Me ha contado un amigo mío, sotto voce, que el portal de viajes Rumbo y todas sus ofertas se han ido al garete en el buscador Google. La razón es que, según se defiende Rumbo, un programador de su empresa, sin su consentimiento, se dedicó a programar un bot que generaba miles de páginas webs enlazando a ofertas de viajes del portal.
Esto aumentaba el page rank de sus ofertas, de modo que si tú buscabas una oferta de "vuelo a Barcelona" en Google, las ofertas de Rumbo aparecían por encima de cualquier otra.
Google ha denunciado a Rumbo por estafarle en su servicio de búsqueda con estas prácticas, y la empresa, participada por Telefónica, se defiende diciendo que ya ha despedido al responsable. De hecho, el responsable fué despedido por otras razones, y él mismo fué a Google a revelarle estas prácticas de su ex-empresa.
¿Cuál es la moraleja de todo esto? Que Google es un dios al que se le puede engañar. Y que tener demasiada fe en su poder nos puede conducir a errores muy importantes. Podemos estar comprando un billete más caro que otras ofertas, pensar que un periódico es el más visto y respetado de la web, u otros engaños.
La fortaleza de los Dioses es que son misteriosos y su voluntad es inexcrutable. De Google cada día se sabe mejor cómo funciona y, hecha la ley, hecha la trampa. Es fácil aprender sobre él. Descubrimos su faceta humana.
Qué decepción...
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