Bueno, de aquí nada Fede y la tropa liberal van a echar a Piqué a patadas del sagrado partido del hombre del bigote, eso está claro. Pide para Cataluña un concierto económico al estilo vasco, con una módica factura de 5-6% del PIB repartido al resto del estado.
Pues vaya cagada de concierto. El baaajo... el bajo entra tarde.
Recordemos el hecho que el País Vasco es una comunidad subvencionada, y no empecemos a mezclar churras con merinas. La única manera de hacer que el debate sobre la financiación tenga sentido y deje de parecer una subasta es que se publiquen de una puñetera vez las balanzas fiscales. No puede ser que no se sepa dónde va el dinero, quién paga, y cómo se reparte, es sencillamente estúpido. La política es, en una definición cruda, "quién consigue qué y cómo"; en España, a nivel autonómico, no hay manera de saberlo. Sin esta información, que se guarda tan celosamente, votar es como jugar a dardos a ciegas.
Y no, no iniciara múltiples conflictos apocalípticos entre autonomías. En Estados Unidos las balanzas son públicas, y lo máximo que sucede es que el Governator se pasea por Washington cual político nacionalista catalán, diciendo "dame argo". Si se sigue con tanto secretito, a lo mejor empezamos a sospechar que realmente hay gente viviendo del trabajo de los de siempre, madrileños y catalanes.
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