y la pista del por qué está en el coste burocrático del sistema.

El problema es que en el mercado de seguros sanitarios, los costes de información son enormes. Uno de los grandes gastos de las compañías aseguradoras americanas consiste en discriminar pacientes de alto riesgo, no en tratar de curar gente, y en asegurarse que cada cliente paga acorde con el nivel de servicio que recibe y el nivel de riesgo que tiene. Esto es caro, muy caro. Saber si vale la pena asegurar a alguien o no es un proceso costoso, y administrar los cientos de planes y pólizas distintas de cada paciente para los hospitales es una orgía burocrática gigantesca. Por añadido, los costes de información para los consumidores también son muy altos, ya que no tienen la formación para saber qué hospital es bueno, qué seguro les conviene o qué enfermedad tienen realmente, haciendo que las aseguradoras no acaben nunca de tener interés en competir en precios.

A lo tonto, el sistema acaba siendo una carísima máquina de selección de pacientes saludables, mientras se envía al resto a un sistema público que acaba recibiendo los pacientes más caros. Y todo por que los costes de información son sencillamente enormes, y producen un rasto de papeles y tinta que abrumaría al más aguerrido funcionario del Gosplan.

El sistema público, sin embargo, no tiene este problema de costes de información, ya que no discrimina. Sabe que acaba pagando por todos los tratamientos, así que no pierde tiempo en seleccionarlos. Sin el gasto necesario para conseguir la información, su única preocupación es el coste real de dar el servicio y como lo reparte entre los usuarios. El problema de establecer el nivel de oferta respecto a la demanda tampoco es grave, ya que la sanidad la usa tarde o temprano todo el mundo, y la única preocupación de los administradores es ajustar costes. Queda, claro, el problema de no despilfarrar dinero al proveer el servicio, y aquí es donde entran las elecciones. Los gestores tienen un incentivo fuerte para hacer las cosas bien, las urnas. El control de gastos no lo hace la competencia con otras empresas, sino los electores.

Y caramba, el sistema funciona. Los datos están ahí, al alcance de todos. No es cosa de ideología. La sanidad pública no sólo es más equitativa, sino que es más eficiente. Y eso debería bastar.