Bueno, el ex-molt honorable ha aparecido en escena, ejerciendo de conciencia moral de la nación como en los viejos tiempos. Para variar, como todo el mundo últimamente, se ha pasado tres pueblos. "Ruptura profunda"... vamos, hay tiroteos por las calles ya. El país es un caos. La basura ya ni se recoge. Un desastre.
Los políticos a veces tienen el ego del tamaño del Pirineo, y se creen que sus conflictos son los conflictos en la sociedad. El famoso 3% dará para un par de bufidos exasperados entre la gente que hace caso a las noticias, cabreará a algunos, y poca cosa más. Lo del prestigio de la Generalitat y Catalunya es una manera de mirarse el ombligo como cualquier otra. Aparte de eso, es curiosa esta obsesión por la unidad y la cohesión nacional, este fetichismo por el oasis y el consenso que tiene el ex-president. La política es discusión, no adoración de la sagrada Generalitat y la patria, narices. Por una vez que la política catalana no es un muermo...
2 comentarios:
Hola a todos:
Por una vez y sin que sirva de precedente;)estoy de acuerdo contigo. Todos los politicos, y mas aun los gobernantes y ya ni te cuento los jubilados, se creen que son los unicos que pueden salvar a su "pueblo" y que sus fantasias se corresponden al 100% con la realidad cotidiana. Alguno deberia ir a comprar las verduras en vez de mandar a algun empleado o tomarse un cafe a las ocho de la mañana para darse un baño de realidad.
Saludos a todos.
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